Segunda Parte de la Crónica del Perú, que Trata del Señorio de los Incas Yupanquis y de sus Grandes Hechos y Gobernación by Pedro de Cieza de León - HTML preview

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MUCHAS veces pregunté á los moradores destas provincias lo que sabianque en ellas hobo antes que los Incas los señoreasen, y sobre esto dicenque todos vivian desordenadamente, y que muchos andaban desnudos, hechossalvages, sin tener casas ni otras moradas que cuevas de las muchas quevemos haber en riscos grandes y peñascos, de donde salian á comer de loque hallaban por los campos. Otros hacian en los cerros castillos, quellaman pucara, desde donde, ahullando con lenguas estrañas, salian ápelear unos con otros sobre las tierras de labor, ó por otras causas, yse mataban muchos dellos, tomando el despojo que hallaban y las mugeresde los vencidos; con todo lo cual iban trunfando á lo alto de loscerros, donde tenian sus castillos, y allí hacian sus sacrificios á losdioses en quien ellos adoraban, derramando delante de las piedras éídolos mucha sangre humana y de corderos. Todos ellos eran behetriassin órden, porque cierto dicen no tenian señores ni mas que capitanescon los cuales salian á las guerras: si algunos andaban vestidos, eranlas ropas pequeñas, y no como agora las tienen. Los llautos y cordonesque se ponen en las cabezas para ser conocidos unos entre otros, dicenque los tenian como agora los usan. Y estando estas gentes desta manera,se levantó en la provincia del Collao un señor valentísimo llamadoZapana, el cual pudo tanto, que metió debajo de su señorio muchas gentesde aquella provincia; y cuentan otra cosa, la cual si es cierta ó nosábelo el altísimo Dios que entiende todas las cosas, porque yo lo quevoy contando no tengo otros testimonios ni libros que los dichos deestos indios; y lo que quiero contar es, que afirman por muy cierto, quedespues que se levantó en Hatuncollao aquel capitan, ó tirano poderoso,en la provincia de los Canas, questá entre medias de los Canches yCollao, cerca del pueblo llamado Chungara se mostraron unas mugeres comosi fueran hombres esforzados, que, tomando las armas, compelian á losquestaban en la comarca, donde ellas moraban, y questas, casi al uso delo que cuentan de las amazonas, vivian sin[8] sus maridos haciendopueblos por sí; las cuales, despues de haber durado algunos años y hechoalgunos hechos famosos, vinieron á contender con Zapana, el que sehabia hecho señor de Hatuncollao, é por defenderse de su poder, que eragrande, hicieron fuerzas y albarradas, que hoy viven, para defenderse, yque despues de haber hecho hasta lo último de potencia, fueron presas ymuertas, y su nombre deshecho.

En el Cuzco está un vecino que ha por nombre Tomás Vázquez, el cual mecontó que yendo él y Francisco de Villacastin al pueblo de Ayavire,viendo aquellas cercas y preguntando á los indios naturales lo que era,les contaron esta historia. Tambien cuentan lo que yo tengo escripto enla primera parte[9], que en la isla de Titicaca, en los siglos pasadoshobo unas gentes barbadas, blancas como nosotros, y que saliendo delvalle de Coquimbo un capitan que habia por nombre Cari, allegó á dondeagora es Chucuito, de donde, despues de haber hecho algunas nuevaspoblaciones, pasó con su gente á la isla, y dió tal guerra á esta genteque digo, que los mató á todos. Chirihuana, gobernador de aquellospueblos, que son del Emperador, me contó lo que tengo escripto, y comoesta tierra fuese tan grande, y en parte tan sana y aparejada para pasarla humana vida, y estobiese inchido de gentes, aunque anduviesen en susguerrillas y pasiones, fundaron é hicieron muchos pueblos, y loscapitanes que mostraron ser valerosos, pudieron quedarse por señores dealgunos pueblos; y todos, segund es público, tenian en sus estancias ófortalezas indios los más entendidos, que hablaban con el Demonio, elcual, permitiéndolo Dios todopoderoso por lo que él sabe, tuvo podergrandísimo en estas gentes.

CAP. V.—De lo que dicen estos naturales de Ticiviracocha, y de laopinion que

algunos tienen que atravesó un Apóstol por esta tierra, ydel templo que hay en

Cáchan y de lo que allí pasó.

ANTESque los Incas reinasen en estos reinos ni en ellos fuesenconocidos, cuentan estos indios otra cosa muy mayor que todas las queellos dicen, porque afirman questuvieron mucho tiempo sin ver el sol, yque padeciendo gran trabajo con esta falta, hacian grandes votos éplegarias á los que ellos tenian por dioses, pidiéndoles la lumbre deque carecian; y questando desta suerte, salió de la isla de Titicaca,questá dentro de la gran laguna del Collao, el sol muy resplandeciente,con que todos se alegraron[10]. Y luego questo pasó, dicen que de hácialas partes del Mediodía vino y remanesció un hombre blanco de crecidocuerpo, el cual en su aspecto y persona mostraba gran autoridad yveneracion, y queste varon, que así vieron, tenia tan gran poder, que delos cerros hacia llanuras y de las llanuras hacia cerros grandes,haciendo fuentes en piedras vivas; y como tal poder reconociesen,llamábanle Hacedor de todas las cosas criadas, Principio dellas, Padredel sol, porque, sin esto, dicen que hacia otras cosas mayores, porquedió sér á los hombres y animales, y que, en fin, por su mano les vinonotable beneficio.

Y este tal, cuentan los indios que á mí me lodixeron, que oyeron á sus pasados, que ellos tambien oyeron en loscantares que ellos de lo muy antiguo tenian, que fué de largo hácia elNorte, haciendo y obrando estas maravillas, por el camino de laserranía, y que nunca jamás lo volvieron á ver. En muchos lugares dizque dió órden á los hombres cómo viviesen, y que les hablabaamorosamente

y

con

mucha

mansedumbre,

amonestándoles que fuesen buenos ylos unos á los otros no se hiciesen daño ni injuria, ántes, amándose, entodos hobiese caridad.

Generalmente

le

nombran

en

la

mayor

parteTiciviracocha, aunque en la provincia del Collao le llaman Tuapaca, yen otros lugares della Arnauan[11]. Fuéronle en muchas partes hechostemplos, en los cuales pusieron bultos de piedra á su semejanza, ydelante dellos hacian sacrificios: los bultos grandes questán en elpueblo de Tiahuanacu[12], se tiene que fué desde aquellos tiempos; yaunque, por fama que tienen de lo pasado, cuentan esto que digo deTiciviracocha, no saben decir dél más, ni que volviese á parte ningunadeste reino.

Sin esto, dicen que, pasados algunos tiempos, volvieron á ver otrohombre semejable al questá dicho, el nombre del cual no cuentan, y queoyeron á sus pasados por muy cierto, que por donde quiera que llegaba yhobiese enfermos, los sanaba, y á los ciegos con solamente palabras dabavista; por las cuales obras tan buenas y provechosas era de todos muyamado; y desta manera, obrando con su palabra grandes cosas, llegó á laprovincia de los Canas, en la cual, junto á un pueblo que há por nombreCacha, y que en él tiene encomienda el capitan Bartolomé

de

Terrazas,levantándose

los

naturales

inconsideradamente, fueron para él convoluntad de lo apedrear, y conformando las obras con ella, le vieronhincado de rodillas, alzadas las manos al cielo, como que invocaba elfavor divino para se librar del aprieto en que se veia. Afirman estosindios más, que luego pareció un fuego del cielo muy grande que pensaronser todos abrasados; temerosos y llenos de gran temblor, fueron para elcual así querian matar, y con clamores grandes le suplicaron de aquelaprieto librarlos quisiese, pues conocian por el pecado que habiancometido en lo así querer apedrear, les venia aquel castigo. Vieronluego que, mandando al fuego que cesase, se apagó, quedando con elincendio consumidas y gastadas las piedras de tal manera, que á ellasmismas se hacian testigos de haber pasado esto que se ha escripto,porque salian quemadas y tan livianas, que aunque sea algo crecida eslevantada con la mano como corcha. Y sobre esta materia dicen más, quesaliendo de allí, fué hasta llegar á la costa de la mar, adonde,tendiendo su manto, se fué por entre sus ondas, y que nunca jamásparesció ni le vieron; y como se fué, le pusieron por nombre Viracocha,que quiere decir espuma de la mar. Y luego questo pasó, se hizo untemplo en este pueblo de Cacha, pasado un rio que va junto á él, alPoniente, adonde se puso un ídolo de piedra muy grande en un retretealgo angosto; y este retrete no es tan crecido y abultado como losquestán en Tiahuanaco hechos á remembranza de Ticiviracocha, ni tampocoparece tener la forma del vestimento que ellos[13]. Alguna cantidad deoro en joyas se halló cerca dél.

Yo pasando por aquella provincia, fuí á ver este ídolo[14],

porque losespañoles publican y afirman que podria ser algun apóstol, y áun ámuchos oí decir que tenia cuentas en las manos, lo cual es burla, si yono tenia los ojos ciegos, porque aunque mucho lo miré, no pude ver talni más de que tenia puestas las manos encima de los cuadriles,enroscados los brazos, y por la cintura señales que debrian significarcomo que la ropa que tenia se prendia con botones. Si este ó el otro fuéalguno de los gloriosos apóstoles que en el tiempo de su predicacionpasaron á estas partes, Dios todopoderoso lo sabe, que yo no sé quesobre esto me crea más de que, á mi creer, si fuera apóstol, obrara conel poder de Dios su predicacion en estas gentes, que son simples y depoca malicia, y quedara reliquia dello, ó en las Escrituras Santas lohalláramos escrito; mas lo que vemos y entendemos es, que el Demoniotuvo poder grandísimo sobre estas gentes, permitiéndolo Dios; y en estoslugares se hacian sacrificios vanos y gentílicos; por donde yo creo quehasta nuestros tiempos la palabra de Santo Evangelio no fué vista nioida; en los cuales vemos ya del todo profanados sus templos, y portodas partes la Cruz gloriosa puesta.

Yo pregunté á los naturales de Cacha, siendo su cacique, ó señor, unindio de buena persona y razon, llamado don Juan, ya cristiano, y quefué en persona conmigo á mostrarme esta antigualla, en remembranza decuál Dios habian hecho aquel templo, y me respondió que deTiciviracocha. Y pues tratamos deste nombre de Viracocha, quierodesengañar al lector del creer que el pueblo tiene que los naturalespusieron á los españoles por nombre Viracocha, ques tanto decir comoespuma de la mar; y cuanto al nombre es verdad, porque vira es nombrede manteca, y cocha de mar; y así, pareciéndoles haber venido porella, les habian

atribuido

aquel

nombre,

lo

cual

es

mala

interpretacion,segun la relacion que yo tomé en el Cuzco y dan los orejones; porquedicen que luego que en la provincia de Caxamarca fué preso Atahuallpapor los españoles, habiendo habido entre los dos hermanos Huascar Inca,único heredero del imperio, y Atahuallpa, grandes guerras y dándosecapitanes de uno contra capitanes de otro muchas batallas, hasta que enel rio de Apurimac, por el paso de Cotabamba, fué preso el rey Huascar ytratado cruelmente por Calicuchima, sin lo cual el Quízquiz en el Cuzcohizo gran daño y mató, segun es público, treinta hermanos de Huascar éhizo otras crueldades en los que tenian su opinion y no se habianmostrado favorables á Atahuallpa; y como andando en estas pasiones tangrandes hobiese, como digo, sido preso Atahuallpa y concertado con élPizarro que le daria por su rescate una casa de oro, y para traellefuesen al Cuzco Martin Bueno, Zárate y Moguer[15], porque la mayor parteestaba en el solene templo de Curicancha; y como llegasen estoscristianos al Cuzco en tiempos y coyunturas que los de la parte deHuascar pasaban por la calamidad dicha, y supiesen la prision deAtahuallpa, holgáronse tanto como se puede significar; y así, luego, congrandes suplicaciones imploraba su ayuda contra Atahuallpa, su enemigo,diciendo ser enviados por mano de su gran dios Ticiviracocha, y serhijos suyos, y así luego les llamaron y pusieron por nombre Viracocha. Ymandaron al gran sacerdote, como á los demás ministros del templo, quelas mugeres sagradas se estuviesen en él, y el Quízquiz les entregó todoel oro y plata. Y como la soltura de los españoles haya sido tanta y entan poco hayan tenido la honra ni honor destas gentes, en pago del buenhospedage que les hacian y amor con que los servian, corrompieronalgunas vírgenes y á ellos tuviéronlos en poco; que fué causa que losindios, por esto y por ver la poca reverencia que tenian á su sol, ycomo sin vergüenza ninguna ni temor de Dios violaban[16] sus mamaconas,que ellos tenian por gran sacrilegio, dijeron luego que la tal gente noeran hijos de Dios, sino peores que Supais, que es nombre del Diablo;aunque por cumplir con el mandado del señor Atahuallpa, los capitanes ydelegados de la cibdad los despacharon sin les hacer enojo ninguno,enviando luego el tesoro[17]. Y el nombre de Viracocha se quedó hastahoy; lo cual, segun tengo dicho, me informaron ponérselo por lo quetengo escripto, y no por la significacion que dan de espuma de la mar. Ycon tanto contaré lo que entendí del orígen de los Incas.

CAP. VI.—De cómo remanecieron en Pacarec Tampu ciertos hombres

ymugeres, y de lo que cuentan que hicieron despues que de allí salieron.

YA tengo otras veces dicho[18], cómo, por ejercicio de mi persona y porhuir los vicios que de la ociosidad se recrecen, tomé trabajo descrebirlo que yo alcancé de los Incas y de su regimiento y buena órden degobernacion; y como no tengo otra relacion ni escriptura que la queellos dan, si alguno atinare á escrebir esta materia mas acertada queyo, bien podia; aunque para claridad de lo que escribo no dejé pasartrabajo, y por hacerlo con más verdad vine al Cuzco, siendo en ellacorregidor el capitan Juan de Sayavedra[19], donde hice juntar á CayuTúpac, que es el que hay vivo de los descendientes de Huaina Capac,porque Sairi Túpac, hijo de Manco Inca, está retirado en Viticos, ádonde su padre se ausentó despues de la guerra que en el Cuzco con losespañoles tuvo, como adelante contaré[20], y á otros de los orejones,que son los que entre ellos se tienen por más nobles; y con los mejoresintérpretes y lenguas que se hallaron les pregunté, estos señores Incasqué gente era y de qué nacion. Y parece que los pasados Incas, porengrandecer con gran hazaña su nacimiento, en sus cantares se apregonalo que en esto tienen, que es, questando todas las gentes que vivian enestas regiones desordenadas y matándose unos á otros, y estandoenvueltos en sus vicios, remanecieron en una parte que ha por nombrePacarec Tampu, ques no muy lejos de la ciudad del Cuzco, tres hombres ytres mugeres. Y segun se puede interpretar, Pacarec Tampu quiere tantodecir como casa de producimiento. Los hombres que de allí salieron dicenser Ayar Uchu el uno, y el otro Ayar Cachi Asauca, y el otro dicenllamarse Ayar Manco: las mugeres, la una habia por nombre Mama Huaco, laotra Mama Cora, la otra Mama Rahua[21]. Agunos indios cuentan estosnombres de otra manera y en más número, mas yo á lo que cuentan losorejones y ellos tienen por tan cierto me allegara ( sic), porque losaben mejor que otros ningunos. Y así, dicen que salieron vestidos deunas mantas largas y unas á manera de camisas sin collar ni mangas, delana riquísima, con muchas pinturas de diferentes maneras, que ellosllaman tucapu, que en nuestra lengua quiere decir vestidos de reyes; yquel uno destos señores sacó en la mano una honda de oro, y en ellapuesta una piedra; y que las mugeres salieron vestidas tan ricamentecomo ellos y sacaron mucho servicio de oro. Pasando adelante con esto,dicen más, que sacaron mucho servicio de oro, y quel uno de loshermanos, el que nombraban Ayar Uchu, habló con los otros hermanossuyos, para dar comienzo á las cosas grandes que por ellos habian de serhechas, porque su presuncion era tanta, que pensaban hacerse únicosseñores de la tierra; y por ellos fué determinado de hacer en aquellugar una nueva poblacion, á la cual pusieron por nombre Pacarec Tampu;y fué hecha brevemente, porque para ello tuvieron ayuda de losnaturales de aquella comarca; y andando los tiempos, pusieron grancantidad de oro puro y en joyas, con otras cosas preciadas, en aquellaparte, de lo cual hay fama que hobo mucho dello Hernando Pizarro y donDiego de Almagro el mozo.

Y volviendo á la historia, dicen quel uno de los tres, que ya hemosdicho llamarse Ayar Cachi, era tan valiente y tenia tan gran poder, quecon la honda que sacó, tirando golpes ó lanzando piedras, derribaba loscerros, y algunas veces que tiraba en alto, ponia las piedras cerca delas nubes, lo cual, como por los otros dos hermanos fuese visto, lespesaba, pareciéndoles que era afrenta suya no se igualar en aquellascosas; y así, apasionados con la envidia, dulcemente le rogaron conpalabras blandas, aunque bien llenas de engaño, que volviese á entrarpor la boca de una cueva donde ellos tenian sus tesoros, á traer ciertovaso de oro que se les habia olvidado, y á suplicar al sol, su padre,les diese ventura próspera para que pudiesen señorear la tierra.

AyarCachi, creyendo que no habia cautela en lo que sus hermanos le decian,alegremente fué á hacer lo que dicho le habian, y no habia bien acabadode entrar en la cueva, cuando los otros dos cargaron sobre él tantaspiedras, que quedó sin más parecer; lo cual pasado, dicen ellos por muycierto que la tierra tembló en tanta manera, que se hundieron muchoscerros, cayendo sobre los valles[22].

Hasta aquí cuentan los orejones sobre el orígen de los Incas, porquecomo ellos fueron de tan gran presuncion y hechos tan altos, quisieronque se entendiese haber remanecido desta suerte y ser hijos del sol;donde despues, cuando los indios los ensalzaban con renombres grandes,les llaman ¡Ancha hatun apu, intipchuri! , que quiere en nuestra lenguadecir: ¡Oh muy gran señor, hijo del sol! Y lo que yo para mí tengo quese deba creer de esto questos fingen, será, que así como en Hatuncollaose levantó Zapana, y en otras partes hicieron lo mismo

otros

capitanesvalientes,

questos

Incas

que

remanecieron, debieron ser algunos treshermanos valerosos y esforzados y en quien hobiese grandes pensamientos,naturales de algun pueblo destas regiones, ó venidos de la otra parte delas sierras de los Andes; los cuales, hallando aparejo, conquistarian yganarian el señorío que tuvieron; y aún sin esto, podria ser lo que secuenta de Ayar Cachi y de los otros ser encantadores, que seria causa depor parte del Demonio hacer lo que hacian. En fin, no podemos sacardellos otra cosa questo.

Pues luego que Ayar Cachi quedó dentro en la cueva, los otros doshermanos suyos acordaron, con alguna gente que se les habia llegado, dehacer otra poblacion, la cual pusieron por nombre Tampu Quiru, que ennuestra lengua querrá decir dientes de aposento ó de palacio; y así,débese entender questas poblaciones no eran grandes ni más que algunasfuerzas pequeñas. Y en aquel lugar estuvieron algunos dias, habiéndolesya pesado con haber echado de sí á su hermano Ayar Cachi, que por otronombre dicen llamarse Huanacaure.

CAP. VII.—Cómo estando los dos hermanos en Tampu Quiru, vieron salircon

alas de pluma al que habian con engaño metido en la cueva, el cualles dijo

que fuesen á fundar la gran ciudad del Cuzco; y como partieronde Tampu

Quiru.

PROSIGUIENDO la relacion que yo tomé en el Cuzco, dicen los orejones,que despues de haber asentado en Tampu Quiru los dos Incas, sin se pasarmuchos dias, descuidados ya de más ver Ayar Cachi, lo vieron venir porel ayre con alas grandes de pluma pintadas, y ellos con gran temor quesu visita les causó, quisieron huir; más él les quitó presto aquelpavor, diciéndoles: "No temais ni os acongojeis, que yo no vengo sinoporque comience á ser conocido el imperio de los Incas; por tanto,dejad, dejad esa poblacion que hecho habeis, y andad más abajo hasta queveais un valle, adonde luego fundad el Cuzco, ques lo que ha de valer;porquestos son arrabales, y de poca importancia, y aquella será laciudad grande, donde el templo suntuoso se ha de edificar y ser tanservido, honrado y frecuentado, quel sol[23] sea el más alabado; yporque yo siempre tengo de rogar á Dios por vosotros, y ser parte paraque con brevedad alcanceis gran señorío, en un cerro questá cerca deaquí me quedaré de la forma y manera que me veis, y será para siemprepor vos y por vuestros descendientes santificado y adorado, y llamarleheis Guanacaure; y en pago de las buenas obras que de mí habeisrecibido, os ruego para siempre me adoreis por Dios y en él me hagaisaltares, donde sean hechos los sacrificios; y haciendo vosotros esto,sereis en la guerra por mí ayudados; y la señal que de aquí adelanteteneis para ser estimados, honrados y temidos, será horadaros las orejasde la manera que agora me vereis." Y

así, luego, dicho esto, dicen queles pareció verlo con unas orejas[24] de oro, el redondo del cual eracomo un geme.

Los hermanos, espantados de lo que vian, estaban como mudos, sin hablar;y al fin, pasada la turbacion, respondieron que eran contentos de hacerlo que mandaba, y luego á toda prisa se fueron al cerro que llaman deGuanacaure, al cual desde entónces hasta ora tuvieron por sagrado; y enlo más alto dél volvieron á ver Ayar Cachi—que sin dubda debió de seralgun demonio, si esto que cuentan en algo es verdad, y permitiéndoloDios, debajo destas falsas apariencias les hacia entender su deseo,quera que le adorasen y sacrificasen, ques lo quél más procura;—y lestornó á hablar, diciéndoles, que convenia que tomasen la bolrra ó coronadel imperio los que habian de ser soberanos señores, y que supiese comoen tal acto se ha de hacer para los mancebos ser armados caballeros yser tenidos por nobles. Los hermanos respondiéronle que ya habianprimero dicho que en todo su mandado se cumpliria, y en señal deobidiencia, juntas las manos y las cabezas inclinadas, le hicieron lamocha, ó reverencia, para que mejor se entienda; y porque los orejonesafirman que de aquí les quedó el tomar de la bolrra y el ser armadoscaballeros, pornélo en este lugar, y servirá para no tener necesidad delo tornar en lo de adelante á reiterar; y puédese tener por historiagustosa y muy cierta, por cuanto en el Cuzco Manco Inca tomó la bolrraó corona suprema, y hay vivos muchos españoles que se halláron presentesá esta cirimonia, é yo lo he oido á muchos dellos. Es verdad que losindios dicen tambien quen tiempo de los reyes pasados se hacia con mássolenidad y preparamientos y juntas de gentes y riquezas tan grandes,que no se puede inumerar.

Segun parece, estos señores ordenaron esta órden para que se tomase labolrra ó corona, y dicen que Ayar Cachi en el mismo cerro de Guanacaurese vistió de aquesta suerte: el que habia de ser Inca se vistia en undia de una camisola negra, sin collar, de unas pinturas coloradas, y enla cabeza con una trenza leonada se ha de dar ciertas vueltas, ycubierto con una manta larga leonada ha de salir de su aposento é ir alcampo á cojer un hace de paja, y ha de tardar todo el dia en traerlo sincomer ni beber, porque ha de ayunar, y la madre y hermanas del que fuereInca, han de quedar hilando con tanta priesa, que en aquel propio dia sehan de hilar y tejer cuatro vestidos para el mesmo negocio, y han deayunar sin comer ni beber las que en esta obra estuvieren. El uno destosvestidos ha de ser la camiseta leonada y la manta blanca, y el otro hade ser la manta y camiseta todo blanco, y el otro ha ser azul conflocaduras y cordones. Estos vestidos se ha de poner el que fuere inca,y ha de ayunar el tiempo establecido, que es un mes, y á este ayunollaman zaziy[25], el cual se hace en un aposento del palacio real sinver lumbre ni tener ayuntamiento con muger; y estos dias del ayuno lasseñoras de su linage han de tener muy gran cuidado en hacer con suspropias manos mucha cantidad de su chicha, ques vino hecho de maíz, yhan de andar vestidos ricamente. Despues de haber pasado el tiempo delayuno, sale el que ha de ser señor, llevando en sus manos una alabardade plata y de oro, y va á casa de algun pariente anciano á donde le hande ser tresquilados los cabellos; y vestido una de aquellas ropas, salendel Cuzco, á donde se hace esta fiesta, y van al cerro de Guanacaure,donde decimos questaban los hermanos, y hechas algunas cirimonias ysacrificios, se vuelven á donde está aparejado el vino, donde lo beben;y luego sale el Inca á un cerro nombrado Anaguar, y desde el principiodél va corriendo, porque vean cómo es ligero y será valiente en laguerra, y luego baja dél trayendo un poco de lana atado á una alabarda,en señal que cuando anduviere peleando con sus enemigos, ha de procurarde traer los cabellos y cabezas dellos.

Hecho esto, iban al mesmo cerrode Guanacaure á cojer paja muy derecha, y el que habia de ser rey, teniaun manojo grande della, de oro, muy delgada y pareja, y con ella ibaotro á cerro llamado Yahuira[26], á donde se vestia otra de las ropasya dichas, y en la cabeza se ponia unas trenzas ó llautu que llaman pillaca, ques como corona, debajo del cual colgaban unas orejas[27] deoro, y encima se ponia un bonete de plumas cosido como diadema, queellos llaman puruchuco[28], y en la alabarda ataban una cinta de orolarga que llegaba hasta el suelo, y en los pechos llevaba puesta unaluna de oro; y desta suerte, en presencia de todos los que allí sehallaban, mataba una oveja, cuya sangre y carne repartian entre todoslos más principales, para que cruda la comiesen; en lo cualsignificaban, que si no fuesen valientes, que sus enemigos comerian suscarnes de la suerte que ellos habian comido la de la oveja que se mató.Y allí hacian juramento solene, á su usanza, por el sol, de sustentar laórden de caballería y por la defensa del Cuzco morir, si necesariofuese; y luego les abrian las orejas, poniéndolas tan grandes, que tieneun geme cada una dellas en redondo; y hecho esto, pónense unas cabezasde leones fieros, y vuelven con gran estruendo á la plaza del Cuzco, endonde estaba una gran maroma de oro, que la cercaba toda, sosteniéndoseen horcones de plata y de oro: en el comedio desta plaza bailaban yhacian grandísimas fiestas á su modo, y andaban los que habian de sercaballeros cubiertos con las cabezas de leones, que tengo dicho, paradar á entender que serian valientes y fieros como lo son aquellosanimales. Dando fin á estos bailes, quedan armados caballeros, y sonllamados orejones, y tienen sus privilegios, y gozan de grandeslibertades, y son dignos, si los eligen, de tomar la corona, ques laborla; la cual cuando se da al señor que lo ha de ser del imperio, sehacen mayores fiestas, y se junta gran número de gente, y el que ha deser emperador ha primero de tomar á su misma hermana por muger, porquelestado real no suceda en linaje bajo, y hace el zaziy grande, ques elayuno. Y en el inter que estas cosas pasan, porque estando el Señorocupado en los sacrificios y ayunos no sale á entender en los negociosprivados y de gobernacion, era ley entre los Incas, que cuando algunofallescia, ó se daba á otro la corona ó borla, que p