Mindanao: Su Historia y Geografía by José Nieto Aguilar - HTML preview

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Razas que Pueblan la Isla.

La población indígena de Mindanao puede dividirse en los grupos siguientes: Los aborígenes ó primitivos habitantes de la isla llamados aetas, negritos ó mamanuas, sumamente refractarios á la civilización, habitan en el interior de los montes haciendo una vida errantey retraída de todo trato social con los pueblos vecinos. Se encuentran en algunos montes de Surigao y Butuan, corriéndosehacia el S. hasta las inmediaciones del seno de Davao. Ocupan las márgenes de la laguna de Sapongan y las islas del N.

MALAYO-MAHOMETANOS.2—Los malayo-mahometanos, que dominan en toda la parte S. de Mindanao, extendiéndose hasta las grandes lagunas del centro yen muy pequeño número en algunos puntos de la costa N.

Difícil sería hacer un verdadero estudio de la raza mahometana de Filipinas. Constituída por la mezcla constante entre laraza árabe invasora y las diferentes tribus del país, su constitución es un conjunto abigarrado, en el que han desaparecidocasi por completo los caracteres etnológicos de los primeros invasores.Página 112

El idioma se encuentra en caso análogo. Los panditas ó sacerdotes se transmiten de unos á otros el conocimiento del idiomaárabe, el que necesitan para sus prácticas religiosas; pero la masa total de la población habla mezcla confusa de visaya yárabe con palabras tomadas en cada punto de los pobladores que existían cuando el mahometano conquistase el territorio, constituyendoun idioma dificilísimo de entender por la algarabía consiguiente á la intercalación de palabras de distintos dialectos, segúnla localidad del que lo habla.

El moro oceánico es en general de regular corpulencia, estatura mediana, de color cobrizo amarillo, propio de la raza malaya;ojos obscuros y rasgados, cejas pobres, nariz roma y labios delgados, por más que el uso del bullo no permita apreciar esta circunstancia; la cara resulta enjuta de carnes aunque ancha por lo saliente de los pómulos. Lospanditas y otros jefes se dejan crecer el bigote, pero fuera de estos casos el moro se arranca los pocos pelos que constituyensu barba. La cabeza se la suelen afeitar, pero una vez casados todos se dejan el pelo largo. Su pecho es robusto, de toraxdesarrollado, á propósito para las rudas faenas que soportan en el mar y en particular en la pesca de la perla.

El traje, aunque varía según la localidad, guarda relación en los detalles generales.

En Mindanao los hombres usan camisa partida, pantalón ancho y pañuelo en la cabeza arrollado en forma de turbante; las mujeresvisten de blanco, llevando una especie de saya que llega poco más abajo de la rodilla.

Por influencia del clima, como ocurre al indio, el moro es apático y abandonado; reservado y suspicaz, pocas veces dá á entendersus pensamientos, que oculta hasta en lo más insignificante y baladí.

Celosos de su nobleza, que fundan en larguísimos abolengos, son extremadamente orgullosos.

Les gusta relatar los hechos desus antecesores y las distinciones ganadas por éstos en la guerra, Página 113cuya historia se repiten unos á otros durante las largas horas de sus reuniones amigables, llamadas Vicharas.

Su ilustración es escasísima y reside en determinados individuos; pocos saben leer y menos escribir, á excepción de los dignatarios,que sólo por este concepto monopolizan los puestos y poco ó nada hay escrito sobre su lengua, que viene á ser, como ya hemosdicho, una mezcolanza de la árabe con muchas palabras chinas, malayas, tagalas y visayas.

El moro, enemigo taimado y audaz, no perdona nunca medio alguno para causarnos el mayor mal posible; protegidos por la obscuridadhan caído sobre pueblos inermes, ocasionando innumerables víctimas, haciendo centenares de cautivos; encastillados y defendidospor los bajos y arrecifes que circundan sus islas, están siempre listos para sorprender las embarcaciones que por allí seaventuran, cautivando á sus tripulantes y haciendo buena presa de los cargamentos.

El moro fué siempre un hombre terrible en la guerra, y lo mismo en Mindanao como en Joló; el número de su fuerzas no es conocido,porque allí donde hay un moro hay un guerrero; vá siempre armado con lanza, cris ó campilan, armas que nunca abandona, que son compañeras inseparables suyas, y que maneja con una rara habilidad; acostumbrado, comoel indio, al clima en que vive y á las fatigas de su azarosa vida poco necesita para cubrir sus atenciones; bástale un puñadode arroz, las frutas que el bosque le brinda, la pesca que abunda en sus playas y el agua de sus pantanos. Cuando se poneen marcha no atiende sino á sus armas, duerme á campo raso, come lo que encuentra á mano, siendo esta propiedad tan inherentede su vida que para él, el mal alimento no constituye quebranto alguno.

Dotado de grande astucia, nunca se presenta en el llano en caso de guerra, prefiere lo intrincado de sus bosques, lo inaccesiblede sus playas, donde se defiende con esa terquedad que le es común y con ese fanatismo peculiar al mahometano.

Atento primeramente á la seguridad de la familia, elige para Página 114situar sus poblaciones los puntos pantanosos de la playa, en la que vive con toda comodidad sí, pero rodeado siempre de precauciones,importándole poco la vecindad de las aguas, que para el moro, criado en ellas, la cosa más natural y más sencilla es el pasoá nado de cualquier río por ancho y caudaloso que éste sea.

Sitúa sus fortalezas llamadas Cottas en los puntos culminantes que por su posición dominan el pueblo donde se avecina. Estos fuertes los constituyen una dobleestacada rellena de tierra y piedras, que forma un macizo de 6 á 8 metros de espesor y 8 á 10 de altura. Allí parapetadosesperan, con la calma que dá la impunidad, hasta descargar sus armas á boca de jarro sobre el enemigo, resguardados en los manglares que por lo regular rodean sus cottas, é impiden la entrada en ellas de no ir provisto de guía.

Fabrican sus armas, á las que dan buen temple, siendo en algunas el trabajo muy esmerado. Estas consisten, generalmente, enuna hoja acerada de formas variadas y de 40 á 60 centímetros de longitud, que por medio de una espiga montan en un puño demadera, sujetándole al arranque de la hoja con una virola trincada con hilo metálico, que sube en forma de adorno hasta elpomo.

Este suele tener la forma de doble pico de loro. Las vainas las hacen también de madera, en dos piezas á lo largo, sujetascon abrazaderas de bejuco ó de latón. Para el asta de sus lanzas suelen emplear la madera del Guijo ó el Palasan, especie de bejuco, grueso y consistente.

Usan armas de fuego, siendo éstas fusil y cañón, de antiguos sistemas, desechos del Ejército, por más que tengan algunas deretrocarga y de repetición. También emplean un pequeño cañón llamado lantaca, de uno á cuatro centímetros de calibre. La mayor parte de estas piezas proceden de las embarcaciones que en sus antiguascorrerías apresaron, si bien las lantacas son fundidas en el país, donde de muy antiguo las fabricaban.

La manera de combatir el moro es por demás original; cubierto Página 115con su rodela, armado de cris ó campilan, se presenta al enemigo, al que aturde ó desorienta con sus innumerables saltos ysus penetrantes gritos; ya á su altura casi, amaga un ataque; ya con increible ligereza, colocado á 10 pasos, parece limitadoá la defensa, y de pronto, lanzándose sobre el adversario, le dá golpe mortal.

El campilan, arma que usa con preferencia, mantiene en el puño una especie de cola formada por mechones de cerda, y en sudanza guerrera vuelve rápidamente la hoja, presentando á la vista del enemigo, para aturdirle, aquel largo penacho que seagita, con cuya operación llama la atención del enemigo, le aturde y cuando le encuentra descubierto le ataca con increiblerapidez.

Tienen una habilidad especial para arrojar las flechas y la lanza desde la altura de sus parapetos, atravesando distanciasgrandes con certera puntería.

Los llamados Juramentados son entre ellos los más temibles; estos fanáticos hacen voto de morir matando, creyendo así conseguir irremisiblemente elParaíso. Las más de las veces son condenados á muerte, que de este modo intentan redimir su vida, si después de dar muerteá algún soldado consiguen escapar llevando el armamento del muerto. En estos casos no hay para ellos obstáculo alguno, puesciegos en su furor todo lo salvan con tal de conseguir sus designios.

Se han visto casos de presentarse tres de estos fanáticos,después de sorprender los centinelas de un cuerpo de guardia, y aprovechándose de la negligencia del soldado indio acuchillartoda la guardia antes de que ésta pudiera tomar las armas.

En la campaña de 1876, dos de estos desgraciados pretendieron volar el polvorín del fuerte de Afonso XII (Joló), y atravesandoel recinto de los primeros centinelas lograron pasar el pueblo, no obstante la exquisita vigilancia de los nuestros, llegandohasta arrojar por encima de la estacada una especie de pucheros pequeños llenos de pólvora y provistos de su mecha, Página 116que hubieran causado grave trastorno á no equivocar el punto del ataque.

Por lo descrito puede deducirse con cuánto conocimiento y precauciones debe llevarse la guerra á estas gentes, donde es enemigohasta el clima, que ocasiona las terribles calenturas palúdicas que han diezmado siempre nuestras expediciones.

En la campaña de Joló en 1876, llevada á cabo por el General Malcampo, la mayoría de las bajas ocurrieron en los mangles,donde quedaron encenagados hombres y pertrechos.

Los moros de Mindanao son recelosos, hipócritas, y como todos los de su especie, fanáticos por sus creencias. Constituídosen gobierno, obedecen directamente á los Dattos, los cuales, para su sostenimiento, cobran de todos sus subditos, ya seanó no moros, una contribución llamada Pagdatto, que consiste en un jabol, un bolo y veinte gantas de palay por cada matrimonio. Los Dattos dependen de un Sultán, Jefe superiorde la isla, que á su vez gobierna sobre los mandarines y otros tantos Radjas, formando una confederación que comprende todaslas tribus ó sus rancherías. En cada una existen las siguientes autoridades: el Tuang (Gobernadorcillo), el Cuano (Teniente de justicia), el Lamudia, Nacuda y Timuay (Jueces 1.º, 2.º y 3.º), el Gangalia (alguacil), el Baguadato (Principal ó cabeza) y Maraddiadinda (Primogénito de id.) Los Dattos suelen distinguirse de la gente del pueblo en el mayor adorno de sus vestidos, en los que usan botones dorados,y en la costumbre de llevar siempre el pañuelo en la mano y seguirle algún esclavo con la caja del bullo.

Su jerarquía religiosa se compone de los llamados Sarip y Pandita, sacerdotes que celebran las ceremonias de sus ritos en el Langa (mezquita ó camarín.) En el Sambayang (tiempo de Pascua), que dura unos siete días, está prohibido á todos los Página 117creyentes probar alimento alguno, y sólo soportan este riguroso ayuno, merced á una ligerísima colación que toman á medianoche, hora en que creen dormido á su Dios; pasado este tiempo se purifican todos con un baño general, y celebran la fiestacon grandes comilonas, en las que figuran preferentemente unas sopas condimentadas con aceite de coco, llamadas Ponian y Sindo. Les está prohibido asimismo comer carne de cerdo y el uso de bebidas espirituosas.

Para los casamientos han tomado ceremonias de los primitivos habitantes, si bien, estando admitida la poligamia, toman todaslas mujeres que pueden mantener. Si el pretendiente pertenece á la categoría de Bacungtao (hombre de pró), tiene que regalar á la novia de uno á seis esclavos por vía de declaración, y durante el tiempo de las relaciones,arroz, buyos, tuba, etc.; si el casamiento no se lleva á cabo puede el novio reclamar lo entregado, siempre que la culpa seade ella, en cuyo caso recibe, además, un esclavo.

La costumbre que tienen para efectuar sus enlaces es verdaderamente especial. Cuando forman el proyecto de buscar esposa,mandan á uno de sus amigos de más representación á casa de la novia para solicitarla del padre ó pariente, el cual, oído elparecer de la pretendida y siendo favorable, contesta desde luego que puede ir el novio por ella. En su vista éste se dirigeá la Mezquita y llama al Iman, en cuya compañía reza las oraciones marcadas, y luego después ambos marchan á casa de la doncella,ante la que se paran, preguntando el pretendiente desde fuera si puede entrar. El padre, que sale á la ventana, contesta afirmativamente,y en el momento de intentar el pretendiente abrir la puerta, salen todos los parientes de la doncella y se arrojan sobre él,simulando un ataque en el que ellos le amenazan y él se defiende, arrojándolos los objetos que para regalo lleva uno de susesclavos ó servidores en un gran bolsón que contiene los presentes de la novia. Después de este paso, y cuando el campo seha despejado, sube el novio la escalera de Página 118la casa, entrando con el Iman en la habitación donde se encuentra la señora de sus pensamientos muelle é indolentemente tendidaen un cogín; preséntale él sus respetos; su acompañante, haciéndola levantar, la coge por la cabeza dándola dos vueltas ála derecha, y, finalmente, asiendo la mano del novio, la coloca sobre la frente de la novia, la que inmediatamente se cubreel rostro en señal de rubor. Retírase luego el Iman, dejándolos solos. El novio prueba á besar y abrazar á la novia, defendiéndoseésta á mordiscos y arañazos; logra él cogerla; ella chilla y huye, y así se están una hora larga, corriendo el uno en posdel otro entre las risas de ella y los juramentos de él, hasta que el padre penetra en la habitación, manifestando que puededarse por satisfecho de la pureza de su hija, y entonces el novio deja la casa para ordenar los preparativos de la boda, queempieza aquella misma noche y dura otras dos más, con grandes comidas, bromas y jaleo de los convidados. El aspecto de estafiesta es interesantísimo en la última noche, después de la cena, hora en que se ultiman las ceremonias del enlace. La novia,en poder de sus madrinas, cambia el traje de su vida honesta por el que le lleva su señor, y mientras tanto, á los acordesde una música y el canto de los concurrentes, cuyo compás llevan todos colocados en cuclillas, golpeando el sahig (tejido de cañas del piso) con unos baquetones de madera, dos ó tres doncellas ejecutan el baile conocido por el Paujalay, que amenizan ya con dulces y provocativos balanceos, en los cuales ora tocan el suelo, ora se yerguen risueñas, dejandoadivinar en sus ligeros trajes todo el incentivo de sus encantos, ó ya, en fin, con ademanes nerviosos, en cuyo espectáculoarrebatador é indescriptible se pasan las horas sin sentir, en el mayor arrobamiento.

Concluida la fiesta, el emisario primitivo conduce la doncella á la casa del señor entre la algazara y chanzonetas de losconvidados, que satisfechos y llenos de gozo abandonan también la casa paterna para ir á sus hogares.

Para solicitar las concubinas se acostumbra mandar un emisario Página 119á la casa de los padres con el cris ó campilan del pretendiente, en cuyo nombre, una vez tomada la venia, contrata con ladoncella las condiciones de la concesión, y seguidamente la lleva á la morada de su dueño.

Cuando se trata del Sultán, elemisario, sin tomar permiso de los padres, expone á la pretendida el objeto de su comisión, que todos acatan con las mayoresmuestras de satisfacción, llevándose la muchacha sin otras ceremonias. En todos estos contratos, para no herir la suspicaciase procura que el mercurio sea por lo menos de la categoría de la mujer.

Con la misma facilidad llevan á efecto los enlaces que la separación de los esposos, que tiene lugar por la sola voluntaddel varón, perdiendo la repudiada todo derecho al que fué su señor, el que la devuelve á su familia ó la deja en la calleabandonada á sus propios recursos. Los hijos habidos en esta unión quedan siempre con el padre, á menos que ellos quieranirse con la madre, y en ambos casos tienen derecho como los demás á la herencia de los dos.

En sus bautizos, que celebran según los ritos, acostumbran á tener grandes comilonas, cuya importancia varía según los padrinos,y uno de sus preceptos más respetado es la circuncisión, que llevan á cabo, como muchas razas filipinas, no sólo con sus descendientes,sino con todos los que hacen vida común con ellos.

Para enterrar sus difuntos tienen cementerios señalados, y la fiesta fúnebre se reduce á colocar sobre la sepultura del finadola cabeza de un pollo con un áscua encima, mientras el Pandita murmura las oraciones adecuadas.

Su legislación penal consiste en los castigos corporales y las multas, si bien, dadas las costumbres del país, la justiciase la toma por su mano cada ofendido; así, por ejemplo, el que sorprende en delito de adulterio á su mujer, es árbitro decortarla una oreja y raparla la cabeza, degradándola á ser esclava de sus concubinas; al seductor cogido infraganti puede quitarle la vida; Página 120pero en cambio si éste se pone bajo el amparo del mandarín, paga su delito sólo con la cantidad de ocho pesos, precio bienmiserable que sin embargo no le exime de purgar su falta ante el ofendido, pues siendo por principio sagrada entre ellos lavenganza, y considerado cobarde el que no lava en sangre sus afrentas, queda aquél á merced de éste, que en la primera ocasiónse le presenta cris en mano para cobrar su deuda.

La calumnia no probada se pena con 15 pesos; la herida leve con 5; la grave con 15 y el instrumento con que se perpetró; lamuerte, con multa de tres á seis esclavos ó la vida en su defecto, teniendo presente que un esclavo vale de 15 á 30 pesos,según su calidad; el robo de valor de un peso cuesta 30 y un esclavo ó la esclavitud del culpable; el adulterio 60 y dos esclavosó la vida; la violación 30 y un esclavo ó la vida. Si un deudor se niega á pagar una deuda reconocida, paga por la primerafalta el doble, por la segunda el triple y por la tercera queda hecho esclavo ó paga con su pellejo. Las faltas cometidascontra los jefes tienen penas crecidísimas; el que insulta á un Datto es castigado con la muerte, á menos que entregue 15taeles de oro, y si es perdonado pasa á la categoría de esclavo, cualquiera que sea su clase, siendo esta misma pena aplicablepor la junta de jefes al noble que falta gravemente á otro.

Cuentan el tiempo, no por lunas, sino por días de la semana, como nosotros, llamando Sapto al lunes, y así sucesivamente los demás, Ahát, Isnin, Sarasa, Araboja, Cammis, hasta el Domingo que nombran Diammat.

Asumiendo los Dattos el poder omnímodo, son los que dan fallo sobre todos los pleitos de su tribu, cobrando de intereses unreal por peso; si el pleito es entre dos Dattos, los embajadores llamados Tumangung son los que arreglan las diferencias, y sólo en caso extremo se apela á la fuerza de las armas.

Conocen la moneda, pero acostumbran en la mayoría de sus negocios á usar los cambios. Su comercio consiste en arroz, café,balate, cera, biao, almáciga, carey, concha, nacar y petates.Página 121

Su industria se reduce á los tejidos de algodón y abacá, que coloran con el jugo de algunas plantas, á la fabricación de armasblancas y á la explotación de minas de plata y otros metales que se encuentran en sus dominios.

Además del opio y los gallos, una de las diversiones más concurridas es la lucha de los carabaos, que llevan á efecto colocandodos machos junto á una hembra, y teniéndolos sujetos hasta el momento del celo, llegado el cual los sueltan. Los animalesse acometen impetuosamente poseídos del mayor furor, hasta que uno muere ó huye, en cuyo caso el que queda cubre á la hembra,y los espectadores cobran sus apuestas, celebrando la función con gran algazara y chacota.

Conocen, en fin, varios juegos de naipes, entre ellos algunos de azar, como también se ejercitan en el canto y los bailespopulares, que son la alegría de sus fiestas, y entre los que merece especial mención el llamado moro-moro, que es una danza de combate que ejecutan los más diestros, armados de campilan y rodela, al son de sus instrumentos guerreros,ya con saltos de costado, simulando defensa, ya con otros al frente y grandes gritos figurando ataque.

Extremadamente supersticiosos, creen que el uso de ciertos talismanes los hace invulnerables en las batallas, y de aquí provienela ceguedad conocida en los juramentados; también es general la creencia de que puede hacerse invisible el que en determinadaépoca logra ver el cambio de piel en una culebra, y tienen por augurio mortal para sus Dattos la presencia de las nieblasque alcanzan á cubrir ciertas alturas que consideran sagradas. Estas costumbres y otras, tomadas sin duda de la raza indígenay fomentadas por sus sacerdotes, hace de aquel pueblo un centro deplorable de atraso, dificilísimo de reducir por nuestrosmisioneros.

Siguiendo los fundamentos de su religión, refieren el tiempo á la Egira, y su año es el llamado Embolismal ó de trece lunas,por las que cuentan.Página 122

Se sirven de la moneda en sus tráficos, usando indistintamente la española ó la china, de la que emplean la llamada Chapeca, del tamaño de un ochavo, con un hueco cuadrado en el centro, por el que las ensartan, formando largos y pesados rosarios.Cada mil de estas monedas vale un peso.

Según noticias fabricaban antiguamente otras de hierro, sumamente delgadas, que veníaná valer la quinta parte de la chapeca, y posteriormente usaron las llamadas Piring y Lacban, de cobre, de las que las primeras valían tanto como la china, y las segundas próximamente el doble.

Como todos los pueblos influídos por el mahometismo, son muy desconfiados y suspicaces, y para el asunto más insignificantese pasan los días de BICHARA con el sólo objeto de procurar engañar á todo el que tiene algún trato con ellos; su número será de unos 200.000.

De la mezcla de los moros con los aborígenes, y de éstos con los indios Tagalos y Visayas y aún algunos elementos chinos,se han formado una infinidad de tribus de muy distintas condiciones, usos y costumbres, que se clasifican en la siguienteforma: Manguangas. —Habitan en una extensa porción de terreno, comprendido entre el río Aguzan y la provincia de Misamis, y desde la costa N.hasta las inmediaciones de la laguna de Buhayan; son holgazanes y muy aficionados al robo.

Negritos-mamanuas. —Los negritos ó mamanuas se subdividen en distintas tribus, cuyas costumbres y dialectos varían según las diferentes razascon que se han cruzado.

Habitan en la cordillera oriental entre Butuan y Surigao; en las inmediaciones del seno de Davao, en las orillas del Agusan,se encuentran algunas familias, y en mayor número en las cordilleras centrales de la isla.Página 123

De la mezcla con elementos malayos y mongoloides proviene el que tengan la mayoría color algo claro y el pelo lacio, en loque se diferencian de los de su misma raza en el resto del Archipiélago.

Sumamente montaraces huyen de todo trato social, y cuando alguna vez los misioneros han conseguido que habitaran en las misionesó pueblos de conquistas, poco han tardado en abandonar el poblado, volviendo á su vida errante en lo más intrincado de losmontes, donde siembran sus cosechas, é inmediatamente de hecha la recolección levantan campo, y hasta que las necesidadesde cultivar lo exigen no vuelven á pernoctar en sitio determinado, dedicándose á su pasión favorita que es la caza.

Son muy sucios y el pelo se lo dejan crecer sin cortarlo jamás, así es que cuando las mujeres, efecto de la edad, se abandonanen lo que al cuido personal respecta, parecen verdaderas furias.

Las prendas de su uso consisten en un jabul corto que no les llega á las rodillas las mujeres, y taparrabos los hombres.

Sus armas son la flecha y el bolo; la primera, que manejan con rara habilidad, la emplean en la cacería, y emponzoñadas consubstancias vegetales si las emplean en combatir á sus enemigos. El bolo es su herramienta universal: cortan árboles y bejucospara construír sus viviendas; cuando cazan, de él se valen para limpiar las pieles y trocear la carne y hasta en el cultivolo emplean.

Manobos. —Proceden de la mezcla del negrito y el malayo, conservando de los primeros su raquítica complexión. Son muy poco laboriosos,pero muy guerreros y aficionados al robo y la piratería. Habitan una gran parte del río Butuan, prolongándose por las márgenesdel Hijo hasta el seno de Davao.

Los manobos se extienden por las márgenes del Butuan, donde son numerosos, llegando hasta las inmediaciones de Davao. De endebleconstitución física y pequeños de cuerpo, Página 124parecen raza degradada arrinconada hacia el interior por mandayas y moros, gente más fuerte y guerrera que ellos, aunque nuncatan sanguinarios y hábiles en el manejo de las armas. Se aprovechan de su superioridad sobre los Tagacaolos, Bilanes y Bagobospara hacerles la guerra con el exclusivo objeto de aprehenderles sus mujeres é hijos, que luego venden á los moros.

Los manobos, á semejanza de los negritos, á que deben su origen al mezclarse éstos con los malayos, no dedican gran atencióná las faenas agrícolas, pues éstas se reducen á desmontar el sitio que juzgan adecuado, y sin otra preparación hacen sus siembras,cogen las cosechas, y para otra buscan nueva sementera.

Cada grupo de varias familias elige su jefe, que siempre es el más ladrón y sanguinario, al que dan el nombre de Bagani.

El bagobo acomodado levanta su casa en sitio libre de inundaciones y sobre altos arigues ó pilotes; el suelo lo forman con tiras de caña ó de madera de coco flexible y resistente á la vez, y sobre éste con sólo extenderun petate encuentran cómodo lecho él y las mujeres que su fortuna le permite, cuyo número es ilimitado, por más que una solaes la legítima. Los hijos son todos reconocidos y viven en familia, pero á la muerte del padre tienen preferencia en la herencialos habidos con la mujer legítima.

El trabajo del campo está mirado como denigrante, por cuya razón éste lo hacen los esclavos.

Cosechan arroz, tabaco, camote,maíz y algo de caña de azúcar.

En cuanto á religión, si bien ésta es en su esencia la misma de los demás monteses, su carácter feroz le ha impreso ciertasprácticas esenciales que entronizan el asesinato á virtud envidiable y el más glorioso hecho del manobo.

Mandayas. —Es la tribu más noble y de carácter más pacífico aunque valientes entre los idólatras de Mindanao. Son de color claro, altosy robustos, distinguiéndose por el pelo, que se Página 125lo dejan crecer lo mismo que sus mujeres. Poco aficionado á la civilización, el Mandaya hace siempre vida errante, aunqueles gusta el trato comercial con los cristianos.

Bagobos-Guiangas. —Tribu la más feroz de Mindanao, y por su carácter cruel y sanguinario aseguran algunos escritores que son antropófagos.

Habitan por las cercanías del seno de Davao, por el Apo, corriéndose al E. hasta las orillas del Pulangui y hacia el S. alpuesto de Maralag.

Tagacaolos y Bilanes. —La continua guerra que sostienen con los moros les ha hecho en extremo valientes, pero la bondad de sus prácticas moralesy lo afable de su trato demuestra serían susceptibles de una rápida civilización. Se encuentran por la vertiente S. del Apo,en los montes próximos á la costa SO. de las islas y en las islas Sarangani, situadas en la bahía de su nombre.

Subanos. —Habitan toda la parte de Mindanao comprendida entre Misamis y Zamboanga, y á pesar de que su número se presume ascienda á100.000 están dominados por los moros, que se sirven de ellos para las más rudas faenas.

Son de color bastante obscuro, lo que se observa en Zamboanga, donde hay algunas familias de éstos, componiendo una partede la población cristiana de los barrios inmediatos á la capital.

Tirulayes. —Habitan en los montes de la costa O. de la bahía Illana, inmediatos á Tamontaca.

Son de complexión raquítica y de costumbresmuy relajadas, cuidándose poco de la honestidad de sus mujeres é hijas.

La misión de la Compañía de Jesús, establecida en Tamontaca, ha formado un pueblecito con las familias de Tirulayes que convierteal cristianismo; pero á pesar de los esfuerzos de los padres que componen la misión, el progreso de la religión católica esentre ellos de tan negativos resultados, que la población de Tamontaca se mantiene estacionaria sin que adquiera Página 126el desarrollo que podría esperarse de su magnífico emplazamiento sobre uno de los brazos del Pulangui.

El último grupo lo consideramos formado por la población cristiana de indios que, al amparo del Ejército y dirigidos por lasórdenes religiosas, han ido extendiéndose por el N. hasta formarse las dos ricas provincias de Misamis y Surigao. Los habitantesde Zamboanga, mezcla de moro tagalo y español, cuyo idioma hablan todos aunque de un modo imperfecto.

Y, por último, la población de indios que reside en todos los puntos militares, formada de deportados, presidiarios que hancumplido su condena y licenciados del Ejército, los cuales se dedican al comercio al menudeo de la localidad, para servirá las familias españolas, y en muy pequeño número á la agricultura, pues los hábitos de holganza y los vicios adquiridos anteriormentepueden más en ellos que el deseo de procurarse un