Comedias: El Remedio en la Desdicha: El Mejor Alcalde, El Rey by Lope de Vega - HTML preview

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la

corteza,

Enternézcaos

de

un

hombre

la

tristeza,[8]

Que

un

imposible

adora.

JARIFA.

Corona

vencedora

De

ingenios

y

armas,

Dafne,

eternamente

Por

quien

desde

el

aurora

Hasta

la

noche

llora

tiernamente

El

sol

resplandeciente:

Si

no

habéis

de

ablandaros

Al

són

del

llanto

mío,

¿De

qué

sirve

cansaros,

Y

mi

imposible

pretensión

contaros,

Que

al

viento

sólo

envío?

ABIND.

Claro,

apacible

río,

Que

con

el

de

mis

lágrimas

te

aumentas,

Oye

mi

desvarío

Pues

que

con

él

tus

aguas

acrecientas.

Razón

será

que

sientas

Mis

lágrimas

y

daños,

Pues

sabes

que

me

debes

Las

que

por

mis

engaños

Llorar

me

has

visto

tan

prolijos

años,

Y

por

bienes

tan

breves.

JARIFA.

Porque

tu

curso

lleves,

Famoso

río,

con

mayor

creciente,

Y

la

margen

renueves

Que

en

tus

orillas

hizo

la

corriente

De

aquella

inmortal

fuente

Que

a

mis

ojos

envía

El

corazón

más

triste

Que

ha

visto

en

su

tardía

Carrera

el

sol

en

el

más

largo

día,

Hoy

a

mi

llanto

asiste.

ABIND.

Jardín

que

adorna

y

viste

De

tantas

flores

bellas

Amaltea:[9]

Aquí,

donde

tuviste

Aquella

primavera

que

hermosea,

Cuando

por

ti

pasea;

Aguas,

yerbas

y

flores,

Aquí

vengo

a

quejarme,

Y

no

de

sus

rigores,

Sino

de

un

imposible

mal

de

amores,

Que

ya

quiere

acabarme.

JARIFA.

Si

para

lamentarme,

Aquí,

donde

perdí

mi

libre

vida,

Lugar

no

quieren

darme

El

blando

río

y

planta

endurecida,

Al

cielo

es

bien

que

pida

Piadoso

oído

atento.

Oídme

cielo

hermoso;

Óyeme,

amor,

contento

De

haber

triunfado

de

mi

libre

intento

Con

arco

poderoso.

ABIND.

Si

hay

algún

dios

piadoso

Para

con

los

amantes,

y

si

alguno

Deste

mal

amoroso

Probó

el

rigor,

tan

fiero

y

importuno,

Pues

no

hay

amor

ninguno

Que

pueda

ser

tan

fiero,

O

me

remedie

o

mate;

Que

por

mi

hermana

muero

Y

en

tan

dulce

imposible

desespero:

Tal

es

quien

me

combate.

JARIFA.

Al

último

remate

De

mi

cansada

vida,

al

postrer

dejo,

Cuando

no