Segunda Parte de la Crónica del Perú, que Trata del Señorio de los Incas Yupanquis y de sus Grandes Hechos y Gobernación by Pedro de Cieza de León - HTML preview

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Estaba pegado con la provincia deHátun Cana, y á tiempos iban de muchas partes con grand veneracion áeste demonio á oir sus vanas respuestas; y habia en él grand suma detesoros, porque los Incas y todos los demás los ponian allí. Y dícesetambien, que sin los muchos animales que sacrificaban á este diablo, queellos tenian por dios, hacian lo mesmo de algunos indios é indias, así ycomo conté que se usaba en el cerro de Guanacaure. Y que hobiese en estetemplo la riqueza que se dice, tiénese por verdad, porque despues dehaber los españoles ganado al Cuzco con más de tres años, y haber lossacerdotes y caciques alzado los grandes tesoros que todos estos templostenian, oí decir que un español llamado Diego Rodríguez Elemosin ( así)sacó desta guaca más de treinta mill pesos de oro; y sin esto se hahallado más, y todavía hay noticia de haber enterrado grandísimacantidad de plata y oro en partes que no hay quien lo sepa, si Dios no,y nunca se sacarán si no fuera acaso ó de ventura.

Sin estos templos, se tuvo otro por tan estimado y frecuentado comoellos, y más, que habia por nombre la Coropuna, que es en la provinciade Condesuyo, en un cerro muy grande cubierto á la contina de nieve quede invierno y de verano no se quita jamás.

Y los reyes del Perú con losmás principales dél visitaban este templo, haciendo presentes y ofrendascomo á los ya dichos; y tiénese por muy cierto, que de los dones ycapacocha que á este templo se le hizo, habia muchas cargas de oro yplata y pedrería enterrado en partes que dello no se sabe, y los indiosescondieron otra suma grande que estaba para servicio del ídolo y de lossacerdotes y mamaconas, que tambien tenia muchos el templo[86]; y comohaya tan grandes nieves, no suben á lo alto, ni saben atinar á dondeestán tan grandes tesoros. Mucho ganado tenia este templo, y chácaras yservicio de indios y mamaconas.

Siempre habia en él gente de muchaspartes, y el Demonio hablaba aquí más sueltamente que en los oráculosdichos, porque á la contina daba mill respuestas, y no á tiempos, comolos otros.

Y áun agora en este tiempo, por algun secreto de Dios, sedice que andan por aquella parte diablos visiblemente, que los indioslos ven y dellos reciben grand temor. Y á chrisptianos he yo oido quehan visto los mesmos en figura de indios y aparecérseles ydesaparecérseles en breve espacio de tiempo.

Algunas veces sacrificabanmucho en este oráculo, y así mataban muchos ganados y aves, y algunoshombres y mujeres.

Sin estos oráculos, habia el de Aperahua, en donde por el troncon de unárbol respondia el oráculo, y que junto á él se halló cantidad de oro; yel de Pachacama, ques de los Yuncas, y otros muchos, así en la comarcade Andesuyo, como en la de Chinchasuyo y Omasuyo, y otras partes destereino, de los cuales pudiera decir algo más; mas, pues que lo dije en laPrimera parte[87], que trata de las fundaciones, no trataré desto másque de los oráculos, los que tenian más devocion todos los Incas con lasdemás naciones, sacrificaban algunos hombres y mujeres y mucho ganado; yá donde no habia este crédito, no derramaban sangre humana ni matabanhombres, sino ofrecian oro y plata. A las guacas que tenian en ménos,que eran como ermitas, ofrecian chaquira y plumas y otras cosas menudasy de poco valor. Esto digo, porque la opinion que los españoles tenemosen afirmar que en todos los templos sacrificaban hombres, es falsa; yesto es la verdad segund lo que yo alcancé, sin tirar ni poner más de loque yo entendí y para mí tengo por cierto.

CAP. XXIX.—De cómo se hacia la Capaccocha y cuánto se usó entre losIncas,

lo cual se entiende dones y ofrendas que hacian á sus ídolos.

EN este lugar entra bien, para que se entienda, lo de la capaccocha,pues todo era tocante al servicio de los templos ya dichos y de otros; ypor noticia que se tiene de indios viejos que son vivos y vieron lo quesobre esto pasaba, escribiré lo que de ello tengo entendido que esverdad. Y así, dicen que se tenia por costumbre en el Cuzco, por losreyes, que cada año hacian venir á aquella ciudad á todas lasestatuas[88] y bultos de los ídolos que estaban en las guacas, que eranlos templos donde ellos adoraban; las cuales eran traidas con muchaveneracion por los sacerdotes y camayos dellas, ques nombre deguardianes; y como entrasen en la ciudad, eran recebidas con grandesfiestas y procesiones y aposentadas en los lugares que para aquelloestaban señalados y establecidos; y habiendo venido de las comarcas dela ciudad, y áun de la mayor parte de las provincias, número grande degente, así hombres como mujeres, el que reinaba, acompañado de todos losIncas y orejones, cortesanos y principales de la ciudad, entendian enhacer grandes fiestas y borracheras y táquis.

Ponian en la plaza del Cuzco la gran maroma de oro que la cercaba toda,y tantas riquezas y pedrería, cuanto se puede pensar por lo que se haescripto de los tesoros questos reyes poseian; lo cual pasado, seentendia en lo que todos los años por ellos se usaba, que era, questasestátuas y bultos y sacerdotes se juntaban para saber por boca dellos elsuceso del año, si habia de ser fértil, ó si habia de haber esterilidad;si el Inca tenia larga vida, ó si por caso moriria en aquel año; sihabian de venir enemigos por algunas partes, ó si algunos de lospacíficos se habian de revelar. En conclusion, eran repreguntados destascosas y de otras mayores y menores que va poco desmenuzarlas; porquetambien preguntaban si habria peste, ó si vernia alguna morriña para elganado, y si habria mucho multiplico dél. Y esto se hacia y preguntaba,no á todos los oráculos juntos, sino á cada uno por sí; y si todos losaños los Incas

no

hacian

esto,

andaban

muy

recatados

y

viviandescontentos y muy temerosos, y no tenian sus vidas por seguras.

Y así, alegrado al pueblo y hechas sus solenes borracheras y banquetes ygrandes táquis y otras fiestas que ellos usan, diferente en todo á lasnuestras, en que los Incas están con gran triunfo y á su costa se hacenlos convites, en que habia suma de grandes tinajas de oro y plata, yvasos de otras cosas, porque todo el servicio de su cocina, hasta lasollas y vasos de servicio, era de oro y plata;—mandaban á los que paraaquello estaban señalados y tenian las veces del Gran Sacerdote, quetambien estaba presente á estas fiestas con tan grand pompa y triunfocomo el mesmo rey, acompañado de los sacerdotes y mamaconas que allí sehabian juntado,—que hiciesen á cada ídolo su pregunta destas cosas, elcual respondia por boca de los sacerdotes que tenian cargo de su bulto;y éstos, como estaban bien beodos, adivinaban lo que más vian que haciaal gusto de los que preguntaban, inventando por ellos y por el diablo,questaba en aquellas estátuas. Y hechas las preguntas á cada ídolo, porser los sacerdotes tan astutos en maldades, pedian algund término pararesponder, para que con más devocion y crédito dellos oyesen susdesvarios; porque decian que querian hacer sus sacrificios, para queestando gratos á los altos dioses suyos, fuesen servidos de responder loque habia de ser; y así, eran traidos muchos animales de ovejas ycorderos, y cuis y aves, que pasaba el número de más de dos millcorderos y ovejas; y estos eran degollados, haciendo sus exorcismosdiabólicos y sacrificios vanos á su costumbre; y luego denunciaban loque soñaban ó lo que fingian, ó por ventura lo que el diablo les decia;y al dar de las respuestas, teníase gran cuenta en mirar lo que decian ycuantos dellos conformaban en un dicho ó suceso de bien ó de mal; y asíhacian con las demás respuestas, para ver cuál decia verdad y acertabalo que habia de ser en el dicho año.

Esto hecho, luego salian los limosneros de los reyes con las ofrendasque ellos llaman capaccocha, y juntándose la limosna general, eranvueltos los ídolos á los templos; y si pasado el año habian acasoacertado alguno de aquellos soñadores, alegremente mandaba el Inca quelo fuese de su casa.

La capaccocha, como digo, era ofrenda que se pagaba en lugar de diezmoá los templos, de muchos vasos de oro y plata y de otras piezas ypiedras, y cargas de mantas ricas, y mucho ganado.

Y á las que habiansalido inciertas y mentirosas, no les daban el año venidero ningunaofrenda, ántes perdian reputacion. Y para hacer esto, se hacian grandescosas en el Cuzco, mucho más de lo que yo escribo. Y agora, despues defundada la Audiencia y haberse ido Gasca á España[89], entre algunascosas que se trataban en ciertos pleitos, se hacia mencion de esta capaccocha; y ello y todo lo demás que hemos escripto es cierto que sehacia y usaba. Y contemos agora de la gran fiesta de Hátun Raimi[90].

CAP. XXX.—De cómo se hacían grandes fiestas y sacrificios á la grandey

solene fiesta llamada Hátun Raimi.

MUCHAS fiestas tenian en el año los Incas, en las cuales hacian grandessacrificios conforme á la costumbre dellos, y ponerlas todas enparticular, era menester hacer de solo ello un volúmen; y tambien hacenpoco al caso y ántes conviene que no se trate de contar los desvaríos yhechicerías que en ellas se hacian, por algunas causas; y solamenteporné la fiesta de Hátun Raimi[91], porque es muy nombrada. En muchasprovincias se guardaba, y era la principal de todo el año y en que máslos Incas se regocijaban, y más sacrificios se hacian; y esta fiestacelebraban por fin de agosto, cuando ya habian cogido sus maices, papas,quinua[92], oca[93], y las demás semillas que siembran. Y llaman á estafiesta, como he dicho, Hátun Raimi, que en nuestra lengua quiere decirfiesta muy solene, porque en ella se habian de rendir gracias y looresal gran Dios hacedor de los cielos y la tierra, á quien llamaban, comomuchas veces he dicho, Ticiviracocha, y al Sol, y á la Luna, y á losotros dioses suyos, por les haber dado buen año de cosechas para sumantenimiento. Y para celebrar esta fiesta con mayor devocion ysolenidad, se dice que ayunaban diez ó doce dias, abstiniéndose de comerdemasiado y no dormir con sus mugeres, y beber solamente por la mañana,que es cuando ellos comen, chicha, y despues, en el dia, tan solamenteagua, y no comer ají, ni traer cosa en la boca, y otras cirimonias queentre ellos se guardaban en semejantes ayunos. Lo cual pasado, habiantraido al Cuzco mucha suma de corderos, y de ovejas, y de palomas ycuis, y otras aves y animales, los cuales mataban para hacer elsacrificio; y habiendo degollado la multitud del ganado, untaban con lasangre dellos las estátuas y figuras de sus dioses, ó diablos, y laspuertas de los templos y oráculos, á donde colgaban las asaduras; ydespues de estar un rato, los agoreros y adivinos miraban en loslivianos sus señales, como los gentiles, anunciando lo que se lesantojaban, á lo cual daban mucho crédito.

Y acabado el sacrificio, el grand sacerdote con los demás sacerdotesiban al templo del sol, y despues de haber dicho sus salmos malditos,mandaban salir á las vírgenes mamaconas arreadas ricamente y con muchamultitud de chicha quellas tenian hecha, y entre todos los que sehallaban en la gran ciudad del Cuzco se comian los ganados y aves quepara el sacrificio vano se habian muerto, y bebian de aquella chicha,que tenian por sagrada, dándosela á beber en grandes vasos de oro, yestando ella en tinajas de plata de las muchas que habia en el templo.

Y habiendo comido y muchas veces bebido, estando, así el rey como elgrand sacerdote, como todos los demás, bien alegres y calientes dello,siendo poco mas de mediodia, se ponian en órden y comenzaban los hombresá cantar con voz alta los villancicos y romances que para semejantesdias por sus mayores fué inventado, que todo era dar gracias á susdioses, prometiendo de servir los beneficios recebidos. Y para estotenian muchos atabales de oro engastonados algunos en pedreria, loscuales les tañian[94]

sus

mujeres,

que

juntamente

con

las

mamaconassagradas les ayudaban á cantar.

Y en mitad de la plaza tenian puesto, á lo que dicen, un teatro grandecon sus gradas, muy adornado con paños de plumas llenos de chaquira deoro, y mantas grandes riquísimas de su tan fina lana, sembrados deargenteria de oro y de pedreria. En lo alto de este trono ponian lafigura de su Ticiviracocha, grande y rica; al cual, como ellos tenianpor Dios soberano hacedor de lo criado, lo ponian en lo más alto y ledaban el lugar más eminente; y todos los sacerdotes estaban junto á él;y el Inca con los principales y gente común le iban á mochár, tirándoselos alpargates, descalzos, con grand humildad; y encogian los hombros y,hinchando los carrillos, soplaban hácia él, haciendo la mocha, que escomo decir reverencia.

Abajo deste trono se tenia la figura del sol, que no oso afirmar de loque era hecha, y tambien ponian la de la luna y otros bultos de diosesesculpidos en palos y en piedras; y crean los letores, que tenemos pormuy cierto, que ni en Jerusalem, Roma, ni en Persia, ni en ninguna partedel mundo, por ninguna república ni rey dél se juntaba en un lugar tantariqueza de metales de oro y plata y pedreria como en esta plaza delCuzco, cuando estas fiestas y otras semejantes se hacian; porque eransacados los bultos de los Incas, reyes suyos, ya muertos, cada uno consu servicio y aparato de oro y plata que tenian, digo los que habiendosido en vida buenos y valerosos, piadosos con los indios, generosos enles hacer mercedes, perdonadores de injurias; porque á estos talescanonizaba su ceguedad por sanctos, y honraban sus huesos, sin entenderque las animas ardian en los infiernos, y creían questaban en el cielo.Y lo mesmo era de algunos otros orejones ó de otra nacion, que poralgunas causas que en su gentilidad hallaban, los llamaban tambiensanctos. Y llaman ellos á esta manera de canonizar ylla, que quieredecir cuerpo del que fué bueno en la vida[95]; y en otro entendimiento, yllapa significa trueno ó relámpago; y asi llaman los indios á lostiros de artilleria yllapa, por el estruendo que hace[96].

Pues juntos el Inca y el grand sacerdote con los cortesanos del Cuzco ymucha gente que venia de las comarcas, teniendo sus dioses puestos entálamo, los mochaban, que es hacerles reverencia, lo que ellos usabanofreciéndoles muchos dones de ídolos de oro pequeños y ovejas de oro, yfiguras de mujeres, todo pequeño, y otras muchas[97] joyas. Y estaban enesta fiesta de Hátun Raimi quince ó veinte dias, en los cuales sehacian grandes táquis y borracheras y otras fiestas á su usanza; lo cualpasado, daban fin al sacrificio, metiendo los bultos de los ídolos enlos templos, y los de los Incas muertos en sus casas.

El sacerdote mayor tenia aquella dignidad por su vida, y era casado, yera tan estimado, que competia en razones con el Inca, y tenia podersobre todos los oráculos y templos, y quitaba y ponia sacerdotes. ElInca y él jugaban muchas veces á sus juegos, y eran estos tales de grandlinaje y de parientes poderosos, y no daban la tal dignidad á hombresbajos ni oscuros, aunque tuviesen mucho merecimiento.—Nobles se llamantodos los que vivian en la parte del Cuzco, que llamaban orencuzcos y anancuzcos[98], y los hijos descendientes dellos, aunque en otraspartes residiesen en otras tierras. Yo me acuerdo, estando en el Cuzcoel año pasado de mill quinientos y cincuenta por el mes de agosto,despues de haber cogido sus sementeras, entrar los indios con susmugeres por la ciudad con gran ruido, trayendo los arados en las manos yalgunas pajas y maíz, hacer fiesta en solamente cantar y decir cuanto enlo pasado solian festejar sus cosechas. E porque no consienten losapos[99] y sacerdotes questas fiestas gentílicas se hagan en público,como solian, ni en secreto lo consintirian, si lo supiesen; pero comohaya tantos millares de indios sin se haber vuelto chripstianos, decreer es, que, en donde no los vean, harán lo que se les antojare. Lafigura de Ticiviracocha, y la del sol y la luna, y la maroma grande deoro, y otras piezas conocidas, no se han hallado, ni hay indio, nichripstiano que sepa ni atine á dónde están[100]; pero aunque mucho,esto es poco para lo que está enterrado en el Cuzco y en los oráculos yen otras partes deste grand reino.

CAP. XXXI.—Del segundo rey ó Inca que hobo en el Cuzco, llamado

SinchiRoca. [101]

PUES con la más brevedad que pude escribí lo que entendí de lagobernacion y costumbre de los Incas, quiero volver con mi escriptura ácontar lo que hobo desde Manco Capac hasta Guascar, como atrás prometí.Y así, deste como de otros no dan mucha noticia los orejones, porque, ála verdad, hicieron pocas cosas; porque los inventores de lo escripto ylos más valerosos de todos ellos, fueron Inca Iupanqui y Tupac Inca, suhijo, y Guayna Capac su nieto; aunque tambien lo debe causar la razon,que ya tengo escripta, de ser éstos los más modernos.

Luego, pues, que fué muerto Manco Capac y hechos por él los llorosgenerales y osequias, Sinchi Roca Inca toma la borla ó corona con lascirimonias acostumbradas, procurando luego de alargar la casa del sol yallegar á sí la más gente que pudo con halagos y grandes ofrecimientos,llamando, como ya se llamaba á la nueva poblacion, Cuzco. Y algunos delos indios naturales dél afirman, que á donde estaba la grande plaza,ques la misma que agora tiene, habia un pequeño lago y tremedal de aguaque les era dificultoso para el labrar los edificios grandes que queriancomenzar y edificar; mas, como esto fuese conocido por el rey SinchiRoca[102], procura con ayuda de sus aliados y vecinos deshacer aquelpalude, cegándolo con grandes losas y maderos gruesos, allanando porencima donde el agua solia estar, de tal manera, que quedó como agora lovemos. Y aún cuentan más, que todo el valle del Cuzco era estéril yjamás daba buen fruto la tierra dél de lo que sembraron, y que de dentrode la grand montaña de los Andes trajeron muchos millares de cargas detierra, la cual tendieron por todo él; con lo cual, si es verdad, quedóel valle muy fértil, como agora lo vemos.

Este Inca hobo en su hermana y mujer muchos hijos: al mayor nombraronLloque Yupanqui[103]. Y visto por los comarcanos al Cuzco la buena órdenque tenian los nuevos pobladores que en él estaban, y cómo traian á suamistad las gentes más por amor y binivolencia que no por armas nirigor, algunos capitanes y principales vinieron á con ellos tener suspláticas, holgándose de ver el templo de Curicancha y la buena órden conque se regian; que fué causa que firmaron con ellos amistades de muchaspartes. Y dicen más, que como hobiesen venido al Cuzco, entre estos quedigo, un capitan del pueblo que llaman Zañu[104], no muy léjos de laciudad, que rogó á Sinchi Roca[105],

con gran veemencia que en ellopuso, que tuviese por bien que una hija que él tenia muy apuesta yhermosa, la quisiese recibir para darla por mujer á su hijo. Entendidoesto por el Inca, pesóle, porque era lo que se le pedia cosa, que si lootorgaba, iba contra lo establecido y ordenado por su padre, y si noconcedia al dicho deste

capitan,

quél

y

los

demás

los

tenian

por

hombresinhumanos, publicando que no eran más de para sí. Y

habiendo tomadoconsejo con los orejones y principales de la ciudad, paresció á todosque debia de recibir la doncella para la casar con su hijo, porque hastaque tuviesen más fuerza y potencia, no se habian de guiar en aquel casopor lo que su padre dejó mandado. Y así, dicen que respondió al padre dela que habia de ser mujer de su hijo, que la trajiesen; y se hicieronlas bodas con toda solenidad, á su costumbre é modo, y fué llamada en elCuzco Coya; y una hija que tenia el rey, que habia de ser mujer de suhermano, fué colocada en el templo de Curicancha, á donde ya habianpuesto sacerdotes y se hacian sacrificios delante de la figura del sol,y habia porteros para guarda de las mujeres sagradas de la manera y comoestá contado. Y como este casamiento se hizo, cuentan los mismos indiosque aquella parcialidad se juntó con los vecinos del Cuzco, y haciendograndes convites y borracheras, confirmaron su hermandad y amistad deser todos unos; y por ello se hicieron grandes sacrificios en el cerrode Guanacaure y en Tampuquiro y en el mesmo templo de Curicancha. Locual pasado, se juntaron más de cuatro mill mancebos, y hechas lascirimonias que para ello se habian inventado, fueron armados caballerosy quedaron tenidos por nobles, y les fueron rasgadas las orejas ypuestos en ellas aquel redondo que usar solian.

Pasado esto y otras cosas que sucedieron al rey Sinchi Roca, que nosabemos, despues de ser viejo y de dejar muchos hijos y hijas, murió yfué muy llorado y plañido, y le hicieron osequias muy suntuosas,guardando su bulto para memoria que habia sido bueno, creyendo que suánima descansaba en los cielos.

CAP. XXXII.—Del tercero rey que hubo en el Cuzco, llamado LloqueYupanqui.

MUERTO, de la manera que se ha contado, Sinchi Roca, Lloque Yupanqui, suhijo, fué recebido por Señor, habiendo primero ayunado los dias paraello señalados; y como por sus adivinanzas y pensamientos se tuviesegrande esperanza que en lo futuro la ciudad del Cuzco habia deflorescer, el nuevo rey comenzó á la ennoblecer con nuevos edificios queen ella fueron hechos, y rogó, á lo que cuentan, á su suegro, quisiesecon todos sus aliados y confederados pasarse á vivir á su ciudad, ádonde le seria guardado su honor y en ella ternia la parte que quisiese.Y

el señor ó capitan de Zañu[106] haciéndolo asi, se le dió y señalópara su vivienda la parte más occidental de la ciudad, la cual, porestar en laderas y collados, se llamó Anancuzco; y en lo llano y masbajo, quedóse el rey con su casa y vecindad; y como ya todos eranorejones, ques tanto como decir nobles, y casi todos ellos hobiesen sidoen fundar la nueva ciudad, tuviéronse siempre por ilustres las gentesque vivian en los dos lugares de la ciudad, llamados Anancuzco yOrencuzco. Y aun algunos indios quisieron decir que el un Inca habia deser de uno destos linajes, y otro del otro; mas no le tengo por cierto,ni que es mas de lo que los orejones cuentan, que es lo que ya estáescripto. Por una parte y por otra de la ciudad habia grandes barrios enlos collados, porque ella estaba atrazada en cerros y quebradas, como secontó en la Primera parte desta Corónica[107].

No dan relacion que en estos tiempos hobiese guerra notable; ántesafirman, que los del Cuzco, poco á poco, con buenas mañas que para ellotenian, allegaban á su amistad muchas gentes de las comarcas de suciudad y acrescentaban el templo de Curicancha, así en edificios como enriqueza; que ya buscaban metales de plata y oro, y dello venia mucho ála ciudad al tianquez[108] ó mercado que en ella se hacia; y metíanse enel templo mujeres para no salir dél, segund y como está dicho en otroslugares.

Y reinando desta manera Lloque Yupanqui en el Cuzco, pasándosele lo masde su tiempo, allegó á ser muy viejo, sin haber hijo en su mujer.Mostrando mucho pesar dello los vecinos de la ciudad, hicieron grandessacrificios y plegarias á sus dioses, así en Guanacaure como enCuricancha, y en Tamboquiro; y dicen que por uno de aquellos oráculosdonde iban [por]

respuestas vanas, oyeron que el Inca engendraria hijoque le sucediese en el reino; de lo cual mostraron mucho contento, yalegres con la esperanza, ponian al viejo rey encima de su mujer laCoya, y con tales burlas, á cabo de algunos dias, claramente se conocióestar preñada, y á su tiempo parió un hijo.

Lloque Yupanqui murió, mandando primero que la borla ó corona delimperio fuese puesta y depositada en el templo de Curicancha, hasta quesu hijo tuviese edad para reinar, al cual pusieron por nombre MaytaCapac; y por gobernadores dicen que dejó á dos de sus hermanos, losnombres de los cuales no entendí.

Muerto el Inca Yupanqui, fué llorado por todos los criados de su casa, yen muchas partes de la ciudad, conforme á la ceguedad que tenian, semataron muchas mujeres y muchachos, con pensar que le habian de ir áservir al cielo, donde ya tenian por cierto que su ánima estaba; ysantificándole por sancto, mandaron los mayores de la ciudad que fuesehecho bulto para sacar á las fiestas que se hiciesen. Y cierto, grandees el preparamiento que se hacia para enterrar á uno de estos reyes, ygeneralmente en todas las provincias le lloraban, y en muchas dellas setresquilaban las mujeres, ciñéndose sogas de esparto; y al cabo del añose hacian unas lamentaciones y sacrificios gentílicos, mucho más de loque se puede pensar. Y esto, los que se hallaron en el Cuzco el año demill quinientos y cincuenta, verian lo que allí pasó sobre las honras dePaulo[109], cuando le hicieron su cabo de año; que fué tanto, que lasmás de las dueñas de la ciudad subieron á su casa á lo ver; y yo mehallé presente, y cierto era para concebir admiracion. Y háse deentender que era aquello nada en comparacion de lo pasado. Y diré agorade Mayta Capac.

CAP. XXXIII.—Del cuarto Inca que hobo en el Cuzco, llamado Mayta Capacy

de lo que pasó en el tiempo de su reinado.

PASADO, pues, lo que se ha escripto, Mayta Capac, se fué haciendogrande; el cual, despues de haber hecho las cirimonias que se requerian,le fueron abiertas las orejas; y siendo más hombre, en presencia demuchas gentes, así naturales como extranjeros, que para ello sejuntaron, rescebió la corona ó borla del imperio; é porque no teniahermana con quien casar, tomó por mujer á una hija de un[110] señorete ócapitan del pueblo de Oma, que estaba del[111] Cuzco hasta dos leguas;la cual por nombre habia Mama Cahua Pata.

Hechas las bodas, estaba un barrio cerca de la ciudad, donde vivia unlinaje de gente á quien llamaban Alcaviquiza[112], y estos no habianquerido tener amistad con los del Cuzco ninguna, y estando llenos desospechas unos de otros, dicen que yendo á tomar agua una muger delCuzco á ciertas fuentes que por allí estaban, salió un muchacho del otrobarrio y le quebró el cántaro y habló no sé qué palabras; la cual, dandogritos, volvió al Cuzco; y como estos indios son tan alharaquientos,salieron luego con sus armas contra los otros, que tambien habian tomadolas suyas al ruido que oian, para ver en lo que paraba el negocio; yllegando el Inca con su gente cerca, se pusieron en órden de pelea,habiendo tomad