Reinaldo Vera: Gran Maestro del Ajedrez Cubano by Nibaldo Calvo - HTML preview

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II

PRIMEROS ÉXITOS Y DESPUNTE

Once años tenía cuando participó en su primera competencia oficial: las eliminatorias para los Juegos Nacionales Escolares de 1973, categoría 13-14 años. Se disputaban cuatro plazas.

A nivel municipal obtuvo el primer puesto. Fue la primera ocasión que jugó fuera de su Unión de Reyes natal. Estuvo en pueblitos aledaños, como son Cidra, Sabanilla...De esa experiencia, confiesa:

―Hace poco yo estaba en un evento escolar y veía la contentura de los padres cuando el muchacho ganaba. A veces, como uno ha visto tanto ajedrez, no le da tanta importancia, pero recordé mis comienzos, cuando fui campeón de Sabanilla y otros pueblitos..., y en verdad, para mis padres era lo más grande del mundo. Sentían tremendo orgullo.‖

En el Campeonato Provincial, donde participaron los alumnos de la Escuela de Iniciación Deportiva provincial (EIDE), concluyó segundo, detrás de Raúl Cabrera (representante del municipio de Cárdenas), conocido por Cabrerita.

―Era un muchacho muy talentoso. A mí me derrotaba claramente. Pudo haber llegado lejos, pero era vago para estudiar y así no se puede aspirar a tanto en este deporte.‖

Vera ya había logrado su propósito: clasificar para el nacional. Ahora requería de una esmerada preparación.

―Concerté con Julián un match de 20 partidas. El marcador comenzó 3-0 a su favor. Luego yo comencé a ganar. No sé si él me dejó o no. Me da la impresión que sí, quizás al ver que iba delante ―aflojó‖ la mano para que no me desmoralizara. El match quedó parejo, no recuerdo con exactitud.‖

Es en esta fase previa al certamen superior cuando recibe el apoyo de una persona, por la cual sintió gran estima. Se trata de Félix Galbany(fallecido), entonces comisionado provincial y leyenda del ajedrez matancero. Mejor dejemos que el propio Vera nos comente:

―Conocí a Galbany por mi papá, que me apoyaba mucho. Yo en esta etapa también practicaba baloncesto y tenis de mesa. Me destacaba más en el tenis. En baloncesto era mediocre; sin embargo, fui a la provincial 13-14 años, el mismo año en que asistí a la de ajedrez.

―Pero mi papá, que era una gran persona, se dio cuenta de que yo tenía más para el ajedrez y me ayudó y motivó mucho, a pesar de que él ni sabía mover las piezas.

―Él no tenía ninguna relación con Galbany, pero me llevó a su casa para que me diera clases, las primeras que recibí.

―Julián, Santiago, Sardiñas y Álvarez me ayudaron facilitándome bibliografías, jugábamos y comentábamos partidas, pero Galbany fue quien me dio las primeras clases de aperturas. Durante horas estudiamos.

―Además, mi papá le escribió a Gerardo Lebredo (La Habana), una de las figuras importantes de aquel momento, y nos mandó revistas y algún libro.‖

-¿Y qué hiciste en los Juegos Escolares Nacionales?

-Me ―mataron‖. Hice 3 puntos y medio de 5 en las primeras rondas y después perdí 5 seguidas. Jugué el tercer tablero y Cabrerita el cuarto.

―Estratégicamente los tableros estaban cambiados, para tratar de lograr una buena actuación. Los dos primeros lo ocuparon un muchacho de Cárdenas, de apellido Campos, quien estaba en la EIDE y después integró el equipo provincial de lucha deportiva, y Carlos Piqué, quien luego obtuvo bronce en el Nacional Juvenil de 1979. Colectivamente no quedamos muy bien.

―Parece que en las últimas rondas me ―invadieron‖ los nervios. Era mi primera competencia nacional. Tal vez la comida me cayó mal...sé que tuve muchos problemas estomacales. Quizás tuvo que ver con el nerviosismo.‖

Luego de esta discreta actuación, ingresó en octavo grado en la Escuela Deportiva, en el municipio de Varadero, Matanzas.

―El primer año de adaptación me resultó difícil. Yo había cursado la primaria y séptimo grado en mi Unión de Reyes natal, y no era lo mismo ahora que sólo los fines de semana podía ver a mi familia y amigos.

―Salía de pase los sábados a la 1 de la tarde y tenía que regresar los domingos, sin transporte escolar.

―Yo tenía 12 años y para mí resultaba complicado. Tuve que hacer un gran esfuerzo.‖

El Experto Nacional Rigoberto Alderete fue su principal entrenador en el centro de alto rendimiento. Tocó al cardenense, radicado ahora en España, moldear el talento puesto en sus manos.

―En aquella época Alderete era muy joven. Tenía 23 años.

No era el Alderete de ahora. Tenía poca experiencia, pero mucha motivación por jugar bien y porque progresáramos. Muy entusiasta, siempre estaba investigando.

―Sobre todo, sentía amor por el ajedrez, y eso es muy importante transmitirlo. Gelfand decía lo mismo de Polugaesvky.

―Alderete era muy apasionado. A mí me transmitió el deseo de avanzar, superarme. Nos desarrolló el juego agresivo, táctico, más tarde, durante años, tuve que perfeccionar el estilo posicional.

―Llegó a ser uno de los mejores preparadores de Cuba.

Dirigió a un equipo femenino cubano en una Olimpiada Mundial. Por él también pasaron los ahora Maestros Internacionales (MI) René Alonso y Juan Joel Arencibia.‖

Vera considera que el mayor salto en su carrera deportiva sobrevino ese primer año en la EIDE. Al inicio del curso, entre alrededor de 14 trebejistas, se ubicaba en el séptimo lugar cualitativamente. Al finalizar, ya era el número uno.

―Yo estudiaba una cantidad de horas increíbles. Imagino que hayan sido ocho diarias por lo menos. Es una cosa que me parece imposible.

―Me despertaba a la cinco de la mañana y estudiaba una hora, hasta las seis, en que daban el de pie. Desayunaba e iba para las clases. En el tiempo de receso reproducía alguna partida. Eran 15 minutos los que tenía.

―Después que terminaban las clases, a las 12, volvía a ver algo un rato antes de almorzar. Aunque fuese media hora. Y una vez que almorzaba, ni dormía un ratito, volvía hasta que a las tres comenzaba el entrenamiento hasta las 6

ó 7 de la tarde. Me bañaba y seguía dos horas más por la noche.

―Por eso tuve un desarrollo muy grande. Era una pasión tremenda. Recuerdo que celebré un match con Alderete, porque él quiso ver cómo yo estaba. Conservo algunas de esas partidas en sus fases de apertura, de las que me ganó algunas muy buenas. Incluso, desde el punto de vista teórico con el tiempo yo me he quedado sorprendido con una de ellas, concretamente una variante Gotemburgo, sistema Najdorf, defensa Siciliana.

―Me superó con un plan que él creó ahí sobre el tablero, y desde hace casi 10 años se ha convertido en una de las posiciones fundamentales de esta variante. En ese momento Alderete me hizo el truco principal y obtuvo una ventaja tremenda.‖

-¿Y cómo quedó el match?

-No recuerdo si le gané alguna partida...yo creo que sí.

Perdí 4 por 1, o algo así. Una diferencia notable. Él jugaba muy bien.

-Cuando los fines de semanas ibas para Unión de Reyes,

¿te batías con Julián?, ¿y con los otros?

-Yo creo que sí jugué contra Julián, pero no estoy seguro de que le ganara con facilidad. Sí recuerdo que en un torneo municipal derroté claramente a Sardiñas con un tema estratégico de la Siciliana. Se sorprendió que desde la misma apertura yo lo pudiera aventajar ...ya yo estaba adquiriendo una formación que ellos no habían desarrollado.

―En el caso de Julián, a finales del primer año en la EIDE, quizás estábamos parejo. Pero Julián, repito, era un jugador difícil y de cierto nivel en la provincia.‖

—¿Asististe a los Juegos Escolares Nacionales de 1974?

—Sí, pero me ―liquidaron‖ de nuevo. Jugué 5 torneos de este tipo y nunca hice nada. Participé desde el ´73 hasta el ´77. Mi mejor resultado fue un bronce por equipos, en el

´76 ó 77, donde individualmente debo haber realizado el 50

por ciento de los puntos posibles.

―Los del ´74 se desarrollaron en la provincia de Pinar del Río. Lo más interesante fue que en la ronda inicial en el primer tablero derroté al hoy GM Jesús Nogueiras. Empecé bien, teniendo en cuenta que él era la figura principal de la provincia de Villa Clara, y ya se sabía que iba a descollar. Su formación ajedrecística era más completa que la mía, tenía más base.

―Pero resulta que lo suspenden del evento, porque se detecta que estaba pasado de categoría. Me llevaba año y medio, ya pertenecía a la categoría superior, 15-16 años, pero la gente de Villa Clara lo pusieron en el equipo.

Entonces se me retiró el punto que había ganado.

―A Nogueiras lo admiro desde sus inicios. A temprana edad (13 ó 14 años) reproducía de memoria partidas clásicas, como la inmortal y la siempreviva, y de Alekhine. Era un espectáculo verlo, y en ocasiones Maestros experimentados se acercaban para celebrárselo.‖

Allí también se enfrentó a José Ramón Huergo -gran amigo suyo desde aquel entonces-, otro de los favoritos, y el unionense salió airoso en las dos oportunidades.

—¿Rivales más difíciles en Juegos Escolares Nacionales?

—Había uno de la región de Oriente que siempre me ganaba: José Toll. Comentaban que también estaba pasado de categoría, pero bueno....quizá lo decían por su elevada estatura. En los Juegos del ´74 me ganó las dos y resultó el medallista de oro en el primer tablero. Era un gran jugador.

―Luis Enrique Valdés (Pinar del Río) también era incómodo, al igual que José Antonio Telo, de Camagüey, y Pablo Canalejo, de Ciudad de La Habana.‖

-¿Por qué esos resultados discretos en Juegos Escolares?

-Siempre tuve mucha presión en estos eventos por equipos.

Esa preocupación de que si pierdes embarcas al colectivo...

también tanta gente en estas competencias tal vez me desconcentrara un poco.

―Incluso, mis primeras Olimpiadas Mundiales por equipo fueron malas. Después he logrado buenas actuaciones, pero al principio no me fue bien.‖

Durante su segundo curso en la EIDE (1974-1975) por vez primera participa en una confrontación internacional. Un tope escolar contra Bahamas, realizado en la provincia de Santiago de Cuba.

―Para mí significó un gran estímulo, una motivación para continuar superándome; me hizo pensar que podía llegar a ser alguien en el ajedrez.

―Fue un evento por equipos, yo jugué el último tablero.

Arrasamos, me parece que solo hicimos una tabla. Jugué una partida y la gané.‖

En esa época el comisionado nacional era Jorge Vega.

Previo al tope, junto al MI Jesús Rodríguez visitó varias EIDE de Cuba para ver cómo estaban los muchachos. Vera se coló en el equipo, sobre todo, porque en el Nacional Juvenil (menores de 20 años) del año anterior, con solo 13

ya se había ubicado en séptimo lugar.

Y así se situaba, junto a Nogueiras, entre los trebejistas más prometedores de la Isla.

―Era mi primer Nacional Juvenil. Resultó muy difícil ante mi escasa edad. Estaban Amador Rodríguez, Lázaro Bueno, Luis Sieiro...todos tenían 19 ó 20 años. Creo que logré una excelente actuación, derroté a Bueno, quien resultó campeón, y a Juan José Atala, de Holguín, que el siguiente año se tituló.‖

Cierto es que no obstante los indeseados resultados en Escolares, Vera sí rindió una loable actuación en Campeonatos Nacionales juveniles. Eran eventos individuales, asegura, en los que no sentía ese peso de la responsabilidad que cuando sucede en contiendas colectivas.

Así lo atestigua que en la siguiente edición mejoró de manera notable su ubicación anterior. Quedó tercero. Y en 1976 llegó el alegrón: dramáticamente se agenció el título...

―El torneo se disputó en Guines(La Habana), donde conocí a un gran amigo, el árbitro Lázaro Darromán Cotilla, quien fuera posteriormente presidente de la Federación y Comisionado Nacional.

―Nogueiras y yo quedamos empatados en el primer lugar con 8,5 puntos de 12. Entonces efectuamos un match de desempate a 6 partidas.‖

El matancero exhibía mejor puntuación en el sistema de desempate Sonnemborg Bergerg(4950 por 4850), por lo que con igualar aseguraba el campeonato.

La primera parte resultó decididamente favorable al villaclareño Nogueiras, quien hizo dos puntos y medio en las tres primeras rondas. Todo parecía indicar que sería el campeón.

A partir de la cuarta ronda, Vera se ―reviró‖ y le infringió dos derrotas.

La sexta partida se disputó bajo fuerte presión por ambos adversarios. Desde las movidas iniciales se vio cierto distanciamiento de las líneas teóricas, quizás ante la necesidad de buscar más bien elementos sorpresivos que las variantes más correctas.

Nogueiras, sin completar su desarrollo, se lanzó a una aventura por el flanco rey, castigada mediante una acción central. Vera remató al rey enemigo situado en el centro del tablero, adjudicándose el punto y el campeonato.

Este año también le llegó otro alegrón: con 15 años lideró uno de los grupos de la semifinal nacional de mayores y, a su vez, obtuvo el título de Experto Nacional.

No jugó la final porque coincidió con el Mundial Juvenil.

Pero mejor dejemos para más adelante sus incursiones en estas citas del orbe.

En el ´79 vuelve a conquistar el título juvenil, convirtiéndose así en el primer cubano en obtener dos títulos nacionales de esa categoría.

En la última ronda se impuso al villaclareño Pedro Mestre, en 30 movidas de una Defensa Siciliana Ataque Ritcher Rauzer, para totalizar 8 unidades y concluir invicto con 5 victorias y 6 tablas.