Amparo (Memorias de un Loco) by Manuel Fernández y González - HTML preview

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MANUEL FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ

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A M P A R O

(MEMORIAS DE UN LOCO)

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segunda edición

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MADRID

EST. TIP. DE RICARDO FÉ

Cedaceros, núm. 11

1888.

Es propiedad.

EPÍLOGO

He pasado de los treinta años, funesta edad de tristes desengaños, quedijo Espronceda.

Me he arrancado mi primera cana.

La experiencia se ha encargado de arrancarme una a una todas misilusiones, o por mejor decir de secar todas mis creencias.

Hoy sólo tengo dos:

Creo en un Dios incomprensible.

Creo que la vida es un sueño

La primera verdad la ha dicho la Biblia.

La segunda la ha dicho Calderón.

Si alguien dijo la primera antes que la Biblia; Si alguien dijo la segunda antes que Calderón, quede sentado que yo noconozco fuera de aquel admirable libro y de aquel admirable poeta, al oa los que haya o hayan dicho aquellas dos verdades.

Lo que yo sé decir, por experiencia propia, es que nadie cree lasverdades hasta que se las hace conocer la experiencia.

La experiencia, en general, tiene una manera muy dura de dar a conocerlas verdades.

Si se nos permite que supongamos que la vida es un camino sobre el cualmarchamos con los ojos vendados, se nos permitirá también suponer que laexperiencia es un poste colocado en medio de nuestro camino, hacia elque marchamos a ciegas, y contra el cual nos rompemos las narices.

Pero en cambio, y por mucho que el golpe nos haya dolido, encontramosuna verdad que no conocíamos;

El reverso de una medalla;

La antítesis de una bella idea;

El interior de un sepulcro blanqueado; Sarcasmo y podredumbre.

De lo que se deduce que: costándonos el conocimiento de cada verdad unacontusión, y siendo infinitas las verdades que nos obligan a descubrirlas ilusiones que debemos a nuestro amor propio, un hombre no puedellegar a tener experiencia, sin encontrarse completamente descoyuntado.

Un hombre lleno de experiencia es un árbol muerto, metafóricamentehablando,

contra

el

cual

zumba

desapiadadamente el huracán de laspasiones, valiéndonos de otra metáfora.

Y sin embargo de que, y continuamos en el estilo metafórico, ya no tieneni frutos ni hojas que el huracán pueda arrancarle, le arranca lasextremidades de las ramas secas.

Después viene el rayo y le hace trizas.

Después la lluvia del invierno le pudre.

¿Dónde estaba el hermoso árbol?

Hasta sus raíces se han podrido.

Ese árbol no ha existido.

Ha sido un hermoso sueño de primavera.

Una horrible pesadilla de verano.

Sí; Dios que ha hecho su criatura para que sea destruida, esincomprensible.

La vida que pasa sin dejar tras sí vestigio alguno es un sueño.

Quede sentado que la Biblia es un gran libro; Que Calderón era un gran poeta;

Y que yo soy lo que quieran mis lectores que sea.

Esto escribía yo una noche que no tenía sueño.

Eran las tres.

Estaba en calzoncillos blancos y tenía frío.

No tenía un cuarto y estaba desesperado.

Un viejo reloj de pared me dejaba oír un monótono tic-tac.

El ruido de un péndulo cuando se está en cierta disposición de ánimo, esun ruido que crispa los nervios.

No sé a quien he oído decir que el cólera morbo es una enfermedadnerviosa.

De modo, que cuando no se tiene sueño, cuando no se tiene dinero, y setiene frío, y se oye el tic-tac de un péndulo, en medio del silencio dela noche, se está muy expuesto a ser un caso.

Por lo mismo, y cediendo a un laudable sentimiento de conservaciónpropia, voy a meterme de nuevo en la cama y a buscar la vida en elsueño.

Porque, si la vida es sueño, el sueño debe ser vida.

Y esto es tan exacto, como que, si la vida del hombre son las ilusiones,nada más comparable a la vida que el hermoso sueño de un sediento quecree estar echado de bruces sobre una fuente cristalina;

O el de un pobre que cuente oro;

O el de un enamorado que besa y devora a una mujer hermosa; O el de un diputado de la oposición que se mete debajo del brazo unacartera;

O el de un hambriento que come en la fonda del CISNE.

(Entre paréntesis: la fonda del CISNE es de un amigo mío, y puedorecomendarle cualquiera de mis lectores, para que en un cubierto de aduro le ponga un plato más.) Me he metido en la cama, pero no he conseguido dormirme.

La realidad huye de mí: el sueño me persigue.

Soñemos, ya que no podemos vivir.

Soñemos escribiendo.

Escribir es muy fácil, sobre todo cuando se escribe mal.

Por eso tenemos en España tantos literatos; Y tantos poetas;

Y tantos periodistas;

Y tantos sabios.

Esto consiste en que en España todos estamos aburridos, o tenemos frío ohambre, y nos distraemos escribiendo.

También es cierto que son muy pocos los que se distraen leyéndonos.

Por eso en España los escritores no tenemos un cuarto.

Hay diez musas.

O por mejor decir, no hay diez musas sino una.

Antes había nueve.

La una, que las ha matado, es una musa horrible que vive de dar muerte.

Esa musa es el HAMBRE.

El hambre es la musa de los españoles.

¿Quién dijo esto? ¿Quién lo dijo?

Venturita.

No señor: don Ventura.

Aun no señor: el excelentísimo señor don Ventura de la Vega.

El que abandona a César por el Marqués de Caravaca; La tragedia por la zarzuela;

La fama por el dinero.

Bien sabía Vega lo que se decía cuando dijo que la musa diez era elhambre.

Nosotros hemos dicho que el hambre es la musa única de los españoles.

Y si no, ¿quién les inspiró la revolución de julio?

Porque una revolución no es otra cosa que una poesía diabólica, paraproducir, la cual es necesario que a todo un pueblo se le calienten loscascos.

¿Quién fue, pues, la musa que inspiró al pueblo de Madrid aquellasinfonía infernal de los tres días y aquel poema berroqueño en quincecantos de las barricadas?

Fue la libertad.

Sí, señor: pero la libertad en su sentido real, tangible y comestible:el deseo de comer libremente.

¿Quién inspiró tantas cosas inspiradas como se dijeron y se escribieron?

La necesidad de comer.

Es verdad que no hemos comido tanto como esperábamos: que el banquete noha correspondido al programa... pero...

Se conoce que estoy de muy mal humor, en que he ido a meterme con botasy espuelas bajo la jurisdicción o en la jurisdicción del señor fiscal deimprenta.

Por lo mismo, y para evitar una cornada, tomemos de nuevo el olivo de labella literatura.

Esto es: levantemos ante el señor fiscal, como en señal de paz, un ramode oliva.

Dicen que en el Saladero es muy fácil convertirse en caso. [*

Esto se escribía durante el cólera.]

Es necesario, pues, evitar de todo punto que le pongan a uno ensalmuera.

Pero diréis, y con razón: el autor está loco: Perdonad: una palabra.

Tened en cuenta que he empezado mi novela por el epílogo: es decir, quela he acometido por la cola.

Este epílogo, reducido a su verdadera expresión debía constar únicamentede estas palabras:

EL AUTOR SE HA VUELTO LOCO.

O bien si no os agrada el modismo:

EL AUTOR HA ENLOQUECIDO.

O bien:

El autor no ha logrado todavía encontrar su juicio, y se lo pide a suslectores.