Taller Para Prevención del Sida Para Hombres Latinos by Jacobo Schifter - HTML preview

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Poder

Instruducción

El poder es la capacidad de aceptarse y quererse, de atender los deseos y necesidades y de que los demás los respeten. Esto significa que tener poder es también hacerse oír. Muchas veces creemos que el poder significa controlar a los demás, o hacer que el os hagan lo que queramos. Otros pensamos que significa hacer que los demás nos obedezcan. Muchos piensan que el poder es sólo alcanzar los objetivos por medio de la participación política.

Pero el poder va más al á de todas estas concepciones. Una persona tiene poder cuando puede aceptar y expresar lo que desea y lucha por conseguirlo, lo logre o no. En el proceso de tratar de obtener algo que considera merecerlo, puede aprender a que quizás no es lo más adecuado, o que tendrá que esperar más para conseguirlo. Sin embargo, la espera no es una derrota, no significa que se carece de todo poder. Mientras pueda articular el deseo, expresarlo, defenderlo, la persona ejerce forma de poder.

¿Qué tiene que ver el poder con los gais?

Para muchas personas los gais no merecemos ningún poder y muchos hemos interiorizado la creencia.

Discriminados, rechazados, perseguidos y condenados, pareciera que carecemos de la legitimidad para articular nuestros deseos y necesidades, y de luchar por el as.

El hecho de que tengamos, por tanto tiempo, que esconder nuestra identidad, o lo que somos en realidad, ante nuestra familia y la sociedad, nos forma un sentimiento de desesperanza. Como tenemos que ocultar la orientación sexual, en razón de la discriminación en nuestra contra, no podremos articular nuestras necesidades como lo hace cualquier heterosexual. Esto fomenta un sentimiento de desvalorización y de fatalismo: la creencia de que no se tiene los recursos para conseguir satisfacer las necesidades y los deseos.

El fatalismo, ¿se vincula con el Sida?

En muchas formas. Si uno siente que nada puede hacer para conseguir la aceptación y el respeto de su estilo de vida, tampoco confiará en que puede hacer algo para protegerse de otras amenazas como el Sida. Si uno no ha podido abrirse con las personas cercanas respecto a su orientación sexual, es más difícil obtener de el as la comprensión y el apoyo para hacer cambios en las prácticas sexuales. Si se cree que lo mejor que se puede hacer es dejar que las cosas se resuelvan por sí solas, es más difícil practicar la medicina preventiva. Si uno no está acostumbrado a articular los deseos y las necesidades, tendrá más problemas en establecer límites a los demás, entre el os el uso del condón.

El poder es necesario a nivel particular y a nivel comunitario. Una comunidad gay desorgananizada es también más propensas a no poder defenderse respecto al Sida. Si no existen organizaciones fuertes, los gais pueden a merced de lo que los otros quieran hacer por el os en sus enfermos. El hecho que los otros tomen la iniciativa, aunque sea para bien, acentúa el fatalismo (se refuerza la idea de que uno no puede hacer nada al respecto) y en la realidad, la mayoría de las veces, los otros asumen el poder más bien para atacar a la comunidad (redadas). Si los mismos gais no defienden su estilo de vida y el sexo más seguro, no lo harán parte de su cultura. Si no se organizan para evitar la discriminación en los hospitales y en los servicios de salud, más miedo se desarrol a ante el Sida y más rechazo sicológico a informarse sobre la enfermedad.

Pero en Costa Rica no hay organizaciones fuertes ni la gente está dispuesta a dar la cara como gais, ¿hablar de poder entonces no asustará más bien a la gente?

No necesariamente. Si definimos poder únicamente como la organización política abierta quizás sea cierto que mucha gente se asuste, o que sienta que aún no está preparado. Pero si lo miramos como la articulación de los deseos y las necesidades y la lucha por el os, muchísimos gais ya están ejerciendo el poder aunque no estén conscientes de el o. El gay que le da contado, por ejemplo, a su madre o a alguien cercano sobre su orientación sexual ya ha iniciado un ejercicio del poder. Aquél que se atreve a asistir a un bar gay, con los riesgos de exposición que implica, está dando un paso hacia la aceptación de su identidad. El que visita a un enfermo de Sida al hospital o a la casa, se está solidarizando con él o el a y está dando un ejemplo a los demás.

También hay muchas avenidas de poder que son poco reconocidas pero que los gais utilizamos. Convertirse en un cuidador de la familia y en la persona a la que se acude para obtener apoyo, es una forma de ejercer el poder y obtener respeto.

Ser muy responsable en el trabajo se vuelve muchas veces en una forma de evitar ser despedido por la orientación sexual. Sobresalir en el campo en que se labora también sirva de val a protectora para impedir la discriminación. Prestar dinero, hacer favores, ser buen escucha, realizar obras de caridad, involucrarse en problemas ajenos, cuidar y apoyar en los sobrinos, solidarizarse con los amigos y familiares, son todas avenidas indirectas de evitar el atropel o de la orientación sexual. Aunque son formas indirectas, y quizás no las más recomendables para lograr los objetivos de que se nos acepte y respete por lo que somos, son nuestras tradicionales formas de defensa.

Ejercicios en esta sección

Los ejercicios del tal er de poder tiene como objetivo hacer conscientes a los participantes que aunque pertenecen a una minoría discriminada con menos poder legítimo que los heterosexuales el os han utilizado una gran cantidad de recursos para defender su estilo de vida. En vez de proyectar una imagen de minoría discrinada, los ejercicios quieren resaltar los recursos particulares que se tiene a disposición, sin atemorizar a los participantes con la idea de que solo lanzándonos a la cal e, obtendremos el respecto. El deseo del tal er es combatir el fatalismo por medio de un análisis distinto de lo que es poder. Para el o es importante discutir una definición de poder más amplia y considerar sus distintas manifestaciones. A la vez, reconocer todas las avenidas directas e indirectas que el os tienen a su disposición para defender su estilo de vida. Finalmente, es importante ampliar los horizontes y considerar cómo las formas indirectas de poder se pueden hacer más directas, o sea como los gais podremos obtener mejores ventajas si nos organizáramos mejor y lucháramos más unidos por nuestros derechos.

Hacerlos conscientes de las necesidades y de las prioridades de la comunidad gay es un ejercicio para concientizarlos de las grandes áreas de trabajo que quedan por delante.