Suma y Narración de los Incas, que los Indios Llamaron Capaccuna, que Fueron Señores de la Ciudad del Cuzco Subjeto by Juan de Betanzos - HTML preview

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Y como esto viese Viracocha Inca que era verdad que hubiese habidovictoria de sus enemigos Inca Yupanqui, su hijo, tomó gran pesar yenvidia dello, por gran ódio que le tenia, como ya os he contado; todolo cual conoció en él Inca Yupanqui su hijo, con gran [pág. 42]pesar. Y notiniendo respeto á aquello, sino á que era su padre y Señor, tornóle árogar Inca Yupanqui que le pisase como su Señor y padre; á lo cualrespondió Viracocha Inca, que lo mandase meter en cierto aposento y quelo pisase primero su hijo Inca Urco, que era el hijo quél más queria, enquien él pensaba dejar despues de sus dias su estado y lugar de supersona, como ya hemos contado. Á lo cual respondió Inca Yupanqui, que áél, como á su padre, rogaba que se lo pisase, que él no habia ganadovictoria para que se lo pisasen semejantes mujeres como eran Inca Urco ylos demás hermanos; que se lo pisase él como persona á quien él teniapor su Señor é su padre; si no que se iria.

Y estando en esto, hizo llamar Viracocha Inca un señor de los queconsigo tenia, y hablándole á solas, le dijo que sacase secretamente lagente de guerra que consigo tenian, é que la llevase á cierta quebradade monte y paja alta donde estuviese secretamente; y que tan de mientrasquél iba, quél ternia en palabras á Inca Yupanqui en cierto aposento,mientras él emboscase allí á la gente; y que dentro del aposento, si élpudiese, á manos le mataria; y que si de allí escapase, que le matase élen la quebrada del monte por do habia de tornar á volver el IncaYupanqui. Y esto concertado, salióse aquel señor á hacer lo que lemandaba Viracocha Inca.

Viracocha Inca volvióse á Inca Yupanqui é comenzóle de hablar con buenaspalabras y á mostrarle rostro alegre. Ya que le paresció que habriahecho[pág. 43] aquel capitan suyo lo que le habia mandado, levantóse elViracocha Inca y rogó á Inca Yupanqui que metiese aquellas cosas quellevaba de Uscovilca dentro del aposento do ántes le habia rogado quelas mandase meter, para que las pisase su hijo Inca Urco y que luego selas pisase él. Tornóle á responder Inca Yupanqui que las pisase él, siquisiese, y si no que se iria, como ya le habia dicho. Y

viendoViracocha Inca que no podia acabar con él que las pisase Inca Urco,pensando de le matar dentro del aposento, dijo que lo mandase meterdentro del aposento, questando ellos solos, lo pisaria delante dél. Yestando en esta porfia, llegáronse á Inca Yupanqui sus tres buenosamigos, y sospechando la traicion que Viracocha Inca queria hacer, noconsintieron que Inca Yupanqui entrase en el aposento.

Y estando en esto, llegó á Inca Yupanqui un capitan suyo de los que élcon la gente de guarda traia, y díjole que habian visto salir ciertagente de guerra de allí del peñol, los cuales habian salido uno á uno yde dos en dos, y que era mucha cantidad de gente la que habia salido, yque algunos de ellos llevaban lanzas y alabardas, é que iban por elcamino do ellos habian venido; que sospechaba que aquestos fuesen átomar algun paso para desque volviesen, ó que fuesen á tomar y robar loque ellos en la cibdad del Cuzco tenian, y á tomársela. Y como aquestole dijese aquel su capitan delante de sus tres buenos amigos, rióse IncaYupanqui de ver que su padre le queria matar de aquella manera, y deconocer que reinaba envidia en[pág. 44] él, y estándole él rogando que sesirviese de todo ello y que se lo acetase en servicio. Y como hubieseoido lo que aquel capitan le decia, dijo á los dos de aquellos sus tresamigos que tomasen la mitad de la gente que él en su guarda allí habiatraido, y que ansí como habian salido los del peñol á le hacer traicion,que ansí los inviasen ellos uno á uno é dos á dos, los cuales fuesen ensiguimiento de los que por Viracocha eran inviados, y que mirasen si lostales se emboscasen en algunos montes ó quebradas, y si iban al Cuzco; ycon lo que ansí viesen y entendiesen, volviesen á el á le avisar de loque ansí pasaba, para que él, teniendo entendimiento é siendo avisado delo que era, diese órden en lo que habia de hacer con los que quedaban; ési caso fuese que los tales tuviesen hecha alguna emboscada, que allí dotuviesen razon y entendimiento dello, hiciesen alto, no avisando niponiéndose de manera que los enemigos tuviesen entendimiento que loshabian entendido; y que se fuesen luego con toda brevedad, porque élconcluiria en breve con su padre, y con lo que ansí hiciesen luego sevolverian.

Y ansí, sus buenos dos amigos, rogándole [rogáronle] que por ninguna viaentrase á solas en el aposento con su padre, porque no le matasen enalguna traicion; y lo mismo encargaron á Apu Mayta, que quedaba con él,que mirase por su señor; y ansí salieron estos dos señores y mandaronentrar dentro do Inca Yupanqui estaba doscientos indios con sus hachasen las manos, á los cuales mandaron que se pusiesen en torno de dondeInca Yupanqui estuviese, y que le mirasen y [pág. 45]guardasen, no le fuesehecha alguna traicion. Á la demás gente que allí quedaba, mandaron quese quedase á la puerta do Inca Yupanqui estaba, y que si sintiesen algunestruendo de gente dentro, entrasen de golpe todos, y que mirasen por suseñor.

Y esto hecho, tomaron la gente que Inca Yupanqui les habia mandado, yechando delante cincuenta indios, uno á uno, dos á dos, cubiertas susmantas ( así), muy disimuladamente, bien así como habian salido los quehabia mandado Viracocha Inca que delante saliesen; los cuales cincuentaindios fueron descubriendo y mirando por sus enemigos. Y como fuesenderramados y grande espacio unos de otros, un indio destos que delanteiba, ya que llegaron junto á la quebrada de la leña y arroyo do la pajaalta era, vió los enemigos que estaban emboscados; los cuales, como losviesen asomar, dejáronse todos caer sobre la paja, pensando que loshabian visto. Y este indio, como los viese, sentóse en el suelo y hizoque se pasaba á atar cierta atadura de sus zapatos, la cual disimulacionera seña y aviso para sus compañeros que detras dél venian; al cual,como le viesen en la manera que habeis oido, de uno en otro volvió lanueva á los dos señores que detras dellos venian, los cuales, comoentendieron que era emboscada, mandaron á todos los suyos que serecogiesen é juntasen allí do la voz les habia tomado, excepto á loscincuenta que delante habian salido; á los cuales mandaron que seanduviesen por allí mirando é descubriendo á los que estaban en laemboscada si salian ó pasaban delante, y avisasen al que ataba los[pág. 46]zapatos, llegando un indio bajamente á él, el cual le dijese quemostrase que ataba y desataba sus zapatos y otras cosas de su traer, conlo cual mostrase disimulacion de lo que allí entendia.

Y dejando esto en este estado, volvamos á Inca Yupanqui, el cual, comohobiese proveido en lo que habeis oido, rogó á su padre que le pisaseaquellas insignias de prisioneros que allí le habia traido de Uscovilca,al cual respondió Viracocha Inca, que no queria, si no lo pisaba primeroInca Urco; y á esto dijo Inca Yupanqui, que por ser él su padre y por letener respeto y dalle obidiencia como á tal su Señor, habia él venidoallí á su pueblo á que le pisase aquello, y ansímismo á le rogar que sevolviese á su pueblo é ciudad del Cuzco; pues él, como su padre y en sunombre le habia ganado aquel empresa, que quisiese salir de allí y irseá la ciudad del Cuzco y entrase triunfando con aquellos capitanes ycosas de Uscovilca, porque aquella habia sido su intencion é á lo cualhabia venido allí; que otra manera, que no tenia él que traer lo quélhabia ganado á que lo pisase semejante Inca Urco, su hijo mayor. Yacabado de decir esto Inca Yupanqui á su padre Viracocha Inca, mandótomar las vestiduras y lo demás de Uscovilca, y mandó levantar losprisioneros del suelo, que hasta aquella hora habian estado tendidos entierra, é ansí se salió Inca Yupanqui, enojado y corrido de que su padreno hubiese querido pisarle sus prisioneros é lo que ya habeis oido.

Ypesábale que su padre mostraba estar tan mal con él que le quisiesematar é procurar la[pág. 47] muerte, viendo él en sí que no le habia dado causapara que dél hobiese enojo é dél tuviese malquerencia, sino que ántesprocuraba y habia procurado hacerle todo servicio, y hacerle todo placery contentamiento; y como conociese que el enojo y pasion que dél teniaera por invidia de ver quel escedia á todos sus hermanos, tenia alguntanto de pasion por ello.

En ansí se salió de donde su padre estaba, considerando estas y otrasmuchas cosas; y cómo llegase á do sus dos buenos amigos estaban con sugente esperándole y tiniéndole avisado de la traicion que le tenianarmada, pensando de le tomar descuidado, dijo allí á sus capitanes quehiciesen tres partes aquella gente, y que las dos dellas fuesendivididas, la una por la parte del camino, y la otra por la otra, y laotra que fuese allí con él; y que estas dos partes que ansí ibandivididas, fuesen encubiertas lo más que ser pudiesen, y que él entrariapor el camino y por medio del monte, y que diesen por do la emboscada; ycomo sus capitanes dijesen: C ac'ayacha yaque, que dice: ¡Á ellos, áellos! [28], que luego su gente saliese, la que ansí iba cercando elmonte, y que diesen en los enemigos, y que sin tener respeto á ninguno,no dejasen ninguno á vida.

Y esto ansí hecho y proveido, partió esta gente de guarda en la maneraque ya habeis oido, é Inca Yupanqui con la que ansí quedó, é yendo porel camino[pág. 48] derecho; y llegando á la quebrada, Inca Yupanqui, do el monteestaba y la emboscada le era hecha, ya que iba al medio de ella,llevando su gente apercibida y avisada de lo que sospechaban,tiráronle[29] de dentro de la montaña una piedra á Inca Yupanqui y no leacertaron, mas de que dieron á uno de los que las andas llevaban; yvisto esto por Inca Yupanqui y sus tres buenos amigos, dijeron en altavoz:

¡Á ellos, á ellos! ; y como su gente, que ya tenian el montecercado, oyesen la voz, dieron en los de la emboscada de tal manera, queno se les escapó hombre.

Y llegado que fué Inca Yupanqui á la ciudad del Cuzco, mandó á su amigoVicaquirao que volviese á su padre Viracocha Inca, y que le dijese queviniese á su ciudad, que le tenia guardadas las cosas ya dichas para quedellas triunfase; y ansí mandó que saliesen con él tres mill hombres quele guardasen y acompañasen. Y ansí, se partió Vicaquirao; y llegado quefué al peñol do Viracocha Inca estaba, hallólo que estaba en grandellanto él y los suyos por la muerte de los que Inca Yupanqui les mataraen la emboscada, en la cual habian sido muertos muchos señoresprincipales de los que con él tenia; y como tuviese nueva Viracocha Incaque de hácia el Cuzco venia gran golpe de gente de guerra, tenia quevolvia su hijo sobre él á le matar á él y á los suyos que consigo tenia,y entró allí en breve consulta con los suyos, en la cual acordaron,[pág. 49] quesi de guerra venia su hijo sobre él y caso fuese que á plática viniesende algun concierto ú otra cosa en que fuese pedille vasallaje, quehiciese todo aquello que por él le fuese pedido é demandado. É parasaber quién venia, ó en qué demanda venia el que allí venia, mandóViracocha que saliese un señor de los que con él estaban puesto de lutoy llorando, y que ansí mismo con él otros diez indios en la mismamanera, é que saliesen del peñol uno en pos de otro, y queste señorfuese delante y que los indios que detrás dél iban, mirasen de qué artelos recibian la gente que ansí venia, si les prendia ó hacian algunenojo, y de lo que ansí viesen le volviesen á avisar.

Y ansí, salió este señor en la manera ya dicha; y como llegasen á doVicaquirao venia y llegasen á él, hizo su acatamiento, y lo mismo á élVicaquirao; y como le viese ansí venir llorando, preguntóle que quépasion habia habido, aunque él bien sospechaba lo que era, porque él lehabia muerto por sus manos un hermano suyo en la emboscada. El señor ledijo que lloraba por un hermano suyo que en la emboscada habia muerto;todo lo cual el Vicaquirao le riñó y le dijo ser mal hecho y acordado.El señor le respondió que él no era culpante en ello, y que ViracochaInca lo habia proveido sin darles parte. Á esto le respondió Vicaquirao,que si Viracocha Inca lo habia proveido, que lo que de allí habia ganadoque lo guardase, que no restituía tan aina los amigos y deudos que allíhabia perdido. El señor dijo que ya aquello era hecho, y que en ello nohabia que hacer ni hablar,[pág. 50] que en acuerdo loco lo habia proveidoViracocha Inca; que le rogaba que le dijese que á qué volvia y qué erasu demanda. Vicaquirao se lo dijo, y entónces aquel señor le dijo áVicaquirao el arma que les habia dado y acuerdo que habian tenido, y loque en el tal acuerdo se habia acordado, y á lo que él habia salido.Todo lo cual oido por Vicaquirao, le tomó muy gran risa á él y á lossuyos que allí estaban en torno, y fué tan de gana este reir, que aquelseñor se rió con ellos. Ansí, todos juntos se fueron á do estabaViracocha Inca; y como ansí fuesen un espacio, éste rogó á Vicaquiraoque le dejase ir delante, para asegurar á Viracocha Inca, que le habiadejado alborotado á él y á todos los suyos con temor de lo que ya lehabia dicho; y ansí se fué este señor á do Viracocha estaba y le dijo álo que Vicaquirao iba. Y dende á poco, llegó Vicaquirao á do elViracocha Inca, y hízole su acatamiento, y díjole la embajada que departe de Inca Yupanqui le llevaba que ya habeis oido; al cual respondióViracocha Inca quél holgara de hacello si no entendiera que volver á elCuzco, habiendo salido dél huyendo, le era cosa afrentosa, y que noestaria á él bien entrar en la ciudad, habiéndola desamparado y habiendohabido vitoria un muchacho, como era su hijo Inca Yupanqui; que allí doestaba en aquel peñol de Cayuca Xaquixaguana[30], pensaba hacer unpueblo con la gente que consigo tenia, y allí pensaba morir;[pág. 51] y que másno le esperasen en el Cuzco, que no pensaba entrar más en él en susdias. Y así lo hizo Viracocha Inca, que pobló en aquel peñol, por cimade Calca, siete leguas del Cuzco, y hizo un pueblo las más de las casasde cantería.

Y como entendiesen y conociesen todos los más que con Viracocha estabanen el peñol, que Inca Yupanqui era tan guerrero y tan amigable á todos,lo cual le conocian desde su niñez, y tenian que siendo señor, como era,y habiendo acabado una empresa tan grande, que no podria dejar de hacergrandes mercedes á los que á él se llegasen y le quisiesen servir, yconsiderando esto, muy mucha gente, de la que allí consigo teniaViracocha Inca, se fué á la ciudad del Cuzco. Inca Yupanqui los recibiócon rostro alegre; y desculpábansele los tales que ansí iban y decíanle,que si le habian desmamparado, que su padre los habia llevado; y él losrespondía á esto que le decian, que no tenia enojo contra ellos, que sihabian ido con su padre, que habian hecho como buenos, que su padre erasu Señor y de todos ellos. Ansí, como llegaban do él estaba viniendosede donde su padre estaba, los rescibia bien, y dábales tierras, mujeres,y casas, y ropa, y nunca quitó á ninguno cosa de las que allí habiadejado, cuando con su padre saliera, como eran casas, tierras, depósitosde comida, é ropas que en sus casas ansí habian dejado; ántes les deciaá los tales, que él habia quedado en guarda de sus haciendas, que comoentendiese dellos que se habian ido á recrear con su padre, que él habiaquedado en guarda de sus haciendas[pág. 52] todas, que cada uno mirase si lefaltaba alguna cosa de su casa, que él como guarda que habia quedado deellas, les daria cuenta dello, é que á ninguno le faltaria cosa. Todo locual él habia hecho proveer; é mandó á ciertos señores que noconsintiesen que entrase nadie en ninguna casa que ansí habian dejadodespoblada, porque siempre tuvo que los tales moradores de ellas,constándoles á cada uno por sí su gran magnificencia, se volveria cadauno ansí á su casa; y ansí se volvian, como ya habeis oido.

É tornando á hablar de Vicaquirao, que habia quedado con Viracocha Incapersuadiéndole y rogándole que se quisiese venir á su ciudad, lo cualnunca pudo acabar con él; y pasados los tres dias que allí estuvo en sucompañía, constándole que Viracocha Inca estaba en no querer volver alCuzco, se volvió Vicaquirao.

Llegado á la ciudad del Cuzco, dijo á IncaYupanqui la respuesta que Viracocha Inca le dijera, que ya habeis oido,y lo demás que con él pasara; todo lo cual oido por Inca Yupanqui,pesóle, por ver que su padre no quisiera venir á ser Señor como lo eraántes.[pág. 53]

CAP. X.—En que trata de cómo Inca Yupanqui hizo juntar su gente y lesrepartió el despojo; y lo que se hizo de la gente que el Viracocha lediera por la oracion que á él hiciera; y cómo tuvo nueva de la gente quehacian los capitanes de Uscovilca, y de cómo fué sobre ellos y losvenció, y cómo, despues de esto, tornó otra vez á partir el despojo queen esta batalla hubieron; y de las cosas que en este tiempo pasaron.

Y viendo aquello, mandó juntar toda su gente la que con él al presenteera, que dicen seria más de cincuenta mill hombres de guerra; y estoseran los que los señores comarcanos quedaron de le dar, si gentetuviese, que como viesen la multitud de gente que en favor de IncaYupanqui venian, y como hubiesen quedado de le ayudar, lanzáronse elloscon toda su gente á le ayudar, con la gente que ansí venia en favor deInca Yupanqui; [é] ansí le dieron favor estos comarcanos. Y dicen queacabada de dar la batalla á Uscovilca, y habido vitoria por IncaYupanqui, que la gente que el Viracocha le inviara, que luego se ledesapareciera y que no viera consigo más destos cincuenta ó sesenta millhombres, que fueron los que[pág. 54] mezclaron los comarcanos entre la gente quehabeis oido.

Y haciendo Inca Yupanqui juntar su gente, mandó que ante sí trujesentodo el despojo de la batalla, tomando dello lo mejor que le paresció,para hacer dello sacrificio al Viracocha, por el favor y vitoria que lediera de sus enemigos; y todo lo demás del despojo dió é repartió átodas sus gentes, conforme á su calidad y servicios. Y sabido que fuépor la redondez y comarca desta ciudad la gran magnificencia del nuevoSeñor y cómo sabia gratificar los servicios, hubo en toda la redondezgran contentamiento; y ansí se le vinieron muchos caciques y gente á sele ofrescer de todas partes y tener por Señor.

Y estando Inca Yupanqui en esta manera que ya habeis oido, vino á él unmensajero de un capitan suyo, que al presente estaba en guarda de laciudad, dos leguas della, procurando saber de sus enemigos lo que hacianen la junta do se juntaban, por el cual le invió á decir, que loscapitanes que se escaparon de la batalla huyendo do matóse á Uscovilca,que ya habeis oido, questaban ya rehechos en Xaquixaguana y confederadoscon los naturales della, y que de su tierra les habia venido mucha gentey socorro; y que ansimismo eran ya llegados allí los otros cuatrocapitanes de Uscovilca que de Paucaray él les inviara á descubrir porlas provincias de Condesuyo é Andesuyo, que ya la historia os hacontado; que como ya fuesen todos juntos, partian otro dia por la mañanaá le dar la batalla y á vengar la muerte de su señor Uscovilca.[pág. 55]

Sabida la nueva por Inca Yupanqui, mandó á los tres sus buenos amigos yá los demás caciques y señores que en su córte y servicio habian venido,que luego juntasen la gente de guerra y la sacasen á cierto campo, cadauno con sus armas, é que los contasen todos uno á uno. Y sacados ycontados, hallaron de número cien mill hombres de guerra, la cual gentese le habia juntado por la gran fama que dél se publicó. Y dicen que losenemigos que eran casi doscientos mill hombres. Y ansí, mandó IncaYupanqui que fuesen hechos cuatro escuadrones desta su gente, mandandoque cada cacique señor de los indios que allí eran, fuesen caudillos desu gente; y así repartidos,

[nombró?] por generales de los tresescuadrones á sus tres buenos amigos, tomando para sí el uno de ellos; yproveidos todos ellos de las armas necesarias, mandó marchar su campo enbusca de sus enemigos; los cuales, como supiesen que eran salidos delCuzco, tornáronse á volver á Xaquixaguana, donde le esperaron. Y el IncaYupanqui con su gente, el dia de la batalla, como se viese á vista desus enemigos, y para romper y frontar con ellos, dicen que volvió lacara atrás á ver su gente é escuadrones, los cuales estaban divididos ycada uno por sí, [y]

dicen que vió tanta gente que se le habian llegadoen aquella sazon para le ayudar, que no se pudo contar; y afrontóse consus enemigos tomándolos en medio y dándoles por todas partes, que fuétan cruel y tan reñida esta batalla, que la comenzaron ya alto el sol,que seria á la hora de las diez, segun ellos señalan, y á hora devísperas fué conocida vitoria[pág. 56] della por Inca Yupanqui, donde fueronmuertos de la parte de Inca Yupanqui más de treinta mill hombres, y delos Chancas, que eran los enemigos, no quedó hombre á vida; entre loscuales se hallaban que se habian metido los naturales de Xaquixaguana, yse habian hecho inciensar[31] los cabellos.

Y conocida la vitoria y vencida la batalla, apartáronse á una partetodos los de Xaquixaguana, y todos juntos fueron delante de IncaYupanqui, y echáronsele por tierra, á los cuales los de Inca Yupanquiquisieran matar por haber visto la muerte de los suyos. Inca Yupanqui selo defendió, diciendo que no los matasen, que si con los Chancas sehabian hallado, que seria por haber sido la junta en su tierra, é que nopodian hacer otra cosa; y ellos ansímismo decian las mismas palabras ydaban la misma satisfaccion. Y luego mandó Inca Yupanqui, que por cuantoeran orejones, que luego les fuesen trasquilados sus cabellos; y ansíellos mismos se trasquilaron todos, viendo la voluntad del Inca y viendoque les hacia merced en aquello, y porquel traje de Inca Yupanqui y delos del Cuzco era andar atusados. Y esto hecho, mandóles que se fuesentodos á su pueblo, é que viviesen en paz; y mandó á sus capitanes que noconsintiesen que á aquestos de Xaquixaguana nadie les hiciese enojoninguno ni les tomasen cosa, y si alguna cosa de sus haciendas en[pág. 57]

aqueldespojo les fuese tomada, luego se la hiciesen volver.

Y luego mandó que todos los prisioneros fuesen traidos delante de sí; álos cuales, como allí fuesen, les preguntó ¿qué habia sido la causa,constándoles que era su poder grande, que con él hiciesen otra vezbatalla? Y siendo allí entre los prisioneros que allí fueron habidos loscuatro capitanes de Uscovilca que habian ido á descubrir, como ya lahistoria os ha contado, [dijeron, respondieron?] que la causa que lesmovió hacer la junta que hicieron en dar aquella batalla, que fué habervisto que su ventura era grande en las jornadas que habian andado étierras que habian conquistado, dándole allí razon de las batallas yrecuentros que en tal jornada cada uno dellos habia habido, y que enninguna de ellas nunca habian habido desgracia, sino que siempre habiansido victoriosos; y como esto les hubiese acaescido, teniendo quesiempre su vitoria estaba en pié, que habian querido dar aquellabatalla, pensando restaurar aquella pérdida de su Señor y vengar sumuerte. Á lo cual respondió Inca Yupanqui, que lo habian mirado mal, éque si fueran gentes de entendimiento, que habian de presumir, que sihabian habido vitoria por la tierra que le decian que habian andado, quehabian de considerar que la habian habido en ventura de su SeñorUscovilca, que en la tal demanda los habia inviado, y que como viesen yhobiesen sabido que su Señor era desbaratado y muerto, que habian depresumir que ya les era acabada la ventura, y que él ni ellos no latenian ya; y que para que ellos fuesen [pág. 58]castigados y otros mirasen éoyesen, que en aquel sitio serian castigados ellos y todos los demás; éporque no fuesen otra vez [á] hacer gente, la cual á él le desasosegasey fuesen causa ellos de que otros questaban inocentes de se hallar ensemejantes casos por donde perdiesen las vidas, como habia sido muymuchos que ellos [á] aquella junta habian hecho juntar, que en aquelsitio serian castigados. Y ansí, los mandó llevar de delante de sí, yque en el sitio do la batalla se diera, y para que della hobiesememoria, en presencia de todos los de su campo mandasen hincar muchospalos de los cuales fuesen ahorcados, y despues de aderezados[ahorcados], les fuesen cortadas las cabezas y puestas en lo alto de lospalos; y que sus cuerpos fuesen allí quemados y hechos polvos, y desdelos cerros más altos fuesen aventados por el aire, para que destohobiesen memoria. Y ansí mismo mandó que ninguno fuese osado de enterrarningun cuerpo de los enemigos que ansí habian muerto en la batalla,porque fuesen comidos de zorros y aves y los gusanos [huesos] de lostales fuesen allí vistos todo el tiempo.

Todo lo cual fué hechogeneralmente en la manera que habeis oido.

Y esto acabado, mandó hacer Inca Yupanqui que se recogiese todo eldespojo y joyas de oro y plata que en el tal despojo se habia habido,todo lo cual fué fecho; y traido delante dél y visto por él, mandó queansí junto como estaba, lo llevasen á la ciudad del Cuzco, donde lopensaba repartir y dar á sus amigos. Todo lo cual fué ansí llevado á ély se partió juntamente con ello para la ciudad del Cuzco, donde, llegadoque fué,[pág. 59] dió y repartió el tal despojo á los suyos, dando á cada uno loque le paresció que le bastaba y conforme á la calidad de su persona. Yesto hecho y repartido, mandó que de su ropa é grandes ganados que en laciudad habia, [é] de otros bastimentos, mandó ( así) que le fuese allítraido cierta cantidad, la que á él le parescia que á todos bastase;todo lo cual ansí traido, mandó á sus capitanes que lo repartiesen entretoda su gente; todo lo cual fué repartido.

Y hechas estas mercedes y otras muy muchas más que á sus capitanes élhizo, mandó que se fuesen á sus tierras á descansar, y agradecióles elfavor y ayuda que le habian dado, y ansí se fueron todos, é IncaYupanqui quedó en su ciudad con los suyos.

É al tiempo que dél sedespedian los tales señores para se ir á sus tierras, le rogaron que losquisiese rescibir debajo de su amparo y merced y por sus tales vasallos,é que querian tomase la borla del Estado y ser de Inca; todo lo cual lesagradesció Inca Yupanqui y respondióles, que al presente era vivo supadre y Señor, y que no era justo que mientras su padre viviese, éltomase la borla del Estado; que si al presente estaba allí, que eraporquél era capitan de su padre; y que les rogaba dos cosas que por élhiciesen, que era la una, que de allí, ansí como iban, fuesen á do supadre estaba y le respetasen y hiciesen lo que él les mandase como talSeñor que era; y ellos dijeron que ansí lo harian. É que la otra era,que le tuviesen á él por su tal amigo y hermano, y que cada y cuando quepor él les fuese inviado á les rogar, que lo hiciesen; y ellos dijeronque[pág. 60] ellos no tenian otro Señor sino era él, y como á sus talesvasallos, de ellos podia hacer aquello que bien le estuviese; y él se loagradeció.

Y ansí, se partieron[32], y Inca Yupanqui se quedó en la ciudad, y lostales señores caciques se fueron de allí derechos do Viracocha Incaestaba; y despues de le haber hecho su debido acatamiento, como IncaYupanqui se lo habia mandado, le dijeron cómo Inca Yupanqui los inviabaallí a que viesen en qué era servido que ellos le sirviesen; y comoViracocha Inca los viese delante de sí y tan gran multitud de señores yde tanto poder, holgóse mucho de ello, porque dellos tenia grannecesidad al presente, para que le favoresciesen con algun tanto de susrentas, para edificar aquel pueblo que allí queria hacer; é díjoles quefuesen muy bien venidos, é levantóse de su asiento y abrazólos á todos ytornóse á sentar en su silla, y mandólos á todos que ansí se sentasen; ymandó que sacasen muchos vasos de chicha, y que les diesen á beber; yluego les hizo sacar mucha cantidad de coca, una yerba preciada queellos siempre traen en la boca, la cual yerba la historia adelante dirá.Y ansí repartida entre aquellos señores, levantóse en pié ViracochaInca, [y]

considerando, que pues su hijo le inviaba aquellos señores yellos tanto le amaban y le querian por Señor, que era justo que élansimismo en ello les animase, les hizo cierta oracion, por la cual élde su parte les agradescia lo[pág. 61] que por él y por su hijo habian hecho, yque ya sabian y habian oido decir que él hasta allí habia sido Señor delCuzco, é que él se habia salido dél por causas que para ello lemovieron; y que de allí adelante Inca Yupanqui, su hijo, habia de serSeñor en la ciudad del Cuzco, y que á él obedeciesen y respetasen, comosu