

SOBRE CONVERTIRSE EN MARIPOSA
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Entonces, ¿por qué no descarga simplemente mi Yo Infinito un cuerpo holográfico sano para mí y se lleva este dolor?
Podría, lo sé. Pero esa no es la idea de la transformación en la crisálida. La idea tiene que ver totalmente con el proceso, y mi proceso no ha terminado aún. Por eso no quiero que mi Yo Infinito se lleve mi dolor hasta que yo haya terminado.
Durante los dos últimos años he puesto en marcha el Proceso de Robert cientos de veces sobre este “huevo” del cuerpo, y he descubierto un buen número de prejuicios, juicios, creencias y opiniones. Por ejemplo, como resultado de mi educación cristiana como Humano-Niño y las creencias posteriores en las teorías espirituales de la New Age como Humano-Adulto, he juzgado al cuerpo mismo como “malo”; que, para empezar, era “erróneo” (no espiritual) tener un cuerpo. Siempre he creído que estaría mejor sin cuerpo, que es más una traba que un regalo, algo “sobre lo que elevarse”, un indicio de que yo había descendido algunos niveles desde mi alma innata inmortal.
Después de mi accidente automovilístico engordé mucho porque no podía moverme fácilmente ni hacer ejercicio. Darme buenas comidas es uno de mis mayores placeres en la vida. Comer sin ejercicio: no es una buena combinación. Así que todavía acarreo algo de ese peso de más, creo que mi cuerpo está “gordo”, y desgraciadamente lo digo como juicio y con vergüenza, no sólo como declaración de un hecho.
En pocas palabras, aún no puedo expresar gratitud completa y sincera por cómo es mi cuerpo, ni siquiera por tener un cuerpo. Está claro que en este huevo hay más juicios, prejuicios, creencias y opiniones que asimilar.
También he puesto al descubierto alguno de los miedos asociados con mi cuerpo. Uno es el miedo de que si no tengo un cuerpo perfectamente sano, la gente va a subestimar la información de exploración que ofrezco. Yo mismo he hecho exactamente eso en el pasado, especialmente sobre todos los “hombres sagrados”, maestros, gurús y santos célibes: “¿cómo puede hablar de la paz mundial cuando él mismo no puede crear una relación pacífica con una mujer?”
De modo que en mi imaginación oigo que la gente dice: “¿cómo puede hablar de la serenidad de ser si está adolorido y ni siquiera puede curar su propio cuerpo?”
Todo eso tiene mucho que ver también con la vanidad. Reconozco que soy vanidoso, es una de las capas de mi ego de las que no me he liberado aún completamente. Siempre he estado orgulloso de mi apariencia, probablemente demasiado orgulloso. Todavía me gusta que la gente me diga que parezco diez años más joven de lo que soy. Me divertía mucho firmando autógrafos cuando era una un batería “estrella” a los veintitantos. Gozaba con que me pidieran autógrafos cuando a mis treinta y tantos la gente creía que yo era Tom Selleck, y de nuevo a mis cincuenta y tantos cuando creían que yo era Kenny Rogers. Durante muchos años estuve seguro de que Carly Simon hablaba de mí en su canción “You’re so vain” (“Eres tan vanidoso”).
Otro miedo que desvelé tiene que ver con morir. Cuando en el último capítulo escribí “no tengo miedo a la muerte”,es cierto. Desde que empecé a creer en la reencarnación, hace unos cincuenta años, no he temido a la muerte, pero aún temía al hecho de morir, me resistía a una muerte lenta, prolongada y dolorosa. Cuando mi Yo Infinito decida que he acabado mi papel como su Jugador, rogaba yo, quiero irme rápido.
Vi en directo con gran conmiseración cómo aquel 11 de septiembre saltaban personas de las Torres Gemelas y caían cien pisos a su muerte cierta. Comprendía que hubiesen elegido no quedarse dentro y quemarse lentamente, sino acabar rápido y sin dolor. Así quería irme yo.
De manera que mientras permanezcan los juicios, los prejuicios y la resistencia acerca de mi cuerpo, el dolor también permanecerá. Lo sé, y, aunque he trabajado mucho con este huevo del cuerpo, evidentemente quedan cosas dentro por trabajar. Mientras tanto, hago lo mejor que puedo para agradecer el dolor, para dar gracias a mi Yo Infinito por el regalo, por la oportunidad que me da el dolor de asimilar todos esos juicios, prejuicios, creencias, opiniones y miedos y abandonar las capas asociadas del ego. Sinceramente, he llegado al punto en el que no quiero que el dolor se marche hasta que haya terminado de asimilar lo que haya dentro del huevo.
* * *
En el último par de semanas, desde que comencé a trabajar este capítulo y a asimilar el dolor, me he encontrado con una de las creencias clave acerca del cuerpo, y sobre la vida en general: la creencia en la “ley de causa y efecto”. Y es poderosa, parece que fuera una creencia central para todo el mundo en este Juego Humano holográfico.
Pero es demasiado pronto en mi proceso para que yo diga sobre esa llamada “ley de causa y efecto” algo más que, simplemente, es otro sistema de creencias formado dentro de la sala de cine, una función del holograma mismo, como el espacio y el tiempo. Está claro que la diabetes asociada a una de las múltiples personalidades de las que hablamos el último capítulo no está “causada” por algún defecto de funcionamiento del cuerpo, puesto que desaparece tan pronto una personalidad diferente toma el mando.
Sin embargo, no estoy preparado en este momento para dar un informe de exploración sobre la “ley de causa y efecto”. Eso al parecer tendrá que esperar, y por sí mismo podría ser el tema de otro libro: las etapas finales de mi crisálida.
* * *
Mientras tanto, puesto que sé que todo dolor es el resultado del juicio y la resistencia, tengo que preguntarme: ¿a qué me resisto, a transformarme en mariposa?
Sí, a decir verdad, eso hago. Sin embargo, no parece que tenga nada que ver con el miedo a ser una mariposa, o, al menos, no lo veo de esa forma. Cuando pienso en ser una mariposa, navegando por ahí en mi maravilloso catamarán, es la imagen más maravillosa, llena de entusiasmo y alegría, sin que pueda encontrar una punzada de miedo siquiera. Lo estoy deseando con gran expectación.
Tampoco soy consciente de ningún miedo persistente a la no-existencia.
Pero del mismo modo que es posible no tenerle miedo a la muerte y aún así estar asustado de morir, es posible que, enterrado muy hondo, esté el miedo a los estados finales de mi crisálida, a no saber qué significa ser una mariposa en relación con la gente que amo, especialmente con mis hijos y nietos. (Sé que no son “reales”, pero les amo de todas maneras) ¿Estoy verdaderamente preparado para dejarlo todo incondicionalmente, si eso es lo que hace falta?
Otro de los problemas es que los otros exploradores que puedan proveer alguna pista de lo que se necesita en las etapas finales de la crisálida (especialmente en relación con los otros Jugadores a los que quiero tanto) son muy pocos.
Jed McKenna no habla mucho de la familia, ni la esposa, ni los hijos. Sí que hace alusión a haber almorzado con su hermana:
«Visitar a la propia hermana para almorzar no debería ser una prueba tan confusa, pero lo es. ¿Es ella realmente mi hermana? ¿Qué significa eso? Nosotros compartimos una historia común y gente conocida, como la niñez y los padres. ¿Son mis padres realmente mis padres? Ellos están relacionados genéticamente con mi cuerpo, pero la persona que vivió mi infancia ya no está aquí. El pasado que comparto con esa persona es más o menos tan real e importante para mí como si lo hubiera leído en un folleto… Soy un actor que interpreta un papel por el que no siente conexión y no le motiva… Bueno, no es realmente confuso. No tengo ni la más mínima pizca de duda de quién soy y lo que soy. Lo complicado es que quien soy y lo que soy no tiene relación con esta mujer bonita, profesional y comedora de ensaladas que se sienta frente a mí… Le tengo cierto cariño remanente a mi hermana, si muriera me entristecería pensar que ya no estaba en el mundo, pero el simple hecho es que nuestra antigua relación ya no existe. Conforme, entonces ¿por qué te digo esto? Porque eso es lo que hago. Intento mantener a la vista esta cosa de la iluminación y esto parece un aspecto interesante de todo el asunto. ¿Cómo se relaciona uno con la gente que le era la más importante antes de despertar del sueño de la identidad separada?»1
Eso no anima mucho.
La última vez que vi a Robert Scheinfeld él tenía una familia maravillosa y lo que parecía ser una íntima relación amorosa con su mujer y sus dos hijos. Entonces habló sobre la “noche oscura del alma” que involucraba a su familia, de modo que no estoy completamente seguro de esa situación. Sin embargo, no importa, porque yo no veo a Robert como un explorador que esté cerca de convertirse en mariposa, como explicaré en el capítulo treinta y tres en la tercera parte de este libro.
Es posible que Jesucristo fuera un explorador, incluso pudo haberse convertido en mariposa. Me parecen fascinantes los símbolos alegóricos de su vida, especialmente su crucifixión (la muerte de la oruga) y su emergencia de la cueva (su crisálida) tres días después. Pero eso tendrá que esperar hasta el próximo libro. La idea es que todas las evidencias apuntan a que Jesucristo tuvo una esposa y un hijo, pero que tras convertirse en mariposa él no volvió a verlos nunca, ya que ellos fueron al sur de Francia y él se fue a vivir (y finalmente morir) a una comunidad en Cachemira.2
Es posible que existan otros exploradores que después de haberse transformado en mariposa hayan mantenido lo que se llama unas relaciones familiares normales con aquellos a los que amaban, pero no conozco sus trayectorias.
Así que se corre el riesgo de que, una vez que hayas completado tu transformación en mariposa, la comunicación real con Jugadores que estén en la crisálida o en la sala de cine ya no sea posible, por eso no oímos de esas mariposas ni leemos sus libros. Puede ser que tengas que dar el último paso en la crisálida con “fe” total, sin nadie que te diga cómo es. Como hace Harrison Ford en Indiana Jones y la última cruzada, cuando tiene que dar un paso desde la pared vertical de un cañón, arriesgándose a caer en una profunda garganta, sin saber que había un puente camuflado que le llevaría al otro lado. (Ver el vídeo aquí.)
De manera que, tanto si es por miedo como si es por agitación, debo admitir que he tenido el pensamiento de que me gustaría posponer mi transformación final en mariposa y quedarme donde estoy en mi crisálida por un tiempo más. Quizá eso sea un pensamiento mío propio, o quizá haya sido puesto en mí por mi Yo Infinito como parte de un holograma, aún no lo sé.
Sin embargo, me siento emocionado y muy curioso sobre el juego que veo desarrollarse, si es que leo las ondas del Universo correctamente.
Tengo muchos amigos, y soy testigo de muchos miles más de Humanos-Adultos que parece que están listos para salir de la sala de cine y transformarse en mariposas. La situación en el Entorno Tierra también parece que se pone más tensa, como una goma elástica que se estira al límite antes de romperse. ¿Cuánto más dolor y sufrimiento, cuánta más limitación y restricción hacen falta antes de que millones de Jugadores se entreguen y comprendan que son sus propios juicios y resistencias los que causan el dolor y el sufrimiento, y que comiencen voluntariamente a procesar los conocimientos falsos y las capas del ego que son parte de la vida dentro de la sala de cine?
Creo que sería estupendo jugar para ver a cuántos Humanos-Adultos se puede animar a que entren en sus crisálidas y guiarlos luego con seguridad en su transformación en mariposas. Todo lo que se necesita para un éxodo masivo de la sala de cine está ahora en su sitio, y la senda se ha abierto. Hay incluso algunas “pistas” y “huellas” de que la Tierra (también ella misma Jugadora del Juego Humano) podría estar lista para transformarse a su vez.
* * *
Ha habido experimentos hechos con ratas a las que se les ha puesto en un laberinto acuático para ver cómo encontraban la salida. Parece que “cada nueva generación de ratas aprendía a escaparse más aprisa. Después de diez años, la última generación de ratas podía escapar diez veces más aprisa que las ratas originales. Notablemente, ratas del mismo linaje en otras partes del mundo también escapaban diez veces más aprisa, lo que es un fenómeno que no se puede explicar por medio de ningún instrumento conocido.”3
Acaso yo sea simplemente una rata de la primera generación de ratas que encuentran su camino al Océano Pacífico, y quizá aquellos que vengan tras de mí lo encontrarán de manera más fácil y rápida.
Pero eso significa que sólo soy una rata como todos los demás, y no quiero dejar este libro sin rendir homenaje a todas las ratas que vinieron antes que yo e hicieron que mi laberinto fuese más fácil de navegar, especialmente a todas aquellas que murieron intentando encontrar el camino fuera del agua.
Entonces, quizá, si la teoría de resonancia mórfica de Rupert Sheldrake4 resulta correcta, todas las ratas que vengan tras de mí se escaparán diez veces más aprisa, sin tantos giros equivocados, y este proceso se extenderá por el mundo hasta que se alcance una masa crítica y todas las ratas se transformen en mariposas.
¡Cómo me divierte mezclar metáforas!
* * *
¿Cómo será esto cuando al fin termine de asimilar las capas de ego relacionadas con mi cuerpo?
No puedo hacer otra cosa más que especular, porque no conozco en persona a nadie que se haya transformado verdaderamente en mariposa. Sé que debe haber algunos, pero no tengo idea de quiénes son.
Jed McKenna (quienquiera que realmente sea) afirma que salió de su crisálida, y que entonces:
«Me pasé los tres años siguientes intentando hallar un sentido a este nuevo mundo; un no-mundo en el que no obstante un no-yo parecía residir. El ensueño despierto. Era como si el mundo se hubiera vuelto de una realidad sólida a un espejismo reluciente. Todavía podía ver el mundo que siempre había conocido, pero no podía encontrar su substancia. Todo lo que llegaba a tocar, mi mano lo atravesaba. Todo lo que pensaba se disolvía en mi mente. Mirase a quien mirase, veía a su través como si fuera de vapor, incluido yo mismo. Miré a mi propio personaje y era como un rostro que ves en una nube un segundo antes de que se desvanezca».
«Mi realidad ahora es el estado despierto, incierto e irrealizado. Es lo mismo para mí que para cualquiera que llegue a ello. Aquí no hay maestros ni novicios. No hay enseñanzas ni creencias; no hay Hindúes, ni Budistas, ni Jnanis, ni Advaitins (N. del T.: “Jnani” es quien conoce las cosas como son; “Advaita” es una variante no dualista del Vedanta.); no hay gurús, ni yoguis, ni swamis; no hay entidades incorpóreas, ni energías de alto nivel, ni seres superiores. Despierto es despierto, todo lo demás, es todo lo demás».5
Si sigues pelando capas de una cebolla, ¿qué tienes cuando la acabas? Nada. No es que vayas pelando las capas y al final tienes la cebolla, tienes la no-cebolla. Lo mismo es cierto para el yo, después de pelar las capas del ego llegas a… la no-identidad.
Jed dice que cuesta unos diez años llegar a acostumbrarse al no-identidad, a habituarse a estar “despierto del ensueño”, a obrar sin conocimientos falsos ni falso ego. No esgtoy seguro de eso, porque supongo que habla de vivir esos diez años tras emerger de la crisálida como mariposa. En primer lugar, no estoy seguro de que sea verdad que él sea una mariposa; y en segundo, no lo sabré hasta que llegue allá. Lo que sí sé es que es una forma muy diferente de vivir; una manera de vivir muy hermosa, alegre, pacífica y emocinonante. Hasta acostumbrarse a estar donde estoy le cuesta también un cierto tiempo.
* * *
Yo tenía un montón de preguntas según iba abriendo esta senda al Océano Pacífico. En la parte siguiente de este libro quiero compartir algunas de las respuestas que encontré, basándome en la información que hallé por el camino. Pero antes de seguir…
Empecé este libro hablando de la Caverna de Platón; de que un Humano-Niño es como un prisionero encadenado que sólo ve el muro que tiene frente a él; de que un Humano-Niño cree que las sombras que ve en el muro son reales; de que cuando un Humano-Niño se da cuenta de que no está encadenado en absoluto, se levanta y camina a la trasera de la caverna y ve el fuego y los hombres en el pasadizo que crean las sombras sobre ese muro; de que este nuevo Humano-Adulto empieza a reconocer y admitir que las sombras no son reales; y de que unos pocos Humanos-Adultos atravesarán al final la puerta en la trasera de la cueva y saldrán de ella completamente.
Entonces cambié de metáforas y dije que este Humano-Adulto, una vez pasada la puerta, entrará en una crisálida, donde sufrirá un proceso de transformación en el que abandonará sus juicios, prejuicios, creencias, opiniones, miedos y capas del ego que creía que eran él mismo cuando era oruga.
He dicho que estoy cerca del final de mi fase de crisálida, alzado en un punto sobre el Océano Pacífico, preparado para convertirme en mariposa, y que cualquiera que lo desee puede unirse conmigo aquí.
He conseguido esta serenidad de ser mediante una voluntad y una determinación fuertes por encontrar la verdad; mucho trabajo duro, mucho asimilar, y mucho apoyo de mi Yo Infinito. Lo hice siguiendo mi malestar (físico y emocional) para localizar los juicios, prejuicios, creencias y opiniones que formé durante el tiempo que pasé dentro de la sala de cine. Lo hice llegando más adentro para exponer mis miedos y acogerlos, sobre todo el miedo a la no-existencia. Lo hice identificando las capas del ego que creé y echándolas fuera, una por una, hasta que prácticamente ya no queda nada. Lo hice abandonando la identidad que no era cierta y encontrando el no-identidad que sí lo era.
Cualquiera que lo desee puede alzarse donde yo me alzo ahora. Cualquiera puede alcanzar el Océano Pacífico y emerger de la crisálida como mariposa. Yo no soy especial, no soy “mejor” que nadie, y ciertamente no soy más “iluminado” que nadie. “Iluminación” es una palabra que pertenece a la sala de cine, en la primera parte del Juego Humano, puesto que automáticamente acarrea con ella un juicio, el juicio de que un estado del ser es “mejor” (más “iluminado”) que otro.
Simplemente, estoy al final del viaje en la montaña rusa, informando a aquellos que todavía van subiendo la primera colina y a aquellos que están en la cima, listos para la primera zambullida. Trato de dar alguna claridad y algún ánimo sobre el viaje que viene y lo divertido que puede ser.
Si todavía estás dentro de la sala de cine, mi mejor consejo sería que te dieses cuenta de que es sólo un viaje, que no es real, y que dejases tus resistencias (ahora que ya sabes el origen verdadero y la razón de todo tu drama y conflicto, dolor y sufrimiento), te relajes y aprendas a agradecer y disfrutar cada momento de cada experiencia que tengas. Recuerda que estás en una montaña rusa, que subir esa primera colina es una parte fundamental del viaje. Cuanto más te resistas a esa colina, tanto más dolor y sufrimiento tendrás innecesariamente.
Si ya has salido de la sala de cine y has empezado tu crisálida, espérate el viaje de tu vida. Si me encuentras por el camino significará que todavía estoy actuando de “explorador”. Así que mátame6, y luego sigue adelante.