Taller Para Prevención del Sida Para Hombres Latinos by Jacobo Schifter - HTML preview

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Antecedentes

La epidemia del Sida quedó plasmada en Costa Rica cuando en 1984 se registraron los primeros cuatro casos de receptores de homoderivados con el padecimiento.

Al año siguiente, aparecieron tres hemofílicos más infectados, el primer homosexual y la esposa de un hemofílico. Años después, a finales de 1987, se observó que la epidemia tomaba un rumbo diferente, debido a que el principal grupo afectado era el de hombres homosexuales y bisexuales. Actualmente, este grupo es el más afectado por la epidemia y constituye el 75% de los 352 casos acumulados que hasta abril de 1992 se habían registrado.

Paralelo al desarrol o del fenómeno en el país, en el año 1985, dio inicio el proceso nacional de planificación con el objeto de prevenir la transmisión del VIH, reducir la morbilidad y la mortalidad por esta causa y desarrol ar programas de prevención y control de la epidemia. Para el o se estableció en 1985 la Comisión Nacional de Sida, CONASIDA, órgano adscrito al Despacho del Ministerio de Salud y asesorando por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) (CONASIDA, 1985). También se creó, en el Ministerio de Salud, el Departamento Control del Sida para desarrol ar programas de prevención e información.

Hasta la fecha, en el país, las campañas oficiales de lucha contra el Sida se ha dirigido básicamente a la población heterosexual. La posición asumida muestra el temor de un fuerte desarrol o de la epidemia en este grupo. Por el o, se informa sobre la infección, las prácticas que favorecen la transmisión y las formas de prevención.

No obstante, existen diversos grupos, que por su estilo de vida u orientación sexual, hasta hoy día, no han recibido información adecuada ni pertinente del Estado.

Así por ejemplo, la comunidad gay y bisexual, pese a que constituye desde hace varios años el grupo más afectado por la epidemia, las autoridades nacionales en el campo de la salud mantienen aún la renuncia a trabajar con este grupo.

Por este motivo, en 1987 se fundó la Asociación de Lucha Contra el Sida (ASOLUCI), la única organización privada que hace prevención del Sida en la comunidad gay y bisexual en Costa Rica. Con un presupuesto mínimo y sin ayuda estatal, la ASOLUSI inició la labor de prevención que ni el gobierno de Costa Rica, ni el Departamento de Sida del Ministerio de Salud, ni la Comisión Nacional de Sida, han realizado en la comunidad gay y bisexual costarricense. La Asociación ha publicado diversos fol etos, afiches y revistas de dibujos animados para la prevención del Sida y desde principios de 1990, ASOLUCI torna la propaganda más agresiva, siguiendo las pautas adoptadas en otros países de "erotizar" el mensaje.

Entre otros proyectos, la ASOLUSI conjuntamente con el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional, la Asociación Demográfica Costarricense y el auspicio económico de la Organización Mundial de la Salud, se dieron a la tarea de desarrol ar, durante 1989 y 1990, el primer estudio sobre Sida en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres. La investigación conocida como "Primer Estudio sobre Sida: Conocimiento, Comportamiento Sexual y Cultura Sexual en Hombres Gays y Bisexuales" tuvo, aproximadamente, una duración de 18 meses.

En el estudio se contempló una muestra de 443 hombres de 11 grupos diferentes: 1. Gays de bares (asisten frecuentemente a los siguientes bares: Torre, Cucharones, Shalom, Cantábrico y Avispa).

2. Gays concientizados (l evaron algún curso de concientización gay en la Universidad Nacional) 3. Travestis no trabajadores del sexo (se visten de mujer y no reciben dinero o favores a cambio de sus relaciones sexuales.

4. Travestis trabajadores del sexo (visten de mujer y reciben dinero o favores especiales a cambio de sus relaciones sexuales).

5. Trabajadores del sexo (reciben dinero o favores a cambio de sus relaciones sexuales, pero no se visten de mujer).

6. Adolescentes gays (homosexuales o bisexuales con menos de 20 años de edad) 7. Gays de provincias (homosexuales o bisexuales que residen fuera del Valle Central del país).

8. Bisexuales (practican relaciones sexuales con mujeres y con hombres desde 1981).

9. Gays en el closet (no asisten a bares, actividades o fiestas públicas gays).

10. Gays seropositivos (aquel os cuyo examen de Sida revela que tiene anticuerpos contra el virus del Sida).

11. Prisioneros gays (se encuentran recluídos por faltas a la ley en el Centro Penitenciario la Reforma).

El objetivo central del proyecto fue investigar acerca de los factores que favorecen el riesgo de infección con el VIH en hombres homosexuales y bisexuales para planera y desarrol ar programas de información y educación que tiendan a disminuir el riesgo de contagio.

Los resultados del estudio se encuentran publicados en el libro Hombres que aman hombres (Schifter y Madrigal, 1992).

Los datos, en síntesis, muestran que las prácticas sexuales riesgosas se presentan, en la comunidad gays y bisexual con una magnitud considerable. Así por ejemplo, aproximadamente el 40% de los gays que asisten a los bares practicaron, durante los últimos 6 meses, la penetración anal pasiva sin condón. Porcentajes mayores, de aproximadamente 50%, se encontraron en los adolescentes, los gays en el closet y los de provincias. En el grupo de trabajadores de sexo, incluyendo los travestis, los porcentajes varían entre el 60% y el 90%.

Uno de los factores que favorecen las prácticas sexuales riesgosas en los que asisten a bares gays es el deficiente en decidir cuándo y con quién usar el condón. El riesgo se acentúa cuando existe un grado de mayor de excitación ante las prácticas sexuales riesgosas. Esto significa que aquel os que miran no usar el condón como algo más excitante, tienden más a incurrir en situaciones peligrosas. Por otra parte, se encontró que una mayor compulsión hacia el sexo, también favorece la práctica de relaciones riesgosas y que un mayor sentido de empoderamiento, las inhibe.

En los gays en prisión, la cultura sexual de las cárceles fomenta la práctica sexual insegura. Así, por ejemplo, la prostitución, el uso de alcohol, de drogas, las violaciones en grupo y el tipo de relación de pareja, son factores que favorecen el riesgo de infección con el VIH.

En los hombres prostitutos, ya sean travestis o no, el dinero y la droga que les proporcionan sus clientes, son factores de suma importancia para explicar la falta de uso del condón. Si les ofrecen más dinero o drogas por no usar el condón, tienden a acceder a las demandas; si están muy intoxicadas, se olvidan de usarlo.

Estos y otros resultados proporcionan una valiosa información para desarrol ar un programa de educación y prevención contra el Sida en la comunidad gay y bisexual del país. La detección de aquel os factores que favorecen el sexo inseguro en los 11 diferentes grupos de estudio, hizo posible que a mediados de 1991 se iniciara la confección, el desarrol o y la evaluación de un novedoso modelo de lucha contra el Sida al que se le denominó "Modelo Holístico de Educación y Prevención Contra el Sida".