Historia de los Judíos en España desde los Tiempos de su Establecimiento hasta Principios del Prsesente Siglo by Adolfo de Castro - HTML preview

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HISTORIA

DE LOS

JUDIOS EN ESPAÑA,

desde los tiempos de su establecimiento hasta principios

del presente siglo.

OBRA ESCRITA

E ILUSTRADA CON VARIOS DOCUMENTOS RARISIMOS

POR D. ADOLFO DE CASTRO.

«En

los

primeros

años

del

reinado

de

los

muy

católicos

esposos,

tan

empinada

era

la

herejía

que

los

letrados

estaban

en

punto

de

predicar

la

ley

de

Moyses,

é

los simples no podían encobrir ser judios.»

Andres Bernaldez.

CÁDIZ.

Imprenta, librería y litografía de la Revista Médica.

á cargo de D. Vicente Caruana,

plaza de la Constitucion n. 11.

1847.

Resumen del libro primero.

Libro primero.

Resumen del libro segundo.

Libro segundo.

Resumen del libro tercero.

Libro Tercero.

Resumen del libro cuarto.

Libro cuarto.

Epilogo.

Advertencia.

RESUMEN

del libro primero.

INTRODUCCION.—Fabuloso establecimiento de los judios en España entiempos de Nabucodonosor.—Carta apócrifa que se dice enviada porla sinagoga de Toledo á Jerusalen, oponiéndose á la muerte deJesucristo.—Patrañas que nacieron de esta ficcion.—Verdaderoestablecimiento de los judíos en la penínsulahispánica.—

Disposicion contra ellos por los padres del ConcilioEliberitano.—Venida de los godos á España.—Libertad que en ellatenian los judíos, mientras estos fueron arrianos.—ConviérteseRecaredo al catolicismo.—Decreto del Concilio III de Toledo contralos judíos.—Persecucion de estos en tiempos del reiSisebuto.—

Decretos de los Concilios Toledanos en los reinados deChintila, Recesvinto i Ejica.—Fabulosa proteccion que se dice dadapor el rei Witiza á los judíos.—

Conciértanse los judíos de Españacon los de Africa para que los árabes entren á reducir laPenínsula.—Venida de estos i batalla del Guadalete donde perece laflor de la nobleza goda.—Ayudan los judíos en sus empresas á losárabes.—Guarnecen las principales ciudades que estosconquistaban.—Cobran su perdida libertad.

LIBRO PRIMERO.

Mi intento es tratar de la varia i casi siempre trágica suerte de losjudíos en España: historia llena no de ilustres vencimientos, señaladasproezas i altos fines, sino de calamidades, conflictos, persecuciones,motines de la plebe, robos, incendios, destierros,

muertes

á

fuego

enpúblicos

cadalsos,

infamias

de

linajes,

encarcelamientos, oprobios iotros rigorosisimos castigos.

En ella mostraré cuan fuera de toda razon han caminado aquellosescritores que, corrompiendo la verdad, tuvieron i aun tienen á losantiguos judíos españoles por hombres tan solo dados á la usura i áesconder en las entrañas de la tierra el fruto de sus trabajos,comercios i grangerías; puesto que á ellos debe España grandesadelantamientos en la medicina, en la filosofía, en las matemáticas i enla náutica. Los reyes los consultaban en las mas arduas materias deestado, i acometian, con el favor de sus consejos i dinero, las masdificultosas, las mayores i las mas arriesgadas empresas.

Mostraré además el yerro i grande, sobre injusticia, que cometieron losReyes Católicos al ordenar su estrañamiento de los reinos de España,sustentando mi opinion con las apretadisimas razones de estado que paraun hecho tan importante se oponian, i lo sin fruto i aprovechamiento queson las persecuciones, castigos i otros rigores en materias religiosas;pues los monarcas bien podrán regir con las leyes de la fuerza loscuerpos de sus vasallos; pero no podrán sujetar los ánimos, porque masfácil cosa seria poner antes frenos á los vientos, i hacer que volviesenatrás las corrientes de los rios.

Escribo esta historia sin pasion, ni artificio, como de cosas que nadame tocan. Ni soi judío, ni vengo de judaizantes. Solo es mi propósitosustentar la verdad: lei á que debe caminar ajustado todo historiador; iella no puede peligrar en mi pluma, porque no acostumbro ver con ojosapasionados lo que está lejano de mis opiniones.

Algunos escritores han hecho mencion de los sucesos prósperos i adversosde los judíos españoles, i no han faltado escelentes ingenios paratratar de los tiempos de su espulsion; pero casi todos no han cortadosus relaciones á la medida de la verdad, asi por el miedo á los ReyesCatólicos, mientras vivian, como, despues de muertos, por el odio quebebieron en los pechos de sus madres contra todo lo perteneciente á lanación judáica.

De esta suerte hombres en sangre ilustres, i tenidos en la prudencia porcuerdos, en la virtud por únicos, i en las ciencias por maestros, sedejaban arrebatar de la corriente de mil locuras i desvarios, i llegabaná un punto de estremada ceguedad, causando un daño irremediable á lahistoria i á las letras. Por donde se ve que no son bastantes losestudios, no el claro ingenio, no las ciencias para formar la sabiduríaen el hombre, sino sacar el entendimiento de las cárceles en que estáaprisionado desde la niñez, limpio de la corrupcion i del veneno quebebió en las doctrinas del vulgo, i en la ignorancia de sus padres imaestros.

Las noticias que tenemos del establecimiento de los judíos en Españaestán inficionadas de muchos i grandes errores; puesto que hombresdoctisimos i tenidos en la historia por veraces, dieron fe á consejas dela ruda i baja plebe, i á documentos fingidos ó por el interés, ó por unvano deseo de ver acreditados con ellos sus patrañas.

Cuentan algunos escritores que Nabucodonosor, rei de Babilonia, despuesde haber allanado los muros de la soberbia Jerusalen i puesto encautividad al pueblo israelita, prosiguió sus victoriosas empresas,destruyendo á Tiro i Egipto, i los lugares situados en las riberasafricanas. Despues para tomar venganza i satisfaccion de los feniciospor haber dado socorro á los de Tiro, cuando él los apretaba con unporfiado cerco, entró en las tierras de España, sujetó á sus habitadoresi dejó en ellas gran número de judíos que caminaban con su ejército: loscuales echaron los fundamentos de Toledo, Sevilla i otras antiquisimasciudades. Tertuliano, Eusebio Cesariense, San Clemente Alejandrino ialgunos autores mas, tratan á la larga de las conquistas i navegacioneshechas por Nabuco, así en la Libia, como en toda Asia hasta Armenia, ininguno habla de la venida i toma á sangre i fuego de la penínsulahispánica. I, aunque pudieran traerse razones i argumentos tanverosímiles, que fueran parte para mostrar claramente que ganó á fuerzade armas i brazos estas tierras, hai mayores para creer que con suejército no vinieron judíos. Sabido es el odio i perpétua desconformidadque habia entre estos i los asirios, especialmente por la religion,segun el testimonio del grave i auténtico historiador Flavio Josefo.Entre ellos andaban enajenados los ánimos con ciego rencor i enemiga:los unos por verse puestos en esclavitud i miseria: los otros porrecibir continuamente i á la sorda daños de los mismos que tenianoprimidos en pesado cautiverio. Es caso, por tanto, imposible de creerque Nabucodonosor para la jornada atrevidisima de Africa i Españatrajese en compañía de su ejército, á tan temibles i molestos enemigos;í aun mas, que dejase en manos de ellos las tierras que con la sangre,sudor i trabajos de sus vasallos habia adquirido.

Otros historiadores afirman que vinieron judíos á España con su capitanPirro en este tiempo, i que poblaron en dos partes: una llamada Toledo iotra Lucina ó Lucena. Pero todas estas noticias van separadas de laverdad muchas leguas de camino. La cierta i mas acreditada es que losque escaparon de la muerte en la toma de Jerusalen fueron llevados encadenas á Babilonia. Así se lee en el libro de los Reyes i en elParalipomenon.

Los que han querido dar por cierto el establecimiento de los judíos enEspaña, despues de su conquista por las armas de Nabucodonosor, afirmanque estos tenian en las mas principales ciudades de la penínsulahispánica sinagogas, de quienes era cabeza i primada la de Toledo.Cuentan además, que cuando empezaba Jesucristo su predicacion enJerusalen, como determinasen los escribas i fariseos perderlo i tuviesensiempre la costumbre de consultar con todas las sinagogas del universoen los asuntos mas dificultosos, para pedirles su parecer iconsentimiento, enviaron á la archisinagoga de Toledo cartas de lospríncipes i sacerdotes con un tal Samuel, su mensajero. Juntáronse losjudíos de Toledo en concilio, i en nombre de las demás sinagogas deEspaña, de las cuales tenian poderes, respondieron, despues de haberdado oidos tambien á la lectura de las cartas de un tal Eleázarosacerdote suyo i varón de santa vida, que llamado de sus negocios habiatomado el camino de Jerusalen, i era testigo i aficionado á la vida ihechos milagrosos de Jesus. La respuesta era una contradiccion de losjudíos españoles para que los de Jerusalen no quitasen la vida áJesucristo. Dicen que fué hallada despues en Toledo, cuando don AlonsoVI sacó del poder de moros esta ciudad; que estaba escrita en lenguahebrea, i traducida luego en la arábiga, de órden de un sabio rei moroque tenia por nombre Galifre: que mandó aquel monarca volverla en lacastellana de aquel tiempo; i que hasta el año de 1494 se conservaba enlos archivos toledanos: de los cuales fué arrebatada por los judíosespulsos de España.

Esta patraña, que yo la tengo por tal, está acreditada por muchos i muibuenos escritores, engañados por el forjador de semejante documento,tales como don Frai Prudencio Sandoval[1], Arias Montano[2], el doctorJuan de Vergara[3], el doctor Francisco Pisa[4], Frai Juan de Pineda[5],Quintana Dueñas[6], Rodrigo Caro[7],

Tamayo de Vargas[8], Francisco dePadilla[9], don José de Pellicer[10], don Diego de Castejon[11],Rodrigo Mendez de Silva[12] i otros muchos que por no caer en prolijidadremite al silencio mi pluma. Para honra de las letras españolas nocallaré que la han reputado por apócrifa varios autores insignes, talescomo el marqués de Mondejar, el sapientisimo Nicolás Antonio i otrosescelentes críticos. Dice la carta así, traducida, segun quierenhacernos creer, en la lengua i en los tiempos de don Alonso VI.

« Leví, archisinagogo, et Samuel, et Josef, homes bonos de el Aljama deToledo, á Eleazar, muid gran Sacerdote, é á Samuel Canut y Anás, yCaiphás, homes bonos del Aljama de la tierra Santa, salud en el Dios deIsrael.

Azarias voso home, maeso en ley, nos adujo las cartas que vos nosembiabades, por las cuales nos faciades saber como pasaba lafacienda de el profeta Nazaret, que diz que facie muchas señas.Coló por esta vila[13], non ha mucho, un cierto Samuel, fil deAmasias et fabló nusco[14], et recontó muchas bondades deste home,que dizque es home humildoso é manso é fabla con los laceriados:que faz á todos bien, é que faciendo á él mal, él non fas mal áninguen; é que es home fuerte con superbos é homes malos, é que vosmalamente teniades enemiga con ele, por cuanto en faz él descubriavosos pecados: ca por cuanto facia esto, le aviades mala voluntad,é perquirimos[15] de este home, en que año ó mes ó dia avianascido, é que nos dijese, fallamos que el dia de sua natividadefueron vistos en estas partes tres soles, que muelle á muelle[16]se ficieron soldemente[17] un sol; é cuemo[18] nosos padres cataronesta seña, armados dijeron que cedo[19] el Mesías nasceria, é quepor ventura era ya nascido. Catad, hermanos, si ha ya venido é nonlo hayais acatado. Rellataba tambien el susodicho home que el suopai[20] le recontaba que ciertos magos, homes de mucha sapiencia,en la sua natividade legaron á tierra santa, perquiriendo el logardonde el niño santo era nascido, é que Herodes voso rei, seasmó[21] é depositó junto á homes sabios de sua vila, et perquiriódonde nasceria el infante, por quien perquirian magos é lerespondieron: En Betlem de Judá, segun que Micheas de Perginoprofetó, é que dijeron aqueles magos que una estrella de granclaridad de lueñe[22] adujo á tierra santa. Catad non sea esta laprofecía: Cantaran reyes é andaran en claridad de la suanatividade. Otro sí catad non persigades al que foradestenudos[23] mucho honrar é recibir de bon talante, mais facer loque tuviereis por bien aguisado[24]. Nos vos decimos que nin porconsejo, nin por noso alvedrío venirémos en consentimiento de lasua morte; cá si nos esto ficiésemos, logo seria nusco la profecíaque diz: Congregaranse de consuno contra el Señor é contra suMesías. E damos vos este consejo, magüera sodes homes de mutasapenza, que tengades grande afincamiento[25] sobre tamañafacienda; porque el Dios de Israel, enojado con vusco[26] nosdestruirá casa segunda de voso segundo templo, cá sepades ciertocedo ha de ser destruido, é por esta razon nosos antepasados quesalieron de captiverio de Babilonia, siendo suo capitane Pirro, queenvió rey Ciro, é adujo nusco muitas riquezas que tolló deBabilonia el año de sesenta y nueve de captividade, é fueronrecuidos[27] en Toledo de gentiles que y[28] moraban, é edificaronuna grande Aljama, é non quisieron volver á Jerusalen otravegada[29]. De Toledo, catorce dias de el mes Nizan, era del Césardiez y ocho, y de Augusto Octaviano setenta y uno.»

Las razones en que sustento mi parecer de que es pura ficcion esta cartason no existir en tiempos de la muerte de Jesucristo judios en España,en lo inverosímil i estraño de la consulta de los de Jerusalen á todoslos que estaban esparcidos por el orbe; i por último afirmar cuantostienen por verdadero este papel, que fué traducido en el idioma español,cuando la conquista de Toledo por don Alonso VI: edad en que todos losdocumentos se escribian en el latino. A mas que la traduccion de estacarta se encuentra fingida con la mas estraña ignorancia i la masinsolente desvergüenza literaria; porque está escrita en un lenguajebárbaro, confusa mezcla de lengua castellana antigua con moderna, i conun poco de portuguesa i gallega.

No hai linaje alguno de duda en que debió su formacion al propósito dequerer que los judíos pareciesen menos aborrecibles á los ojos delvulgo, i aun de los nobles; i de mitigar tambien las cruelisimaspersecuciones que en tiempos modernos sufrian por el tribunal del SantoOficio. Este pensamiento me han sugerido varios autores que afirman quelos descendientes de aquellos judios de la sinagoga de Toledo quecontradijeron la muerte de Jesus, merecian ser premiados i tenidos porbuenos.

El Padre frai Juan de Pineda en su Monarquía eclesiástica, escribe losiguiente:—«Los judíos que en Toledo vivieron, no se hallaron enJerusalen en tiempo de la pasion de nuestro Redentor, ni consintieron enella. Siendo esto así, se pueden preciar del mejor linaje del mundo,porque la nobleza de la sangre depende de las escelencias personales dela parentela, juntamente con privilegios i honras, concedidas de lospríncipes. I los fundadores de la casa de Israel, Abraan, Isaac yJacob, fueron eminentisimos hombres, honrados de Dios, sobre cuantos enel mundo nacieron. Luego los judíos que probaren no haber consentido enla muerte del Redentor (por la cual perdieron su hidalguía) y que habiancreido en él como lo hizo Nicodemus y Gamaliel, y otros algunos, sinduda estos serian del mejor linaje del mundo y los que de ellosdescendiesen.»

El Padre Quintana Dueñas en su Singularia, obra póstuma, se alarga masen referir los merecimientos de todos aquellos que mostraron venir delos judíos que se opusieron á la muerte de Jesus; pues dice que deberíanser honrados con entrar en las órdenes militares i con alcanzardignidades eclesiásticas. Por ser sus palabras curiosisimas, las pongoaquí, trasladadas de la lengua latina en que fueron escritas.—«Portanto no dejaré de notar que si alguno probare descender de los hebreosque de ningun modo dieron su consentimiento para la muerte de Cristo, yconstare que la contradijo, y que despues de publicada la ley de Graciano cayó otra vez en el judaismo, podria ser admitido en las órdenes ydignidades eclesiásticas; y no solo en las religiones, sino en lasmilitares: en las cuales por estatutos, está prohibida la entrada ácuantos descienden de linajes de judíos[30]. »

Nada tendria de estraño que, despues que estos fueron espulsados deEspaña, los que quedaron ocultos con el nombre de cristianos por haberrecibido forzadamente el agua del bautismo, viendo el envilecimiento enque estaban tenidos los que venian de conversos, fingiesen ese documentoi esparciesen esas noticias para levantar su estirpe, lisonjeando deeste modo los afectos del vulgo, de los hombres doctos, i aun de susmismos perseguidores i enemigos.

Por las palabras de estos autores se viene en conocimiento de cuán flacai ciega es la razon humana, i cuán fácilmente tuerce i lleva lacondicion de los mortales á odiar lo mas amado, i á amar lo masaborrecido. Porque, como los pareceres de los hombres están casi siempreregidos por la fuerza de las pasiones, tienen mas mudanzas que el mar óque la luna, i del mismo modo que arrojan en el polvo todo lo que nocamina ajustado á sus opiniones; ponen sobre las estrellas cuanto vieneá conformarse con su natural i condicion. Así los que aborrecian á todosaquellos que observaban la lei de Moisés, i negaban á los que descendiande ellos la entrada en las dignidades eclesiásticas i en las órdenesmilitares, ya querian abrirles franca puerta, solamente por una ficcionque era agradable á sus ojos. ¡Tanto puede una noticia que traigaconsigo apariencias de verdad, i que alcance la ventura de seracreditada por personas ilustres en la sangre, insignes en los hechos idoctas en los escritos!

De haber dado fe á la carta, por la cual se decia que los hebreosespañoles, i particularmente los del reino de Toledo, aunque fueronvivamente solicitados por los de Jerusalen, no quisieron prestar su votoi consentimiento en la muerte de Cristo, se levantaron otras patrañasque consiguieron ser recibidas con igual fortuna. Una de ellas fueasegurar que en el año 33 enviaron los judíos á Jerusalen dosmensajeros a quienes llamaban Atanasio i José para que hiciesen unaprotestacion de palabra, no solo en nombre de los de Toledo, sino ennombre de los de toda España, para embarazar los intentos de losescribas i fariseos. Otra es afirmar que despues de crucificado Cristo,envió la archisinagoga de Toledo segunda legacía á Jerusalen con cartaspara María Santisima i S. Pedro, con el fin de que doctrinasen á susmensajeros en la fe de Cristo: las cuales fueron llevadas por S.Indalecio i Eufrasio. Entonces dicen que Eleázaro, cuya dignidad eratener la presidencia de la sinagoga i gente española en Sion, escribió álos de Toledo, dándoles noticia de cómo habia muerto Jesus por lasmaquinaciones de Anás i Caifás, i como venia á predicar la lei de Graciaen España un varon santo llamado Jacobo, hijo del Zebedeo.

En el falso cronicon impreso como obra de Juliano, arcipreste de SantaJusta, se pone la siguiente carta que, aunque apócrifa, va traducida dela lengua latina en castellana, i puesta en este lugar paradivertimiento de los curiosos.

Carta de Eleázaro á la sinagoga de Toledo.

« Eleazar, archisinagogo ó presidente de la Synagoga i genteespañola en Jerusalen, i los ancianos de su consejo, á Levíarchisinagogo toledano, y á los ancianos Samuel i Josef, salud enel Dios de Israel.

Sabed, hermanos mios, que predica en esta ciudad de Jerusalen unvaron justo llamado Jesus Nazareno: el cual obra muchasmaravillas, resucita muertos, sana leprosos, da vista á ciegos,pies á cojos, libre uso de miembros á paralíticos. Es hombrebienhechor de todos, humilde, benigno, misericordioso, grave ihermoso mas que los hijos de los hombres, agradable en laspalabras, poderoso en las obras, i en todas sus acciones aventaja álos demás hombres: venéranlo muchos por Mesías. Juan, hijo deZacarías, varon santo, nos lo manifestó con el dedo diciendo: Estees el Cordero de Dios.

Nosotros no habemos querido consentir en sumuerte, que le maquinaron Anás i Caifás i los príncipes de lossacerdotes: i así os intimamos que ni vosotros ni los que de lasdoce tribus habitais en España deis consentimiento á tan sacrílegaaccion. Acordaos cuando Amán, no solo á nuestros antepasados sino áotros muchos hebreos esparcidos por varias provincias, mandó quitarla vida en el afrentoso suplicio de la horca, i que al fin Diosdispuso de él que fuese colgado en la que tenia preparada paranuestro padre Mardoqueo. Nuestros padres tuvieron cartas deArtaxerxes, i por ellas luego al punto conocieron que en brevisimotiempo se habian de cumplir las hebdómadas de Daniel en que eljusto ó habia sido muerto ó habria de morir. Haced tambien memoriade que nuestros padres fueron avisados de Daniel, cuando estuvo enBabilonia, de donde por su órden i disposicion vinieron á España, iles profetizó la muerte de el Justo, por cuya causa habia de serdesolado el templo de Jerusalen, i que Jeremías i otros profetassienten mal de los judíos que permanecian en Jerusalen, noqueriendo bajar á Ejipto con el mismo Jeremías; pero de los judíosbuenos enviados por Dios á España, hablan bien. En fin, os ruego sillegaren con cartas judíos de Jerusalen, que irán brevemente paraEspaña, que no los recibais; i si acaso los recibiéreis, sea tansolo á Jacobo hijo del Zebedeo, varon bueno, i discípulo de Cristocrucificado, que (como dicen los discípulos) ya ha resucitado.Recibidlo con agrado, i á los demás discípulos de los Apóstoles.Dios os guarde. En Jerusalen á cinco dias del mes de Nizan.»

Con esta carta apócrifa se alargan muchos escritores hasta referir otraspatrañas i sucesos tan estraños, que por no manchar mi historia con larelacion de mas errores, locuras i desvaríos, paso en silencio.

I viniendo á lo que anda mas acreditado en las plumas de doctos varones,digo que los israelitas en tiempos de la dominacion romana en España,tenian poquisimas noticias de las tierras i cosas occidentales; porquecomo no habitaban en las riberas del mar, ni hacian navegaciones de unaparte á otra para vender sus mercaderías, ni se fatigaban en peregrinarpor el mundo para ver nuevas regiones, nuevas gentes i nuevascostumbres, tan solo conocian los reinos que lindaban con los suyos, asípor la vecindad como por las guerras i cruelisimas discordias que losvarios intereses entre unos i otros levantaban.

Cuando tuvieron noticia de los hechos de los romanos i que estos habianhallado en el corazon de España tantas i tan grandes minas de oro iplata, les enviaron mensajeros con el parabien de sus victorias ipróspera fortuna, i juntamente para hacer amistades con pueblos tanvalerosos. No vinieron á España, sino fueron derechamente á Roma,llevando cartas de favor para todos los reyes de Asia i Europa quetenian tierras en el camino por donde iban á pasar para cumplir suembajada. I aunque en esta ocasion hicieron amistades los judíos conRoma, no hai memoria de que alguno de ellos quedase á vivir en la ciudaddominadora del orbe. Así lo afirman Flavio Josefo i Justino.

Tampoco viajaban en aquella edad á Grecia, nacion que les era tancercana; pues no hai escritor de ella que haga memoria de los hechos delos hebreos.

Cuando el gran Pompeyo, por las disensiones de Aristóbolo é Hircano,tomó á Jerusalen é hizo tributaria á Judea (63 años antes del nacimientode Cristo), pasaron algunos israelitas á Roma; i muchos mas fueronllevados luego por Gabinio i Craso: de donde nació haber tantos enaquella ciudad, i de que sirviesen á Pompeyo en las guerras que sustentócontra Julio César.

El Emperador Augusto los favoreció grandemente; pues les dió permisopara vivir en barrio separado de Roma á la otra banda del Tiber, que fuéel primer asiento que ellos tuvieron en Europa. Pero, como usasen mal deesta licencia, en tiempos de Tiberio César salieron espulsados de laciudad, i de ellos levantaron los cónsules cuatro mil soldados paraenviar á Cerdeña. I los que por su religion ó por otras causas senegaron á entrar en la milicia, contradiciendo las órdenes rigorosasdel emperador, fueron castigados con la muerte.

No hai memoria de que viviesen en aquella edad judíos en las tierras deEspaña.

Estrabon, que al hablar de cuanto se habian estendido por elorbe, desciende á referir en particular las provincias en que yahabitaban, nada dice de la española. El rei Agripa tampoco en la cartaque escribió al emperador Cayo Caligula, intercediendo por los hebreos;i eso que en ella hace puntualisima mencion de todos los lugares, dedonde ellos se habian hecho vecinos.

Cuando se derramaron por todo el mundo, i consiguientemente vinieron ápoblar en España, fue en el año 70 de la era cristiana, despues de ladestruccion de Jerusalen por el emperador Tito, hijo de Vespasiano: i enella no levantaron ciudades, ni les dieron nombres, como sin fundamentoaseguran algunos. Venian como vencidos para recibir socorro: no parafabricar murallas. En las ciudades donde eran admitidos, vivieron muchosaños mezclados con los naturales i demás vecinos; i despues que con sutrabajo adquirieron la posesion de riquezas, formaron barrios separadospara vivir con mas comodidad i tener mas libremente congregaciones ensus