Relación Histórica de los Sucesos de la Rebelión de José Gabriel Túpac - Amaru en las Provincias del Perú, el Año de 178 by Anonymous Author - HTML preview

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,asegurándole sostener sus ideas hasta sacrificar sus vidas y haciendaspor la libertad.

Tal era el estado en que se hallaban aquellas provincias, cuando elcomandante D. José Reseguin llegó á ellas con su corto número de tropas.El peso de tan graves cuidados, y la multitud de obstáculos queencontraba y que por momentos se aumentaban, no fueron bastantes ádetenerle ni á intimidarle, antes bien, conociendo cuan conveniente erano perder un instante en semejantes ocasiones, se dedicó inmediatamentey con la mayor actividad al remedio de tantos y tan crecidos males,buscando incesantemente los recursos mas oportunos y eficaces paraevitarlos. Su obrar activo, su espíritu y determinacion fueron sin dudalos diques que contuvieron la velocidad con que corrian los progresos dela sedicion, y los que sofocaron las voraces llamas que habian comenzadoá arder con demasiada violencia, agitadas por las dulces lisongerasofertas de la libertad que prometian los edictos de Tupac-Amaru,esparcidos por sus comisionados en todas partes, los que no dejaron depenetrar hasta los corazones de los habitantes de la provincia delTucuman, cuyos naturales empezaban ya á disponerse para admitir congusto las turbaciones suscitadas en Chayanta y Tungasuca, no teniendoreparo en expresar publicamente lo muy grato que les seria el dominio deun dueño que aseguraba libertarlos de la opresion en que seconsideraban. El 18 de Marzo recibió los primeros pliegos delcomandante D. Ignacio Flores, en que comunicaba el feliz éxito que habiatenido el ataque de la Punilia, cuya noticia habia adquirido Reseguinpocas horas antes por algunas voces vagas: pero no tardó mucho elturbarse el regocijo de tan importante aviso, porque la misma tarde supopor D. Juan Domingo de Reguera, que se le presentó vestido de clérigo,fugitivo del ingenio del Oro, se hallaba en él Pedro de la Cruz Condori,indio principal del pueblo de Challapata, provincia de Chayante, yGobernador de los Cerrillos, intitulándose General de Tupac-Amaru, conmas de 4,000 rebeldes de quienes era tratado y obedecido con la mayorveneracion. Que representaba con mucha autoridad, adornado de lasinsignias correspondientes, el carácter que suponia; que hablaba conentereza, manifestaba tener espíritu y resolucion, con alguna habilidadpara desempeñar el mando que obtenia, y que premeditaba atacar á Tupiza,para libertar á los delincuentes que estaban aprisionados en suscárceles. Añadio tambien, que tres indios hermanos, tomando los nombres,el uno de Tupac-Amaru, y los dos restantes el de Damaso y NicolasCatari, habian entrado en algunos pueblos, asegurando eran lospersonages que fingian; y que los naturales sin mas exámen, los seguiany obedecian ciegamente: con lo que habian juntado un cuerpoconsiderable, capaz de superar los esfuerzos de los pocos vecinosleales, que se habian mantenido por el Rey hasta entonces en algunaspoblaciones; las que ya abandonaban apresuradamente, temerosos de lamuerte y obligados del terror que infundian por todas partes aquellostiranos, con muertes, robos y escandalosos excesos. Impuesto elComandante de esta série de calamidades, y que era muy convenienteatajarlas en sus principios, bien persuadido que con el retardo ócircunspeccion tomarian mas incremento y autoridad los nuevos caudillos,haciéndose en cada momento de mayores fuerzas, dispuso saliesen á suencuentro tres destacamentos, compuestos de tropa veterana y demilicias, que por distintos caminos llegasen á un tiempo al paraje dondese hallaba acampado Pedro de la Cruz Condori, le atacasen de acuerdo, yprocurasen su captura. Llegaron en efecto á su vista, como se les habiaprevenido, y reconociendo el corto número de hombres que se lespresentaba, los miró con gran desprecio; y adelantándose con pocos delos suyos, para poder hablar con el comandante D. José Vila, teniente dedragones de la expedicion, le propuso con la mas audaz confianza que sevolviese, ó se le incorporase, porque de lo contrario, seria víctima delfuror de su gente; pues era conocida temeridad intentar otra cosa ávista de las fuerzas que tenia presentes. Lejos de intimidarse esteoficial, cuyo bizarro espíritu acreditó despues repetidas veces en todael tiempo de la rebelion, le reprodujo que se entregase, y no dieselugar á que se derramase la sangre de aquellos infelices que traiaengañados. Cuyas espresiones, oidas por uno de los indios que leacompañaban, dispuso la honda en accion de despedir la piedra contra él;lo que advertido por Alonso Mesias, cabo de su propio cuerpo, arrancóuna pistola, y con la bala atravesó el pecho del agresor, antes queacabase de poner en práctica su comenzado intento. Este no esperadoaccidente atemorizó á los demas que acompañaban á Condori, y aturdidosemprendieron una fuga precipitada, para incorporarse con los masdistantes, entre quienes llevaron el desórden: é introduciéndose entretodos la confusion, que regularmente causa la diversidad de pareceres,no pensaron mas que en la fuga, dejando en manos de los nuestros á suvenerado general, que llevándole bien asegurado, siguieron á la GranChocalla en busca de los tres hermanos, que tuvieron igual suerte, y alsexto dia de su salida, regresaron á Tupiza con todos estos reos, llenosde satisfaccion gloriosa, y con no poco contento de algunos españoles,porque veian recuperada mucha parte de las riquezas que les habiausurpado. Tambien fué arrestado al propio tiempo el teniente de cura deaquel pueblo, el Licenciado D. José Vasquez de Velazco, á causa dehabersele justificado acompañó á Condori en las aclamaciones que sehicieron de Tupac-Amaru, en las plazas públicas de su doctrina, habiendohecho despues la demostracion de bendecir las tropas de aquel rebelde,implorando el favor del Altísimo por la felicidad de sus armas, yconvidándose á seguirle hasta el ataque de Tupiza que premeditaba,contribuyendo con la autoridad de su carácter á promulgar los edictos, yesparcir las cartas sediciosas de que se valian para conmover losánimos, en que se espresaba de esta manera:—

Carta de los rebeldes.

SEÑORES PRINCIPALES, ASÍ ESPAÑOLES COMO NATURALES Y MESTIZOS CRIOLLOS DELA DOCTRINA DE SANTIAGO DE COTAGAITA:—

Muy Señores mios.—"Con la mayor urbanidad y atencion que se debe altrato humano, hago esta á Vds.

como Gobernador electo para estasprovincias, en nombre de S.M.D. José Gabriel Tupac-Amaru, Rey Inca deeste vasto vireinato del Perú, y hablando con Vds. en calidad deembajador suyo, digo:—Que el fin á que he venido á esta provincia, yescribo esta, es, para saber el parecer y dictámen de sus voluntades enasunto á vasallaje, del que tomándoles el consentimiento, quisiera queVds. deliberáran el partido á que se inclinan, y me avisarán sudictámen: esto es, si se conforman á ser vasallos debajo de las banderasde dicho Monarca, cuya piedad y clemencia no propende á otra cosa que ála conservacion, pacífica tranquilidad y alivio de todos los paisanos,así naturales como españoles y mestizos criollos, y otros sugetos decualquier calidad ó condicion, nacidos en nuestras tierras, sacándolosdel gravámen y yugo pesado que hasta el dia nos ha tenido debajo de supeso tan oprimidos, mediantes el gobierno tirano de España, con suspechos insoportables, que no parecia otra cosa que una servidumbre detotal esclavitud, á semejanza del cautiverio de Babilonia, en donde elpueblo de Dios Israelita, gemia. Por lo que habiéndose visto con maduroacuerdo todos estos motivos, en nombre de Dios, Nuestro Señor, y despuesde él, en el de nuestro referido Monarca, Inca, vengo á convidarles masbien con la paz y concordia, que á hacerles guerra. Pero, sidespreciando este dulce llamamiento y convite, quisieren Vds.sorprenderme, experimentarán despues el castigo rigoroso que previenenuestro Monarca en su edicto, del que remito un tanto, sacado á laletra, para que Vds. se impongan de los fines tan santos y rectasintenciones que lleva enderezadas en esta empresa. Y en el supuesto queVds.

y los demas individuos principales que componen este cuerpo,admitan este partido que se les propone, se fijará en los lugarespúblicos y convenientes, despues que se lea en tono de bando y pregon,para que todos comunmente entiendan y se impongan en su contenido.

"Tambien hago saber á Vds., para que no vivan recelosos, equívocos óconfusos, como en esta doctrina de Tatasi ó Chocalla tengo en prisiones,para aplicarles la pena de muerte, á ciertos bandoleros y facinerosos,que fingiendo ser comisionados de nuestro Monarca, Inca, y usurpandovarios títulos furtivos, cometieron muchos delitos de alevosia yasesinato, y arrastraron muchos vecinos españoles y mestizos de variospueblos, como son, Tolapampa, Ubina, este de Chocalla y otros, solamentellevados del perverso fin de robar y de su desordenada codicia.Contemplando lastimosamente la noticia que corre por acá, de que en esepueblo de Santiago han muerto los naturales á su Gobernador, y no sé áque español criollo; amonesto á dichos indios naturales se contengan enegecutar estas muertes, que sin tener facultades ni motivos las hayancometido, que eso no manda nuestro piadoso Monarca, sino solo rebatir elmal gobierno con el exterminio ó expulsion de los corregidores europeos,y que armados todos los indios y españoles criollos, le defendamos, encaso de que por alguno de los puertos de este reino venga alguna armadade soldados contrarios, y opuestos á su corona.

"Y porque espero en su Divina Magestad, que por su infinita misericordiaadmitan Vds. esta propuesta, no soy mas, á quien ruego les guarde muchosaños. Chocalla, y Marzo 19 de 1781.—B.L.M. de Vds. su seguro servidorque su bien desea."

El Gobernador

, D. PEDRO DE LA CRUZ CONDORI.

Edicto para la Provincia de Chichas

.

D. José Gabriel Tupac-Amaru, Indio de la sangre real, y troncoprincipal:—"Hago saber á los paisanos criollos, moradores de laprovincia de Chichas y sus inmediaciones, que viendo el yugo fuerte quenos oprime con tanto pecho, y la tirania de los que corren con estecargo, sin tener consideracion de nuestras desdichas, y exasperado deellas y de su impiedad, he determinado sacudir este yugo insoportable, ycontener el mal gobierno que experimentamos de los gefes que componenestos cuerpos: por cuyo motivo murió en público cadalso el corregidor deesta provincia de Tinta, á cuya defensa vinieron á ella de la ciudad delCuzco, una porcion de chapetones, arrastrando á mis amados criollos,quienes pagaron con sus vidas su audacia y atrevimiento. Solo siento delos paisanos criollos, á quienes ha sido mi ánimo no se les siga algunperjuicio, sino que vivamos como hermanos, y congregados en su uncuerpo, destruyendo á los europeos. Todo lo cual, mirado con el masmaduro acuerdo, y que esta pretension no se opone en lo mas leve ánuestra sagrada religion católica, sino solo á suprimir tanto desórden,despues de haber tomado por acá aquellas medidas que han sidoconducentes para el amparo, proteccion y conservacion de los españolescriollos, de los mestizos, zambos é indios, y su tranquilidad, por sertodos paisanos y compatriotas, como nacidos en nuestras tierras, y de unmismo orígen de los naturales, y haber padecido todos igualmente dichasopresiones y tiranias de los europeos,—ha tenido por convenientehacerles saber á dichos paisanos criollos, que si eligen este dictámen,no se les seguirá perjuicio ni en vidas ni en haciendas; pero sidespreciando esta mi advertencia hicieren lo contrario, experimentaránsu ruina, convirtiendo mi mansedumbre en saña y furia, reduciendo estaprovincia en cenizas; y como sé decirlo, tengo fuerzas, pesos, y á midisposicion todas estas provincias comarcanas, en union entre criollos ynaturales, fuera de las demas provincias que igualmente están á misórdenes, y así no estimen en poco esta mi advertencia, que es nacida demi amor y clemencia, que propende al bien comun de nuestro reino, puesse termina á sacar á todos los paisanos españoles y naturales de lainjusta servidumbre que han padecido. Mirando al mismo tiempo como porprincipal objeto el que cesen las ofensas á Dios Nuestro Señor, cuyosministros, los Señores sacerdotes, tendrán el debido aprecio yveneracion á sus estados, y del mismo modo las religiones y monasterios,por cuya piadosa y recta intencion con que procedo, espero de la divinaclemencia, como destinado por ella, para el efecto me alumbrará ygobernará para un negocio en que necesito toda su asistencia para sufeliz éxito.

"Y para que así tengan entendido, se fijarán ejemplares de este edicto,en los lugares que se tengan por conveniente, en dicha provincia, endonde sabré quienes siguen este dictámen, premiando á los leales, ycastigando á los rebeldes, que conocereis vuestro beneficio, y despuesno alegareis ignorancia. Es cuanto puedo deciros. Lampa, y Diciembre23 de 1780."

D. JOSE GABRIEL TUPAC-AMARU,

Inca

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Ya no quedaba en toda la provincia caudillo alguno que pudiese darcuidado. Las partidas de tropa veterana que se habian dejado ver portoda su jurisdiccion, habian llenado de respeto á los indios que habitanlos pueblos, y ya empezaban á distinguirse algunas señales de sumisionen sus vecinos, porque con apresurada diligencia venian á Tupiza losGobernadores indios, á implorar el perdon, manifestando su mayor cuidadoen acreditar no habia llegado el caso de sublevarse formalmente, lo quedió lugar al comandante, para substanciar las causas á los reos quetenia aprendidos, lo que se verificó militarmente, y justificados losdelitos sufrieron el último suplicio 23 de los principales, y losrestantes se condenaron á presidio y azotes: todo lo que se egecutó sinhaber ocurrido la menor novedad, á pesar de las amenazas que se habianpublicado en algunos papeles satíricos, que prometian atacar la villapara libertar los opresores. Se continuaron por aquel celoso oficial lasmas exactas y activas diligencias para recuperar los bienes robados, asíde los españoles que habian muerto, como de los que estaban fugitivos.Consiguió juntar mas de 2,500

pesos, que devolvió á sus dueños,precedidas las diligencias precisas de justificacion de legitimidad, yentregó al juzgado de bienes de difuntos, sin mas cargo que el de rogará los interesados mantuviesen á sueldo, por algunos dias á su costa, lasmilicias que tenia alistadas, con el fin de ahorrar á la real haciendaeste gasto, á que se convinieron gustosos, en atencion á los muchosbeneficios que les habia proporcionado.

Atento despues al establecimiento de la quietud pública, y considerandoque para conseguirla era preciso asegurar enteramente el recelo delcastigo, que susistia en algunos pueblos que habian contribuido en muchaparte á aquella conspiracion, determiné hacer publicar en todas lasiglesias, por sus respectivos curas, el edicto siguiente:—

D. José Reseguin, Teniente Coronel de Dragrones, Comandante en Gefe delcuerpo de esta clase destinado á la plaza de Montevideo y comisionadopor el Superior Gobierno de Buenos Aires á la pacificacion de lasProvincias sublevadas del Perú.

"Hago saber, que habiendo llegado á esta villa de Tupiza con una porcionde gente, de la que ha dispuesto pase á la ciudad de la Plata, el Exmo.Señor D. Juan José de Vertiz y Salcedo, Virey Gobernador y CapitanGeneral de las provincias del Rio de la Plata, &c., para establecer laquietud y sosiego de las que estuviesen conmovidas y sublevadas, siendouna de ellas esta de Tarija y Chichas, halló conveniente hacer saber álos Gobernadores, curas, segundas y demas habitantes de los pueblos desu jurisdiccion, se mantengan sin la menor novedad en sus respectivosdomicilios, continuando las tareas, faenas y trabajos, á que sededicaban antes de los presentes alborotos, porque de lo contrarioesperimentarán el mas severo castigo. Asimismo mandó, que á cualquieraindividuo que se presente, aseguren y pongan á mi disposicion, á fin deevitar en adelante, que estos mal intencionados aprovechen la ocasion desorprender y seducir los ánimos sencillos de los indios, robar lashaciendas, y cometer muchos atentados atroces, dignos de la mayor pena.Así tambien les hago saber, que las tropas y armas del Rey no vienen conotro objeto que el de disipar las presentes turbaciones, castigar á losculpados, y restablecer en todas partes el buen órden y administracionde justicia. Por lo que encargó á todos muy particularmente no tengan elmenor recelo, ni abandonen sus habitaciones á la aproximacion de dichastropas, y les exhortó por el presente, á que se mantengan lealesvasallos de S. M., porque si así no lo egecutaren, esperimentarán losmas terribles efectos de severidad, trasladándome inmediatamente confuerzas competentes, para dar el merecido castigo á los que no diesenentero cumplimiento á cuanto en este se previene. Dado en la villa deTupiza, á 20 de Marzo de 1781."

JOSE RESEGUIN.

Produjo esta diligencia, todos los favorables efectos que se esperaban,porque con indecible diligencia se presentaron muchos indiosprincipales, representando sus pueblos, para asegurar al Comandante sumas constante resolucion de mantenerse leales: de modo que en tan cortotiempo quedó enteramente sosegada la provincia, y sin recelo lasinmediatas, que esperaban impacientes la llegada de la tropa, para darlas mismas pruebas y demostraciones de fidelidad. Se volvieron átrabajar las minas, se transitaba ya por las calles y caminos sincuidado, se despachó á la Plata y Potosí la balija de la correspondenciadel público, que estaba detenida en Mojo, y todo volvió á tomar el órdenalterado por los sediciosos, y despues de algunas disposicionesgobernativas y de precaucion, se puso Reseguin otra vez en movimiento,el dia 5 de Abril de 1781, para el pueblo de Santiago de Cotagaita, ádonde habia hecho adelantar al capitan de infanteria de Savoya, D.Joaquin Salgado, con 50 hombres, para sostener aquel vecindario, yanimar á sus milicianos que tuvieron la gloriosa determinacion demantenerse leales y contrarestar los esfuerzos y persuasiones de losrebeldes, cuya heróica accion se hace acreedora á una perpetua memoria.

Dos dias solamente empleó Reseguin en el camino, sin embargo de distar18 leguas, y estar acometido de una fuerte terciana, de cuyo accidenteadolecia mas de la tercera parte de los soldados, y casi todos losoficiales: lo que tampoco fué obstáculo para que dejase de substanciarinmediatamente las causas á mas de 80 reos que se hallaban en aquellascárceles, aprendidos en las salidas que habian hecho aquellas lealesmilicias, entre los cuales se hallaban algunas cabezas principales en laconjuracion de la provincia de Lipes, cómplices en la muerte de sucorregidor, D. Francisco Revilla, á quienes examinados y justificadossus delitos, se condenaron once á pena capital, y á presidio losrestantes. Entre los primeros ocurrió un suceoo que tiene mucho demilagroso. Uno de ellos, reo de dos muertes, y que en el tumultuosodesórden de la doctrina de Tatasi habia tomado y maltratado á su curadentro de la iglesia, con fuertes golpes, y por varias veces le habiapuesto el cuchillo á la garganta para degollarle, amaneció muerto el diaque se habia de verificar en su persona el último suplicio, de lo queinmediatamente se dió parte al Comandante, quien la tarde antes le habiatomado la declaracion, sin notarle indisposicion alguna: y creyendo queaquel accidente le nacia de algun efecto de desesperacion ó de descuido,mandó se le reconociese; lo que egecutado, le hallaron el brazo y manocon que habia cometido el sacrilegio, enteramente descarnado el hueso,como si fuese de un esqueleto de muchos años, y la manga de la chupallena de gusanos: de todo lo que enterado Reseguin, dispuso se colgaseen la horca, y que el cura explicase al numeroso concurso que estabapresente, el orígen y las causas de aquel portento.

Concluidos los asuntos criminales, cuidó Reseguin de significar á losleales moradores de Cotagaita, haria presente al Soberano su acrisoladafidelidad, y les exhortó á la continuacion de sus buenos propósitos,dándoles las gracias en nombre del Rey por sus distinguidos servicios: áque correspondieron aquellos vecinos, juntamente con los de Tupiza ydemas españoles que habia librado en toda la provincia, con las masexpresivas demostraciones de respetuoso agradecimiento, aclamándole sulibertador, y ofreciendo dirigir al Altísimo los mas solemnes votos porla felicidad de quien les habia restituido en la antigua pacíficaposesion de sus casas y haciendas. Pero temiendo aun aquellos ánimos,que todavia no habian convalecido del pavoroso espanto que ocasionaronen sus corazones los estragos y crueldades de los tiranos, le dirigieronuna representacion, para que se detuviese, en que se expresaron deeste modo:—

Representacion.

"Los Oficiales, vecinos y habitantes de esta provincia, ya consideramosá V.S. bastante impuesto del lamentable estado en que la tienenconstituida los alborotos, muertes y latrocinios de algunos indiosincógnitos, que se han introducido en distintos curatos de estajurisdiccion, derramando cartas sediciosas, publicando bandos y órdenes,en nombre del principal rebelde, José Gabriel Tupac-Amaru: llegando laavilantez de estos, hasta plantar horcas en el punto de Estarca, paraajusticiar en ellas á todos los que, como fieles vasallos y buenosservidores de nuestro legítimo Soberano, no adhiriesen á las ideas deaquel cabeza de rebelion, que se conoce á primera vista, no son otrasque anhelar á la subversion de este reino, y colocarse violentamente enla posesion de él.

"Pero, aunque á la comprension de V.S. nada de esto se encubre,hallándonos noticiosos de la próxima marcha que resuelve egecutar á laciudad de la Plata, dejando esta provincia, que es el antemural yprecisa entrada del Perú, abandonada y espuesta á la discrecion delenemigo, que situado en los pueblos minerales de Ubina, Chocalla,Tatasi, Esmoraca, Santa Catalina, la Rinconada, Lipes y Atacama, despuesde haber dado muerte á los jueces y principales vecinos de dichospueblos, se mantienen vigilantes, esperando se retire V.S. con la tropade su mando, para entrar á fuego y sangre en esta villa y resto de laprovincia, haciéndonos víctimas de su rigor; se nos hace preciso, comobuenos servidores y fieles vasallos del Rey Nuestro Señor, representar áV.S., que es muy de su obligacion el amparar con las armas del Soberanoesta provincia, pues de lo contrario, las reales rentas de tabacos,alcabalas y correos, se miraban abandonadas, sus administradoresespuestos á perder la vida, ó ponerse en fuga, como igualmente todos losleales, que hallándonos sin la menor defensa, por faltarnos las armas ypertrechos necesarios, para juntar ejército y ponernos en campaña, nosserá preciso abandonar nuestros domicilios y preciosos bienes, porconservar la vida, sin embargo de que el celo de la honra de Dios, ydefensa de los dominios de S.M., nos precisa á mantenernos firmesconteniendo las irrupciones de los rebeldes, hasta perder la última gotade sangre. Pero el mirarnos indefensos, y el derecho natural deconservar la vida, nos conducirá, no á separarnos del servicio de S.M.,y sí á abandonar la provincia, dejando el egercicio de azogueros ytrabajo de minas, de que tanto beneficio le resulta al real erario; éincorporándonos en la tropa del mando de V.S., caminaremos á su destino,donde daremos las mas acrisoladas pruebas de nuestra fidelidad y amoral Soberano.

"El perjuicio que, de abandonar V.S. á esta provincia, resulta á S.M.,por todo evento es bien conocido, pues por el ramo de tributos, sepierden anualmente mas de 20,000 pesos, y por los quintos y ramoscorrespondientes al trabajo de minas de oro y plata, arriba de 50,000pesos: y por lo tocante al ramo de alcabalas, renta de tabacos ycorreos, bien considerable cantidad de pesos. De manera que, así en elembolso de real hacienda, como en el de los particulares fieles, vendráS.M. á ser perjudicado en mas de un millon de pesos anualmente; y no esde menos consideracion, el que V.S. tenga presente, ser este el tránsitopreciso, por donde pasa el correo de Buenos Aires al Perú, y por dondese conduce el situado para dicha ciudad de Buenos Aires, y todo elcomercio de aquella con las provincias de la tierra: de modo que, estaes la única y precisa puerta para internarse á todo el Perú, porqueaquí igualmente se han de conducir los auxilios de víveres para lasplazas de Potosí y Chuquisaca, las que, abandonada esta provincia,quedaron en asedio, expuestas totalmente á que por hambre se entreguenal enemigo.

"La mente del Exmo. Señor Virey no debemos persuadirnos que seaprecisamente el que V.S. se presente en Chuquisaca, habiendo primerourgencia de mayor atencion que remediar: pues para estos casos, que sonlos no prevenidos, consideramos le dé á V.S. las facultades necesariaspara operar segun su sabio conocimiento y pericia militar tuviese porconveniente.

"El celo de la honra de Dios, y el culto de la sagrada religion queprofesamos, es uno de los puntos que V.S.

debe fijar la atencion, pueses notorio que los indios rebeldes, sin reparo á lo sagrado de lostemplos y ministros de Jesu-Cristo, se arrojen intrépidos á laprofanacion de ellos, como lo han egecutado en dicho pueblo de Chocalla,degollando dentro de la misma iglesia á D. Francisco Javier Carbonel, yen esta de Tupiza, sacando del sepulcro el cadaver del corregidor, ycortándole la cabeza; y en el de Tatasi prendieron al cura de aquelladoctrina, y teniéndolo de rodillas, amenazaron con el cuchillo sugarganta, hasta que á fuerza de ruegos y clamores consiguió lo dejasencon vida, habiéndole intimado salga de aquella doctrina á destierroformal, y no administrase el pasto espiritual á sus feligreses.

"Tenemos por infalible que inmediatamente á su partida, mas enconadoslos ánimos de los rebeldes, siguiendo sus políticas perniciosas dealzarse en el mando, avasallen esta provincia, y embarazen enteramenteel tránsito de ella: pero no dudamos que hecho cargo V.S. de los gravesmotivos que le precisan á mantenerse en esta provincia, hasta nuevaórden del Exmo. Señor Virey, suspenda la resolucion de su marcha, ó á lomenos, caso de verificarla, deje un destacamento de tropa veterana paracustodiar esta jurisdiccion, con cuyo respaldo no nos será dificultoso,á los gefes de esta provincia, mantener la milicia en el mejor pié,obediencia y servicio del Soberano. Mas si despreciando nuestrarepresentacion y las fuertes causas que le hacemos presentes, laabandonase, no seremos en ningun tiempo responsables al Rey ni á Dios dela pérdida de esta provincia y abandono de la religion, quedándonos conun traslado para hacer presente, en caso necesario al Soberano y alSeñor Virey, que de nuestra parte hemos cumplido lo que somos obligados,y protestamos hacer á V.S. responsable de todos los daños y perjuiciosque á S. M. se le sigan por abandonarla, teniéndola en el dia bajo de suproteccion.

"Nuestro Señor guarde á V.S. muchos años. Tupiza, y Marzo 17 de 1781."

Antolin de Chabarri.—Manuel de Montellano.—Pedro Pizarro

Santander.—José Leon de los Rios.—José Dávalos.—Pedro Julian Calvete.

—Ramon Ignacio Dávalos.—José de Burgos.—Alberto Puch.—José

Martinez.—Felipe Aranibar.

Señor Comandante General D. José Reseguin.

Contestóles Reseguin verbalmente en los términos mas benignos y eficacespara consolarlos, y no obstante su corto número de tropas, determinódejarles á D. Joaquin de Soria, teniente del regimiento de infanteria deSavoya, oficial de acreditado espíritu y conducta, con 25 veteranos ysalteños: destacamento que le pareció suficiente, así paratranquilizarlos, como para sostener la expedicion, que de aquellaspropias milicias habia dispuesto entrase en la provincia de Lipes, conlas miras de hacer presos á los cabezas principales de aquellevantamiento, libertar la muger del difunto corregidor, que aunmantenian prisionera, vestida á su uso, y en servicio de una de lasindias principales, y tambien para acabar de afianzar la quietud deaquellos naturales, cuyas turbaciones se daban las manos con las de laprovincia de Porco, que suscitaban en Yora, Tomabe y otros pueblos,algunos ánimos inquietos: las que dieron no pocos cuidados y desvelos ála imperial villa de Potosí, que se vió muchas veces amenazada de serinvadida por aquellos insurgentes, cuyos temores tomaban mayorincremento, por la impericia militar y natural en un Gobernador togado,que sobresaltaba y precavia mas de lo que era necesario, para lasamenazas que diariamente le dirigian los rebeldes, con el fin demantenerle en continuo subsidio, hasta que las acertadas operaciones deReseguin hicieron calmar todos los recelos, como lo espresa el mismoGobernador D. Jorge Escobedo, en carta de 9

de Abril de 1781, en que lodice aquel Ministro: "Confio se restablezca la quietud de estos lugares,porque ya parece manifiestan el miedo, que los primeros pasos de Vd. lesha dado; pues ayer hubo carta, en que piden se interceda por ellos parael perdon, y en Tomabe podrán á estas horas estar presos losprincipales."

Estas y otras noticias, que adquirió el Comandante, leaseguraron el buen estado en que estaban aquella é inmediatasprovincias, y considerándolas ya libres del contagio que habianintroducido en ellas las diligencias de los sediciosos, determinóponerse en camino el dia 11 del citado mes de Abril, sin esperar lasalida de la espedicion de Lipes, por los cuidados que mas adelantellamaban su atencion. Pero no tardó mucho tiempo en saber, habia tenidoel éxito mas feliz; cumpliendose exactamente cuanto habia prevenido enlas instrucciones que dejó á D. Antolin de Chabarri, y á quien nombróComandante de ella y de las milicias de Santiago de Cotagaita, quedirigió con acierto aquella operacion, desempeñando puntualmente todoslos encargos que se le habian confiado.

Continuó Reseguin las marchas, forzándolas cuanto le permitia sudebilidad, y la de los muchos enfermos que tenia; esforzábase en superarlas dificultades que le sobrevenian con este motivo, porque eranrepetidas las instancias que en todas ocasiones le hacia D. IgnacioFlores, para que se acercase á la Plata. Los pueblos del tránsito seesmeraron en dar las mayores pruebas de fidelidad, recibiendole con lasmas espresivas demostraciones que les permitia la infeliz constitucionen que habian estado poco antes. Tenian dispuestos alojamientos, prontoslos víveres y bagajes necesarios: se excedia en el cuidado de losenfermos; salian al encuentro á larga distancia los indios gobernadores,acompañados de sus segundas y curacas, con danzas y músicas á su uso,para acreditar el gusto y complacencia con que le recibian: de modo queparecia no habia tenido aquel pais alteracion alguna. Estascircunstancias le proporcionaron la satisfaccion de llegar á la Plata eldia 19 del propio mes, donde entró por medio de las aclamaciones de unnumeroso pueblo, acompañado de aquel Comandante, y de toda laoficialidad de milicias y de muchas personas de la primera distincion,que habian salido á recibir aquel corto número de