Historia de los Judíos en España desde los Tiempos de su Establecimiento hasta Principios del Prsesente Siglo by Adolfo de Castro - HTML preview

PLEASE NOTE: This is an HTML preview only and some elements such as links or page numbers may be incorrect.
Download the book in PDF, ePub, Kindle for a complete version.

Peleaban unos con otros, pie con pie, i con no vista furia:herian i mataban con sus picas i espadas. Los de á caballo, como erallano el campo, alanceaban á su placer, entrando i saliendo á mediarienda por los escuadrones enemigos; i aunque ellos i sus caballosandaban heridos, no por eso dejaban de batallar como valientesguerreros.

Mientras mas recia estaba la refriega, doblado esfuerzomostraban los de á pie, que aunque heridos i con mas heridas derefresco, no curaban de apretárselas por no pararse á ello; pues elcoraje de los enemigos no daba lugar mas que para matar ó morir. En estoTaric llegó al carro bélico, en que iba Rodrigo, lo acometiódesaforadamente, i pasó de una lanzada el pecho del rei. Cayó muerto elmal aventurado Rodrigo, i Taric tomó su cabeza para enviarla á Muza idarle con ella una muestra de la próspera fortuna de sus armas. Con lamuerte del rei, i de muchos i mui principales caballeros godos, los quequedaron con vida, empezaron á aflojar la batalla i á irse retrayendo.Siguiéronles el alcance los muslimes de á caballo; pues con la ganadavictoria, ni las heridas les dolian, ni la hambre ni la sed losfatigaban, i parecia que no habian tenido ni pasado males ni trabajos.

Conocióse el valor i resolucion que hubo en el campo godo en que casitodos cubrian con sus cuerpos el lugar que defendieron en vida, i en quelos moribundos mostraban el aspecto de ferocidad que solian tener. Noalcanzaron los árabes esta victoria, sin pérdida de sangre; porque losmas esforzados ó perecieron en la batalla, ó sacaron de ella cruelisimasheridas. Mezclóse diversamente por todo el campo, el llanto con laalegría, el contento con la tristeza. Sonaban los aires con el estruendode las trompas i de los atambores que celebraban el buen suceso de lasarmas de Taric, i resonaban las quejas de los heridos i moribundos. Losque fueron á despojar los cadáveres i á apresar los bastimentos,municiones i demás botin, hallaban junto al cuerpo del enemigo, el deldeudo, el del hermano, el del padre, i en fin el de la persona á quienmas amaban ó á quien mas aborrecian. Esta espantosa refriega acaeció enel año de 711.

Los caballeros godos que habian podido escapar de la batalla con vida seretrajeron á las principales ciudades, i comenzaron á ponerlas en ladefensa que permitia la furiosa presteza de los enemigos en derramar susaguerridas huestes por España. Pequeño era el ejército de estoscomparado con lo árduo de la empresa; pero despues de tan importantevencimiento, nada bastaba á embarazar el vuelo que iban tomando susconquistas. Delante de ellos caminaba la nueva de la rota infeliz delcampo godo en las márgenes del Guadalete, llevando tras sí el espanto itemor de los naturales de la tierra, i pintando la fiereza i el poderíode los árabes con los mas vivos colores que podia facilitar laadmiracion de caso tan grave i lastimoso; pues las desdichas suelen sersiempre mas terribles imaginadas que sucedidas.

Los judíos españoles vieron cercano el instante de quebrantar suscadenas; i asi comenzaron á cobrar aliento, de la misma suerte queaquellos que caminan llevando sobre sus hombros un grave peso. Luego querinden la carga que los fatigaba, ni piensan en los trabajos pasados, nien el descanso presente, i solo reciben contento con el placer de que yarespiran con toda libertad sus corazones.

En las grandes ciudades que ganaba Taric bien á sangre i fuego, bien porcapitulaciones honrosas i de provecho para los vencidos, dejaba en sucustodia, i para su guarnicion algunos árabes; pero fiando toda laseguridad de ellas en los muchos judíos en quienes habia puesto lasarmas en las manos, ya para que los ayudasen en la empresa de reducir ásu obediencia la península hispánica, ya para alentarlos á salir de sucautividad, i á destruir á aquellos que por tantos años habian oprimidoá los descendientes de la antigua nacion judáica.

Con estos i con pocos de su ejército fortaleció las ciudades de Sevilla,Córdoba, Toledo i otras[31], Granada quedó encomendada tan solo á ellos:de donde nació ser conocida en los primeros tiempos de la dominacionarábiga en España por villa de judíos[32].

Esto creo que demuestra claramente cuan corto era el número de loscristianos que tomaron partido en favor de los muslimes, cuando lapérdida de España; puesto que no bastaban á fortalecer las populosasciudades. A menos que no se diga que los árabes, viendo que la amistadde los godos estaba fundada en odios crueles i ambiciones (flaquisimoscimientos que suelen dar en tierra inesperadamente con los edificios quesobre ellos descansan), no quisieron fiar toda la seguridad de susconquistas en manos de hombres tan viles, que, por satisfacer sus deseosde venganza, no dudaron en acabar con su dominacion en España, i con lalibertad de sus patricios. Sin embargo, lo mas conforme á razon es quetodos los cristianos que incitaron á los árabes á esta conquista, i lesdieron calor en tamaña empresa, fueron pocos en número, i esos sirvieronde guia al ejército árabe para domar las fuerzas de los que intentabanatajarle el paso.

Los judíos por otra parte eran muchos: todos afectos á losconquistadores, ya por haber acudido estos al llamamiento que leshicieron para la toma i reduccion de la península hispánica, ya porhaber salido con su ayuda de la opresion en que tan desdichada imiserablemente habian vivido por espacio de tantos años.

I estos fueron los frutos que cogieron los godos de las cruelisimaspersecuciones hechas á los judíos sin considerar que las ofensas debenesperar la venganza de los ofendidos, i que mas fácilmente se lleva álos hombres por la razon i el convencimiento que por la fuerza, puesnadie encuentra dificultades en caminar por sendas cubiertas de flores,i todos se arredran en trepar por ásperos montes llenos de zarzas i deabrojos, i cercados de precipicios i derrumbaderos. Es cierto que haicosas fáciles de suceder i dificultosas de ser creidas. Una de ellasseria entonces la determinacion atrevidisima que tomaron los oprimidoshebreos para despedir de sus hombros el yugo que los fatigaba i cobrarsu libertad para siempre. Pero en las empresas graves deben considerarlos mortales, antes de acometerlas, cuántos daños ó cuántos peligrosnacerán de ellas. I aunque la prudencia humana no puede señalar losfines á las cosas, es indudable que mucha parte alcanza en tenerlosadversos ó favorables el modo con que se dirigen.

En oprimir tan inconsiderada i fieramente á los hebreos obraron losgodos como el caballo que es amedrentado en una tormenta por los rayosque bajan desprendidos de las nubes, i que corre desbocado por salvarse,sin ver por donde camina, hasta que impelido por su misma furia seprecipita sobre un caudaloso rio que va en aquella sazon hinchado conlas continuas lluvias i mucho mas soberbio que suele, á perder en el marsus aguas i su nombre. No pensar en los fines de las cosas es dar porhuir de un peligro incierto, no en otro mayor, sino en uno, donde nopuedan alcanzar los remedios ni la industria de los mortales, i seanecesario remitir al tiempo la cura de los daños que ocasione.

RESUMEN del libro segundo.

Fúndase la academia rabínica de Córdoba.—Primeros varones que lailustran.—

Decreto de don Fernando I.º en las Córtes, i Concilio deCoyanza (Valencia de don Juan).—Noticia de algunos sabiosrabinos.—Conquista de Sevilla por San Fernando.—Judería en estaciudad.—Leyes de don Alfonso el Sabio contra losjudíos.—Proteccion dada á estos por el rei don Pedro.—Fundannueva sinagoga en Toledo.—Quejas del rabí donSanto.—Disposiciones del rei Enrique II.—Trama que urden losjudíos contra don Juzaf Pichon.—Poetas judíos.—Predicaciones delarcediano de Ecija.—Tumulto de la plebe contra los hebreos.—Sacoé incendio de las juderías de Sevilla, Valencia i otrasciudades.—Conversion de muchos judíos al cristianismo.—Famosadisputa en Tortosa entre muchos de los mas sabios judíos españolesi Gerónimo de Santa Fe, en presencia del Anti-papa Pedro de Luna(Benito XIII).—Bautízanse casi todos los que fueron á ladisputa.—Bula de Pedro de Luna contra los judíos aun noconvertidos al cristianismo.—Repartimiento hecho á los judíos en1474.

LIBRO SEGUNDO.

Cuán desviados andan de lo cierto los que ven neciamente en la fuerza elúnico medio de traer á la verdad de la fe á todas aquellas gentes que óno la conocen, ó que para mal suyo la desprecian! Ejemplos pueden tomarcaminando por el vário discurso de esta historia, primero en el amargofruto que cogieron los monarcas godos de las cruelisimas persecucioneshechas á los judíos para hacer que entrase en los entendimientos deestos la religion de Cristo, i luego en los muchos hebreos queabandonaron la lei de Moisés cuando ninguna persecucion recibian de manode los reyes de España, cuando podian comerciar libremente, cuando enlas quietudes de sus casas vivian sin temor de bárbaras opresiones, icuando con perfecta tranquilidad en los ánimos podian frecuentardescansadamente el estudio de las letras.

Los árabes conquistadores de España, obligados á lo mucho que fueronfavorecidos por los judíos en la empresa de reducir á estas tierras,luego que las redujeron á su obediencia, i que comenzaron á coger losfrutos de la paz, teniendo por sola contradiccion las pequeñasreliquias de los godos encerradas en un rincon de la Península, dejaroná los hebreos con entera libertad para vivir segun la lei de Moisés: loscuales echaron los cimientos de muchas sinagogas en las mas i mejoresciudades.

Las bárbaras persecuciones levantadas en el Oriente contra los judíospor el califa Cader de la dinastía de los Fatimitas, obligaron á muchosá buscar en España el fin de sus desventuras. I como los hebreos quevivian en Oriente eran sapientisimos, de aquí nació que la mayor partede los recien venidos á estas tierras comenzaron á ilustrarlas con susescritos i á fundar academias en donde trasmitir á las gentes sus novulgares conocimientos en todo linaje de ciencias i artes. La primera deestas academias i sin duda la mas famosa tuvo principio en el año delmundo 4708 (948 del nacimiento de Cristo) en la ciudad de Córdoba,siendo los fundadores i los maestros que comenzaron á dirigirla RabiMoseh i su hijo Rabi Hanoc, los mas insignes sabios que salieron dePombeditá i Mehasia en Persia. A la fama de su sabiduría comenzaron losjudíos españoles á enviar á sus hijos á Córdoba para que fuesen en suacademia doctrinados: de donde se siguió haber luego en la Penínsulagran número de hebreos doctos en todo género de ciencias.

Rabi Izchaq Bar Baruq, cordobés i heredero de Moseh en la presidencia dela academia de su patria, escribió una obra intitulada Gaveta demercaderes. El barcelonés Jehudah Ben Levi Barzili, insignejurisperito, compuso un Ordenamiento de los contratos i otros libros.Selomoh Ben Gabirol, nacido en Málaga i vecino de Zaragoza, escribióvarias obras poéticas i de filosofía moral. Tambien fueron muicelebrados en aquellos tiempos Abraham Ben Mija Hanasi, gran astrónomo:Rabi Izchaq, insigne médico i autor de un curioso libro sobre lasfiebres i Moseh Aben Hezra Ben Izchaq, poeta i músico escelentisimo. Ien tanto que los árabes dejaban en entera libertad de observar la lei deMoisés á todos los muchos judíos que vivian en sus estados, los reyes deCastilla en aquellos tiempos, se veian obligados de la necesidad á dejará estas gentes que morasen con quietud en sus tierras i señoríos; cosaque llevaban mui pesadamente, no escarmentados aun de los frutos quecogieron de sus cruelisimas persecuciones los monarcas godos. I así enlas Córtes i Concilio de Coyanza (hoi Valencia de don Juan), juntas porórden del rei Fernando I.º de Castilla i Leon, se ordenó el año de 1050por los obispos i magnates que ningun cristiano viviese en una mismacasa juntamente con judíos, ni comiese con ellos, conminando á los quefueren contra tal disposicion con la pena de hacer penitencia públicadurante siete dias, i si reincidiesen en faltar á lo mandado, la penaseria estar excomulgados en el espacio de un año, si eran nobles; i siplebeyos, sufrir el castigo de cien azotes. Por donde se ve que el odioen los reyes, obispos i magnates aun no se habia apagado, i que eltolerar á los hebreos viviendo en su caduca lei, nacia del justo recelode que pasasen con sus haberes i riquezas á las vecinas tierras deinfieles, disminuyendo en las de cristianos la poblacion i las rentascon grave daño de todos.

Pero no faltaron en este tiempo algunos insignes judíos que porconvencimiento recibiesen el agua del bautismo. Uno de ellos fué RabiMoseh, nacido en la ciudad de Huesca en 1062, el cual á los 44 años desu edad fué bautizado en la iglesia de su patria, recibiendo los nombresde Pedro i de Alfonso. De Pedro por haberse hecho la ceremonia en el diaque celebra la iglesia el martirio del Apóstol San Pedro, i de Alfonso ácausa de haber tenido por padrino al rei don Alfonso VI en Leon i I.ºen Castilla.

Siguieron varios judíos de la academia cordobesa ilustrando á España consus obras en toda suerte de ciencias, tales como Abraham Aben Hezra,filósofo, astrónomo, médico, poeta, gramático, cabalista, entre los desu lei el mas sabio en la interpretacion de los libros sagrados éinventor en fin del modo de dividir la esfera celeste por medio delecuador en dos partes iguales: Jehudah Levi Ben Saul, insigne poetacordobés i otros muchos cuyos nombres i cuyas obras están escritos en eltomo I.º de la Biblioteca española[33] que ordenó don José Rodriguezde Castro, i al cual remitimos á los lectores curiosos de saber masnoticias literarias de los rabinos españoles en aquellos tiempos.

Por respeto al saber de los hebreos españoles, don Alfonso VIII, llamadoel Bueno, les concedió en el fuero de Cuenca derechos de ciudadanía,conformes al uso, en aquella edad, é igualándolos en todo á loscristianos. I de la protección dada á los judíos por este monarca nacióla fábula indecente de los amores que le atribuyen con una hermosahebrea, llamada Raquel, los cuales fueron el escándalo de España. Peroestas son novelerias inventadas por el vulgo, no obstante que el sabiorei don Alfonso X las estampase en la crónica general de España entreotras consejas de la plebe que afean obra de estilo tan levantado i detanto mérito.

San Fernando siguió el ejemplo de su antecesor en el trono de Castilla,i de modo alguno oprimió á los hebreos; i así cuando se apoderó de lasciudades principales de Andalucía, concedió permiso á los rabinos quetenian la academia en Córdoba para trasferirla á Toledo, por ser estaciudad el corazon de España, i porque desde ella se podia derramar conmas facilidad por todos estos reinos el saber de los hombres mas doctosque ilustraban aquellas escuelas.

Cuando el Santo Rei rindió la ciudad de Sevilla, los judíos que en ellatenian sinagogas, salieron á recibirlo, i como muestra de sumision irespeto pusieron en sus manos una llave de plata á trechos blanca i átrechos dorada, en la cual escritas en lengua hebrea, se leen estaspalabras:

EL REI DE LOS REYES ABRIRÁ:

EL REI DE TODA LA TIERRA ENTRARÁ[34].

San Fernando dejó á los rabinos en posesion de la grande judería quetenian en la ciudad de Sevilla con tal que le pagasen los mismostributos que ellos solian dar á los reyes moros. Cobradores del tributofueron nombrados el arzobispo, dean i cabildo para sustentar con lo querindiese, el ornato i culto en la santa iglesia; pero es cosa indudableque los judíos llevaban mui pesadamente esta carga, puesto que poralargar los plazos de su pago, dieron ocasion á que alborotada laclerecía acudiese en queja al rei Alfonso XI en el año de 1327.Disculpáronse los judíos con decir que el cabildo con sobra de codiciapretendia mas dinero del que ellos debian entregar por el tributo.

Alfin este rei cometió la averiguacion de semejante asunto á su notariomayor en los reinos de Castilla Fernand Martinez de Valladolid, i comoeste en el mismo año pronunciase sentencia favorable á las pretensionesdel arzobispo, dean i cabildo de la santa iglesia de Sevilla, notuvieron los judíos mas arbitrio para salvarse de las penas con queeran conminados, que satisfacer, desde el instante de llegar con la vidaá la edad de 16 años, tres maravedís anuales por su persona (iadviértase que cada uno de estos maravedís equivalia á 10 dineros), queen junto sumaban 30 dineros á que eran obligados desde el punto en queSan Fernando sacó del poder de moros la ciudad de Sevilla.

Su hijo don Alfonso X, á quien justamente da la fama el nombre de Sabio, se sirvió para componer sus Tablas, de la ciencia de los masdoctos judíos i árabes. En el prólogo de un antiquisimo códice de las Tablas Alfonsinas se leen estas curiosisimas palabras:—«Mandó el Reise juntasen Aben Rajel i Alquibicio, sus maestros de Toledo: Aben Musioi Mahomat de Sevilla, i Josef Aben Ali i Jacobo Abvena de Córdoba iotros mas de cincuenta que trajo de Gascuña i de París, con grandessalarios, i mandóles traducir el Quadripartito de Ptolomeo, i juntarlibros de Mentesam i Algazel. Dióse este cuidado á Samuel i Jehudá el conheso alfaquí de Toledo, que se juntasen en el alcázar de Galiana,i disputasen sobre el movimiento del firmamento i estrellas. Presidian,cuando alli no estaba el Rei, Aben Rajel i Alquibicio. Tuvieron muchasdisputas desde el año de 1258 hasta el de 1262, i al cabo hicieron unastablas tan famosas como todos saben; i despues de haber hecho estagrande obra i de haberles hecho muchas mercedes, los envió contentos ásus tierras, dándoles franquezas, i que fuesen libres ellos i susdescendientes de pechos, derechos i pedidos, de que hai cartas fechas enToledo á doce dias andados del mes de Mayo, era 1300[35].»

El rei don Alfonso X, agradecido sin duda á lo mucho que en servicio delas letras de su reino habian trabajado con él los mas sabios rabinos,confirmó á los judíos en sus antiguos derechos i prerogativas,imponiendo gravisimas penas á todos cuantos fueren contra ellos i ellas.

Pero como tambien los hebreos andasen en su tiempo con sobra de libertadi cometiesen varios delitos, les vedó en una de sus leyes de Partidas,só pena de muerte i pérdida de sus haciendas, que no predicasen niconvirtiesen á ningun cristiano[36].

Tambien ordenó que todos llevasenuna señal de paño encarnado en el hombro izquierdo para ser conocidospor judíos, segun habia mandado Gregorio XI al obispo de Córdoba i segundisposicion del Concilio Lateranense, conminando á los que no acatasenesta lei con la pena de 10 maravedís de oro, i á falta de ellos con 10azotes recibidos públicamente[37]: i además habló este rei de susmuchos yerros é cosas desaguisadas... entre los cristianos é las judíasé los judíos é las cristianas porque viven i moran de consuno en lasviellas: dispuso que los cristianos no recibiesen medicina de manos delos hebreos[38], ni que comiesen con ellos, ni que bebiesen del vinoque estos hacian, ni que entrasen juntos en un baño[39]. Al propiotiempo por la lei 2.ª del título 24, en la partida 7.ª ordenó losiguiente:—« E por que oimos decir que en algunos lugares los judíosficieron é facen el dia del Viernes Santo remembranza de la pasion denuestro Señor Jesucristo en manera de escarnio, furtando los niños etponiéndolos en cruz é faciendo imágenes de cera, et crucificándolas,cuando los niños non pueden haber, mandamos que, si fama fuere d'aquíadelante que en algund lugar de nuestro señorío tal cosa sea fecha, sise pudiere averiguar, que todos aquellos que se acertaron en aquelfecho, que sean presos et recabdados, et aduchos ante el rey, etdespues quel supiere la verdad, débelos mandar matar abiltadamentecuantos quier que sean. Otrosí defendemos que el dia del Viernes Santoningund judío non sea osado de salir de su barrio; mas que estén yencerrados, fasta el sábado en la mañana; et si contra esto ficieren,decimos que del daño ó de la deshonra que de los cristianos rescibierenestonces non deben haber enmienda alguna.»

La disposicion hecha por don Alfonso X para dar el justo castigo á losjudíos que crucificaban á los niños en memoria de la pasion i muerte deJesucristo, está fundada en las patrañas que entonces corrian en laslenguas de la supersticiosa i novelera plebe.

Ni el mismo monarca quemandó escribir esta lei estaba cierto en que los que observaban el ritomosáico cometian tales desmanes; i esto se puede probar fácilmente consolo ver aquellas palabras é porque oimos decir, i con la esclusionde los magistrados para entender en las causas formadas á los autores deeste delito, puesto que los reos debian ser derechamente llevados á lapresencia del rei, para que este despues que supiere la verdad, loscondenase á morir vilmente. Si don Alfonso el Sabio estuviera cierto enque tales acciones eran ejecutadas, hubiera hablado de ellas como de losdemás delitos, sin declarar en su lei que por haberlo oido decir mandabalo que mandaba, i sin cometer á ninguno la averiguacion del caso,reservándola nada menos que á él i á los sucesores en la corona de losreinos de Leon i de Castilla.

Estas crucificaciones hechas por los judíos en las personas de niñosinocentes, fueron tan solo fábulas inventadas por las viejezuelasignorantes con propósito de amedrentar á los chiquillos de condiciondesapacible i amigos de echarlo todo á ruido i vocería, i que anduviesenen ciertas ocasiones metidos en pretina. Como el vulgo se paga de todolo peregrino i estravagante, dió en la tema de esparcir como accionesque comunmente ejecutaban los judíos un tan bárbaro divertimiento; i deaquí nació sin duda que á los oidos del rei don Alfonso el Sabio llególa fama de estas novelerías, i por no dejar sin la merecida pena á losculpables, si acaso existian, habló de los autores de tales delitos enla manera i forma que van sucintamente referidas.

Porque digan, si nó, los que aun pugnen por defender, como verdades, lasvoces que sobre tales acciones de los judíos andaban de boca en boca porel ciego é ignorante vulgo ¿cuál era el objeto de estos al ejecutar tanbárbaras acciones? ¿Estaba escrito en los libros de su lei, que todoslos que observasen el rito mosáico eran obligados á conmemorar en losViernes Santos i de un modo tan bestial, la muerte que sus ascendientesdieron á Jesucristo?

Esto es una patraña que hizo correr por las gentes la ociosidad, i elodio i el desprecio de los cristianos españoles contra todos loshebreos: i es igual en todo á aquella que aun corre por el vulgo,pregonando que los judíos tienen rabo, porque como los sabios en su leieran llamados rabís, í de esta causa naciese darles el nombre derabinos, sin duda la plebe por ridiculizarlos, ó porque verdaderamentecreyese un tan grande absurdo, comenzó á derramar estas voces, que en síno tienen mas verdad que lo que va aquí declarado con respecto á los quese daban á crucificar niños por conmemorar la pasion de Jesucristo.

I no imaginen los de la opinion contraria que echan por el suelo misargumentos con decir que está escrito en las leyes; porque sabido es quelos legisladores son hombres, i por tanto sujetos en todo á las miseriashumanas, i á dejarse llevar en sus determinaciones por los engaños defalsos consejos, ó por error de sus entendimientos.

Yo admiro en donAlfonso el Sabio el varon mas eminente de su siglo i el monarca que masha trabajado en favor de la cultura de sus vasallos en todo linaje deartes i ciencias; pero no pudo con tan gran sabiduría ver muchas cosassin ojos apasionados i sin ser arrastrado en muchas de sus acciones porla ignorancia vulgar en aquellos tiempos i aun en algunos de los siglosque despues de ellos han corrido. En las mismas leyes en que señala elcastigo de los judíos de quienes se averiguase que crucificaban niños,habla de las penas con que deberian ser oprimidos todos los que tuvierenpacto con el diablo i fueren brujos i brujas[1].

Además de las citadas leyes hechas por don Alfonso contra los judíos ipuestas entre las encerradas en las Siete Partidas, ordenó en las delFuero Real que los hijos de cristianos no fuesen lactados por mujeresjudías, ni los hijos de judíos por mujeres cristianas.

Los reyes sus sucesores don Sancho el Bravo, don Fernando IV i donAlfonso XI renovaron las citadas disposiciones contra los judíos: elprimero en las Córtes celebradas en Valladolid el año de 1293: elsegundo en las de Valladolid año de 1295 i en las de Medina del Campoaño de 1303: i el tercero en 1310 en la coleccion de leyes del estilo iluego en el Ordenamiento de Alcalá.

En 1313 en el Concilio de Zamora, en 1322 en el de Valladolid, i en elotro de Salamanca año de 1335 se dieron varias disposiciones contra losjudíos, i aunque don Pedro el I.º de Castilla mandó guardar, observar icumplir el citado Ordenamiento hecho por su padre don Alfonso en Alcalá,les conservó contra las peticiones del reino juntó en Córtes enValladolid un juez ordinario para que los oya é libre sus pleitos en loque taniere en lo cevil, fundando tal disposicion en que eran astragados é pobres, é gente flaca é han menester defendimiento.

Este favor i amparo que dió don Pedro á los judíos fué mui agradecidopor ellos, puesto que en todas las empresas que movió estemalaventurado monarca contra sus hermanos que andaban en rebelionturbando el reino con guerras civiles, le ayudaron con dineros i aun enalgunas ocasiones con las armas. En 1355 varios caballeros de laparcialidad de don Fadrique, maestre de Santiago, i de don Enrique,conde de Trastamara, llevando á su cabeza á estos señores, se acercaroná los muros de Toledo, ciudad que estaba declarada por el rei; i como unamigo que tenian dentro les abriese con todo recato, i sin ser advertidopor los de dentro, una puerta, metióse aquella canalla en las calles deToledo, hicieron presa del Alcázar i de la Judería, que llamaban elAlcana, donde dieron muerte á todos los judíos que en ella moraban (queeran unos mil i doscientos entre hombres i mujeres) con propósito sinduda de robarles las haciendas. De allí pasaron á la Judería mayor; perono con igual suceso, porque apercibidos los de dentro se pusieron endefensa con grande bizarría; i luego con el favor de muchos caballerosque tenian la voz del rei, hicieron retirar á los que llevaban la delmaestre.

En premio de esta accion concedió don Pedro á los judíos de Toledopermiso para reedificar su sinagoga, en la cual pusieron una prolijainscripcion en lengua hebrea, que por ser curiosa i convenir con lo quellevo dicho, va trasladada aquí segun se lee traducida en una de lasobras de Frey Francisco de Rades i Andrada[40].

« Ved el santuario que fué santificado en Israel i la casa quefabricó Samuel, i la torre de palo para leer la lei escrita i lasleyes ordenadas por Dios i compuestas para alumbrar losentendimientos de los que buscan la perfeccion.

Esta es la fortaleza de las letras perfectas: i los dichos i obrasque hicieron cerca de Dios para congregar los pueblos que vienenante las puertas á oir la lei de Dios en esta casa.

Las misericordias que Dios quiso hacer con nosotros, levantandoentre nos jueces i príncipes para librarnos de nuestros enemigos iangustiadores, no habiendo rei en Israel que nos pudiese librar,despues del último cautiverio de Dios, que tercera vez fuélevantado por Dios en Israel, derramámonos unos á esta tierra iotros á diversas partes, donde están ellos deseando su tierra inosotros la nuestra. I nosotros los de esta tierra fabricamos estacasa con brazo fuerte i poder alto. Aquel dia que fué fabricada,fué grande i agradable para los judíos: los cuales por la fama deesto vinieron de los fines de la tierra para ver si habia algunremedio para levantarse algun señor sobre nosotros, que fuese paranosotros como torre de fortaleza con perfeccion de entendimiento,para gobernar nuestra república. No se halló tal cosa entre lo