

En el capítulo veinticuatro hablamos de la “realidad virtual”…
Si parte de tu experiencia en la “realidad virtual” generada por ordenador fuera mirar tu cuenta corriente y ver un millón de dólares en ella, me pregunto si dirías:
Esto debe ser un error, yo no he ganado ese dinero.
Lo más probable es que fueras consciente de que fue creado de la nada por el diseñador de tu experiencia de “realidad virtual” y no necesitaras saber cómo llegó allí. De hecho sabrías cómo llego allí.
Pero, según la física cuántica, la vida misma es una experiencia de “realidad virtual”, un universo holográfico creado para nosotros por nuestro Yo Infinito. Si como Jugadores dejásemos de necesitar “cuentos” sobre cómo puede llegar el dinero a nosotros, eso quitaría todas las limitaciones que ponemos al recibir dinero y haría que el trabajo de nuestro Yo Infinito fuera mucho más fácil.
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Una pregunta que oigo mucho a mis amigos, especialmente los trabajadores por la paz: “cómo hacemos que nuestro Yo Infinito cree más dinero para nosotros, ya que queremos hacer cosas buenas con él?”
La respuesta puede ser difícil de aceptar para alguna gente: “la pregunta misma es el origen de gran parte de tus problemas”.
¿Por qué? Lo primero de todo es que el pensamiento de que tú “quieres hacer cosas buenas con el dinero” sigue siendo un juicio. De hecho, hasta hay un grupo que cree que hay algo intrínsecamente “erróneo” en el dinero y que necesita ser “humanizado”1, cosa que ellos estarían encantados de hacer si se lo diéramos.
En lo que respecta a tu Yo Infinito, no hay cosas “buenas” o “malas” que puedan hacerse con el dinero. El dinero, como todo lo demás, es neutro. El dinero no necesita ser “espiritualizado”, ni “humanizado”, ni “purificado” usándolo “por todas las razones correctas”.
No hay “formas correctas” ni “formas erróneas” de usar el dinero, eso es otro juicio del que liberarse.
Como recuerdas, el juego en la primera parte era ver cuánta limitación externa podría experimentar un Jugador, de manera que el Yo Infinito pudiera tener una “experiencia interior”. Eso significa que el Yo Infinito puede usar el dinero, por ejemplo, como herramienta para crear limitación. Para alguna gente eso puede significar no tener mucho dinero, o nada en absoluto. Eso ya de por sí puede producir una gran cantidad de limitación. En el caso de otros Jugadores, su Yo Infinito podría elegir darles todo el dinero que puedan tener (incluso más del que puedan gastar) y experimentar las limitaciones inherentes a la riqueza, como la de ser conscientes de que la paz y la alegría no son el resultado de tener mucho dinero. Estoy seguro de que conoces a personas que son ricas y a la vez infelices. A decir verdad, tener dinero puede ser a menudo más limitador que no tenerlo.
O quizá un Yo Infinito dé dinero a su Jugador, y éste lo pierda y experimente limitación de esa manera. O quizá que un Jugador está muy cómodo económicamente, pero que le ocurra algo a la Economía y el Jugador se sienta víctima de “poderes más allá de su control” cuando desaparezca de repente la fortuna que cree que le ha costado tanto ganar. Todas esas posibilidades, y más aún, pueden llevar a experiencias limitadoras en la primera parte del Juego.
Lo que cuenta es que es el Yo Infinito quien decide cuánto dinero vas a tener, basándose en las experiencias que quiere que tengas y en la mejor manera que tiene para crear esas experiencias.
Eso también es cierto en la segunda parte del Juego Humano.
El Yo Infinito quiere que disfrutes de la abundancia infinita en la segunda parte, y eso incluye tener todo el dinero que quieras y necesites. Pero eso no quiere decir que tan pronto empieces a jugar la segunda parte tu cuenta bancaria esté tan llena que vaya a desbordarse automáticamente, porque aún tienes juicios sobre el dinero que desarrollaste en la primera parte y creencias que tienen que ser trabajadas sobre cómo puedes conseguir dinero. Mejor dicho, en la primera parte del Juego otorgaste mucho poder “ahí fuera” en relación con el dinero: quién lo crea, qué tienes que hacer “ahí fuera” para traerlo “aquí”, y demás. Como hemos hablado, lo primero que harás en la segunda parte es tener experiencias que te muestren dónde has otorgado este poder para que lo “recuperes” y reconozcas la verdadera fuente de la abundancia: tu Yo Infinito.
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Entonces, ¿puedo pedir dinero a mi Yo Infinito, o rezar por él? Sí, puedes. Puedes mandarle el mensaje a tu Yo Infinito de que te gustaría tener algún dinero, en cualquiera de los modos que te parezcan apropiados. Debes sentirte libre en todo momento de hacerle saber tus deseos a tu Yo Infinito. Él probablemente ya lo sabe, pero no importa, tú pídeselo de todos modos.
Por cierto, sólo necesitas hacerlo una vez. ¡Tu Yo Infinito te oirá a la primera, no necesita que se lo recuerdes! Pedir algo más de una vez se parece mucho al juicio de que algo va mal porque no lo tienes todavía. Recuerda que tu Yo Infinito puede decidir que no darte lo que pides sea la experiencia más apropiada para ti, incluso en la segunda parte, de modo que no deberías tener expectativas unidas a tu petición cuando la haces, no deberías tener necesidad de que tu deseo se satisfaga. Es posible que tu Yo Infinito tenga algo diferente guardado para ti que podría hacerte más feliz y más rico de lo que habías pedido.
Ciertamente eso fue verdad para mí. Mi Yo Infinito sabía cuánto amaba yo el océano, y navegar, y los delfines, y las ballenas. Soñaba a menudo con vivir en un barco, pero no tenía el dinero para hacer realidad ese sueño. En lugar de darme un par de millones de dólares, mi Yo Infinito creó una experiencia para mí: navegué por el Atlántico Este en un velero de veinticinco metros con alguno de mis mejores amigos, nadé con delfines y ballenas, toqué música y me lo pasé como nunca durante un año; y no me costó ni un céntimo. Yo no habría podido crear todo eso por mí mismo jamás, ni haber pensado siquiera en esa posibilidad.
Entonces, ¿por qué pedir dinero, para empezar ? Si quieres pedir algo, ¿por qué no pedir en lugar de eso lo que sabes que vas a tener de todas formas? O sea, las experiencias que tu Yo Infinito quiere que tengas, junto con todo el dinero necesario para esas experiencias. Si todavía estás en la fase de reconocer dónde otorgaste poder “ahí fuera” sobre el dinero, deberías pedir realmente las experiencias en las que no consigues el dinero que quieres, y así puedas ver claramente los juicios, prejuicios y creencias limitadores que aún tienes acerca del dinero.
Espera un momento me dice un buen amigo, decidí que quería una motocicleta, de manera que usé El Secreto, visualicé lo que quería, ¡y conseguí una!
¡Fantástico! Me alegro mucho por ti y estoy contento de que tengas lo que querías. Pero tengo que estar en desacuerdo contigo sobre cómo lo conseguiste, puesto que tú no tienes poder para crear nada, y tampoco lo tiene una secreta ley de atracción. Sólo tu Yo Infinito podía crear una motocicleta para ti. Yo puedo pensar en un montón de explicaciones de cómo y por qué tienes lo que querías.
Por ejemplo, desde que te conozco sé lo verdaderamente buena persona que eres, y si yo fuera tu Yo Infinito también te daría una motocicleta, sólo para premiarte por el buen trabajo que haces como mi Jugador. Puedo imaginar también que sucedió al revés, que tu Yo Infinito quisiera que tú tuvieses una motocicleta, y que lo hubiera querido mucho tiempo, pero tus creencias hacían difícil conseguirte una hasta que decidiste que podías “manifestar” una usando una fórmula secreta. (Hay que decir, de pasada, que ése es un beneficio de El Secreto y la “Ley de Atracción”: que amplías tus creencias acerca de cómo pueden llegar las cosas a tu realidad.)
O quizá tu Yo Infinito quería que empezases a darte cuenta de que él era la fuente de todas tus experiencias para profundizar la conexión y la comunicación contigo. La mejor manera que pudo encontrar para hacerlo era darte una motocicleta y luego darte este párrafo en este libro para que sepas de dónde te vino realmente.
Las posibilidades son infinitas. La única posibilidad que no es posible (¿cómo?) es que tú “manifestases” la motocicleta, porque eso no puede ser algo que tú hayas hecho, independiente de la experiencia holográfica creada para ti por tu Yo Infinito. Reconocer ese hecho es un paso importante que dar en la crisálida.
A pesar de lo que al ego le gustaría hacernos creer (que tenemos el poder de crear una motocicleta, por ejemplo, o dinero, o una casa, o lo que sea por algo que nosotros hagamos como Jugadores), esta es una de esas creencias de dentro de la sala de cine que sólo pueden llevarnos más lejos en la limitación. Por el diseño del Juego, es importante que en la primera parte el Jugador atribuya erróneamente la verdadera fuente de sus experiencias, o la ilusión se rompería y el Juego se acabaría.
Como he dicho, desde que te conozco sé también que has intentado manifestar otras cosas usando ese mismo “secreto” antes, y que no ha funcionado. Lo que importa es comprender que no fuiste tú quien hizo nada equivocado en esos otros casos. A decir verdad, tú, y todos nosotros, lo hemos hecho todo perfectamente como Jugadores, tanto si nos damos cuenta, como si no. Lo que no funciona son las técnicas que hemos usado al intentar hacer que nuestras experiencias fuesen diferentes. Sí, todas contienen alguna verdad y son algo factible parte del tiempo para algunos, pero, para hacer posible la primera parte del Juego, están entre un poco desviadas y completamente alejadas de la diana.
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Ahora que ya estamos jugando la segunda parte, se puede revelar la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Como Jugadores se nos darán nuevas oportunidades de experimentar algo muy diferente. Por ejemplo, a bote pronto puedo pensar en seis formas generales por las que hemos bloqueado el flujo de dinero en la primera parte de Juego Humano. Deberíamos mirarlas de cerca en la segunda parte para empezar a comportarnos de la manera opuesta:
Ya hemos hablado mucho sobre la mayoría de éstas, así que déjame que haga unos pocos comentarios adicionales…
Conozco muchísima gente que quiere dinero porque quiere que algo “ahí fuera” sea diferente. Esto puede ser salvar las ballenas, o acabar con la pobreza o el hambre, o crear la paz mundial. Pensamientos nobles todos ellos, pero siguen siendo juicios de que algo no va bien y se necesita arreglarlo, cambiarlo o mejorarlo. Recuerda que hay un motivo de que las ballenas, la pobreza, el hambre, la guerra y la violencia aparezcan en tu experiencia holográfica, creada por tu Yo Infinito. En la primera parte del Juego, ese motivo era crear más limitación. En la segunda, el motivo es mostrarte dónde otorgaste poder “ahí fuera”, recordarte que olvidaste el hecho de que tu Yo Infinito creaba todo en tu holograma y que nada de ello era “real”. Entonces, es dudoso que en la segunda parte tu Yo Infinito (que sólo quiere alegría y abundancia infinitas para ti) apoye económicamente la continuación de esos prejuicios de la primera parte.
Una de las mayores creencias que tenemos que abandonar es que nosotros, como Jugadores, no sólo tenemos el poder de crear dinero, sino que debemos salir y “hacer algo” para conseguirlo. Dicho con otras palabras, ser “proactivo”, especialmente en lo que respecta al dinero. Pero no hay nada que podamos hacer, literalmente. Nuestro Yo Infinito lo hace todo por nosotros, nuestra única labor es dejar atrás todo prejuicio y toda creencia y, por lo tanto, ser más capaces de recibir la abundancia que intenta ponerse en nuestro camino.
El hecho es que sólo creemos que tenemos que hacer algo porque existen esos cuentos inventadas de cómo puede llegarnos el dinero. Cuando abandonamos esos cuentos, el dinero puede empezar a fluir en muchas formas diferentes, que apenas podemos imaginar. Deja que te dé dos ejemplos (basados en experiencias reales) desde una perspectiva de sexos diferentes. Comencemos por “las señoras primero”:
Tus padres están a punto de celebrar sus bodas de oro y tú has estado meses trabajando en recoger fotos de ellos desde que eran niños para hacer con ellas una película que celebre su vida juntos. Anoche encontraste la última foto que querías y ahora ya estás lista para crear el vídeo.
Hay un programa de software estupendo que has encontrado en Internet para hacer vídeos con música, narración en off, animación y todo lo demás, que cuesta 119,95 dólares. La última vez que pagaste el recibo de tu tarjeta de crédito sabías que sólo tenías unos 150 dólares en crédito disponible, y necesitas también zapatos nuevos para el trabajo. Pero estás tan animada con este regalo para papá y mamá que decides comprar el software de todas formas y preocuparte por los zapatos después.
El vídeo es un éxito total y tus padres están muy conmovidos.
Cuando llega el extracto de tu tarjeta de crédito aún tienes 150 dólares de crédito disponible. Esto no tiene sentido. Miras y ves que no han subido tu límite de crédito, y entonces ves que el cargo por el programa de software no está en el extracto, aunque has recibido confirmación de ese cargo de la empresa de software.
Preocupada por si a la empresa no le han pagado realmente, y como no quieres ir contra la ética, les llamas: “Sí, hemos recibido el pago por su compra. No hay problema”.
Así que decides esperar, imaginando que el cargo de 119,95 dólares estaría en el siguiente extracto de la tarjeta. Pero no está, ni tampoco en el del mes siguiente.
A estas alturas necesitas verdaderamente esos zapatos, de modo que los compras con la misma tarjeta de crédito. No aparecen tampoco en los próximos extractos. De hecho, ninguno de los cargos que haces en esa tarjeta de crédito aparece en ningún extracto, aunque los comerciantes y vendedores cobran.
Al final, como Jugador de la segunda parte, te das cuenta de que tu Yo Infinito está creando dinero para ti en una forma nueva y creativa, y tú le expresas un agradecimiento profundo.
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Y desde una perspectiva masculina:
Decides salir a cenar con unos amigos, miras la cartera y ves que tienes 10 dólares. Llegas al restaurante, lees el menú, y se te hace la boca agua cuando ves el chuletón de costilla. Tu cuerpo entero se llena de alegría pensando en comerse ese filetón, tu animación crece por momentos.
Luego ves el precio del filetón: 14 dólares. Recuerdas que sólo tienes 10 dólares. Lo siguiente que recuerdas es una historia en las noticias de anoche sobre lo mala que es la carne roja para la salud, y decides que de todas maneras no deberías comerte ese filetón. Entonces miras por encima de la mesa a una mujer, con la que te mueres por quedar, y ves que es una vegetariana que sólo come comida ecológica. Como quieres impresionarla, ni se te ocurre comerte el chuletón. Con cada nuevo pensamiento tu nivel de ánimo baja y baja, hasta que ya no estás contento de haber venido a cenar.
Al final te decides por una ensalada César (sin pollo asado), que cuesta 7 dólares, de modo que te queda poco para una bebida, los impuestos y la propina. Nada de cerveza, aunque de veras te apetece una, porque tu médico te ha dicho que tienes que perder peso.
Una hora después sales del restaurante, sin la mujer de tus sueños, triste, solitario, insatisfecho, y 10 dólares más pobre. Además de eso la ensalada César era malísima y la camarera era maleducada. Te arrepientes de toda esa noche.
O bien:
Decides salir a cenar con unos amigos, miras en tu cartera y ves que tienes 10 dólares. Llegas al restaurante, lees el menú y se te hace la boca agua cuando ves el chuletón de costilla. Tu cuerpo entero se llena de alegría pensando en comerse ese filetón, tu animación crece por momentos.
Luego ves el precio del filetón: 14 dólares, pero te recuerdas a ti mismo que tu Yo Infinito quiere que sigas lo que te anime y te alegre, y te recompensará cuando lo hagas, ahora que estás jugando la segunda parte del Juego Humano. Así que pides el chuletón y una cerveza.
La mujer sentada frente a ti, que se come su patata asada con brécol, se inclina hacia ti y susurra:
Qué raro… yo también quería de verdad un chuletón esta noche. ¡Ojalá lo hubiera pedido!
Después de la cena dice que se lo pasa bien contigo porque eres una persona muy libre y feliz y te da su número de teléfono. La noche ha sido un éxito completo, la comida estaba perfectamente hecha y el servicio era impecable. Y lo mejor de todo: te levantas al día siguiente habiendo perdido un kilo.
Pero, ¡espera!, ¿cómo has pagado el bistec? Cuando llegó la cuenta miraste en tu cartera y había un billete de 20 dólares, no uno de 10. Bueno, piensas, debe ser que has contado mal antes de salir de casa.
A lo mejor. Pero a lo mejor tu Yo Infinito cambió tu holograma y descargó el billete de 20 dólares en tu cartera en lugar del de 10, cuando estuvo claro que no ibas a dejar que tus juicios y creencias se interpusieran en el camino de tu ánimo. Una vez que esto te haya ocurrido unas cuantas veces más, al final aceptarás el hecho de que tu Yo Infinito ha encontrado otra forma de crear dinero para ti.
Haz esto unas cuantas veces (dale a tu Yo Infinito la oportunidad de apoyar tu ánimo económicamente) y tu vida no volverá a ser la misma. En seguida estarás “encontrando” dinero en sitios en los que ni soñaste, recibirás dinero en formas que nunca creíste posibles, y olvidarás mirar tu cuenta bancaria, porque sabes que de todas formas tampoco es real y se puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos.
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¿Lo dices en serio?, ¿eso funciona de verdad?
Sí, funciona. Al menos, lo hace para mí y para muchos conocidos míos que comprenden cómo funciona el dinero en un universo holográfico. Yo no digo que tenga siempre mucho dinero en el bolsillo ni en mi cuenta bancaria. Pero sé sin ningún género de dudas que tengo acceso a un suministro ilimitado de dinero a través de mi Yo Infinito, y que siempre tendré todo el dinero que necesite para las experiencias que mi Yo Infinito quiere que tenga. Esta es situación fantástica en la que estar, porque ya no tendré que preocuparme jamás por el dinero.
Realmente es muy sencillo: si mi Yo Infinito quiere que tenga una experiencia, me dará todo el dinero necesario para esa experiencia. Si yo, como el Jugador, creo que quiero tener una experiencia, pero mi Yo Infinito no está conforme, el dinero no estará disponible, sin que importe lo que yo intente para que ocurra. ¡No puede ser más sencillo!
Pero no creo que esa sea de veras la pregunta, lo más probable es que la verdadera pregunta en tu mente sea: “¿funcionará esto para ti?”
En la primera parte del Juego Humano, concretamente, creímos que teníamos que ser “proactivos”, creímos que teníamos que “hacer algo” para “hacer que pasara algo”. De esa creencia vinieron otras relacionadas con el dinero, como tener que trabajar por él, o ir “ahí fuera” y conseguirlo, o hacer que los demás nos lo diesen de una u otra manera. De hecho, la única manera que creímos que podíamos conseguir dinero dependía absolutamente de los demás, a los que hemos adjudicado mucho poder. En realidad, incluso en la primera parte nuestro Yo Infinito creaba todo el dinero que conseguíamos como parte de los hologramas que descargaba en nuestro cerebro. Esa cantidad de dinero, por supuesto, estaba limitada por nuestros prejuicios y nuestras creencias sobre la forma como podía venir a nosotros. Sólo parecía que “ganábamos dinero”, sólo parecía que dependíamos de que otros nos lo dieran.
En la segunda parte podemos dejar todo eso atrás, con la certeza absoluta de que todo el dinero que necesitemos para cualquier experiencia será parte del holograma que nuestro Yo Infinito descargue para nosotros.
Pero no me malinterpretes, por favor. No estoy sugiriendo que todo lo que hagas en la segunda parte sea quedarte en tu sillón y esperar que el dinero se deposite mágicamente en tu cuenta bancaria, a menos que sea eso lo que te brinde más alegría y que sea todo lo que estés motivado a hacer en ese momento. Lo que sugiero es que lo que te entusiasme hacer, lo que te brinde alegría es en lo que debes concentrar toda tu atención y energías, más que en hacer algo que no te alegra porque piensas que “tienes que ganar dinero”. Es posible que la animadversión y otros malestares que sientes trabajando simplemente por dinero en un trabajo que no te gusta sea tu Yo Infinito diciendo “¡para! y averigua lo que más te entusiasme hacer”, independientemente del dinero.
Lo único que detiene a la gente de hacer exactamente eso es el miedo. Pero, ¿quién sabe? Quizá lo que realmente te entusiasme te traerá más dinero que cualquier trabajo que ahora odias.
Sólo hay una cosa que puedo garantizarte, basada en mi experiencia propia y en los resultados de examinar y poner a prueba este modelo: una vez que hayas asimilado tus juicios, prejuicios, creencias, opiniones y miedos sobre el dinero, tu Yo Infinito tendrá mucho más fácil el trabajo de conseguir el dinero para que tú sigas aquello que te entusiasma. Llegarás a confiar plenamente en que tu Yo Infinito proveerá todo el dinero que necesites para tener las experiencias que él quiera.
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Podría darte bastantes ejemplos de mi propia vida en los que el dinero aparecía en mi cuenta corriente o en mi cartera sin motivo alguno (exactamente la cantidad que necesitaba para hacer algo, y justamente a tiempo), con los documentos para probarlo. No tengo ni idea de dónde vino el dinero. A decir verdad, estoy tan