Descripción de la Patagonia y de las Partes Adyacentes de la América Meridional by Padre Thomas Falkner - HTML preview

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Estas islas son muchas, algunas pequeñas, pero dos muy grandes. Lo quepuedo referir tocante á ellas, es conforme á la relacion que me hanhecho algunos oficiales españoles, (que fueron á tomar posesión de ellasde los franceses, y transportar allí á los españoles de Buenos Aires), yun artillero frances que navegó desde el rio de la Plata hasta el puertode Cadiz, y habia vivido muchos años en aquellas islas. Todos estosfueron testigos de excepcion.

Son tan bajas y pantanosas dichas islas, que despues de una lluvia no sepuede salir de casa sin hundirse en el lodo hasta las rodillas. Lascasas son de tierra, y estan verdes y tomadas del moho por la excesivahumedad del país, no pudiéndose hacer ladrillos por falta de fuego. Loscolonos han sembrado varios géneros de granos, como trigo, cebada,guisantes, habas, y otras cosas: pero la tierra es tan estéril, que todose redujo á yerba y paja, sin rendir fruto alguno. Con toda la industriade los franceses por muchos años, solo pudieron coger un poco deensalada, y estercolándola con la basura de las vacas, puercos ycaballos. Los únicos animales peculiares á estas islas son penguinos, ybutardas, siendo solo estos últimos comestibles, matándolos conescopeta, y cuando hay pocos se venden muy caros: cógese tambien algunpescado, pero en tan corta cantidad, que no basta para los moradores. Estan grande la pobreza de este país, que el gobierno español de BuenosAires estuvo obligado á enviar navíos cada tres ó cuatro meses, paramantener la gente y guarnicion, sin que pudiese esperar retorno alguno;y aunque enviaron puercos, vacas, y caballos á estas islas, su clima estan frio, humedo y estéril que jamas criaban.

De manera que estos gastosdurarán mientras dure la colonia. No hay leña, ni cosa que sirva para elfuego, sino una mata baja como el acebo, y está en abundancia, por cuyarazon están obligados los moradores á enviar los pequeños barcos porleña á la Tierra del Fuego. El agua es el único bien que tiene estepaís, ademas de un buen puerto, el cual no[Pg 43] obstante no responde al finde este establecimiento, porque como este país de la Soledad es tanabierto al norte ó nord-este, necesita un navío tener viento de estelado para entrar en él. Ahora pues, como un tal viento es el masfavorable para pasar el cabo de Hornos para el mar del sur, seria perdertiempo entrar en dicho puerto, mayormente cuando debe esperar vientocontrario para salir de él, y luego otro para navegar al Cabomencionado; y esto en un parage, donde no hay esperanzas de hacer otraprovison de agua.

Los franceses enviaron gente á estas islas en la última guerra, paraasegurar un puerto á sus navios, que venian de las Indias Orientalespara el mar del sur, carrera necesaria para libertarse de los corsariosingleses. Pero acabada la guerra, y cansados de una colonia tan pobre ymiserable, y de tan grandes gastos, cesando su fin, determinarondejarla, con la intencion no obstante de cobrar ó recobrar (si fueseposible) el dinero que habian expendido en ella: á cuyo finrepresentaron estas nuevas adquisiciones de una manera tan favorable ála corte de Madrid, que el Rey de España acordó pagarles 500,000 pesos,(otros dicen 800,000, y otros aun los alargan hasta un millon), para quecediesen esta colonia á España, de cuya cantidad habia de recibir unaparte el Rey de Francia, quedando el resto para Mr. Bougainville, supropietario, y la permision de vender en Buenos Aires algunasmercaderias compradas con este dinero en Rio Janeiro. Todo esto se hizopresente con grande libertad por el capitan de una fragata española alGobernador de Buenos Aires, en presencia de Mr. Bougainville, quejándosedel modo con que engañaban al Rey de España, y protestando que lapersona encargada de recibir dichas islas, no podia, por el respeto ylealtad que debia á su soberano, y á la obligaciones de buen cristiano,aceptar dicha entrega hasta dar aviso, y recibir nuevas órdenes de laCorte de España; siendo evidente que la habian engañado. No parecióconveniente á Mr. Bougainville contradecir la exposicion de esteoficial, quien ademas de ser el mismo testigo de vista, podiacorroborarla, si fuese necesario, con testimonios de cien personas, quehabian arribado poco antes de la exportacion de los franceses queestaban en aquella isla.

Los españoles transportaron á su colonia dos frailes franciscanos con unGobernador, quienes luego que la vieron se llenaron de melancolia, y elGobernador, Coronel Catan, á la vuelta de los navios para Buenos Aires,declaró con lágrimas, que tenia por dichosos los que habian salido detan miserable país, y que él mismo se alegraria[Pg 44] mucho poder dar á otrosu comisión, y volverse á Buenos Aires, aunque fuese en clase degrumete.

Relación de los moradores de la parte meridional de América.

Los indios que habitan estas partes, se distinguen por lasdenominaciones generales de Moluches y Puelches. Los Moluches, óMolucas, son conocidos entre los españoles por los nombres de Aucas yAraucanos. El primero de estos es un mote, que significa rebelde,salvaje ó bandido. La palabra aucani, significa rebelar, levantar óamotinar, y se aplica á hombres y á bestias y asi auca-cahual,significa caballo silvestre, aucantun, aucantul, griteria ólevantamiento.

Llámanse Moluches de la palabra molun, que significa declarar guerra,y moluche es un guerrero.

Están dispersos por el país, y lado oriental yoccidental de la cordillera de Chile, desde los confines del Perú hastael estrecho de Magallanes, y se dividen en diferentes naciones dePicunches, Peguenches y Guilliches.

Los Picunches son los que viven mas hácia el norte, y se dicen Picun,que significa en su lengua norte, y che gente. Habitan las montañas,desde Coquimbo hasta casi mas abajo de Santiago de Chile. Estos son losmas valientes y altos entre los Moluches, especialmente los que viven alponiente de la Cordillera, entre quienes están los de Penco, Tucapel yArauco. De estos últimos llaman por error los españoles Araucanos átodos los demas indios de Chile. Los que viven al este de la Cordillera,llegan hasta mas abajo de Mendoza, y se llaman, por los que viven alotro lado, Puelches; puel, significa este; pero por otros que vivenhácia el sur, se llaman Picunches. Conocí algunos de sus caciques, cuyosnombres eran Tseucanantu, Piliquepangí, Carupangí y Caruloncó.

Los Peguenches se acercan á los Picunches por el norte, y llegan desdefrente de Valdivia hasta 35° de latitud meridional. Toman su nombre dela palabra peguen, que significa pino, porque el país abunda de talesárboles. Como viven al sur de los Picunches, algunas veces se llamanGuilliches ó pueblo meridional, pero mas generalmente se llamanPeguenches. Sus caciques se llaman Colopichun,[Pg 45] Amolepí, Nocolasquen,Guenulep, Cusuhuanque, Colnancon, Iyalep, y Antucule: este último erajóven, y á todos los conocí muy bien.

Estas dos naciones fueron antiguamente mas numerosas, y mantuvieronlargas y sangrientas guerras con los españoles, á quienes casi echaronde Chile, destruyendo las ciudades de Imperial, Osorno y Villa Rica, ymatando dos de sus Presidentes, Valdivia y D. Martin de Loyola: peroestán ahora muy disminuidas, no pudiendo hacer revista de cuatro milhombres entre todos ellos, lo que nace de las frecuentes guerras que hantenido con los españoles de Chile, Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, consus vecinos los Puelches, y aun los unos con los otros; igualmente quedel aguardiente que compraban á los españoles, y su pulcú ó chicha,que hacen en su país.

Muchas veces empeñan hasta sus mugeres é hijos álos españoles, por aguardiente con que se embriagan, y matan unos áotros; sucediendo rara vez que la parte ofendida aguarde largo tiempo laocasion de vengarse. Las viruelas introducidas en este país por loseuropeos, causan mayores estragos entre ellos, que la peste, desolandovillas enteras con sus malignos efectos. Este mal es mucho mas fatal áestas gentes que á los españoles ó negros, por razon del groserovestido, mala comida, falta de cobertura, medicinas y cuidado necesario.Sus parientes mas cercanos huyen de ellos para evitar el mal, dejándolosperecer aun en medio de un desierto. Ha cerca de cuarenta y cinco añosque la numerosa nacion de Guilliches, habiendo cogido este mal en lascercanias de Buenos Aires, hizo diligencia para huir á sus propiastierras, distante doscientas leguas, caminando por entre vastosdesiertos. Durante su larga jornada dejaron tras de sí sus parientes yvecinos enfermos, solos y sin mas asistencia que un cuero levantadocontra el aire, para abrigo, y un jarro de agua. Este mal redujo tantosu número, que no tienen ahora mas de trescientos hombres capaces detomar las armas.

Los Guilliches y Moluches meridionales llegan desde Valdivia hasta elestrecho de Magallanes, dividiéndose en cuatro naciones. La primerallega hasta Chiloé, y mas allá de la laguna de Nahuel-huapi, y habla lalengua chilena. La segunda son los Chonos, que viven cerca de la isla deChiloé. La tercera se llama Pay-yuy, ó Peyes, y viven en las costas,desde el grado 48 hasta 51

de latitud meridional; y desde allí hasta elestrecho de Magallanes, el pais es habitado por la cuarta nacion,llamada Rey-yus ó Reyes. Estas tres últimas naciones son conocidas porel nombre de Buta Guilliches, porque son mas altos y gruesos que laprimera, llamada Pichi-Guilliches, ó pequeños Guilliches. Parecentambien diferentes gentes, porque su lengua es una mezcla de la deMoluche y Tehuel. Los otros Gui[Pg 46]lliches y los Peguenches hablan delmismo modo uno y otro, diferenciándose solo de los Picunches en el usode la letra S en lugar de la R, y de la D, donde otros el Ch.; poregemplo:—Romo por Somo. Una muger Huaranca, por Huasanca, Mil buda, porbucha grande. Estas naciones son numerosas, especialmente losVutu-Guilliches. Los caciques de la primera, ó Pichi guilliches, eranPuelman, Paniacal, Tepuanca, á quienes ví, con otros muchos, de cuyosnombres no me acuerdo. Los Puelches ó orientales, (así llamados por losde Chile, porque viven al oriente de ellos), confinan por el occidentecon los Moluches, hasta abajo del estrecho de Magallanes, donde terminanpor el sur con los españoles de Mendoza, San Juan, San Luis de la Punta,Córdoba y Buenos Aires por el norte, y con el Océano por el este.

Tienendiferentes nombres, segun la situacion de sus respectivos paises, óporque fueron en su orígen de diferentes naciones. Los de hácia el nortese llaman Tehuelches; los del occidente y mediodia, Diviheches, los delsud-este Guilliches, y los del sur de estos últimos Tehuelches, ó en supropia lengua, Tehuel-kuni; esto es, hombres del sur.

Los Tehuelches confinan por el occidente con los Picunches, y vienen aleste del primer Desaguadero, hasta las lagunas de Guanacache, en lasjurisdicciones de San Juan y San Luis de la Punta, dispersos en pequeñastropas, y rara vez fijos en un parage: hay algunos en la jurisdiccion deCórdoba, á las orillas de los rios Cuarto, Tercero y Segundo; pero lamayor parte, ó fue destruida en sus guerras con los otros Puelches, yMoscovios, ó se refugió entre los españoles. En otro tiempo habia algunode esta nacion en el distrito de Buenos Aires, á las orillas de los riosLujan, Conchas y Matanza, pero ya no los hay. Sus caciques eran Mugelup,Alcochorro, Galeliam y Mayú. Han quedado tan pocos de esta nacion, quecasi no pueden levantar trecientos soldados, haciendo solo una especiede guerra pirática en pequeñas partidas, excepto cuando estan auxiliadosde sus vecinos los Picunches, Peguenches y Diviheches, y aun entonces nopueden poner en campaña mas de 500 hombres. Esta nacion y la de losDiviheches son conocidos por los españoles, con el nombre, de Pampas.

Los Diviheches confinan por el occidente con el pais de los Peguenches,desde el grado 36 hasta el 33 de latitud meridional, y se extienden á lolargo de los rios Sanquel, Colorado y Huique, hasta 40 millas deCasuhati por el este. Tienen el mismo génio vagabundo que losTaluheches, y no son mas numerosos, por haber sido destruidos en susataques con los españoles, tomando parte algunas veces con losTaluheches, otras con los Peguenches, y haciendo solo frecuentementesus[Pg 47] incursiones, sobre las fronteras de Córdoba y Buenos Aires, desdeel Arrecife hasta Lujan, matando los hombres, cautivando las mugeres yniños, y robando el ganado. Los caciques de esta nacion eran, Còncalcac,Pichivele, Yahati y Dunoyal.

Estas dos naciones subsisten principalmente con la carne de las yeguasque cazan en pequeñas cuadrillas, de 30 á 40 cada una, en las vastasllanuras entre Mendoza y Buenos Aires, donde suelen encontrarse congrandes tropas de españoles, enviados á propósito, para ejecutar lasleyes del talion, ó á lo menos con igual crueldad: pero no es el únicopeligro que corren, porque si los Tehuelches ó Guilliches han llegado alCasuhati, ó al Vulcan y Tandil, al tiempo que los Diviheches yTaluheches estan para retirarse con su presa, se echan sobre ellos(particularmente en parages donde estan obligados á pasar, para quedescancen sus ganados), matando á todos los que se resisten, robando álos demas, y levantándose con la caza.

El pais de los Puelches, ó gente oriental, está juntamente entre el rioHuique, y el primero Desaguadero, ó rio Colorado, y se extiende alsegundo Desaguadero ó Rio Negro; pero vagan continuamente, moviendo sushabitaciones, y separándose por motivos frívolos, y muchas veces sin masrazon, que su natural inclinacion á vagar. Este pais abunda en todogénero de caza menor, como liebres, armadillos, avestruces, &a.; producepocos ó ningun guanaco. Cuando suben á las montañas del Tandil, y elCasuhati, por la escasez de caballos, son tan poco expertos en la caza,que se vuelven á sus casas sin cosa alguna, á menos que sus vecinos losTehuelches no se la den, ó no tengan la fortuna de sorprender algunascuadrillas de los Peguenches, quienes vuelven generalmente bienprovistos. Por otra parte es una pobre gente inocente y síncera, y mashombres de bien que los Moluches y Tehuelches; son muy superticiosos,inclinados en extremo á la adivinacion y hechiceria, y facilmenteengañados. En general son altos y robustos, como sus vecinos losTehuelches, pero hablan diferente lengua. Aunque en tiempo de paz esgente humilde y tranquila, son en el de guerra audaces y altivos, comoexperimentaron los Tehuelches y Diviheches, muy á su costa; pero yaestan reducidos á un pequeño número, habiendo sido la mayor partedestruidos por las viruelas. Sus caciques, que aun viven, son Geijeihu,y Daychaco.

Los Tehuelches que se conocen en Europa, con el nombre de Patagones, hansido llamados, por ignorar su idioma, Tehuelchus, porque chu significapatria ó morada, y no gente, lo que se expresa por[Pg 48] la palabra che, ymas al sur por la palabra cuní. Estos y los Checheheches, se llamanpor los españoles Serranos ó Montañeses: subdividense en varias ramas,como son los Leubuches, ó gente del rio, y Calilliches, ó gente de lasmontañas, entre los cuales estan los Chulilau-cunis, Lehuau-cunis, yYacana-cunis; todos estos, excepto los del rio, se llaman por losMoluches, Vucha-guilliches.

Los Leubuches viven á las orillas del norte y sur del Rio Negro, ó comoellos le llaman, Casu-leubu. Al norte tienen un vasto país; pero nohabiendo, por razon de la espesura, posibilidad de ser habitado, solo seencuentran bosques, lagunas y pantanos, llenos de cañas fuertes yespinosas, á las que llaman Sanquel, de forma que por allí está cerradatoda comunicacion. Pero marchando hácia el poniente por el pié de laCordillera, ví hácia el este, que por la costa está abierta. Parece queesta gente está compuesta de Tehuelches, y Checheheches; pero hablan masbien la lengua de estos últimos, con una pequeña mezcla de Tehuel.Extiéndese por el este hasta los Checheheches, y por el poniente sejuntan con los Peguenches y Guilliches; confinan por el norte con losDiviheches, y por el sur con los otros Tehuelches. Caminando al rededorde la gran laguna Huechum-lauquen, llegan de Valdivia en seis dias dejornada desde Huichun. Parece que esta nacion es la cabeza de losChecheheches, y Tehuelches, y sus caciques Cancapol y su hijo Cangapol,como unos pequeños soberanos de los demas. Cuando declaran la guerra sejuntan inmediatamente con los Chuchuheches, Tehuelches y Guilliches, ycon los Peguenches, que viven mas al sur, poco mas abajo de Valdivia.

Por si mismos son pocos en número, teniendo gran dificultad en levantar300 hombres capaces de tomar las armas, por causa de las viruelas, queredujeron el número de los Checheheches, y porque habiéndose juntado ypasado á las llanuras de Buenos Aires para atacar con una partida deThaluheches cerca de la laguna de los Lobos al famoso D. GregorioMayu-Pilqui-ya, fueron vencidos por este, y obligados los que quedaron áretirarse al Vuulcan con los vestidos, que por desgracia,

poco

anteshabian

comprado

en

Buenos

Aires

inficionados

de

las

viruelas.Disminuyéronse tambien mucho en las guerras con sus vecinos al norte losPicunches, Peguenches, y Taluheches, quienes aliándose, bajan algunasveces del lado de la Cordillera, y los sorprenden; en cuyo tiempo, notienen otro recurso para librarse de los enemigos que atravesar el rionadando, lo que los otros no pueden hacer; pero con la prisa y confusionde la fuga, dejan sus hijos detras, caen en las manos de los enemigosinhumanos, que los deguellan, sin perdonar aun los de cuna. Sin embargo,no son siempre estos ataques tan secretos que no[Pg 49] tengan algunas vecesnoticias de ellos, y no escapen entonces muchos de la furia de estabárbara nacion, cuyo cacique Cancapol hace vanidad de mostrar á sushuéspedes montones de huesos, calaveras, &a.

La política de este caciquees de mantener la paz con los españoles para que su gente pueda cazarcon seguridad en los campos de Buenos Aires, dentro las fronteras deMatanza, Conchas y Magdalena, y las montañas: no permitiendo que lasotras tribus pasen de Lujan, para mantenerla tambien al sur; á cuyo finse ponen sus caciques y confederados á cazar en los meses de Julio,Agosto y Setiembre, en los parages donde pueden observar los movimientosde sus enemigos, á quienes muchas veces atacan y destruyen, pero poresta razon jamas hicieron estos indios la guerra á los españoles (aunqueson en extremo celosos de ellos), hasta el año de 1738 y 40, cuyosmotivos fueron los siguientes.

Los españoles, con poco juicio y mucha ingratitud, echaron de suterritorio á Mayu-Pili-ya, el único cacique Taluheche que los estimaba,obligándole á retirarse á tal distancia que no pudiese recibir socorroalguno, expuesto á sus enemigos, hechos tales, defendiendo losterritorios de los españoles del resto de sus paisanos y Picunches.Despues de la muerte de este cacique, algunas partidas de los Taluhechesy Picunches atacaron las caserias del rio Areco y Arrecife, guiados porHencanantu y Carrulonco, adonde acudieron los españoles con su mariscalde campo D. Juan de San Martin para coger los ladrones. Pero comollegaron tarde, se dirigieron al sur para no volverse con las manosvacias. Allí encontraron las tiendas del viejo Caleliyan con una mitadde su gente, que no sabiendo lo que habia pasado, estaba durmiendo sinla menor sospecha de peligro, y entonces sin examinar si estos eran ó nolos agresores, hicieron fuego sobre ellos matando, muchos con susmugeres é hijos. Los demas dispertándose, y viendo el triste espectáculode sus mugeres y niños muertos, se resolvieron á no sobrevivir á talpérdida, y cogiendo las armas, vendieron sus vidas tan caro comopudieron; pero al fin fueron degollados con sus caciques.

El jóven Caleliyan estaba entonces ausente; pero teniendo noticia de loque habia pasado, se volvió en ocasion que los españoles se ibanretirando; y viendo á su padre, parientes y amigos degollados, resolvióvengarse prontamente, á cuyo fin llevando como unos 300 hombres, sehechó sobre la villa de Lujan, mató gran número de españoles, tomóalgunos cautivos, y robó algunos millares de ganado. Sobre estolevantaron los españoles con toda brevedad, (aunque no bastante paracoger un enemigo tan ligero) casi 600 hombres de su milicia y tropareglada. No pudiendo alcanzarle se volvieron al rededor de las lagunasde sal, y bajaron al Casuhati donde estaba el cacique Cangapol[Pg 50] conalgunos indios, que prudentemente se habian retirado.

Hallandosechasqueados aquí, fueron por la costa hácia el Vulcan, donde encontraronuna tropa de Guilliches, quienes no siendo enemigos, salieron sin armasá recibirlos, no teniendo la menor sospecha de peligro alguno. Pero sinembargo de esto, y de haber intercedido á favor de estos pobres, unoficial de la tropa española, fueron cercados, y tallados en piezas porórden del Mariscal de Campo, quien concluida esta victoria, marchó consu gente al Salado, que está cerca de 40 leguas de la ciudad, y casi 20de las quintas ó caserias de Buenos Aires, donde un cacique Tehuel,llamado Tolmichi-ya, pariente de Cangapol, amigo y aliado de losespañoles, estaba acompañado bajo la proteccion del Gobernador Salcedo.Este cacique con la carta del Gobernador en la mano, y mostrando sulicencia, fué muerto de un pistoletazo que le dió en la cabeza elMariscal de Campo. Todos los indios tuvieron esta desgracia, quedandocautivas las mugeres y niños, con el hijo menor del cacique. Por fortunael mayor habia salido dos dias antes á cazar caballos silvestres, conuna partida de indios.

De tal manera exasperó esta cruel conducta del Maestre de Campo á todaslas naciones de Puelches y Moluches, que tomaron al punto las armascontra los españoles, quienes se vieron de repente atacados desde lasfronteras de Córdoba y Santa Fé, todo á lo largo del Rio de la Plata,frontera de 400 leguas; de modo que les era imposible defenderse, porquelos indios se echaban en pequeñas partidas volantes sobre muchas villasy caserias á un mismo tiempo, y la luz de la luna impedia el descubrirsu número; y así mientras los españoles los perseguian por una parte,dejaban los demas sin resguardo.

Cangapol, que con sus Tehuelches habia vivido hasta entonces en granamistad con los españoles, se irritó sumamente al ver la maldadejecutada con su hijo, la muerte de sus amigos los Guilliches, la de suamado pariente, y otros, y manera indigna con que trataron suscadáveres; y aunque entonces tenia cerca de 60 años, salió al campo á lacabeza de mil hombres (otros dicen cuatro mil) compuestos de Tehuelches,Guilliches, y Peguenches: se echó sobre el distrito de la Magdalena,distante cerca de 4 leguas de Buenos Aires, y repartió sus tropas contanto juicio, que limpió y despobló, en un dia y una noche, mas de 12leguas del pais mas poblado y abundante.

Mataron muchos españoles, éhicieron cautivas un gran número de mugeres y niños, y robando ademas,pasadas de veinte mil cabezas de ganado, fuera de caballos. En estaexpedicion los indios solo perdieron un Tehuelche, el cual apartándosede los demas con esperanza de hacer presa, cayó en manos[Pg 51] de losespañoles. Cangapol hijo de Cacapol, fué perseguido y alcanzado; perolos españoles no se atrevieron á atacarle, aunque eran dos veces masnumerosos, porque ellos y sus caballos estaban de tal modo cansados, enuna marcha de 40 leguas, sin tomar refresco alguno.

Los moradores de Buenos Aires, teniendo aviso anticipado de este ataque,por los fugitivos, se vieron en la mas terrible consternacion. Muchosoficiales militares corrian por las calles, con la cabeza desnuda, en unestado de distraccion, habiéndose llenado de gente las iglesias y casasreligiosas, á donde se refugiaban, como si el enemigo estuviera á laspuertas de la ciudad.

Los españoles humillados con este golpe, quitaronla comision al Mariscal de Campo, y nombraron otro en su lugar,levantando un ejército de 700 hombres que marcharon al Casuhati, no pararenovar la guerra, sino para pedir paz. Todo un año se pasó despues dela última victoria, sin hacer cosa alguna: en cuyo tiempo los indios,con un jóven cacique Cangapol á su cabeza, levantaron un ejército decerca de 4000 hombres, compuesto de aquellas diversas naciones, con elcual pudiera hacer frente á todos los españoles; pero sin embargo deestas ventajas, dieron oidos á la propuesta del nuevo Mariscal de Campo,á quien tenian por su amigo. Este, temiendo las consecuencias de unanueva guerra, ofreció entre otras condiciones, entregar todos los indioscautivos, sin mas consideracion que el redimir los cautivos españoles.Un jesuita misionero, que fué al campo español con algunos Chechehechesy Tehuelches convertidos, representó vivamente que aquella condicion eraindigna é inadmisible, no evitando por este medio un próximorompimiento. Propuso un cambio reciproco de prisioneros; pero fué tangrande el miedo de esta guerra, que no se hizo caso de su proposicion,aunque muchos indios no pedian condiciones mas ventajosas. Algunoscaciques de los Tehuelches, que habian llevado consigo sus cautivos,inmediatamente los entregaron haciendo la paz, no entendiendo laproposicion del Mariscal de Campo en otro sentido, que el de la mutuaentrega de sus prisioneros. Los Moluches fueron por fin á Buenos Aires,y redimieron sus indios, y los de los Tehuelches, sin entregar loscautivos españoles que tenian. Desde entonces los Tehuelches, tentadoscon las esperanzas de presas, han hecho cada año incursiones en elterritorio de Buenos Aires, robando mucho ganado.

No obstante este hasido el mayor daño que han hecho hasta el año de 1767, en que habiendosido insultados, renovaron la guerra y cautivaron mucha gente, de formaque de las escuadras españolas que los persiguieron, solo dos seescaparon: siguiéndolos luego y alcanzándolos largamente con un cuerpomayor de tropas, su coronel Ca[Pg 52]tani: pero les pareció mas conveniente nomolestarlos, temiendo les sucediese lo que á sus compañeros.

Los Tehuelches, que habia desde el levante al poniente del rio de losSauces, donde aun hoy dia habitan, confinan por el nord-este con losChecheheches, y por el este con un gran desierto, que empieza á cerca de40 leguas de la boca del Rio Negro hácia el sur, y se extiende casihasta el estrecho de Magallanes: por el poniente lindan con losGuilliches, que habitan las costas de Chiloé, y se extienden á 44 gradosde latitud meridional. Todo su país es montuoso con valles profundos,pero sin rios considerables, por lo que los habitantes están obligados ásurtirse del agua de las fuentes y riachuelos, que terminan en lagunas,donde bajan sus ganados. Cuando estas lagunas se secan (lo que sucede enel rigor del verano) van por agua al Rio Negro, ó á otra parte.

Estanacion no siembra ni planta, siendo su principal alimento los guanacos,liebres y avestruces, de que abunda esta tierra; y la carne de yeguas,cuando la pueden lograr.

La falta de este alimento hace que estén en perpetuo movimiento, de unpaís á otro para buscarlo, de manera que van en grande cuadrillasalgunas veces al Casuhatí, otras á las montañas del Vuulcan, ó Tandil, yotras á las llanuras cerca de Buenos Aires, distante 300 ó 400 leguas desu país. Entre todas las naciones del mundo no se hallaria otra masinquieta, ni mas inclinada á vagar que esta; porque ni una extremavejez, ceguera, ú otro cualquier mal, es capaz de contenerlos; sonfuertes, bien hechos, y no tan cetrinos como los otros indios. Algunasde sus mugeres son tan blancas como las españoles: son corteses, civilesy de buen natural; pero muy inconstantes en guardar sus palabras ycontratos; son robustos y guerreros, y no temen la muerte.

Su número esmucho mayor que el de las otras naciones, y casi igual al de todas lasque habitan estas partes. Son enemigos de los Moluches, á quienes temenmucho, y á quienes, sin embargo de ser tan terribles á los españoles, hatiempo habrian arruinado, si hubiesen estado tan bien provistos decaballos como ellos, sin que los Diviheches, ni los Tehuelches pudiesenresistir á sus fuerzas.

Al sur de estos viven los Chichilau-cunis y los Sehau-cunis, que son losindios mas meridionales que andan á caballo. Sehau, significa enlengua de Tehuel una especie de conejo negro, del tamaño de una rata delcampo; y como su país abunda de estos animales, talvez tomaria de aquísu nombre: cuni, significa gente.

Parécense mucho estas dos naciones á los Tehuelches, con tal cualdiferencia en su idioma, lo que se puede atribuir á la comunicacion con[Pg 53]los Pay-yus, y Rey-yus, que viven sobre los costas orientales y losestrechos.

Todos los Tehuelches hablan diferente lengua de los otros Puelches yMoluches; y esta diferencia no solamente incluye palabras, sino tambienlas declinaciones y confusiones, aunque usan algunas de las dosnaciones; por egemplo, de una montaña, llaman calille, y los Moluches calel, pero los Puelches casu. Pichua, en lengua de Tehuel, es elnombre del guanaco, pero no tiene semejanza con lucha