A Vuela Pluma Colección de Artículos Literarios y Políticos by Juan Valera - HTML preview

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Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, yella vendrá á buscarle. Sea usted natural y espontáneo, y pondrá usteden cuanto escriba el sello de su persona, y será sana y limpiamenteoriginal, sin darse á todos los diablos y sin caer en las demenciasfúnebres que en Francia se usan.

Inagotable fábrica y rico emporio de ideas es París. Necesario y buenoes tomar de allí lo que conviene; pero haya tino y juiciosa elección enlo que se tome.

Cierta poesía no es ya erótica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre lascausas que concurren á dar ser á esta poesía, además de las yamencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta áveces. Figurémonos al poeta en París. Su prurito será acaso que, en elfondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo,sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soñadas en sulugar.

Además, todo francés hace sin querer la reclame. En París seconfeccionan los mejores guisos y se hacen los más graciosos vestidos ysombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que también secrea y se divulgue que en París se entiende mejor el amor y se lecondimenta con aliños más picantes y especierías más ricas y exóticas.Con este señuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones,que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-bárbaras, vendrán áParís, ya que no á estudiar en la Sorbona, á aprender pornografía en loscolegios de la nueva Babilonia.

No acuso yo á ningún autor francés de que lleve tal intención; pero lalectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nosfingimos por acá, y por muchas otras tierras, un París encantado, donde,si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca enla isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraíso deMahoma.

Si el mal se detuviese en esto, yo me callaría; pero el mal no sedetiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan yse hastían de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya enel fango, y después de haber renegado de Dios; y aquí te quieroescopeta. Cada uno de ellos parece un energúmeno. Sus versos sonpesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por eldemonio del remordimiento y por otros demonios más feos y tiznados,rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no haycrimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente áLucifer, ya aseguran que quieren imitar á Cristo, si bien suponiendo quelo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos.La muerte es la única redención posible. Además, ellos entienden quedeben matarse en castigo de sus culpas.

¡Va, que la mort soit ton refuge!

à l'exemple du Rédempteur,

ose à la fois être le juge,

la victime et l'éxécuteur.

La situación es tremenda, y empezando por versos de amor materialistapuro, como los catorce sonetos, se viene á caer en ella, más tarde ómás temprano, á no desviarse pronto del mal camino.

Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen elestómago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos pararesistirlas sin vomitar ó sin caer desmayado. Los suplicios más ferocesque ve Dante en su Infierno, las abominaciones y espantos de los másascéticos libros cristianos, como Gritos del infierno, Estragos de lalujuria, y otros así, son niñerias y amenidades, si se comparan con loque Baudelaire refiere cuando él mismo se ve ahorcado, podrido yhediondo, entre una nube de murciélagos y de grajos que le sacan losojos á mordiscos y picotazos y se le comen por do más pecado habia, ycon lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que eraun demonio familiar, el cual araña y destroza á su amiga en sitios tansensibles y ocultos.

Si tamañas desventuras se tomasen por lo serio, sería cosa de deshacerseen un mar de lágrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsioneshorribles, y de aborrecer toda vida, y más que ninguna lasardanapalesca, á que se entregaron estos vates ilustres, y cuyosfunestos resultados estamos tocando.

Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el sardanapaleo como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en loscastigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tantocomo dice, ni suele exclamar de corazón ¡qué tétrica es la vida! después de haberse divertido. En ambos extremos hay ponderaciónjactanciosa: pose y blague. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta parahacer efecto y darse charol, no tiene perdón de Dios. ¿Por qué en odas,en elegías, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotesde filosofía, hemos de angustiar á los mortales y quedarnos tan frescos?

Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y días y semanas de malhumor, de tristeza y de abatimiento. Así estaba yo, poco ha, cuandoescribía á un amigo diplomático extranjero, á quien quiero mucho, unamelancólica carta. Él me contestó, consolándome con discretísimosrazonamientos, algunos de los cuales vienen tan á pelo aquí, que voy ácitarlos en el propio idioma en que están escritos, abusando quizá de laconfianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia.

«¿A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre maître le DocteurPangloss restait ferme dans la doctrine après des accidents bienautrement facheux et malgré le cadeau dont l'avait gratifié Paquette etdont vous connaissez la généalogie.

¿L'optimisme ne servirait-il à rien?On serait tenté de le croire en voyant que les pessimistes sont engeneral de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence trèsagréable et qui sont très peu pressés de sortir de cette créationmanquée. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, quin'ont pas d'influence sur leur

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conduite journalière. Schopenhauern'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu.Boudha lui même est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de sonascétisme et de son mépris des choses créées. ¿Si nous faisions commeeux et si nous prenions le monde comm'il est, réunissant ainsi lesavantages des deux systèmes?»

Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa ysalutífera.

Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas,aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio yhasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolación y dolor en tornosuyo, no están por eso todo lo bien que sería de desear. Confesémoslo,pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos á los demás hombrescon nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestropesimismo, en vez de ser trágico, sea chistoso y cómico; como elpesimismo de Voltaire, que en el Cándido hace que nos desternillemosde risa, ó, mejor aún, como el de Cervantes, más gracioso todavía en el Quijote, y lleno de dulzura y de cristiana resignación, sin chispa dehiél ni de impiedad ni de odio.

Y si, en el día de hoy, sin salir de España, quiere usted hallar unmodelo acabado de este pesimismo para reir, búsquele en los escritos, enprosa y verso, de Miguel de los Santos Álvarez, y singularmente enalgunas octavas del poema María. El pesimismo se expresa en ellas contanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de desesperar, y hasta sele antoja á quien lee ó recita aquellas blasfemias, no ya que él debeperdonarlas propter elegantiam sermonis, sino que hasta la SoberanaPotestad, á quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y lasríe, como ríe y celebra la madre cariñosa y benigna al niño pequeñuelo ymimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan daño, laschucherías y golosinas que le pide.

En resolución, y para terminar, en las poesías amorosas mezcle ustedalgo del cielo con la tierra, á fin de no hallar tétrica la vida cuando está en lo más florido de sus años, y en lo demás procure ustedno caer en el pesimismo, y si cae en él, témplele y endúlcele con larisa resignada y con la burla sin acíbar de Cervantes y del antiguoamigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; losque no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarán áusted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra laProvidencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar,tal vez brillan justificados después de tales ataques.

Y con esto termino, augurando á usted rica cosecha de laureles si siguemi consejo, y reiterándole que soy su afectísimo amigo.

COLECCIÓN

DE

MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGÜEDADES DE EGIPTO

PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO

——

NO pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosacolección, pero nunca hasta ahora se había expuesto toda ella alpúblico.

A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que lacomponen, de su mérito y de su rareza, acaba de publicarse, en estaciudad de Viena, un precioso catálogo ilustrado.

Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos esténestudiados y descritos en el catálogo. Este, no obstante, es un tomo encuarto mayor, de 292

páginas, letra muy metida, con veinte láminas ynoventa imágenes y facsímiles intercalados en el texto, y contiene ladescripción de más de mil cuatrocientos objetos.

Lejos de ser todos de la misma época, es tan varia su antigüedad, que elorigen de algunos se remonta catorce siglos antes de Cristo, mientrasque los más modernos son del siglo XIV de la Era cristiana. Todo ello esvisible y claro documento de la civilización, no interrumpida porespacio de 2700 años, en el país que riega y fecunda el Nilo.

Como dicha civilización ha adoptado, en el transcurso de los siglos,diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres ydiferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque halladoscasi todos en el mismo lugar, varían en extremo. Sólo por la lengua óescritura de los manuscritos pueden éstos clasificarse en hieráticos,demóticos, cópticos, griegos, latinos, arábigos y péhlvicos, ó sea en lalengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas.

Los últimos vienen á demostrar con evidencia que á principios del sigloVII de nuestra Era, el Egipto fué conquistado por Cosroes II, y que ladominación persa en aquel país se extendió hasta la Nubia.

Por la materia en que los documentos de la colección están escritos,también hay notable diversidad. Lo que más abunda es el papiro, desdelos tiempos de Ransés II, el Sesostris de las historias clásicas. Siguenlos escritos en papiro, después de la conquista de Alejandro Magno, enel periodo helénico de los Ptolomeos, durante la dominación romana y enla época bizantina.

Cuando los árabes se apoderaron del Egipto, la civilización no seeclipsó ni retrocedió, y el cultivo de la planta de que se saca elpapiro y la fabricación del papiro tomaron mayor incremento,proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las más importantesfábricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde seenviaba esta mercancía á los más distantes y opuestos mercados: á Roma,á Constantinopla, á Bagdad, y á Córdoba.

En la colección del archiduque Raniero hay papiros escritos en lenguaarábiga, desde la conquista muslímica, en el siglo VII, hasta bienentrado el siglo X; los hay del tiempo de los primeros sucesores delProfeta, y de las dinastías de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas.

En el siglo X, ó tal vez antes, se había ya extendido por el Asiaoccidental y había penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival delpapiro que había pronto de vencerle y dar con él por tierra. Era esterival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conocía y usaba enChina desde la edad más remota. Los árabes le importaron en Occidente.La época de este gran acontecimiento ha venido á fijarse, poco ha, conmaravillosa exactitud. Se marca el día, el mes y el año en que fué. Fuéel 7 de Julio del año 751 de la Era cristiana. Los anales arábigos y loschinos están contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fuévencido por los árabes, que llevaban por auxiliares á los turcomanos,cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del río Tharâz.

Losvencedores

traspasaron

las

fronteras

mismas

del

Celeste

Imperiopersiguiendo á los chinos, y les hicieron muchos prisioneros. Entreellos había, por feliz casualidad, algunos que tenían por oficio hacerpapel. Fueron éstos llevados á Samarkanda, donde pronto empezaron áejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desdeSamarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tardócasi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fuéporque los primeros fabricantes sólo de algodón sabían hacerle, y lesfaltaba, ó bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino áinventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces setrasplantó esta industria á otros puntos. La segunda fábrica, de quehace mención la historia, se estableció en Bagdad el año de 795,reinando el califa Harun-al-Raschid. No tardó mucho, probablemente, enhaber también fábricas de papel en Damasco, y desde allí el papel empezóá conocerse en Europa, tomando el nombre de Charta Damascena.

En Egipto, los árabes emplearon ya el papel desde el siglo IX, y en lacolección del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia,empezando desde dicha época y continuando durante las dinastías de losIchschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos.

Y lo más singular, y acaso una de las cosas que dan más precio á estacolección, es que, no sólo hay manuscritos en papel, sino queevidentemente hay también papeles, grabados ó impresos, que datan delsiglo X. Los árabes no se limitaron á traer el papel desde la China, sino que, por lo visto, trajeron también el arte de la imprenta antes deque Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidady el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg,como no quita á Colón la gloria de haber descubierto la América eldescubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses.

Como quiera que sea, en la colección del Archiduque hay no pocos papelesimpresos, completamente como los imprimían los chinos, y que son demediados del siglo X.

El papel manuscrito es en la colección, según es natural, más antiguoque el impreso.

El primero, por orden cronológico, entre los estudiados ya, es unacarta, en cuya dirección escrita en el respaldo se lee la fechacorrespondiente al año 873 de nuestra Era. Hay después un fragmento decontrato del año 909. La colección, además de papiros y papeles,contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, enmetal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro yde antílope, que eran los más estimados.

El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustanciascon y en que se escribe se puede adquirir visitando esta colección, queviene á ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menosnotable un cesto, de paja y cáñamo entrelazados, donde hay tres paletasde madera muy dura, en que se frotaba la pastilla ó barra de tintasólida, humedeciéndola, para que, desleída, sirviese. En cada paletahay huecos en que se envainaban las cañas ó plumas, de las que seconservan tres. Cesto, cálamos y paletas, que aún tienen tintaendurecida, son de mil doscientos años antes de Cristo, si hemos de darfe á los inteligentes y al testimonio de un papiro con escriturahierática, que estaba unido á dichos objetos.

Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para elanticuario, y están ahora expuestos al público en cinco salones delMuseo austriaco de artes é industria.

Lo más importante lo descubrió y trajo á Viena el señor Teodoro Graf, dequien, en 1884, lo adquirió el Archiduque.

El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, laantigua Hermópolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca deMedina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudadde Schet, llamada por los griegos Crocodilópolis ó Ciudad del Cocodrilo,porque allí era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dichoanimal. Schet se llamó más tarde Arsinoe, en honor de la segunda reinade este nombre, hija de Ptolomeo I.

El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula Guíade la Exposición; está impreso en la imprenta Imperial y Real de laCorte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. Enlo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K.Wessely, y en lo arábigo el Sr. J. Karabacek, de quien es también laIntroducción de la obra.

Como yo no acierto á escribir nunca con el conveniente disimulo óhipocresía, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar,impongo al público en mis secretos como si el público estuviese formadode amigos íntimos, no he de ocultar aquí los sentimientos ypensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden á mi alma ó enella se despiertan, al visitar la referida Exposición ó al hojear ellibro que la describe. ¿Hubiera perdido algo el linaje humano con quetodos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hastanosotros ó con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin dudaque suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocospuntos históricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tantafatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no sé si elresultado obtenido compensará nunca la fatiga. Si yo no fuese tanaficionado á saber, si mi afán de enterarme de todo no fuese tan vivo,me importaría poco que se descubriese, cada día, un cúmulo demanuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quierosaberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltandotambién, y sé poquísimos idiomas, se apoderan de mi espíritu lainquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo yalgo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleiteel investigar tales escritos y poner en claro lo que dicen.

Entonces meexplico y casi aplaudo la supuesta ó verdadera conducta del califa Omar,del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispoZumárraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos.La gente los denigra y los saca á la vergüenza como insensatosfanáticos, pero yo tal vez los miro como heróicos dechados de caridaddesagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera depensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro á saber lo que diceny hasta á informar un poco de su contenido á los que sean más ignorantesó menos estudiosos que yo, y algunos habrá.

Hasta ahora sólo he hablado de lo material: del papiro, del papel, delpergamino, de la tinta y de las paletas en que se desleía la tinta, alláen tiempo de los Faraones anteriores á Moisés. Veamos ahora algo de loque los manuscritos contienen.

Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autorde novelas históricas pudiera tomar el legitimo color local, ó mejordicho temporal, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto dela vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sushabitantes del que no se encuentre algún testimonio en la colección delArchiduque. Se diría que hay en esta colección cuanto se custodiaba enlas escribanías de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratosde matrimonio, partes de defunción, recibos de contribuciones, pagarés,escrituras de compra, venta y arrendamiento, etcétera, etc. Todo esperegrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasaá nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte ó treinta sigloscontra la corriente de los sucesos que vuelven á mostrarse comopresentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito más negros y másfeos, apenas hay casos que no sean idénticos á los de ahora: tributosenormes, gente que se resiste á pagar ó no puede, poco dinero, usura,miseria en el pueblo bajo, y en los empleos públicos filtraciones éirregularidades.

Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito núm. 272, del siglo III deCristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermópolis Magna. La ciudadera espléndida; tenía por patrono á Mercurio Trimegisto, inventor de lasletras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de laFortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosalesruinas pasman aún al viajero.

Aquel municipio era autónomo, y los encargados por elección degobernarle se titulaban el Ilustrísimo Concejo. Los negocios de quehabia que tratar se los repartían los concejales, y como los negocioseran muchos y varios, es también muy variado el contenido de las actas.Así, refieren éstas que dos regidores, Dioscórides y Sarapamón, seapoderaron de las llaves del pósito, y sustrajeron de allí y vendieronmuchísimo trigo y cebada, toda la provisión de lentejas, y más de cien artabos de vino de arroz. No contentos con esto, hicieron otrasmuchas defraudaciones. De aquí largos y acaloradísimos debates en lasCasas Consistoriales, para ver cómo había de reponerse la pérdida, pues,á lo que se infiere, ni Sarapamón, ni Dioscórides tenían talentos, ni minas, ni dracmas, ni óbolos, ni calcos, ni sólidos (que eran lasmonedas que entonces corrían), porque todo lo habían liquidado.

Dejemos nosotros en paz á los señores Sarapamón y Dioscórides, ya que noes posible que devuelvan de lo sustraído ni una lenteja, y procedamoscronológicamente en este rápido recuento.

Las conjeturas y los ensueños, no sólo deben de estar permitidos, sinoque suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje:ponga en la hundida Atlántida, en las regiones hiperbóreas, más allá delas Montañas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un focoprimitivo de civilización; lo cierto, lo demostrado es que lacivilización más antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil añosque el Egipto está civilizado. Monumentos hay, en aquella tierraportentosa, á los que se atribuyen más de cinco mil años de edad, cuyaperfección y magnificencia no han sido después superadas. Cualquiera deellos da muestra de que ya se conocía la escritura. La más antigua, lamonumental y lapidaria, es la hieroglifica, que siguió empleándose hastael reinado del emperador Decio.

De la escritura hieroglífica había nacido la hierática, que se usó paraescribir en los papiros y que no era más que la simplificación de lossetecientos signos de que la escritura hieroglífica se componía.

En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemoshablado, se halló el más bello y bien conservado escrito hierático de lacolección archiducal. Se supone, pues, que es de la misma época, ó seade 1200 años antes de Cristo.

Contiene, en forma de carta dirigida por un señor Pibesa á un señorAmenofis, una descripción poética de la ciudad de Pi-Ransés, de la queno queda rastro y sobre cuya posición discuten los egiptólogos, aunqueconvienen todos en que era la residencia favorita de Ransés II; tal vezalgo á modo de un Aranjuez ó un Escorial de entonces.

Según ladescripción, había allí hermosos palacios; toda comodidad, deleite yregalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanasé higos; sembrados fértiles, estanques llenos de peces, mucha miel yvino más dulce y más aromático todavía.

Otro escrito hierático de la colección, adornado con viñetas y muyextenso, es el Litro de los muertos de Taruma, sacerdotisa de Ptah.Una de las viñetas representa el juicio de los muertos, y otra la momiade la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tieneforma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo laapariencia de un pájaro. Este Libro de los muertos es, como otros quedel mismo género se conservan, una serie de oraciones ó salmos, con quese proveía á los difuntos para que luchasen contra los tenebrosospoderes del Amente ó Infierno, los venciesen, y pudiesen volver á lasregiones de la luz.

Los escritos demóticos son pocos en la colección, al menos losdescifrados hasta ahora. Aunque se llaman demóticos, ó sea populares,son, á lo que parece, harto difíciles de leer, á causa de lasabreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de losPtolomeos fué el mayor florecimiento de este género de literatura, cuyomás brillante fruto es la Historia de Xamris y Neferchoptah. En lacolección del Archiduque hay, en escritura demótica, conjuros paraevocar á Osiris, á Chu, dios del Oriente, y á Amón, dios del Mediodía.

La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyoauxilio se atraía á la luna desde el cielo, se aprendía el lenguaje delos pájaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacían otramultitud de milagros. Las fórmulas, por cuya virtud se hacían, estabancustodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de losFaraones. Los profanos ó no iniciados no podían valerse de estasfórmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse á muy severos castigos.Hasta el mismo Faraón, si tenía el antojo de hacer algún milagrovaliéndose de las tales fórmulas, se exponía á que el cielo le castigaseenviando á su reino las más espantosas plagas. Así, pues, los conjurosdemóticos que en la colección se ven, deben de ser una divulgaciónsacrilega, plebeya é incompleta, de la alta y noble ciencia de lossacerdotes y príncipes.

Posee también la colección extraordinaria cantidad de escritos cópticos(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de lainfluencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que constaprincipalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de losSantos Padres, la afición á la magia persiste aún, y hay no pocosconjuros y fórmulas que servían de amuletos. Entre ellos se vencombinaciones de palabras, que forman lo que, para diversión yadivinanza, ha estado últimamente en moda con el nombre de cuadrado deletras. Así, por ejemplo: s a t o r

a r e p o

t e n e t

o p e r a

r o t a s

y este otro, hecho con palabras y letras griegas:

α λ φ α

λ ε ω ν

φ ω ν η

α ν η ρ

En la lengua cóptica se contaban muchos dialectos y habían entradopalabras extrañas, ya del griego, ya del latín, ya del árabe. Seempleaba el alfabeto griego, con la adición de algunos signos paraexpresar sonidos que con las letras griegas no podían expresarse.

Paciencia será menester para descifrar los cuatro mil manuscritoscópticos de que hemos hablado, y de los cuales sólo una vigésima parteexplica el Catálogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas,recibos, vidas de santos, la epístola del rey Abgar de Edesa áJesucristo, y la contestación de éste, homilías, plegarias y evocacionesde varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del granquerubín Asaror, de los espíritus de los patriarcas Adán, Noé yMatusalén, y del ángel Chrufos.

Posible es que de tamaño caos, después de estudiar mucho y devanarse lossesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de lassupersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en lostiempos más obscuros, sobre todo para la Europa latina, ó sea desde elsiglo V al X.

En la sala segunda están expuestos los manuscritos griegos, que son losmás lujosos, elegantes y de mejor gusto artístico. Los hay con dibujos yletras de vari