Contestaciones y Consideraciones al Pueblo y Congreso Norte-Americanos by Apolinario Mabini - HTML preview

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APOLINARIO MABINI.

Contestaciones

y Consideraciones

AL PUEBLO Y

CONGRESO NORTE-AMERICANOS

MANILA

Enero. 1900

ÍNDICE

COPIA DE LA CARTA DEL GENERAL WHEELER DIRIGIDO ALSEÑOR

MABINI.

CONTESTACIÓN DEL SR. MABINI ALGENERAL.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

LIGERAS CONSIDERACIONES PARA EL CONGRESONORTE-

AMERICANO.

EL MENSAJE DEL PRESIDENTE MC-KINLEY

CARTA DEL MISMO A LOS REPRESENTANTES EN MANILA DELOS

PRINCIPALES PERIODICOS DE AMERICA.

COPIA DE LA CARTA DEL GENERAL WHEELER

DIRIGIDO AL SEÑORMABINI.

Manila, Luzon, P.I., December 25th. 1899.

HONORABLE SEÑOR APOLINARIO MABINI, MANILA, P.I.

DEAR SEÑOR:

I enclose a list of questions which you were kind enough toinform me you would be pleased to answer.

I shall be happy to receive your answers as those of a man ofweight whose opinions are most worthy of consideration.

It will oblige me to have your answers as all as possible, asyour statements will be very valuable.

With very high regard,

Yours very truly.

JOSEPH WHEELER.

CONTESTACIÓN DEL SR. MABINI

AL GENERAL.

Manila, I.F., 25 de Diciembre de 1899.

GENERAL JOSEPH WHEELER, DEL EJERCITO AMERICANO DE ESTASISLAS.

PRESENTE.

GENERAL:

Tengo el honor y la satisfaccion de remitir à suExcelencia la contestación á sus preguntas con unaligera exposicion al Congreso de los Estados-Unidos, las cualessolo tienen valor por la sinceridad con que estànexpresadas. Tenga pues la bondad de escusarme, si por mi pocahabilidad y escaso saber no he sabido dar una forma mas claraá mi pensamiento.

Me he tomado la libertad, General, de hablar con toda franqueza,convencido de que tanto su Excelencia como sus dignoscompañeros de armas desean y procuran el engrandecimiento desu pueblo por encima de los intereses y conveniencias de claseó partido, y de que, conocida la verdad, se evitarìaná tiempo equivocaciones lamentables. Además me loimponen lo que debo à mi mismo y el deseo de cooperar allogro de una solucion satisfactoria para ambas partes, que pongatérmino á esta guerra entre dos pueblos que debenestar ligados, por eterna amistad, para servir á la causa dela civilizacion y de la humanidad.

Soy de su Excelencia, con la mayor consideracion y respeto, sumas obediente servidor.

APOLINARIO MABINI.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

GENERAL. ¿Es posible que no haya revolucion?

MABINI.—Es posible.

G. Si es posible ¿cómo?

M.—Satisfaciendo las aspiraciones del pueblo.

G. ¿Qué causas han producido la revolucion?

M.—Pueden condensarse en esta sola: la necesidad de ungobierno que asegure á los filipinos la libertad depensamiento, conciencia y asociacion, la inmunidad en su persona,casa y correspondencia, la igualdad en la participacion de loscargos y beneficios públicos, el respeto à las leyesy á la propiedad y el desarrollo de la prosperidad del paispor los medios que suministran los adelantos modernos.

G. ¿Estarán contentos todos los tagalos queesté de Presidente Aguinaldo?

M.—Los filipinos (no los tagalos solo) estaràncontentos de un Presidente que ellos elijan del modo que seestipule con el Congreso americano. Hoy reconocen áAguinaldo, porque este personifica sus aspiraciones; pero cuandovean en él ó mala fé ó incapacidad,reconocerán á otro que acredite ser mas digno.

G. ¿Todos los pueblos estaràn contentos?

M.—Ya esta dicho en la anterior pregunta.

G. ¿Posee el Sr. Aguinaldo bastante fuerza para arreglarlas Islas?

M.—La posee mientras esté de su parte elpueblo.

G. ¿De donde vendrá dinero para el Gobierno?

M.—Para los primeros gastos que requiere la instalacion deun Gobierno permanente y estable, se contratará unempréstito exterior en cantidad bastante, en la forma y conlas garantias que se convengan previamente con el Congreso de losEstados-Unidos. Para las necesidades ordinarias de administracion ypara la amortizacion de la deuda pública, seestablecerán con la equidad aquellas contribuciones que seanllevaderas para el pueblo.

G. ¿Y las Islas del Sur?

M.—Se atienen à la actitud que adopte Luzon.

G. ¿Gusta la guerra à la gente de estas Islas?

M.—No, tanto que durante los 300 años de ladominacion española no se registra otra ninguna, sino la queha empezado desde el año 1896. Se ha visto precisadaá sostener la presente, para defender derechos que creesagrados y naturales á todo pueblo.

G. ¿Quiere la gente un buen gobierno de losEstados-Unidos?

M.—Cuando se convenza de la imposibilidad de obtener porahora un Gobierno propio que á su entender es el mejor,aceptará provisionalmente el que le impongan los E.U.; peroúnicamente para que le sirva de medio para llegar masò menos tarde á la consecucion del Gobierno propioporque asì lo exije el progreso que es ley de todos lospueblos. Cuando el pueblo americano se oponga à esta ley, notardarà en llegar la época de su decadencia yruina.

G. ¿Quiere mucho la gente el progreso, ferro-carril,etc., etc.?

M.—Una de las causas de la revolucion es la aspiracioná la vida del progreso que la mayor facilidad decomunicacion con otros paises hoy dia ha hecho nacer en el corazonde los filipinos, no obstante los esfuerzos del gobiernoespañol por neutralizar esta influencia.

G. ¿La manera de gobernar de España es lo quequiere?

M.—La opinion sensata del pais detesta la administracionespañola por los vicios inveterados que lleva consigo;así es que, cuando Aguinaldo quizo aconsejarse de algunosque han querido resucitar el sistema español, manifestandopoca energía para reprimir los antiguos abusos empezòel retraimiento de los filipinos honrados y se ha visto muchadesanimacion en el pueblo.

25 Diciembre 1899.

LIGERAS CONSIDERACIONES

PARA

EL CONGRESO NORTE-AMERICANO.

El Congreso Norte-americano se encuentra hoy en una situacionsumamente delicada y difícil, por cuanto del acierto de susdecisiones pende el porvenir de los pueblos. El problema filipinomantiene la incertidumbre y la oscuridad tanto en el futuro deFilipinas, como tambien en el de los Estados-Unidos deAmérica.

La prolongacion de la guerra en Filipinas traeríaconsigo, aparte de los innumerables dispendios en hombres y dinero,el descrédito de los E.U. ante las demás naciones. Elgobierno de Washington pudo conseguir la cesion de las Filipinaspor medio del tratado de Paris, con el tacito consentimiento de lasPotencias, porque estas esperan que el gobierno de los E.U.mantendrà mejor la paz y el respeto à las leyes yà la propiedad.

Sobre esta base, el gobierno de Washington desoyó laspretenciones de los filipinos de establecer y asegurar medianteformal convenio un gobierno mas adecuado á sus costumbres ynecesidades, pretendiendo ahogar sus legítimas aspiracionespor medio de la fuerza, bajo el pretexto de que los naturales, porcarecer de capacidad para un Gobierno propio, no podrìangarantizar la paz y el òrden y los interesesextranjeros.

Ahora bien, ¿puede el pueblo americano asegurar que losfilipinos son incapaces para gobernar?

Si lo fueran realmentepodría el gobierno de Washington establecer la paz éimponer el gobierno que quiera conceder á Filipinas; pero,si son capaces, tenga la completa seguridad de que los filipinos nodejarán de luchar por sus ideales. Y conste que,prolongàndose la lucha, los extranjeros clamaràn porla poca seguridad de sus intereses y es muy probable que se decidaná intervenir, dando lugar á un conflicto que ocasionela ruina, no solo de Filipinas, sino tambien de los E.U.

Si el problema filipino se solucionare por medio de unatransaccion con los filipinos, estarìan mas garantidas lapaz, las libertades individuales y la propiedad, y los americanoscompartirìan con los filipinos la responsabilidad ante lacivilizacion y la historia; pero si el pueblo americano intentarela paz por la fuerza, para establecer un gobierno conforme con susdeseos propios, y no con los del pueblo filipino, para élserìa toda la responsabilidad del fracaso.

Gobernar es estudiar las necesidades é interpretar losdeseos del pueblo, para remediar aquellas y satisfacer estas. Silos naturales que conocen las necesidades, costumbres yaspiraciones del pueblo son incapaces para gobernar, ¿losamericanos, que han tenido muy poco contacto con los filipinos,seràn mas capaces para gobernar Filipinas?

Medite bien el Congreso: es necesario un buen Gobierno enFilipinas, no por el bien de los filipinos, sino porque lo demandanel buen honor y prestigio del pueblo americano.

Ahora ¿Cuál será este buen gobierno? No meatrevo á fijarlo, porque no represento el Gobiernorevolucionario y he prometido no comunicarme con los jefes yprohombres filipinos.

La Comision americana que ha venido hace poco à Filipinasno conoce al pais ni puede conocerlo en tan corto tiempo. Cuandolos españoles no han conocido á los filipinos durante300 años, temo que la Comision americana no haya aprendidomucho en 300 dias de estancia en Filipinas.

Han estado únicamente en los pueblos ocupados por lasfuerzas americanas hablando con los hombres que no fijan otra normapara sus actos, sino la conveniencia personal, encerrando la patriadentro del estrecho círculo de sus relaciones éintereses; los cuales por su conducta carecen de influencia en elpais. Si han hablado con algunos filipinos honrados, estos no sehan expansionado por miedo de que los americanos les perjudiquen,como era frecuente en tiempo de la dominacion española.

Al consignar estos apuntes, he hecho caso omiso de misconveniencias personales; pues estoy si fuera necesario paraacreditar mi convencimiento y mi fé; dispuesto á todogénero de sacrificios, además creo corresponder mejoral buen trato que he recibido y sigo recibiendo de las autoridadesamericanas, manifestàndoles la verdad desnuda sincontemplaciones de ninguna especie, para evitar equivocacionesirreparables.

25

Diciembre

1899.

AP. MABINI.

EL MENSAJE

DEL

PRESIDENTE MC-KINLEY

No podemos resistir al deseo de escribir dos palabras acerca delMensaje anual leido en ambas Cámaras del Congreso el dia 5Diciembre último, en la parte que á Filipinasconcierne. Estamos convencidos de que todo esfuerzo que tiendaà interpretar sinceramente los sentimientos del pueblofilipino, para la mas acertada solucion del problema, constituye unservicio no solo á Filipinas sino tambien à losEstados Unidos de América.

Pero no olvidaremos nuestra situacion especial: no abusaremos deuna libertad debida à la generosidad de nuestros enemigospolíticos. Hablaremos, no como un mal llamado insurrecto,sino como un americanista que no ha dejado de ser filipino;hablaremos como un hombre racional que atiende, no solo álas conveniencias del cuerpo, sino tambien á las delespíritu; nos haremos eco fiel de la opinion publica menosdispuesta à la guerra, sin predicar los ideales que hemossostenido y seguimos sosteniendo à impulsos de nuestraspropias convicciones.

Asi no discutiremos la bondad y justicia del tratado de Paris;no demostraremos tampoco que la compra-venta de Colonias,practicada por las naciones civilizadas como un acto lícito,es, como continuacion al por mayor del antiguo tràfico deesclavos, contraria al derecho natural, único fundamento yrazon suficiente de la justicia de todas las leyes humanas. Soloharemos notar que el tratado de Paris lejos de aportar àAmérica, como algunos esperan tal vez, un inmenso mercadopara sus productos y vasto campo de explotacion para sus Capitales,lo que ha hecho es enlazar fuertemente con el vínculo de lasolidaridad los sonrientes destinos de América con elporvenir precario é incierto de Filipinas. De hoy mas losamericanos tendrán no poca parte en las alegrías,tristezas, miserias y desdichas de los filipinos.¿Sabrán los americanos apreciar con criteriodesapasionado esta mancomunidad de suerte y sobre-llevar la pesadacarga que les toca, con el espìritu digno de su raza y desus tradiciones, parodiando al Presidente Mc-Kinley?

El Presidente hace mencion de un manifiesto que mandòpublicar á la conclusion del Tratado de Paris anunciandoá los filipinos que "los americanos no habìan venidoen son de invasores y conquistadores, sino como amigos paraprotejer á los naturales en sus casas, ocupaciones yderechos personales y religiosos." Acerca de este particularencontramos necesaria una explicacion. ¿Se ha preguntadoalguna vez al gobierno de los E.U. si existían, no ya elsagrado del domicilio filipino ni la libertad para el trabajo, sinocualquiera de los derechos personales y religiosos? Debemosadvertir que nuestra casa, honor, hacienda y libertades òderechos personales estaban, en tiempo de la dominacionespañola, á merced de las facultades discrecionales yomnìmodas del Gobernador general español enFilipinas; y por consiguiente no existìan, como tampocoexisten ahora. ¿Han venido para establecerles? Entoncesdebieran declararlos y regularlos préviamente. ¿Setrata de los derechos que todo hombre tiene por naturaleza conanterioridad à toda ley humana? Miren lo que han hecho ycontinuan haciendo con los filipinos, compárenlo con losprincipios proclamados en la declaracion de la Independencia de losE.U. y si no se dejan llevar de la pasion, comprenderàn queellos mismos han provocado la desconfianza en el ànimo delos filipinos. Por otra parte, decir que los americanos no hanvenido como conquistadores, es confesar paladinamente que elTratado de Paris y la soberanía americana en Filipinas,á menos que sean reconocidos expontáneamente por losfilipinos, solo descansan en la RAZON DE LA FUERZA que lasPotencias suelen bautizar con el nombre raro de DERECHO

DECONQUISTA.

Pasa luego el Mensaje á decir que siniestras ambicionesde unos pocos jefes filipinos crearon, á la llegada de laComision americana en estas playas, una situacion llena deembarazos para los americanos y de fatales consecuencias para losfilipinos; cuando el mas caracterizado de esos jefes, al principiode su vuelta de Hong-kong, solo aspiraba à la liberacion delas Islas de la dominacion española. Nada diremos del primerextremo, porque de reputarlo, decir podrìan que escribimosen prò de los revolucionarios; solo indicaremos de paso queel informe de la Comision deja mucho que desear en punto áimparcialidad, porque ha estado constantemente sometida al influjode la excitacion producida por la ruptura de hostilidades.Admitiendo como cierto el segundo extremo, preguntaremos: el pueblofilipino, al cansarse del yugo español ¿no podiatener otro objeto sino el de someterse á otro yugo, óaspiraba al mejoramiento de su condicion? Aun suponiendo al pueblofilipino en estado de barbarie destituido de toda cultura, nopodriamos negarle la inclinacion natural á una vida mejor,que encontramos hasta en los irracionales. Por otra parte es desuponer que el pueblo americano desea de veras el mejoramiento delos filipinos y no pretenderá imponerles un yugo tan durocomo el anterior, limitàndose á acallar susaspiraciones con promesas melífluas, porque es de suponertambien que no querrá renunciar al derecho de levantar sufrente ante la civilización y la historia, ni renegar de supasado y tradiciones, ni desmentir abiertamente las razones dehumanidad alegadas ante el mundo, para justificar su guerra contraEspaña y el deseo de quedarse á toda costa con lasIslas Filipinas.

Como hablamos, no para hacer propaganda de nuestros ideales,sino para informar al pueblo americano de los verdaderos deseos delpueblo filipino, prestando un servicio à la causa de la paz,vamos á relatar brevemente los antecedentes de la revolucionFilipina, pues por ellos comprenderemos los medios de mejoramientoque pueden ofrecerse á los filipinos. La muerte de tressacerdotes filipinos Burgos, Gomez y Zamora produjo un cambio enlos sentimientos del pueblo. El P. José Burgos era muypopular, porque defendia los derechos del clero filipino; de aquiel que su muerte haya sido sentida hondamente y haya provocado unaprotesta general de indignacion. Es verdad que esta protesta nosalìa del seno del hogar y de la confianza, porque lasautoridades españolas tenìan reservadas para estaclase de resabios cruelísimas penas; pero, por lo mismo queno podía desahogarse, creció mas y mas.

Mas tarde algunos jóvenes filipinos fueron áEspaña, no solo para adquirir mayores conocimientos, sinopara exponer al pueblo español las verdaderas necesidadesdel pueblo filipino, que las autoridades españolasaconsejadas por las Corporaciones religiosas procuraban ocultar yreprimir, en vez de atender. Al efecto fundaron un periòdicosostenido por el pueblo y pidieron la regulacion de las facultadesdel Gobernador general; la representacion Filipina en el cuerpolegislativo español; la libertad de imprenta, de cultos y deasociacion; la prohibicion de expedientes gobernativos en que secondenaba à uno sin ser oido, ó se violaban eldomicilio y la correspondencia por simples denuncias reservadasà las autoridades gobernativas; la secularizacion de lasParroquias, la equiparacion de los filipinos á losespañoles en todos los derechos políticos y civiles yen la participacion en los empleos públicos, ya que aquellossolos casi soportaban las cargas públicas; muchos auxilios ypocas trabas á la agricultura, industria y comercio: en unapalabra, la promulgacion en Filipinas de la constitucionespañola y la asimilacion completa de las mismas ácualquiera provincia de la Penìnsula española.

Los españoles desatendieron estas peticiones, bajopretexto de que eran obra de unos cuantos ilusos, alegando que elpueblo estaba todavìa en estado salvaje, como ahoradesatienden los americanos las demandas de los revolucionarios, conel pretexto de que la revolucion es obra únicamente de unoscuantos tagalos ambiciosos. ¿Còmo ha respondido elpueblo al insulto de los españoles? Con el movimiento delaño 1896, iniciado y llevado á cabo por la clasemenos instruida y mas numerosa del pueblo.

Los españoles trataron de cortar este movimiento, matandoá Rizal y cuantos filipinos hubiesen demostrado grande amoral pais y encarcelando, torturando y deportando á casi todoslos ilustrados de las provincias. Y remataron su obra,engañando á los Jefes revolucionarios, mediantepromesas de libertad, consignadas en un documento privado sin valorde ninguna especie, pues no estaban dispuestos ácumplirlas.

Con la expatriacion de los Jefes revolucionarios, creyeron losespañoles terminada la revolucion, cuando ésta seestaba reorganizando de una manera mas formal en el seno delpueblo, pues los hombres mas instruidos é influyentesempezaban á tomar parte en ella, para darle idealesdefinidos. Estalla á poco la guerra hispano-americana;Aguinaldo vuelve de Hongkong, y se manifiesta la verdaderarevolucion filipina sostenida por todas las clases de la sociedad ytodas las provincias y pueblos que reconocen por Jefe áAguinaldo, no tanto por los servicios al pais en el anteriormovimiento, como para evitar rivalidades perjudiciales yperniciosas.

Con tales antecedentes, creemos haber demostrado bastante que larevolucion no es obra de unos cuantos ilusos ó ambiciosos,sino del pueblo; que el pueblo no obra inconcientemented,arrastrado por esos pocos, sino obra con conciencia de lo que haceá impulsos de aspiraciones bien definidas. La desanimacion yel descontento que acaba de demostrar con motivo de los abusoscometidos por algunos Jefes revolucionarios corroboran de modoconcluyente nuestro aserto.

Ahora es mas facil contestar á esta pregunta:¿Cómo podríamos obtener la paz?.

Todoscontestarán con nosotros que el medio mas eficaz y seguro esque el Congreso americano dé á los filipinos lo queno pudieron obtener de los españoles. ¿Cuál esla forma de Gobierno compatible con las aspiraciones del pueblo?Conocemos tres: anexion de Filipinas como Estado, autonomíaigual á la del Canadà ó Australia éindependencia con protectorado. Con un Gobierno semejante al de laIndia que aconseja el profesor Schurman nada ganará elpueblo y creemos que con semejante oferta la paz solo podràimponerse por la fuerza. La paz impuesta por la fuerza no dura nigarantiza el cumplimiento del compromiso contraido por losamericanos de asegurar la propiedad é intereses extranjerosen Filipinas.

Se dirá que el gabinete Paterno, al subir al poder,propuso como programa de Gobierno la autonomìa igualá la del Canadá, y que la inmensa mayorìa delpueblo revolucionario no lo aceptó. Por cierto que no somostampoco partidarios de la autonomía, y no tenemosinconveniente en repetir lo que varias veces hemos dicho fuera deaquì: que solo aceptaremos la autonomía, cuando nosconvenzamos de que el pueblo no está dispuesto ásacrificarse por otra mejor. Pero debemos tener en cuenta que laautonomía propuesta por el gabinete Paterno era unainfraccion manifiesta de la Constitucion que ellos mismos, comomiembros del Congreso, habìan votado y pedido coninsistencia que se promulgara, amenazando provocar unescándalo en caso de oposicion por parte del gabinete queestaba entonces en el poder. No obstante ¿quién sabesi el señor Paterno hubiese prosperado en sus planes yconseguido la derogacion de la Constitucion, si hubiera podidopresentar una oferta formal de autonomía por parte de losamericanos? Es verdad que ni la Comision ni los generalesamericanos podrían ofrecer mas de lo que ofrece elPresidente McKinley, que en su mensaje dice de Filipinas poco masó menos lo siguiente: si conseguimos aniquilar lainsurreccion dentro de poco, hacemos de los filipinos lo que nosconvenga; no lo conseguimos, entonces ya entraremos entransacciones, aprovechando todas las ventajas posibles.

Pornuestra parte, nos limitaremos à recomendarle con el mayorrespeto que no olvide estas palabras: LA SANGRE NO AHOGA, SINO ALCONTRARIO ABONA LAS ASPIRACIONES

JUSTAS DE UN PUEBLO.

Se dirà que no es posible la anexion como Estado, por quelos filipinos tienen distintas costumbres y otra manera de ser yque Filipinas no está comprendida dentro de la doctrina deMonroe; tampoco la autonomía, pues, segun el ProfesorSchurman, Inglaterra las dió al Canadá y Australia,porque sus pobladores son capaces como pertenecientes à lamisma raza de los ingleses: de aqui su preferencia á ungobierno similar al de la India, por cuanto no pertenecemosà la misma raza de los americanos. Nosotros mas conocedoresde la capacidad y modo de pensar de los filipinos no seguiremos alDr. Schurman en un camino que á nuestro juicio noconducirà à ninguna parte: aconsejaríamos alCongreso la adopcion de cualquiera de las tres fórmulasmencionadas, decretando cuanto antes la que ofrezca mayoresprobabilidades de ser aceptada por la generalidad de los filipinos,aunque no debiera ejecutarse, sino cuando venga la paz; de otromodo no encontramos medio alguno decisivo de asegurarla para lofuturo.

Examinaremos las razones que mueven al Presidente MacKinleyá recomendar al Congreso que no tome en consideracion lafórmula de Independencia con protectorado. Héaquì dichas razones: 1.a "La mayoría pacífica y leal, que no desea otracosa sino la aceptacion de la autoridad americana, quedaràpor la independencia á merced de los insurrectos armados."La mayorìa pacífica y leal Filipina, como la de todoslos pueblos de la tierra, no desea otra cosa sino la tranquilidad,para lo cual adoptan el sistema de mostrar buena cara con todos,sin perjuicio de guardar allá en el fondo de su corazon elpreciado tesoro de sus ilusiones. Dicha mayorìa, en lospueblos ocupados por las fuerzas americanas, no estànà merced de los insurrectos armados, pero si á mercedde los ladrones armados. Estos se guardaban antes de dejarse ver enlos poblados, porque temían à aquellos.¿Qué insurrectos y ladrones son una cosa? Asi locreen los americanos, porque no conocen al pueblo filipino y porque les conviene.

2.a "La Independencia quitaría à los americanos lafacultad de reprimir á los jefes insurrectos, pero no laresponsabilidad por los actos de estos." Los insurrectos son tales,porque desean y luchan por la Independencia: obtenida esta,dejarán de serlo.

3.a "La Independencia impondría á los americanosla tarea de protejer á los filipinos contra cualquieratentado y contra las riñas con otro poder extranjero,á que estàn muy propensos." Con Independenciaó sin ella tendràn esa tarea que se han impuestovoluntariamente por el tratado de Paris. Ademas ¿no hananunciado que su venida tenía por objeto proteger álos filipinos? Estos, no ya por temperamento sino por convenienciase guardarán muy bien de reñirse con los extranjerosque no atenten contra sus libertades é intereses.

4.a "La Independencia despojaría al Congreso de lasfacultades de declarar la guerra, invistiendo de tan delicadaprerrogativa al Jefe Tagalo." No se dá la Independencia, sinprevia determinacion de la forma de Gobierno. Como suponemos queamericanos y los filipinos preferiràn la republicana, elCongreso filipino, y no el Jefe Tagalo, sería en todo casoquien tenga la facultad de declarar la guerra. Si se quiere mas,podrìa determinarse todavìa que la declaracion deguerra hecha por el Congreso filipino sea aprobada por elamericano.

No faltarán algunos que con autoridad mas ó menosauténtica digan, como el Presidente McKinley en su Mensaje:venga primero la paz, y despues atenderemos á lo que VV.desean. Esto nos recuerda al ex-Presidente Mr. Cleveland que en unode sus Mensajes anuales, después de manifestar que losCubanos no querían deponer las armas hasta que Españagarantizase sus promesas, y que su Gobierno se habìaofrecido al español á salir garante ante los Cubanos,si se obligaba à cumplirlas, sin haber recibido respuestaalguna, dijo: que los cubanos tenían razon, porque elGobierno español con su actitud había demostradoprecisamente lo que aquellos temían.

Es verdad que elPresidente ha prometido casi nada; pero, por si hiciere algunapromesa mas importante en lo sucesivo y los insurrectos no creyerentan pronto en ella, conviene no perder de vista las palabras de Mr.Cleveland, para encontrar la explicacion de su actitud.

No hemos de terminar, sin reconocer la habilidad con queformulan sus argumentos tanto el Profesor Schurman como elPresidente McKinley, aunque á decir verdad un examendetenido descubre los sofismas que guardan en su fondo. Losfilipinos acostumbran à contestar à esta clase deargumentos con una sonrisa muy enigmàtica; por lo cual