Lógica by Dr. Andres Piquer - HTML preview

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Non homoest aliquid, lo no hombre es alguna cosa

, es proposicion afirmativa,aunque haya negacion, bien que el sugeto se hace infinito. En lasnociones mentales, siguiendo el orden natural, la negacion de lasproposiciones siempre va cerca del verbo, y esto deben hacer los quequieren hablar y escribir con perspicuidad; pero los Escolásticos parahallar nuevos modos de enredar los conceptos del entendimiento han hechomil transposiciones de la partícula negativa, sacándola del ordennatural, y con esto han movido muchas qüestiones impertinentísimas.

Conlo que hemos dicho de la negacion, y con saber el uso que de ella sehace en las principales lenguas, se podrá gobernar qualquiera conacierto en la averiguacion de la verdad: lo que en este asunto convieneexplicar con mas extension es el uso que ha de hacerse de la afirmaciony negacion.

Afirmar

significa, como hemos dicho, juntar en elentendimiento dos nociones por el verbo ser

, ú otro, que puedereducirse á este.

Afirmar

significa tambien asegurar una cosaconsintiendo en ella. Quando juntamos en el entendimiento las nocionesde monte y de oro, diciendo:

El monte es oro

, afirmamos en el primermodo, y no en el segundo, porque aunque tengamos juntos estos conceptos,no asentimos á semejante proposicion. Lo mismo ha de entenderse de estaproposicion: Pedro es piedra

, la qual es afirmativa en el primer modo,mas no afirmamos en ella ser Pedro piedra en el segundo.

Esta diferenciaconsiste, en que la afirmacion con que solo juntamos los extremos,qualesquiera que sean, es obra del ingenio; mas la afirmacion con queasentimos á una proposicion, es obra del juicio. Y

sucede muchísimasveces hallarse en el entendimiento muchas combinaciones diferentes, sinaprobarlas el juicio, porque este asiente á la verdad de unaproposicion, quando ya ha visto la conexîon que tiene con los principiosprimitivos; así quando decimos

Pedro es piedra

, en la nocion de Pedroconsidera el juicio la de hombre, la de viviente sensitivo y racional; yen la de la piedra concibe la de un cuerpo duro, é incapaz de vida ysentimiento, y no pudiendo juntar, ni combinar realmente estas nociones,no asiente á semejante proposicion.

[20] Por esto será bien advertir, que tenemos muchas percepciones de lascosas sin asentir á ellas, y por consiguiente, que no es lo mismopensar, que consentir. Muchos de conciencia delicada se equivocan enesto, porque no se paran á meditar lo que les sucede en la variedad desus pensamientos; pero si reflexîonan un poco, conocerán claramente, quelas percepciones que tenemos por los sentidos, puesta la buenadisposicion de sus órganos, no pueden dexar de seguirse á lasimpresiones, que estos reciben.

Son pues, como lo hemos explicado,libres el asenso y disenso, que pertenecen al juicio; y como este asuntosea importantísimo, será bien declararse con algunos exemplos.Preséntase Ariston delante de un arbol ó de un jardin, y si tiene losojos sanos y bien dispuestos, no puede dexar de ver aquellos objetos.Estará á la verdad en su albedrio algunas veces ponerse delante deljardin ó del arbol; mas ya puesto y aplicado á mirarlos, no puede evitarel verlos. Si el arbol es grande ó pequeño, y el jardin ameno ydivertido, luego acompañará á la vision de ellos el juicio afirmativo: El jardin es ameno

,

el arbol es grande

, y estas proposiciones son entodas maneras afirmativas, porque al tiempo que junta al arbol

lanocion de

grande

, por el uso y experiencia de las cosas, sabe que leconviene, y así lo afirma y lo consiente; y lo mismo sucede quando lanocion de la amenidad la apropia al jardin. Supongamos ahora, queAriston es curioso en las cosas naturales, y luego su curiosidad lemueve á saber qué arbol es el que tiene por grande

. Aquí no hallándosecon bastantes principios experimentales para asegurarlo, queda dudoso, ósuspende su juicio, y esta suspension, sin afirmar ni negar, no es otracosa que el exercicio de su libertad, con la qual consiente, disiente ósuspende el asenso y disenso á su albedrio. Mas ya Ariston exâminandolas partes del arbol, su forma externa, su figura, y todas las demascosas necesarias, combinándolas con otras de que tiene ciencia yexperiencia cierta, asiente á que el arbol grande

es

almendro

. Nohay que dudar, que quando Ariston averiguaba qué arbol era el que veía,tendria dentro de sí varios pensamientos con que le compararia hastaencontrar con aquel que tenia entera conveniencia con el que buscaba, yasí interiormente diría:

Este arbol parece sauce

, y afirmaba en elprimer modo en quanto juntaba la nocion de sauce

con la de aquelarbol; mas no en el segundo, porque no hallando entre el arbolpresente, y el sauce la semejanza necesaria que debia corresponder á suexperiencia, no asentia á que lo fuese. Del mismo modo pensaria en otrosárboles, y de ninguno lo afirmaria con asenso hasta llegar al almendro

.

[21] De otro modo le sucede á Ticio, que, paseando con serenidad deánimo, ve á Crisias su mayor enemigo, que quiso tal vez en otro tiempoquitarle la vida, y la fama. Luego que Ticio le descubre, percibe áCrisias, y junta la nocion de enemigo, diciendo dentro de sí: Crisiases mi enemigo; Crisias me quiso quitar la vida; Crisias intentó quitarmela fama

. Pero al mismo tiempo se le excita á Ticio la memoria delagravio y maldad de Crisias, y los afectos de ira, de odio, ú devenganza. Esto se executa en Ticio tan aprisa, que casi lo mismo es verá Crisias, que suceder todo lo referido. La primera percepcion deCrisias, que tuvo Ticio, no fué voluntaria, puesta la aplicacion de lavista en el modo dicho. Tampoco lo fué la memoria del agravio, y de laofensa, ni el primer movimiento de los afectos nombrados. Lo sonsolamente las proposiciones propuestas, y lo son mucho mas los juiciosque suelen seguirse á los afectos, como si Ticio llevado de la iradixese: He de vengarme

, y otros semejantes. Aquí se han de distinguirlos afectos é inclinaciones que se excitan en Ticio quando ve á Crisias,de los juicios que de ordinario suele Ticio juntar con ellos, porque elprimer movimiento de aversion ácia Crisias, excitado de la primerapercepcion que aquel tuvo de este, no es voluntario, y los Filósofos lellaman

motus primo primus

; pero los juicios que suelen acompañaraquellos movimientos son voluntarios, y puede Ticio, y debe apartarlos,y en algunas ocasiones aplicar todas sus fuerzas para reprimirlos.

[22] Síguese de lo dicho, que los errores están en el

juicio

, y quedebemos trabajar en dirigirle con acierto para proceder con rectitud enel exámen de la verdad.

Tambien es de notar, que han de distinguirse lasoperaciones libres

del alma, de las que no lo son, porque esteconocimiento importa mucho para poder hacer buen uso de nuestralibertad. Algunos modernos hacen actos de la voluntad, y no delentendimiento, al asenso

y

disenso

, y por consiguiente al

juicio

;y lo fundan en que á nuestro albedrio consentimos en las proposiciones,ó disentimos á ellas quando queremos, lo que parece propio de lavoluntad. Esta qüestion la tengo por poco util para hallar la verdad, yevitar el error en las Artes y Ciencias. Lo que yo juzgo es, que en elalma no son potencias distintas el entendimiento y voluntad, sino queson el alma misma en quanto piensa y quiere, y que estas denominacionesy distinciones de potencias solo se toman de los diversos actos queexercita; y así siempre que piensa, ya sea imaginando, ya sintiendo, yaacordándose de las cosas, ya hallándolas, ya combinándolas, lo hace elalma por una fuerza que llamamos

entendimiento

; y siempre que ama úaborrece, asiente ó disiente á las proposiciones, lo hace el alma misma:y aquella fuerza con que libremente exercita estos actos llamamos

voluntad

.

CAPITULO IX.

De la difinicion.

[23] Los Filósofos llaman difinicion á la proposicion que declara bienla esencia de la cosa. El sugeto de la proposicion es el

difinido

, yla difinicion es el predicado; y como no qualquiera declaracion de laesencia de una cosa es difinicion, por eso se añade que debe hacerse

bien

, esto es, segun ciertas reglas que prescribe la recta razon, lasquales propondrémos despues. En la difinicion del hombre:

Animalracional

se entiende la proposicion:

el hombre es animal racional

,donde el hombre es el difinido y el sugeto, y animal racional es ladifinicion y el predicado. Debiendo toda difinicion declarar la esenciade las cosas, con el fin de que no se confundan y se puedan distinguirunas de otras, conviene advertir, que el entendimiento no alcanza lasesencias de los entes en sí mismos; porque siendo el origen de todos losconocimientos humanos lo que entra por los sentidos, como estos no nosdescubren el íntimo ser de las cosas, sino solo la forma de ellas, queconsiste en un conjunto de caractéres inseparables de la esencia, poreso nuestros alcances no llegan íntimamente á penetrarle. Esta es unaverdad fundamental, que, repetida muchas veces por los modernos, fuéestablecida de los antiguos; pues entre ellos Santo Thomas confiesallanamente, no una vez sola, que nos son desconocidas las diferenciassubstanciales y esenciales de las cosas[a]. Quando se dice que el ser, óesencia de una cosa es aquello, lo qual puesto, la cosa precisamente sepone, y faltando precisamente falta, se dice bien; mas nosotros noconocemos que la cosa

se pone ó falta, porque sepamos lo que ella esen sí misma, sino porque anda siempre acompañada de formas y caractéresexteriores, inseparables de todo punto de ella, los quales haciendoimpresion en nuestros sentidos, nos hacen conocer por su presencia quela cosa exîste. El exemplo del Sol muestra esto con evidencia. Nadiesabe qual es la esencia del Sol; pero ninguno hay que dude del ser delSol y de su presencia, quando vemos un cuerpo redondo, celeste, lucido,que despide luz y claridad de sí mismo, que nace y se pone todos losdias, trayendo el dia y la noche, y que da una vuelta entera al Cielocada año, moviéndose por una linea, siempre la misma, desde Poniente áLevante. Esto es una breve descripcion del Sol, que declarando loscaractéres y formas exteriores perpetuas é inseparables de su ser, nosmuestran estar presente su esencia. Esto mismo ha de extenderse áquantos seres hay en el Universo, pues que ninguno hay que le conozcamosde otra manera. Deben los Filósofos ser cautos en difinir las cosas: yel haber hecho muchas difiniciones en las Artes y Ciencias antes detener bien conocidos los caractéres propios de los difinidos, ha sidocausa de muchísimos errores, tomando una cosa por otra, confundiendo lasque deben estar separadas, y haciendo una misma la que tal vez es muydiversa. Hase de poner gran cuidado antes de difinir las cosas en hacerde ellas descripciones exâctas, notando las particularidades que lasacompañan, como sus causas, sus efectos, sus necesarias ó contingentesmutaciones, sus atributos perpetuos é invariables, sus movimientos, lasleyes inviolables que guardan en sus acciones, sus propiedades, suorigen, aumento, perfeccion y fines, combinando todo esto con lostiempos, y notando puntualmente la perseverancia, encadenamiento ymutaciones que observan. Por no hacerse bien las descripciones de lascosas, se confunden unas con otras, y así no se llega á entender el séró esencia, ni las afecciones de ellas por el embarazo que se halla ensepararlas.

Los antiguos Médicos Griegos, y algunos pocos de losmodernos, que han hecho descripciones exâctas de las enfermedades, hanaprovechado mucho para conocerlas; los que no han hecho esto, se puededecir que hablan de los males, pero no enseñan á conocerlos, ni ádistinguirlos. Algunos Filósofos han hecho admirables descripciones,como Aristóteles en la

Historia de los animales

, y Teofrasto en los

Caractéres de las pasiones

. Los Historiadores, los Políticos, yalgunos Poetas han descrito muchas cosas con admirable propiedad.Hállanse recogidas muchas de estas descripciones en la Eloqüenciasagrada

del Padre Causino, Obra por esto solo muy recomendable. Yacreen muchos, que en la Física, Botánica, Medicina, Historia Natural nohay otro medio de conocer cada cosa y distinguirla de las demas, que elde las buenas y exâctas descripciones; mas yo quisiera que creyesen queen todas las demas Ciencias sucede lo mismo; pues que las esencias delas cosas, donde quiera que pertenezca el tratar de ellas, no lasconocemos de otra manera. Por esto no se han de arrojar facilmente losLiteratos á formar difiniciones

, sin que antes tengan bien conocidaslas cosas, que quieren difinir, por descripciones exâctas y bienseguras. Así son imperfectísimas las difiniciones

por las causas

, lasque solo manifiestan la cosa por algunas propiedades y efectos, y lasque llaman físicas por la materia y forma; pues demas de que las formasde las Escuelas, que son las que se toman por norma, son fingidas, y loes quanto los Escolásticos dicen de ellas, tienen el inconveniente, queel conjunto de lo que llaman materia y forma, no suele ser sino unaporcion, á veces la menos esencial, de la cosa.

Conócese esto en que sise hace de la misma cosa una exâcta y cumplida descripcion, se hallaráque lo que ponen por materia y forma es lo de menos consideracion quehay en los difinidos. El modo, pues, de hacer una difinicion, quando yala cosa sea conocida por exâctas descripciones es, formar un génerocomun y una diferencia, y por estas hacer la difinicion que llamanMetafísica, que es sola la que los verdaderos Filósofos reconocen pordifinicion. El género y la diferencia de las cosas son dos predicadosesenciales, que las hacen conocer y distinguir, de modo que no se puedenequivocar. Este género y diferencia se han de tomar de los constitutivosy distintivos que resultan de las descripciones bien hechas, pues porellas se descubre qué cosas son mas precisas, necesarias, permanentes yperpetuas para la exîstencia y el ser de los entes que se describen. Elmotivo de querer los Filósofos, especialmente Aristóteles, superior átodos, que el género entre en las difiniciones es, porque no conocemosmas que los individuos, esto es, cada cosa de por sí en qualquieralinea. La cosa determinada y singular no se puede difinir, ni lonecesitamos, porque tenemos de ella nociones tan fixas, que si ponemosatencion no podemos confundirla con otra. Queriendo, pues, para la mayorfacilidad de entender las cosas, reducirlas á ciertas clases, en que conprontitud y seguridad las conozcamos, se hace preciso buscar unpredicado esencial y comun á todos los individuos que en tal clase secomprehenden, y este es el género, pues que se extiende á todos los quedebaxo de sí contiene. Este género ha de ser el mas inmediato, porque sies remoto confunde la nocion de la cosa y no la determina. En ladifinicion del hombre

animal racional

se comprehenderá todo lo dicho.No conocemos otros hombres que los individuos de la especie humana:vemos en todos ellos que son vivientes sensitivos: de modo, queexâminadas todas las particularidades que subministra la verdaderadescripcion del hombre, hallamos que el ser viviente y sensitivo (estosignifica la voz

animal

) es un atributo comun á todos, sin excepcionninguna, y esencial, pues que precisamente puestas la vida ysensibilidad hay hombre, y si estas faltan de todo punto, tambien elhombre falta. Fórmase, pues, del animal un género comun, cuya nocion esextensible á todos los hombres: de suerte, que no puede estar en elentendimiento el concepto de animal, sin que por él haya una nociongenérica, que tenga tambien por objeto al hombre. Es así que en todaslas cosas hay ciertas porciones comunes con otras y transcendentalesentre sí, esto es, que el entendimiento las concibe como juntas, ó comouna misma en el predicado comun que las incluye todas. No solo sonvivientes sensitivos los hombres, sino tambien las bestias; con que conla nocion genérica de

animal

conocemos al hombre y al bruto: y aunquela nocion de animal es clara para conocer lo viviente sensitivo, esconfusa para conocer por ella sola al hombre. Es, pues, necesario añadirla diferencia racional

, que es un predicado comun á todos los hombresy limitativo, esto es, determinativo de lo genérico de animal á solo elhombre, de manera que juntos el género y diferencia: Animal racional

,se comprehenden todos los hombres sin peligro de poderse confundir conninguna otra cosa. Si en lugar de

animal

pusiésemos

Ente

ó

substancia

, aunque son atributos esenciales, no fuera buenadifinicion, porque estos predicados son muy de lejos, y por muyuniversales no determinan la nocion que tenemos de los individuos de laespecie humana: como si para difinir la rosa pusiésemos por género

Planta

, que dista mucho de la nocion de la rosa, para la qual esgénero inmediato y conforme á la nocion el de flor

; y lo mismosucediera si para difinir el Aguila pusiésemos por género viviente

;pues siendo tan general esta nocion, no es correspondiente á la quetenemos de las águilas: y esto sucede porque el género próxîmo yaincluye en sí los remotos, no pudiendo haber nocion de animal que noencierre la de substancia y ente; mas los remotos no incluyen formalmente

, esto es, con expresa determinacion las nocionesinferiores, de modo que fuera vaga é incierta la aplicacion de ellos álos seres determinados. En lo que llevamos explicado se fundan lasreglas de una buena difinicion, las quales consisten en que sea tal estaque se convierta con el difinido, de modo que no haya mas, ni menos enuno de lo que explica el otro, como sucede en la propuesta difiniciondel hombre, porque así el entendimiento con la difinicion entenderá laesencia del difinido, sin poderla aplicar á otra cosa: para estoconviene que sea breve y clara: esto se logra con el género ydiferencia; y así las difiniciones que no se hacen de este modo, no loson en rigor lógico, sino explicaciones, como lo suelen hacer losOradores y Poetas, y en el trato civil el comun de las gentes: convienetambien que sus términos expliquen con mas claridad que el

difinido

loque es la cosa; porque si falta esto, quedan obscuras y confusas lasnociones, y no se logra el fin de conocer por las difiniciones las cosascon claridad y sin peligro de confundirlas; bien que esta mayor claridadbasta que sea para los Filósofos, porque el vulgo por ignorancia mejorentiende lo que quiere decir

hombre

que

animal racional

. De lo dichose deduce, que no pueden llamarse difiniciones muchísimas explicaciones,que quieren se tengan por tales: y que deben ser raras y hechas con grancuidado las difiniciones legítimas, aunque conviene que los sabiosdespues de maduros exámenes y bien hechas descripciones difinan lascosas, para que dexando sentado el verdadero ser de ellas, no seconfundan, y se pueda así pasar á otras averiguaciones filosóficas conentera seguridad. Aristóteles difinió pocas cosas, pero explicó muchas.Los modernos tomando sus explicaciones por difiniciones, hallan motivode contradecirle. El Autor del

Arte de pensar

[b], que hizo empeño dedesautorizar á este Filósofo por corregir los defectos de la Lógica delas Escuelas, impugna las quatro explicaciones de lo

caliente, frio,húmedo

, y

seco

, que pone Aristóteles; y aseguro que si hubiera leidocon atencion todo el capítulo segundo del libro segundo

de lageneracion y corrupcion

, no las tuviera por difiniciones, sino pordeclaraciones de estas quatro qualidades por los principales efectos deellas, quando concurren á la generacion y corrupcion de los mixtos; nilas hubiera impugnado del modo que lo hizo, porque Aristóteles por[Griego:

ugron

] no entendió solo lo húmido

madefactivo

, esto es, quemoja, sino lo

líquido

: ni por [Griego:

xaeron

] lo que está falto de

madefaccion

, esto es, de humedad que moja, sino lo

tieso

, reduciendoá estas clases generales las particulares, que se comprehenden en ellas:echándose de ver, que una misma cosa puede en diversos respetospertenecer á lo húmedo y seco. Es cierto que los Escolásticos usan demuchas difiniciones, que justamente son reprehendidas de los modernos;pero estos no siempre las han hecho mejores, como que han sido felicesen derribar, y no lo han sido igualmente en establecer. Lock, impugnandolas difiniciones que los Atomistas y Cartesianos han dado almovimiento[c], dice estas palabras: "Nuestros Filósofos modernos, quehan trabajado en desasirse del vicioso lenguage de las Escuelas, y enhablar de un modo inteligible, no lo han hecho mejor, difiniendo lasnociones simples por la explicacion que nos dan de sus causas, ú de otraqualquiera manera." El Marques de San Aubin en su

tratado de laOpinion

[d] hace una burla grande de la difinicion del hombre:

animalracional

, como que es obscura y confusa, entendiendo qualquiera lo quees hombre, y entendiendo pocos lo animal racional

. Mas, fuera de quelas rigurosas difiniciones sirven solo á los Filósofos, como quedadicho, el mismo Autor poco antes la dió por buena en estas palabras:"Las mas exâctas difiniciones son las que explican la naturaleza deldifinido por su género inmediato, y su diferencia esencial como esta: El hombre es un animal racional

." En obras tumultuarias y de acinadaerudicion, como la de este Marques, es preciso se hallen algunascontradicciones.

[Nota a:

1. part. quaest. 29. art. 1. ad 3. pag. 113. edic. de Roma de1571. & lib. 7. Metaph. lect. 12. tom. 4. pag.

100. & passim alibi.

]

[Nota b:

Part. 2. cap. 16. p. 248. edicion de la Haya de 1700

.]

[Nota c:

Esai Philosoph. del entend. lib. 3. cap. 4. pág. 339

.]

[Nota d:

Lib. 2. part. I. tom. 2. pág. 21. y 23

.]

CAPITULO X.

De la division.

[24] Con los mismos fines que los Filósofos difinen las cosas, hacen lasdivisiones de ellas, que es aclararlas, para que no se puedan equivocar.La diferencia entre la division y difinicion consiste en que estafabríca la cosa, señalando los predicados que compone su esencia:aquella la deshace, para que dividida en porciones, se vean las partesque la constituyen. Para mayor claridad conviene dividir lo que llamamos

todo

en todo físico, y metafísico. El todo físico, significado de losLatinos con la voz totum

, es qualquiera cuerpo físico del Universo:el todo metafísico es mental, y consiste en las clases generales á queel entendimiento por abstraccion reduce muchas cosas, comprehendiéndolascon sola una nocion, como lo hemos explicado, hablando de lospredicamentos y predicables. Este todo se explica en Latin por la voz

omne

: en nuestra lengua la voz

todo

incluye á los dos; y aunque á laLógica solo pertenece dar reglas para la buena division del todo

metafísico, no obstante es menester antes conocer los

todos

físicos,pues ignorándose, no se podrán reducir á las clases de la division. Enlos cuerpos físicos la analisis

, esto es, la descomposicion de suspartes, á fin de que se vean con claridad, es de mucha importancia paraconocerlos, y ayuda mucho á las descripciones exâctas que deben hacersepara difinirlos; de manera que en lo físico debe ir delante la division,sin la qual los entes corporeos nunca se podrán describir bien, y porconsiguiente tampoco se podrán difinir. Cométense grandes defectos enlas analises

, y por eso no han sido tan útiles, como algunos creen,las que se han hecho en estos últimos tiempos.

En los siglos medios secontentaban los Físicos con hacer groseras descomposturas de loscuerpos, y pronunciando facilmente por ellas, mantenian muchos erroresen el estudio de la naturaleza. Los modernos, queriendo enmendar estedefecto, cayeron en el opuesto, aplicándose con extremada creencia ádividir lo que por su sutileza no es capaz de division. Han hecho mas,que es poner en los cuerpos lo que han creido antes de dividirlos, quedebia hallarse en ellos. ¿Quién no ve que es vana la division de lastres materias Cartesianas,

sutil, globulosa

, y

estriada

? ¿Y quántasveces sus defensores nos dicen hallarlas en las analises

de loscuerpos? En la anatomía se han introducido muchas ficciones,desmenuzando las partes hasta lo sumo, donde no pudiendo llegar laindustria humana, se añade lo que subministra un sistema puramenteimaginario. De esto hemos dado palpables exemplos en las InstitucionesMédicas

. Las analises chîmicas hechas con fuego, no descubren lo quehay en los cuerpos, sino lo que el fuego hace en ellos. Despues de habergastado Roberto Boyle muchos años y grandes caudales en las analyses

chîmicas, al fin desengañado compuso un tratado que se intitula Chymista scepticus

, en el qual muestra con evidencia, que sonproducciones del fuego las materias que la Chímica saca por laresolucion. Este punto le traté con extension en la Física, para evitarlos engaños que en este exámen se cometen. Conviene, pues, descomponerlos cuerpos para conocer sus partes con el orden que se requiere, paraque la division no las desfigure: notar su enlace, figura, sitio, y usode composicion: observar atentamente su substancia sólida ó fluida, duraó blanda: no añadir ni fingir nada, sino mirar lo que da la naturaleza,&c. ver las mutaciones que reciben las partes unidas al todo, óseparadas, y las relaciones, ó respetos que dicen con sus causas, consus efectos, y con las demas porciones de aquel todo: finalmente se hade combinar lo dicho con lo que hemos propuesto de las descripciones, yde todo junto se formará concepto del sér de las cosas físicas parapoderlas difinir y dividir. Quien vé esto, y vea tambien el poco cuidadocon que hoy se tratan estas cosas, bastándole á qualquiera para llamarseFísico el entender dos ó tres fragmentos de un vano, pero pompososistema, conocerá que la verdadera Física está muy atrasada, y muydistante del punto de perfeccion, en que muchos la contemplan. Todavíaes peor fiarse de las

analises

de las aguas, y demas remedios paraestablecer sus virtudes en el cuerpo humano; pues fuera de que no sepuede asegurar por ellas lo que hay en los simples medicinales, es muydiversa la relacion, y respeto que las partes dicen con su todo, que laque dirán con otro muy distinto, como es el hombre. Esto no se puedesaber sino por la atenta observacion de la Medicina práctica, como lo hamostrado Geofroi, sin embargo de haber sido uno de los que mas hantrabajado en hacer analises de los vegetables y plantas, que describe ensu preciosa materia Médica[a]. Tambien son físicas las divisiones de lascosas hechas por sus causas, efectos, propiedades, formas, &c. y muyconducentes para las buenas descripciones. Así que la division de lasplantas por sus flores ó semillas: la de las enfermedades por algunossímptomas, ó por la diversidad de causas de donde dimanan: la de loshombres (lo mismo ha de entenderse de los demas animales) por losterritorios, provincias, costumbres: y en fin la de otros seresnaturales por sus propiedades y caractéres sirven para perficionar lasdescripciones que deben hacerse antes de señalar las esencias de lascosas; mas quererlas distinguir entre sí esencialmente por solos estosfenómenos accidentales, como lo ha hecho Mr. de Sauvages en lasenfermedades, y algunos Botánicos intentan hacerlo en las plantas, esconfundir las cosas, y no llegar á conocer el verdadero ser de cada unade ellas.

La division lógica es sola la que muestra la diversa esenciade las cosas, aunque parezcan entre sí unas mismas. El modo como llegael entendimiento á esta division es este. Exâmina primero si hay lacosa, y esto lo hace por la debida y bien reglada aplicacion de lossentidos, ó por el bien dirigido juicio, que tiene por origen de suexcitamento las representaciones que de estos han quedado en lafantasía.

Asegurado de que la cosa existe, la describe para verla yexâminarla mas de cerca, valiéndose para esto de las divisiones físicasy de las demas circunstancias que piden las descripciones. Despues deesto, colocando la cosa en la nocion general comun por

el género

, yseñalando la particularidad que la distingue por la

diferencia

, ladifine fixando la esencia de ella. Pero como debaxo de un predi