El Pintor de Salzburgo by Carlos Nodier - HTML preview

PLEASE NOTE: This is an HTML preview only and some elements such as links or page numbers may be incorrect.
Download the book in PDF, ePub, Kindle for a complete version.

Querría volver a verte como te había visto, estrecharte, enlazarte entremis brazos, desflorar con mis labios una de las trenzas de tuscabellos—querría oír tan sólo el rumor de tus ropas al rozar con losmatorrales, el ruido de tus pasos sobre las hojas secas, como cuando enel recodo de un sendero, ese ruido me anunciaba tu presencia—. ¡Ay! ¡yoquerría que me fuese dable perseverar en el error, creer aún en tuamor, no haberme desengañado!

¡Si al menos perdiese la razón!—¡Los que deliran se hacen unasilusiones tan extravagantes! ¡Quizás así la vería!

El mismo día.

Latour acaba de entrar en mi habitación. Ha creído ver al amante deAdela, al hombre que, según se dice, la ha hecho huir de aquí. Elmiserable ha tratado de evitar sus miradas y se ha substraído a suspreguntas apelando a la fuga. Latour, a quien yo he informado de todo loconcerniente a Adela, persiste en dudar de su traición. ¡Que no pueda yodudar también!

En ciertos momentos, no obstante, yo creo... ¡Qué digo yo y cuál no esmi ceguera! Estoy en el caso del viajero que por la noche pierde pie alborde de un abismo espantoso y se ase a lo primero que encuentra. Undébil arbusto, una mata de hierba, un junco, el punto de apoyo más falsoy más incierto le basta para reconciliarse con la esperanza; pero bienpronto se le escapa todo a la vez y desaparece para siempre.

15 de junio.

Ven a mi lado, Eduardo, no te fatigaré más con mis pesares; un día, unahora algunos minutos lo han cambiado todo; soy más dichoso que nunca;sólo tu presencia falta a mi felicidad.

Pero, ¿cómo contarte todo esto sin anticiparte los acontecimientos?¡Estos últimos instantes están tan llenos de hechos y de emociones!Desde la partida de Adela, yo me había impuesto el fácil deber desubstituirla en la distribución de socorros a los enfermos de la choza;oficio bien agradable, Eduardo; esas buenas gentes la han visto tambiény no me hablaban más que con enternecimiento.

Ayer, aniversario de un día bien doloroso, yo había ido a renovar, en latumba de mi padre, la ceremonia de duelo, a la cual, ausente ycondenado, no había podido asistir la primera vez. Latour debíareemplazarme en mi visita a los pobres; volvió pronto y en un estado degran agitación. Había encontrado en el camino a una de las niñas de lachoza que venía a buscarnos al señor de Seligny y a mí, de parte delseñor de Montbreuse moribundo.

Yo no sé si te he dicho que, desde hace algunos días, el señor deMontbreuse parecía haberse retirado de la sociedad y que se había casiconfinado en el castillo que posee cerca de aquí; es más propio paraalojar las aves de rapiña de la comarca, cuyos viejos torreones son unlugar de cita ordinario. Su ausencia estaba justificada, no obstante,con el pretexto de la caza. Ayer, al franquear un foso sobre el cualhabía apoyado su escopeta, se disparó ésta y el desgraciado Montbreuserecibió toda la carga en el pecho. Un criado y algunos campesinos lotrasladaron a la cabaña del epiléptico.

Como yo aun tardaría en llegar, el señor de Seligny no quiso perder niun momento y partió solo a ver al agonizante que, en efecto, parecíaexpirar, pero, la exclamación involuntaria del señor de Seligny,espantado, que profirió involuntariamente el nombre de Maugis alreconocerle, pareció despertarle por un instante del sueño de la muerte.«¡Maugis!—dijo el infeliz moviendo la cabeza con esfuerzo—; ¡que Diosme perdone!...»

«¡Ay!... ¿podrá perdonarle?...»

Después quedó algún tiempo sin movimiento y sin respiración, pero loscuidados que recibió del señor de Seligny y de las gentes de la casareanimaron un momento su vida y pareció querer hacer una revelaciónimportante, sucediéndose sonidos inarticulados en sus labios: «Adela»,dijo. «Sí, ya lo sé», contestó el señor de Seligny tratando de evitarlela dificultad de las explicaciones difíciles. «Adela—continuóMontbreuse—, la hija de Angélica...» «Ya lo sé.» «Adela, la más pura,la más virtuosa de las criaturas...» «¿Y bien?» «Adela, inocente, dignade usted, digna de él... está secuestrada por orden mía...»

Maugis nopudo acabar.

No te contaré todas mis angustias de aquella noche. El criado deMontbreuse, a quien Latour había estado a punto de sorprender,informado de la muerte de su señor, ha venido esta mañana a mi casa yme lo ha confesado todo. Montbreuse había urdido esta infame traicióncon el pretexto de servir los intereses de Eudoxia, que probablementeera extraña a sus manejos; ella había podido creer y, por consiguiente,había tratado de probar a Adela que era una gran desgracia para ellaautorizar mi amor, que yo sería más dichoso si ella se alejaba de mí yyo la olvidaba—porque se figuraban que yo la olvidaría—, que todo laobligaba, en fin, a entrar, hasta nueva orden, en un establecimientoreligioso donde viviría al abrigo de mis persecuciones. La misma prioraaprobó el plan e indicó la casa donde podría refugiarse. Pero éstos noeran los planes de Maugis, que adoraba a Adela desde hacía mucho tiempoy que no tomaba una parte activa en esta intriga más que para hacer unanueva víctima. A alguna distancia del castillo, el carruaje cambió dedirección y condujo a Adela al castillo por caminos extraviados; lanoche estaba muy adelantada y nadie lo advirtió.

Allí está cautivaAdela, bajo una triple llave de la que ese doméstico es el únicodepositario, porque Montbreuse, fiel a su hipocresía, afectaba aún nocomunicarse con Adela más que por medio de mensajes apasionados, y queera hoy cuando, por primera vez, debía presentarse a sus ojos. A lanoticia de esta visita, Adela exclamó: «¡Que ese monstruo no venga aquí,porque me encontrará muerta!» Ya ves, Eduardo, si soy dichoso y si Adelaes digna de mí. Ella no había consentido en recluirse más que pordeferencia a su madrina, cuya ternura y buenas intenciones no podíadesconocer, y por su cariño abnegado hacia mí, que la he calumniado.¡Olvida, olvida mis indignas sospechas!

No te extrañe que emplee todo este tiempo escribiéndote antes de que mesea devuelta. ¿Qué haría para distraer mi impaciencia mientras espero ladicha? Es preciso, antes de que me sea devuelta, que yo me ocupe deella, y es a su abuelo—he debido respetar esas conmovedorasconveniencias—a quien corresponde sacarla de su prisión. ¡Juzga lalentitud con que transcurren los instantes esta tarde!

Pero no cerraré mi carta—un carruaje entra en la avenida.

¡Inexpresablefelicidad!—¡Adela, mi padre, amigo mío, venid todos! ¡Ven, Eduardo, vena mi lado!

LATOUR A EDUARDO DE MILLANGES

El mismo día.

Sí, señor, venga, no pierda un minuto, mi pobre amo tiene necesidad deusted. El le ha escrito su felicidad, pero no sabía...

Yo he acompañadoal señor Seligny al castillo. Hemos subido al piso en que se encontrabaencerrada la señorita Evrard, que es el más alto de la casa. Apenas haoído la llave girar en la cerradura,

index-133_1.png

index-133_2.png

index-133_3.png

index-133_4.png

index-133_5.png

index-133_6.png

index-133_7.png

index-133_8.png

index-133_9.png

index-133_10.png

index-133_11.png

index-133_12.png

index-133_13.png

index-133_14.png

index-133_15.png

index-133_16.png

index-133_17.png

index-133_18.png

index-133_19.png

index-133_20.png

index-133_21.png

index-133_22.png

index-133_23.png

index-133_24.png

index-133_25.png

index-133_26.png

index-133_27.png

index-133_28.png

index-133_29.png

index-133_30.png

index-133_31.png

index-133_32.png

index-133_33.png

index-133_34.png

index-133_35.png

index-133_36.png

index-133_37.png

index-133_38.png

index-133_39.png

index-133_40.png

index-133_41.png

index-133_42.png

index-133_43.png

index-133_44.png

index-133_45.png

index-133_46.png

index-133_47.png

index-133_48.png

index-133_49.png

index-133_50.png

index-133_51.png

index-133_52.png

index-133_53.png

index-133_54.png

index-133_55.png

index-133_56.png

index-133_57.png

index-133_58.png

index-133_59.png

index-133_60.png

index-133_61.png

index-133_62.png

index-133_63.png

index-133_64.png

index-133_65.png

index-133_66.png

index-133_67.png

index-133_68.png

index-133_69.png

index-133_70.png

index-133_71.png

index-133_72.png

index-133_73.png

index-133_74.png

index-133_75.png

index-133_76.png

index-133_77.png

index-133_78.png

index-133_79.png

index-133_80.png

index-133_81.png

index-133_82.png

index-133_83.png

index-133_84.png

index-133_85.png

index-133_86.png

index-133_87.png

index-133_88.png

index-133_89.png

index-133_90.png

index-133_91.png

index-133_92.png

index-133_93.png

index-133_94.png

index-133_95.png

index-133_96.png

index-133_97.png

index-133_98.png

index-133_99.png

index-133_100.png

index-133_101.png

index-133_102.png

index-133_103.png

index-133_104.png

index-133_105.png

index-133_106.png

index-133_107.png

index-133_108.png

index-133_109.png

index-133_110.png

index-133_111.png

index-133_112.png

index-133_113.png

index-133_114.png

index-133_115.png

index-133_116.png

index-133_117.png

index-133_118.png

index-133_119.png

index-133_120.png

index-133_121.png

index-133_122.png

index-133_123.png

index-133_124.png

index-133_125.png

index-133_126.png

index-133_127.png

index-133_128.png

index-133_129.png

index-133_130.png

index-133_131.png

index-133_132.png

index-133_133.png

index-133_134.png

index-133_135.png

index-133_136.png

index-133_137.png

index-133_138.png

index-133_139.png

index-133_140.png

index-133_141.png

index-133_142.png

index-133_143.png

index-133_144.png

index-133_145.png

index-133_146.png

index-133_147.png

index-133_148.png

index-133_149.png

index-133_150.png

index-133_151.png

index-133_152.png

index-133_153.png

index-133_154.png

index-133_155.png

index-133_156.png

index-133_157.png

index-133_158.png

index-133_159.png

index-133_160.png

index-133_161.png

index-133_162.png

index-133_163.png

index-133_164.png

index-133_165.png

index-133_166.png

index-133_167.png

index-133_168.png

index-133_169.png

index-133_170.png

index-133_171.png

index-133_172.png

index-133_173.png

index-133_174.png

index-133_175.png

index-133_176.png

index-133_177.png

index-133_178.png

index-133_179.png

index-133_180.png

index-133_181.png

index-133_182.png

index-133_183.png

index-133_184.png

index-133_185.png

index-133_186.png

index-133_187.png

index-133_188.png

index-133_189.png

index-133_190.png

index-133_191.png

index-133_192.png

index-133_193.png

index-133_194.png

index-133_195.png

index-133_196.png

index-133_197.png

index-133_198.png

index-133_199.png

index-133_200.png

index-133_201.png

index-133_202.png

index-133_203.png