Viajes por Filipinas: De Manila á Albay by Juan Álvarez Guerra - HTML preview

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Inmigración europea.—Comparaciones.—Notablesvariaciones.—La nipa y el hierro.—Maestrillos yarquitectos.—Sustituciones y copias.—Nivelación de gastos.—La Encarnación y la María Pídela.

—Puertos del Pacífico y viejoscontinentes.—Intereses materiales y morales.—Reformas.—

Escuelasmunicipales.—Lengua española.—Resistencia pasiva.—Desconocimientodel valor de las palabras.—Los enemigos del alma.—El discurso deun Gobernadorcillo.—Y punto redondo.

La apertura del istmo de Suez, necesariamente había de llevar grandestransformaciones al extremo Oriente, no solo en su vida moral ymaterial, si que también en la política y gubernamental. Los seismeses de pesadas navegaciones por los derroteros del cabo de BuenaEsperanza quedaron reducidos á los treinta días que hoy separan lascostas Filipinas de las playas españolas. La facilidad, comodidad yrelativa baratura de la travesía, despertó primero la curiosidad delviaje, y tras aquella el deseo de conocer el país que lo termina. En lahistoria de los pueblos una veintena de años poco ó nada significan,cuando aquellos marchan dentro del universal concierto. Filipinas porsu situación, sus tradiciones, sus costumbres, su falta de necesidades,su desconocimiento de lo supérfluo, yacía hasta hace pocos años enperfecto quietismo.

Aquellas provincias con su privilegiado suelo y suhermosísimo cielo, con su verano constante y sus escasas necesidades,dormían sin que el atronador ruido de cercanas civilizaciones lasdespertaran en los largos siglos en que han permanecido estacionadas.

El rumor de unirse las tranquilas aguas de los mares bíblicos conlas revueltas que recuerdan grandes epopeyas, llegó poco á poco alextremo Oriente; y el Japón dando el ejemplo avanzó en tres lustros loque no había hecho en muchos siglos; y el rutinario chino abrió susinfranqueables murallas, rompiendo muchos de los antiguos moldes desus costumbres, al par que perfeccionaba y daba novedad á las líneasen que modela sus bronces y cerámicas. Junto á estas orientalescivilizaciones se alzan pueblos de gran contingente europeo que lesdespiertan y avivan todo género de aficiones, no ya solo de lo queconstituye lo necesario y cómodo de la vida, si que también á cuantola embellece, adorna y distrae.

La creciente inmigración europea en Filipinas que en pos de sí llevatodas las necesidades y superfluidades de Occidente; el conocimientode aquellas por los naturales; el apreciarlas comparándolas con lassuyas tan sencillas como primitivas, fueron causas más que suficientespara operarse la radical revolución que de pocos años á esta partese viene observando en la manera de ser de aquellos pueblos. Lapobre casa de torcidos y ásperos harigues, de irregular distribucióny peligrosa nipa, que por todo ajuar mostraba en las cañas de sustabiques media docena de pintarrajeados cuadros de asuntos místicos,cuatro toscos bancos en su caída, dos ollas en el fogón, unos cuantospetates en el suelo, y un desvencijado aparador en la sala, hoy hasufrido una notable transformación. El harigue se oculta, se tallaó pulimenta; la nipa deja el campo al hierro ó la teja, quedandoaquella relegada á zonas especiales; el lugar del maestrillo loocupa el hábil arquitecto imprimiendo gusto y seguridad á las nuevasconstrucciones, que guardan dentro de sus muros ricos mobiliariosque responden á las nuevas aficiones tantos años desconocidas. Elautor de este libro conoce las Filipinas desde hace diez y ocho años,ha recorrido constantemente sus campos y visitado sus poblaciones, ypuede asegurar que en ese tiempo la transformación de aquellos pueblosha sido marcadísima.

Todo viene sufriendo sensibles evoluciones,no solo á virtud de las nuevas costumbres que lleva el europeo quese radica en aquellas comarcas, si que también por el gran númerode sus hijos que son mandados á educar á los grandes centros de lacivilización, quienes al retornar á sus hogares importan en ellosrefinamientos completamente desconocidos. Y no es solo en la casa delque va ó en la del que vuelve, donde se cambia el desnudo petate porla torneada cama, el comistrajo indígena por los sazonados manjares,las humildes telas por las costosas sedas, si que también esos mismoscambios se operan en las casas de los vecinos que observan y copiancon orgullo todo cuanto procede de Europa.

Este cambio de vida exige mucho dinero, y ante el deseo de poseerlo seperfecciona el arte, se ensancha el comercio y se aumenta la industria,buscando aquel honrado pueblo en el trabajo, la nivelación de susnuevos gastos.

En comprobación de cuanto queda expuesto, no hay más que comparar elnúmero de barcos que de altura

arribaban á Filipinas hace diez yocho años, y los que hoy echan anclas en sus puertos. En aquella épocahacían la derrota del

Cabo

media docena de embarcaciones, algunas deellas como la

Encarnación

y la

María Fidela

de 400 toneladas. Hoy,por el contrario, dan fondo en aquellos puertos, poderosos vaporescuyas inmensas bodegas ocupan constantemente todo lo que las modernascivilizaciones americanas acumulan en sus puertos del Pacífico, ycuantos productos se refinan y perfeccionan en los viejos continentes,retornando esas mismas naves cargadas de valiosos productos filipinos.

Ese rápido y creciente desenvolvimiento en intereses materiales,poderosamente había de influir en los morales, sintiéndose no pocosvacíos en la vida jurídica de aquellos pueblos, y de aquí tanta ytanta reforma como de día en día se lleva á Filipinas, y de aquíel que el código indiano resultara deficiente, y el que aquellaimperecedera recopilación de Carlos II, base y fundamento del derechoescrito ultramarino, no respondiera á las necesidades de las nuevascivilizaciones, imponiendo la necesidad la promulgación de nuevoscódigos y leyes.

Lástima grande es que en este camino de adelantos no podamos incluirdatos que revelen la extensión de la lengua castellana en aquellasprovincias españolas. En vano se crearon las escuelas municipalesy en vano se pensionaron jóvenes de ambos sexos para que una vezterminadas sus carreras difundieran en sus respectivos pueblos,la lengua de la madre patria, y en vano se dictan uno y otro díaextensas circulares encaminadas á ese fin; todo es inútil y todose estrella ante la resistencia pasiva y ante imaginarios temoresentre no pocas influyentes personalidades que creen de buenísima fesí, pero de fatales resultados, que tal adelanto podría debilitarla base de nuestra dominación. El remedio de este mal no hay quebuscarlo en las circulares, el remedio está en que el sacerdocio dela conciencia hermanado con el de la ley, emprendan esta beneficiosareforma, que la llevarían indudablemente á cabo en poquísimo tiempodadas las aptitudes del indígena, siempre que emprendieran la obracon verdadera constancia.

Los que sigan la lectura de este libro podrán comprobar en los datosestadísticos el escaso número de niños de ambos sexos, de los queasisten á las escuelas que hablen el español, siendo de advertir quela provincia de Albay costea la educación de maestros y maestras;pero estos al encontrarse al frente de la enseñanza en sus respectivospueblos, se olvidan en absoluto de sus compromisos y emprenden susexplicaciones en la lengua local, y para cubrir las formas y enprevisión de las pocas visitas del Inspector provincial, fijan en lamemoria de sus educandos algunas contestaciones en español, y comoel significado no puede apreciarlo la inteligencia por no conocer elvalor de las palabras, de aquí el que en una ocasión presenciáramos lagran imperturbabilidad de un maestro que oía decir en forma coreada ásus discípulos, que los enemigos del alma eran

mimoria, intindimientoy voluntad

.

El indio copia la escritura española sin entenderla, [1] y se aprendede memoria con gran facilidad relaciones ó discursos más ó menoslargos. Esa facilidad de emitir palabras que no entienden, puso áun Gobernadorcillo en una ocasión en lance bien apretado. Visitabaun General los pueblos del Sur de Luzón y en plena recepción oficialen uno de ellos, le preguntó el General al Gobernadorcillo sobre elestado de la localidad, á lo que con gran claridad y precisión lecontestó: Con el cólera, la langosta, las viruelas y la visita deV.E. el pueblo está al pelo

. Esta extraña salida produjo el efectoconsiguiente, y aquel pelo

por poco se le atraganta al munícipeque en mal hora quiso hacer un discurso con media docena de palabrasespañolas cuyo valor no conocía.

Y con esto creemos que en ninguna ocasión está más justificado elhacer punto y punto redondo

.

CAPÍTULO VI.

Camalig.—Su etimología y situación—Proximidad alvolcán.—¡1814!—Barrio de Tondol.—

Estadística.—Zonasabacaleras.—El padre Blanco y su Flora.—

Musatextoria

.—El

ramio

.—

Urtica-nivea.

—Competenciaimposible.—Comparaciones.—Desconocimientodel abacá.—Exportación en 1885.—

Núcleo deproducción.—Abacá colorado—Fuerza productiva—Beneficiodel abacá.—Su riqueza.—

Jornaleros.—Cotizaciones yventas.—Márgenes.—Enfardaje.—Setenta y cinco por ciento debeneficio.—Precios del abacá.—El

buntal

, el

nito

y el

cabonegro.

Cuenta la tradición que en el sitio que hoy ocupa el pueblo de Camalig,encontraron los primeros españoles que pisaron aquel suelo un extensocamarín, á cuyo alrededor se formaron algunas viviendas, dándoseles elnombre de

Camalig

, ó sea

camarín,

y de aquí la denominación de laprovincia de Camarines, á la que perteneció este pueblo hasta 1847,en que se agregó al de Albay. Linda con Daraga, Guinobatan y Quipia,distando del primero 2,50 km., del segundo 3,75 y del tercero 9,50. Seencuentra situado en las estribaciones del Mayon, en sitio bastanteelevado, siendo el pueblo que se halla más cerca del cráter, asíque es el que más ha sufrido en las distintas erupciones de aquel,hasta el punto de haber desaparecido en 1814, en que todo el puebloquedó envuelto en fuego y cenizas. Los habitantes que escaparon dela catástrofe formaron barrio en Tondol, de donde se trasladaron áQuilaponte y Baligan, para ir por último, olvidando antiguos siniestrosy no previendo los venideros, á situarse en 1838 en el mismo lugarque ocupó el primitivo pueblo.

Camalig, con sus cinco barrios, contiene 17.457 almas y 8.889 tributos,repartidos en 92 cabecerías, habiendo entre sus habitantes 5 europeosy 25 chinos. Se verificaron en el año á que se contraen estos datosestadísticos 134 casamientos, 581 bautizos y 301 inhumaciones. A lasescuelas asisten, por término medio, 250 niños y 130 niñas, hablandomuy pocos el español. Fueron procesados 14 varones y 1 hembra.

Camalig es uno de los pueblos más ricos de la provincia, y en él tienenlas casas abacaleras, uno de los centros más activos de acopio. Poseebuenos y sólidos edificios, descollando la iglesia y casa parroquial.

La jurisdicción de Camalig es sin disputa una de las zonas abacalerasmás ricas, siendo el abacá, ó sea la

bandala

como se llama en bicolel producto que constituye la riqueza de la provincia.

El abacá lo define el sabio botánico filipino Padre Blanco de lasiguiente manera:

«

Musa trogloditarum textoria

. Musa de los trogloditas detelares. Corola, el labio inferior, casi sin escotaduras. Estambrescinco, sin rudimento del sexto. Fruto con tres costillas y muchassemillas perfectas. Este plátano llamado abacá le reputo por variedaddel

Musa trogloditarum errans

; él es de los más útiles, y se cultivacon cuidado en la provincia de Camarines y en otras partes. A primeraVista no se diferencia de los otros. El fruto es comestible y muypequeño, pues el que yo he visto apenas pasaba de dos pulgadas delargo. Las semillas llegan á su perfecta madurez. El uso que sehace de este plátano es inmenso. De él se fabrican cuerdas, cables ytejidos de una finura extremada.

Para esto se corta el tronco por elpie y por el extremo, cuando está próximo á dar fruto, quitándole lashojas. Quítanse también uno á uno los peciolos, y se les hace por laparte de adentro una incisión en el medio al través con un cuchillo,para quitarles la corteza que les cubre interiormente. Despojado yael peciolo de su corteza interior, todavía se hace tiras de dos dedosde ancho, las cuales se colocan una por una debajo del corte de uncuchillo, fijo en una caña larga, que hace el efecto de un resorte,y cuyo extremo más largo está afianzado en la tierra. Puesta, pues,la tira del abacá debajo del cuchillo, de modo que la corteza exteriormire arriba, se tira de ella con fuerza por una punta, lo cual sepractica una ó dos veces, y entonces aparecen claros los hilos; perocon este método se desperdicia la mitad del abacá. Todavía hay quepasarlos por una especie de sierra, que hace el oficio de un rastrillo,como los que se usan en Europa para el hilo; esta segunda operación nola he visto hacer, pero sí la otra. Allí quedan ordenados los hilos,pero unos son más finos que otros, y por eso las mujeres tienen elcuidado de separarle en varias clases, antes del tejido, lo cualejecutan con suma destreza, aunque sea á oscuras.

Si el abacá se ha de emplear en hacer telas, se forma de ellos primeroun ovillo apretado, como la cabeza de un niño de grande, el cual seecha en el mortero en que pilan el arroz, y allí le dan muchos golpescon la mano del mortero que es de madera. Esta operación hace muyflexible el abacá, y menos expuesto á quebrarse.

Hecho esto, no hay más que ir atando un hilo con otro por los extremos,en lo cual se ocupan generalmente las mujeres y las niñas. El tejidose hace como el del algodón; pero si el abacá es demasiado fino semeten las mujeres dentro de un pabellón para tejerle, porque el vientoquiebra fácilmente los hilos.

Hechas las telas, se meten por un día y una noche en agua, con unpoco de cal de conchas. Se lavan después, y se estiran.

El abacá se da muy bien en la provincia de Batangas, y en otraspartes; pero no es tan bueno como el de Camarines, y este pareceque es inferior también al de Panay y Marinduque; bien que sobreesto hay opiniones. Pero tengo por muy probable, que estos otros sondistintos del de Camarines, pues la fruta de este es amarga y no secome, y las de los de Batangas sí.

El agua, que se recoge en un hoyo que se hace en el pié del troncoque se ha cortado, se dice ser buena para la contracción del miembroviril, enfermedad singular (colo-colo), que no deja de ser frecuenteen las provincias visayas, y que regularmente viene acompañada decontracción en la lengua.

El inglés Dampierre, según se lee en la historia de los viajes delabate Prevost, se engañó cuando dijo que el abacá era solamenteconocido en Mindanao.

El abacá se tiñe fácilmente de azul y de encarnado. Para teñirle deazul se empleaban ya desde tiempos antiguos las hojas de un arbustoó enredadera que en Camarines llaman payanguit y aringuit, según lasabía relación que de esta enredadera ha hecho á la Sociedad Económicade Manila, el curioso y diligente observador P. José de la Mata,religioso de San Francisco; que es quien la ha dado á conocer enestos tiempos á los europeos de Filipinas. Las hojas de este arbustodan un color azul muy abundante.

Para teñir el abacá de encarnado, he oído que se cuece en Camarines lacorteza de la raíz de la morinda con un poco de cal ó de alumbre, hastaque se logra el color deseado, y con esto se procede al teñido. Peroes mejor teñirle del modo usado con el hilo de algodón; esto es,con legía y aceite de ajonjolí.»

En la esfera textoria ha aparecido recientemente un producto quelo suponen algunos superior á todos los de su clase. Este se llamael ramio y sus partidarios creen ver en la siembra de este textilla salvación de la riqueza agrícola, no solamente de España si quetambién de las provincias ultramarinas.

Desearíamos que las Granjas modelo de Luzón y Visayas, ensayasen elcultivo del ramio tal como hoy se practica en Europa, siquiera esosensayos solo den por resultado emular ante los ojos del indio todala riqueza que atesora la diversidad de textiles que se crían ensus campos. Hemos dicho tal como se cultiva en Europa, puesto que elgénero

Urtica

al que pertenece la especie

Utilis

, ó sea el ramio,de antiguo es conocido en Filipinas en donde crece y se desarrolla sinque para nada entren los cuidados del hombre; y esa misma

Urtica

es seguramente la que ya describió en 1837 el sabio botánico FreyManuel Blanco, en su Flora Filipina

con el nombre de

Urtica Nivea

,de la que dice en la primera edición de su obra «que la cortezapreparada se hila y sirve para hacer telas.» Y nada tiene de extrañoque la tan renombrada

ortiga

fuese de tiempo inmemorial conocida enFilipinas, pues que de sus vecinas costas de China procede.

Nosotroscreemos que por razón de precio y por otras no menos atendibles, elramio jamás podrá competir con el abacá. Las largas preparaciones,labores hondas y cruzadas, estercoladuras, extracción de raíces ypiedras, formación de caballones, riegos, abonos, delicadas faenasen la siembra, escogimiento de tiempos y lugares, toldos, abrigos,tanto contra el frío como del viento, trasplantes, viveros, escardas,peritación en los cortes, desecación al sol, almacenajes, complicadasmáquinas desfibradoras y tantos y tantos gastos y operaciones comonecesita el ramio, forzosamente han de resaltar ante la simplicidad ybaratura del cultivo y faenas á que se presta el abacá desde que llevasu germen á la tierra, hasta que extraídas de su tronco sus finísimasy blancas hebras salen al mercado prensadas formando fardos á servir deimportante factor en múltiples industrias de Inglaterra y América. Estefilamento no tiene entre los de su clase más competidor que el cáñamo,y esto solo en algunas propiedades de la cordelería, superándole elabacá en cambio en cuanto se refiere á trabajos de telar, del quesalen piezas tan finas que se confunden con los estimados paños dela seda de China [2].

El abacá es poco conocido en España, adonde el año 1885 solo seimportaron 20.340 kg., y de estos solo 3.064 en rama, de los 53.331.009kilogramos que salieron por los puertos filipinos. Este textil estanto más rico cuanto que no tiene que luchar con la competencia. Loproduce un plátano propio y peculiar de las Filipinas, y eso solo enla parte Sur, radicando el núcleo de su producción en la volcánicaprovincia de que venimos ocupándonos.

Ni los ingleses en la India, ni los holandeses en Java, ni losfranceses en Saigon y Conchinchina han podido dar vida en sus camposá tan preciada planta.

No teniendo los abacaleros competencia en mercados extranjeros, nocomprendemos que este producto sufra depreciaciones, siempre que laambición no ciegue al agricultor, desprestigiando el filamento consu codicia, beneficiándolo fuera de sazón ó llevándolo colorado almercado; signo evidente de que se ha hecho mal la sencilla operaciónde la extracción de la hebra, dejándole pulpa ó carnaza que si bienla hace subir de peso la hace bajar de precio.

El abacá se produce todo el año, y las plantaciones una vez enbeneficio se reproducen á medida que se cortan de una forma, ycon una exuberancia tal, solo concebible en la fuerza productorade aquellas tierras.

No exige cava, ni arado, ni abono, y con soloel indispensable desbrozamiento que necesariamente ha de hacerse encampos que continuamente están en producto, se comprenderá la riquezade este filamento.

El jornalero dedicado á las faenas de la extracción del abacá, norecibe salario, compartiendo el producto con el propietario. Unafamilia india compuesta del matrimonio y un chico, puede muy bienextraer al día una arroba de filamento: cantidad que al declinarla tarde y dejar en reposo la cuchilla del tosco aparato que limpiala hebra se parte entre el trabajador y el dueño de la plantación áquien generalmente vende con arreglo á la cotización del día, pues esde advertir que el precio del abacá es objeto de fluctuaciones quediariamente comunica el telégrafo, imponiendo precios los mercadosde Inglaterra; dando esto lugar á que con los acopios de abacá seconcierten verdaderas jugadas, en las que el dueño del almacén haceadelantos al dueño del textil, y según que los telegramas señalanbajas ó alzas, así se cobran ó se abonan

márgenes,

nombre queequivale á lo que aquí se llaman

diferencias

.

Hasta la última operación que precede al embarque del abacá, deja ungran rendimiento, consistiendo este en los beneficios del enfardajeque se verifica en bultos de á dos picos

, ó sean 11 arrobas. El costedel bejuco, petate y trabajo que representa cada fardo asciende á unos25

céntimos de peso que con el recargo de un 5 más en bulto que puedeapreciarse por deterioro de material y tanto por ciento del capitalinvertido en el almacén, suma un total de gastos de 25 céntimos depeso por fardo. Y como quiera que es cosa corriente é invariable elque se recargue un peso por enfardaje, solo esta operación como vemosproduce un 75 por 100 de su coste, y producirá más el día que estostrabajos dejasen de hacerse á brazo realizándose per medio del vapor.

El precio del abacá tiene constantes fluctuaciones, habiéndoselevisto subir en poco tiempo de 4 á 12 pesos el pico, ó sean las cincoarrobas y media. El agricultor que vende su abacá á peso la arroba,ya le queda un buen producto al capital empleado; vendido á 10 ó 12pesos, aquellos serán muy cuantiosos é importantes.

El ramio sin quitarle toda su bondad y mérito, no tendrá nunca grandesarrollo en Filipinas, en donde con muchísimos menos gastos quelos que origina aquel producto se obtienen otros que los reemplazan,pues no hay que olvidar que aquellos campos contienen la variedadde textiles más numerosa del mundo, no solamente en sus especialesplátanos, si que también en la diversidad de palmas de que se extraenel

buntal,

el

nito

, el incorruptible cabo negro, y tantos otrosque se emplean en finísimos tejidos y preciadas cordelerías.

Antesque el ramio tratara de hacer competencia á los textiles filipinos,ya lo intentaron sin resultado los yutes y sisales de América.

CAPÍTULO VII.

Guinobatan.—Etimologías.—Situación.—Estadística.—Mauraro.—Catástrofesoriginadas por el volcán.—Eternas amenazas.—La iglesia y la casaparroquial.—El bardo del Mayon.—

Tacay

.—El Padre Luís.—Aguas ynieblas.—El Banao.—El puente de Isabel II.—Destrozos originadospor un tifón.—Un diminuto Galeno.—Los sobanderos.—El mediquilloherborista.—Cómica gravedad.—

Pseudo enterradores.—Recetario.—Sucopia.—Autógrafo inapreciable.—Descanso.

A seis kilómetros escasos de Camaling, se encuentra Guinobatan, palabracuya raíz gubat

tiene tres significados, dando á conocer lo mismo elterreno desmontado

que el lugar en que se ha verificado un

asalto

,ó conseguido una

conquista

. Nos inclinamos á creer que la verdaderaetimología hay que buscarla en el primer sentido, teniendo en cuenta lanecesidad que habría de hacer cortes y talas para formar aquel pueblo.

Guinobatan confina por Este con Camalig, por Oeste con Ligao: Tabacopor el Norte, dejando al Sur Quipia y los mares de Burias.

Tiene con sus barrios un total de población de 15.994 almas, que forman88 cabecerías con 4.131 tributos.

Se registraron 689 bautizos. 111casamientos y 400 defunciones. Asistieron á las escuelas por términomedio 340 niños y 260 niñas, conociendo medianamente el español40 entre unas y otros. Hay radicados 4

europeos y 57 chinos. Lacriminalidad figura con 15 procesados.

El pueblo que nos ocupa es uno de los mejores de la provincia deAlbay; en lo antiguo fué barrio de Camalig de quien dependió hasta1688 en que adquirió propia autonomía. El año 1814 fué destruido porel fuego del volcán, formándose el nuevo pueblo en la que hoy esvisita de Mauraro. Nueva catástrofe hizo que el caserío se fijaraen las playas Panganiran: volviendo por último al primitivo sitio,pesando sobre el pueblo la eterna amenaza del vecino Mayon.

Guinobatan tiene bonita iglesia y espaciosa casa parroquial, morada quefué muchos años del Padre Melendreras, inspirado poeta que ha dejadoescritos no pocos versos llenos de melancolía y sentimiento. Este poetaha sido el bardo de las comarcas del bicol

y en todos sus escritospalpitan tiernos recuerdos. La siniestra luz de las rojizas llamas delMayon, los monstruos y quimeras del Lignion, la flora de sus campos,las leyendas de sus bosques, y sobre todo la originalísima

Tacay

,hermosa flor ninfácea de sus lagos, de la que hizo el poeta motivoy tema de sus versos, fueron las fuentes en que el Padre Melendrerasbebía la inspiración de sus cantares inéditos en su mayoría, y casipodríamos decir en su totalidad, consecuencia de su extremada modestiaque á todo trance rehuía la publicidad.

La casa parroquial de Guinobatan tiene suerte con susinquilinos. Preguntad en toda la provincia de Albay, lo mismo á indioque á castilla por el Padre Luís, y no oiréis más que bendiciones paraaquel párroco que durante las últimas epidemias fué la providenciade Guinobatan.

Aguas constantes y tenaces y espesas nieblas hacen que en aquellalocalidad la humedad sea muy grande, circunstancia que favorece eldesarrollo del plátano abacá cuyo textil es el principal producto desu suelo.

El

Banao

riega la jurisdicción de Guinobatan y sobre dicho ríose levantaba hasta hace pocos años el magnífico puente de IsabelII. Tenía 1.500 pies de largo por 54 de ancho, formándolo dos grandesojos. Este puente fué destruido por un tifón. Igual suerte sufrióel Tribunal. En este pueblo conocí un celebérrimo mediquillo. Larama de este

diminuto

Galeno era general en el partido de laIraya. Lo vi por primera vez maniobrando

sobre un paciente queseguramente quedaría sin hueso sano. En los distintos sistemas

curativos que los mediquillos filipinos emplean, figura el de la soba

, ostentando los que la practican el poco tranquilizadortítulo de sobanderos

. Líbrelos Dios de caer en manos de uno deesos

asesinos

, y preferid antes que tal os aconteciese, un vuelco,un despeño, ó un choque de trenes en la seguridad que de estos nosaldríais tan magullados como de los aceitosos, largos y apergaminadosdedos que la emprenden con vuestras carnes con una fe tal que no haydolor que no desaparezca, por aquello de que baza mayor quita menor,y de seguro que en aquel juego, la menor es siempre la dolencia, yla mayor

la que os propina el

sobandero

en medio de resoplidos,apretones y magullamientos.

El mediquillo á que me refiero era

herborista-sobandero

, es decir,que participaba de ambos

sistemas

curativos, dejando las sobas cuandoel paciente prefería las hierbas. Y no se crea que el mediquilloejerce su

noble

profesión con el descreimiento del charlatán,no; la practica con la misma fe que el más concienzudo hombre deciencia, rodeando todos sus actos de una solemne y cómica gravedad,tan rayana al ridículo, que no he podido menos de reirme siempre quehe tropezado con alguno de esos pseudo enterradores.

El mediquillo deGuinobatan tenía para las

funciones

de herboristería un recetario,sacado de su propio caletre, recetario que de su puño y letra guardouna copia, como un tesoro, entre otros autógrafos de igual

mérito.

No quiero privar á mis lectores de tan sabrosísima lectura, y en elmismo castila

en que está escrito, y con su propia puntuación yortografía, lo traslado aquí, y que Dios me perdone.

Dice así:

«Recetario de yerbas y flores de Guinobatan

.

«Las hojas del arbol

Calongay

es medicinal para muchos padecimientos,especialmente para los que provienen de ayre

como doloresde Barriga con

ventocidad