

CONFIANZA
Vuelta a la lista de contenidos
Pregunta: ¿Es cierto que L. Ron Hubbard dijo que «un día, cuando podamos confiar totalmente unos en otros, habrá paz en la Tierra»?
Respuesta: No, no verdaderamente, porque de la forma que lo dijo parece que deberíamos trabajar en aprender a confiar unos en otros y, si lo lográsemos, tendríamos paz en la Tierra.
Esto es sólo otra distorsión incorrecta de la Verdad de las que se dan dentro de la sala de cine.
La comunidad intencional a la que estuve asociado durante unos diecisiete años se ha pasado todo ese tiempo intentando confiar unos en los otros utilizando diversas técnicas y procesos, como “El Foro”. Puedo decir que han hecho algunos progresos y que su comunidad es quizá más “pacífica” que otros sitios donde vivir, pero no puedo decir que hayan llegado muy lejos.
Sin embargo, confiar unos en otros no es un objetivo a cumplir, es una consecuencia (similar a lo que Jed McKenna decía del “no-apego”). Es algo que ocurre como resultado de algo distinto.
Lo único en lo que hay que confiar siempre es en su Yo Infinito. Si confías en tu Yo Infinito, automáticamente confías en todos y en todo lo que hay en tus experiencias holográficas, puesto que tu Yo Infinito las crea todas ellas para ti hasta el más mínimo detalle.
Si confías en tu Yo Infinito y alguien aparece en tu holograma, sabes que también puedes confiar en ese alguien (confiar en que leerá palabra por palabra el guión escrito por tu Yo Infinito), puesto que ese alguien está allí sólo a petición y aprobación de tu propio Yo Infinito.
De hecho, es inútil emplear tiempo intentando confiar unos en otros mientras en el fondo de tu mente haya siempre la posibilidad de que alguien “ahí fuera” pueda hacerte algo “malo”. Si confías plenamente en tu Yo Infinito, sabes que eso no es posible, sencillamente.
Por lo tanto, sería más acertado decir “el día que puedas confiar totalmente en tu Yo Infinito, experimentarás paz en la Tierra”.
Sí, la paz individual es posible, independientemente de lo que pase “ahí fuera” en tu holograma. A decir verdad, en tus experiencias holográficas la paz individual es lo único sobre lo que tienes control de reacción y respuesta a través de tu libre albedrío. Puede ser que la guerra y la violencia estén embravecidas a tu alrededor y tú, sin embargo, estés en paz porque confías totalmente en tu Yo Infinito y en las experiencias que crea para ti.
En una escala mayor, también podríamos decir: “el día que todos podamos confiar plenamente en nuestros Yo Infinito, experimentaremos paz en la Tierra”. Pero eso sólo pasará si los Jugadores, uno por uno, confían en su propio Yo Infinito…
… lo que, como dije en el capítulo dieciocho, no es algo que se dé fácilmente al principio. Nos hemos pasado muchos años sin confiar en nuestro Yo Infinito. Le hemos culpado de nuestra situación en la vida, nos hemos resistido a las experiencias que creaba para nosotros. Cambiar eso puede llevar tiempo.
Pero si usas el Proceso de Robert y la autolisis espiritual, y abandonas tus juicios, prejuicios, creencias, opiniones y miedos (y sobre todo las capas del ego que quieren hacerte creer que eres tú quien conduce el autobús), pronto sabrás con certeza que puedes confiar en tu Yo Infinito, y que de hecho es en lo único en que necesitas confiar siempre. Todo lo demás se da por añadidura.
Como dice la Sagrada Biblia:
«Por lo tanto, no penséis ¿qué comeremos?, o ¿qué beberemos?, o ¿con qué nos vestiremos?... porque vuestro Padre celestial sabe que necesitáis todas esas cosas. Pero buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura.»1
Parafraseándolo en el lenguaje del universo holográfico:
«Concéntrate en confiar en tu Yo Infinito y sabe que él se encargará de lo demás.»
Pero preguntas tú, ¿dices que yo realmente no tengo que hacer nada? Quiero decir, ¿sólo tengo que sentarme cómodamente y confiar que mi Yo Infinito me alimentará, vestirá a mi familia, nos mantendrá bajo techo y se encargará de todas nuestras necesidades? ¿Y eso no es ser un poquito “irresponsable”?
Bien… sí, eso es lo que digo; y, no, eso no es “irresponsable” en absoluto. Eso, por supuesto, sería un juicio y una creencia, algo, de nuevo, aprendido de los padres. A fin de cuentas, ¿quién sino tu Yo Infinito puede crear el holograma con la comida, la ropa y el techo sobre las cabezas que tú y tu familia necesitáis?
Quiero asegurarme de que estamos haciendo hincapié en la palabra correcta: “¿realmente no tengo que hacer nada? Todo lo que tienes que hacer es ser el Jugador y experimentar el universo holográfico que tu Yo Infinito crea para ti, nada más.
No quiero dar la impresión de que todo lo que un Jugador hace en la segunda parte sea quedarse sentado todo el día. Eso sería absolutamente aburrido (¡a menos que hacer eso te aporte una alegría total!) A decir verdad, la vida en la crisálida es más llena, más interesante y más activa que nunca. Pero en lugar de intentar “hacer que pase algo”, o de tener metas, órdenes del día, planes u objetivos, sencillamente reaccionas y respondes momento a momento a las circunstancias presentes, creadas por tu Yo Infinito. De la única manera que puedes vivir en la segunda parte es en “modo reactivo”, como lo llama Robert Scheinfeld.
Con la palabra “reactivo” tampoco quiero insinuar que no se tomen decisiones. Uno lo hace, a veces incluso decisiones que involucran el futuro, como planificar fechas para dar un seminario o ponerse de acuerdo en la fecha de la boda de un hijo. Cuando aparece una experiencia holográfica en nuestra “realidad”, somos libres de actuar en ella, de tomar las acciones que sean apropiadas y necesarias en ese momento. Eso es muy diferente de intentar “hacer que pase algo”, o de creer que tenemos que “hacer algo” para conseguir algo en la vida. Probablemente un Yo Infinito tiene planeadas muchas experiencias interesantes para su Jugador (sobre todo en la segunda parte del Juego), sólo con que dejemos de intentar crear nuestras vidas y aprendamos a confiar en que nuestro Yo Infinito nos va a traer la vida en la que sólo podríamos soñar y que, ciertamente, no somos capaces de crear por nosotros mismos.
Supongo que lees este libro porque no estás completamente contento con la manera que van las cosas en tu vida. Supongo también que has intentado ser el conductor de autobús. ¿Por qué no darle la oportunidad a tu Yo Infinito?, ¿por qué no confíar realmente en él, abandonarse y darle la oportunidad?
Puedes comenzar experimentando con los tres ejercicios que destaqué en el capítulo dieciocho: durante veinticuatro horas haz sólo lo que te proporcione alegría; durante veinticuatro horas no intentes hacer que pase nada; y durante veinticuatro horas simplemente di “sí” a todo lo que aparezca en tu holograma. Tengo plena confianza en que al final de esos tres días tendrás suficiente experiencia directa de que puedes confiar en tu Yo Infinito y de que empezarás a ejercitar esa confianza cada vez más.
Toda confianza empieza por confiar en tu propio Yo Infinito.