Las Solteronas by Claude Mancey - HTML preview

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9 de marzo.

Por fin ha habido una carta suya, dirigida esta vez al padre Tomás, apropósito de un volumen que no se encuentra en las librerías... Perocomo el volumen me interesa poco, retengo sobre todo la frase en que elseñor Baltet asegura que su viaje a Aiglemont ha sido su camino deDamasco, y que su sueño dorado sería llamar su mujer a aquella de quienconserva tan profundo recuerdo...

¡Qué bien dicho está!

Cinco veces he leído el famoso pasaje, y, finalmente, para escapar a lasmiradas maliciosas del padre Tomás, me he arrojado llorando en losbrazos de la abuela.

El cura se quedó un poco sorprendido por esta conclusión imprevista.

—¡Cómo!... ¿Lágrimas?...—murmuró levantando las gafas para ver mejor.

—Sí—respondió la abuela,—esta niña está muy sensible...

—¿Y es esa frase, que parece insignificante, la que ha provocado taldiluvio?

—Ciertamente... Señor cura—añadió la abuela descontenta,—

no tieneusted corazón, sino comprende estas lágrimas.

—¡Bah!—respondió el cura, comprimiendo políticamente la risa,—creotenerlo un poco, aunque mis glándulas lacrimales no tengan la mismacapacidad que las de Magdalena...

No pude menos de reírme de la evidente sinceridad del cura, el cual dioun salto al oír la carcajada burlona que dejé escapar.

—¿Ahora se ríe?...—exclamó abriendo los ojos con intensasorpresa.—Qué hermosa es la juventud... Se llora y se ríe sin saber porqué...

En seguida, para evitar otra emoción, me preguntó a quemarropa:

—¿Y las solteronas?... veo que las abandona usted definitivamente... Noestá bien interrumpir tan bonitos estudios...

—Así es la vida—respondí;—pero no crea usted que las abandono, puestoque les deberé mi felicidad...

El cura me miró con expresión de asombro, y la abuela me dirigió unasonrisa.

—Eso—dijo,—no es de la competencia de usted, señor cura...

seaindulgente... Magdalena es tan feliz...

—Feliz por una frasecilla sin estilo, sin citación...—

dijodespidiéndonos,—sí, no lo comprendo...

—Lo creo, señor cura, que no lo comprende usted... Eso no es de sucompetencia, como dice la abuela...