Comunicación Politica Y Sus Repercusiones Sociales by Jorge Poveda - HTML preview

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De allí que sea útil examinar, en el próximo capítulo, con más detenimiento la incidencia de la prensa en los procesos de socialización y de formación cultural, aspectos aún no del todo dilucidados en las investigaciones.

BIBLIOGRAFÍA

1.- Randuzki, Peter, Luchas Electorales, Material de Formación Política, Konrad Adenauer Stiftung, Bonn, 1980, p.p. 33-44

2.- En este capítulo se abordan los discursos filosófico, político, sociológico y psicológico de la comunicación, que suele ser materia de discusión entre los comunicólogos, ya que la tecnología de la aplicación de los conceptos, son herramientas de uso cotidiano para especialistas de otras áreas de la comunicación, entre ellos: periodistas, relacionistas públicos, recopiladores de opinión pública, publicistas e informáticos.

3.- DECOS-CELAM: Evangelización y Comunicación Social en América Latina, Ediciones Paulivas, Bogotá, 1979, p.p. 40-42.

4.- AFP-Cable: Alocución de Juan Pablo II en Denver, Colorado, EUA, 15 de agosto de 1993.

5.- Revel, Jean Francois: El Conocimiento Inútil,

(traducción), Editorial Planeta, Bogotá, 1989,p.p. 14-16

6.- Malaver, Manuel: La Libertad de Desinformar, en Papel Literario, Suplemento de El Nacional, Caracas, 11 marzo 1990, p. 1.

7.- Aguilar, Enrique en Comentario de Libros, Sección de: Contribuciones (Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional), CIEDLA, No. 4, octubre, diciembre, 1990, p.p. 167-169.

8.- Deakin, James: No se Culpe al Mensajero, en Revista Facetas. USA, Washington D.C., No. 91, 1-1991, p.30.

9.- Smith, Ted: La Mordedura del Perro Guardián, en Revista Facetas, USA, Washington D.C., No. 91.1, 1991, p.p. 22-23.

10.- Pérez, Amy; Barrantes, Víctor Julio: La Prensa al Desnudo, Sección Portada, Revista Rumbo, No. 425, San José, 26 de enero de 1993, p.p. 12-18.

11.- La Nación: El Desencanto de los Indecisos, (Editorial), La Nación, San José, 23 de setiembre 1993, p.14.

12.- Mac Bride, Jean (Informe), Opus. Cit.p. 282

13.- Montoya, Salas: Ética Informativa, en Foro, La Nación, San José, 18 de setiembre 1993, p. 16.

14.- Para la Comisión Bac Bride: El Derecho a Comunicarse es una extensión del avance continuo hacia la libertad y la democracia (Opus cit. p. 214).

15.- Véase Poveda, Jorge y otros: "Reflexiones para establecer una Política de Comunicación Social", Asamblea Legislativa, (Informe a la Presidencia), abril 1993.

16.- Colegio de Periodistas: Informar es una Misión

Noble del Periodista, Junta Directiva (Manuel E. Morales, Presidente, San José, junio de 1993 (Documento de circulación restringida).

17.- IAMCR: Declaración de Bratislava, Asociación

Internacional de Investigadores de la Comunicación de Masas, 1993.

18.- AP-Cable: Discuten del Poder y la Prensa (desde Bariloche, Argentina) en La Prensa Libre, San José, 17 de noviembre de 1993, p.12.

19.- Carletti, Rubén Sergio. Reflexiones sobre Teoría y Cambio Social, ponencia ante el Consejo Nacional para la enseñanza e investigación de las Ciencias de la Comunicación (COMEICC), Monterrey, México, abril de 1982, p.12.

20.- Opus cit., p.p. 12-21.

CAPÍTULO III

CULTURA POLÍTICA Y COMUNICACIÓN

El concepto de "cultura política" no solo se haya ya incorporado al lenguaje cotidiano, sino que también ha merecido muchas definiciones, aunque ciertamente no hay una aclaración definitiva. Es demasiado complejo si se lo quiere aplicar con sentido común y no simplemente como sinónimo de "estilo político", por ejemplo. Su significado tiene tres dimensiones:

A) La red -de difícil resolución- de las opiniones, actitudes y valores políticamente relevantes en la sociedad.

B) Las interacciones entre esta red y el sistema político y sus instituciones.

C) La procedencia histórica, el estado actual y el cambio proyectado al futuro de las dos dimensiones nombradas en primer término. Vale decir, que la cultura política no es solo la identidad presente, acaso determinable, de una sociedad; más que eso es un proceso: el proceso de cristalización, arraigo y desarrollo de esa identidad en el devenir de la historia. ¿Cómo se interrelaciona este proceso con los medios? Si es cierto, y ello parece estar fuera de toda duda, que la comunicación es la amalgama que mantiene unidos los sistemas sociales y políticos; en ese caso, la importancia de los medios de comunicación en el proceso de la cultura política resulta evidente. Desde la perspectiva del sistema político, se trata de la legitimidad y su permanente renovación comunicadora; desde la perspectiva del individuo, se trata, fundamentalmente, del proceso de socialización política transmitida por los medios que podrían ser determinados como nexo entre el proceso individual de desarrollo y el proceso definido como cultura política.

D) El estudio de sus efectos debería plantear el tema de la posición de los medios en la cultura política; interrogar por su actuación sobre las tres dimensiones nombradas. Vale decir, que no se trata tanto de repentinos cambios superficiales en las actitudes políticas que suelen provocar mucha excitación en vísperas de las elecciones. Se trata de efectos de acción prolongada, más precisamente del aporte de los medios al proceso de la cultura política. ¿Quién la crea y cambia actualmente?,

¿las instituciones democráticamente legitimadas, las instituciones del sistema educativo sujetas a su control, o los medios que persiguen sus propios intereses y criterios y que a menudo se consideran anti-instancias?

E) Es útil, por lo tanto, plantear la relación entre medios y poder político en torno a dos instituciones de mediación del poder: el Poder Legislativo y los Partidos Políticos, y es útil plantear el problema de la influencia de los medios en la formación de los valores, en los procesos de socialización y en la formación de la cultura política; temas todos muy interrelacionados.

1.- MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y CULTURA POLÍTICA

En 1986 el filósofo político alemán, Heinrich Oberraunter hizo público un extenso trabajo de investigación acerca de los efectos de los medios de información en las actitudes políticas. Como sus hallazgos aportan criterios valiosos, un resumen de ellos colabora en la forma de entender la interrelación que se da actualmente entre prensa y poder.

Señala Oberraunter que en el campo de las preguntas acerca del papel y la repercusión de los medios en el comportamiento político, resulta evidente la ausencia de correlación entre las preguntas y respuestas.

A) DÉFICITS DE LA INVESTIGACIÓN

La investigación deja solo las interrogantes planteadas. Y revela una sorprendente falta de estudios sobre los efectos de los medios en las estructuras, normas y valores sociales políticamente relevantes. Un inventario empírico arroja un resultado prácticamente nulo. La ciencia de la comunicación: ¿tendrá sensibilidad para tan importantes perspectivas macro analíticas ? La respuesta que ella misma suministra es en síntesis negativa. Más aun no es posible acudir a las ciencias políticas, porque en esta rama de las ciencias prevalecen los planteos tradicionales:

1.- Poco y nada se registra sobre los aspectos comunicadores del poder, el sistema y la concienciación política. El trabajo iniciado por Karl W. Deutsch no fue más que un episodio que al menos hizo referencia a la relación que existe entre valores, poder y comunicación, pero permanece sin ahondar.

2.- En el fondo, el concepto mismo y los diferentes trabajos de investigación sobre cultura política deberían prestarle especial atención al efecto que tienen los medios. Sin embargo, parecen aceptarlos más bien como un elemento importante, sin tematizar realmente su aporte a la formación, tradición y cambio de la cultura política. Almond y Verba interpretan los medios, en la obra iniciada por ellos, como parte de la compleja infraestructura de la vida pública y se interesan por ellos, fundamentalmente, por su transmisión de conocimientos. Evidentemente, no se interesan en ellos como instancias que intervienen en la construcción de la cultura política, como transmisores de la visión del mundo y orientación de valores, como constructores de la realidad.

3.- Algo muy similar ocurre con los estudios subsiguientes y la adopción del "Political Culture Approach" en la investigación alemana. Puede ocurrir que en la evaluación de los factores relevantes para la estructuración individual de la personalidad, los medios ni siquiera son considerados.

4.- Otro tanto ocurre con las ciencias de la comunicación, en el marco de un intento por arraigar la investigación de la cultura política sistemáticamente en las ciencias sociales: ni siquiera se las menciona. ¿Acaso las ciencias de la comunicación no son ciencias sociales y la comunicación política no es comunicación? La falta de conciencia lleva a preguntas absurdas. Absurda es evidentemente la situación de una investigación que se puede dar el lujo de excluir los medios cuando se interroga por los agentes socialmente importantes en el contexto.

5.- Pese al auge que tuvo la investigación sobre socialización en la década de los setenta, existen, sorprendentemente, pocos estudios y escasos conocimientos seguros acerca del rol de los medios masivos de comunicación en el proceso de la socialización política.

Ejemplo: Un estudio parecido sobre juventud y medios de comunicación excluyó expresamente esta temática, y allí donde se discuten los problemas de un cambio en la escala de valores, esto no se hace desde una perspectiva teórica de socialización y relevancia para la cultura política. ¿Por qué es esto así? Quizás porque los que otorgan los fondos para las investigaciones o quienes contratan los estudios no tienen interés en este tipo de planteo.

6.- Con el concepto de las generaciones políticas desarrollado por Rainer Lepsius, se dispondría de un instrumento interesante que busca una corroboración empírica. Según este concepto, las generaciones políticas se forman en función de las circunstancias y los acontecimientos en el "espacio histórico social" específico, durante la etapa de socialización. Sin embargo, no se perfilan en forma directa sino adoptando modelos de interpretación que se transmiten en gran parte por divulgadores y periodistas. Vale decir, que se trata de algo más que de la mera percepción de informaciones y acontecimientos políticos; también se trata de la interpretación prevaleciente que se hace de esos modelos.

7.- Ello hace que el tema de la potencial consonancia periodística se convierta en una pregunta clave de la cultura política. Sin embargo, el intento recientemente presentado de "operacionalizar" el concepto de las generaciones no llega hasta esta problemática.

En verdad, le dispensa al tema de los medios, como agentes de la socialización nuestra, un trato bastante convencional y limita su influencia directa a la percepción y presentación de acontecimientos políticos. Se excluyen los valores y las actitudes, al igual que la percepción de las instituciones y los procesos democráticos.

8.- Con todo, y pese a todas las disputas en torno a la interpretación, se cuenta con conocimientos ciertos sobre el hecho y la dirección del cambio en los valores políticos.

Sobre el proceso mismo solo hay especulaciones. ¿En qué medida participan los medios de este proceso? La evolución de los valores de deber y la aceptación de valores de desenvolvimiento personal y autorrealización, con todas las consecuencias que tiene esta tendencia para las instituciones y los procedimientos políticos, así como la participación, tiene importancia fundamental para la cultura política. Por tal razón, la investigación sobre el cambio en los valores debería facilitar más conocimientos ciertos que solo una referencia al hecho de que los medios son un factor en la evolución de los valores y que de alguna manera actúan accionando así ciertas tendencias en la sociedad, en forma permanente.

9.- Ciertamente, no cabe duda acerca del efecto de los medios. Sin embargo, en su esclarecimiento hay déficits y parece que sigue habiendo déficits en cuanto a la concienciación del problema. Pero también es dudoso afirmar que el proceso de la cultura política se dilucidaría plenamente con solo impulsar, con más energía, los planteos y las investigaciones acerca del efecto que surten los medios.

10.- Desde los años setenta, las investigaciones empíricas sobre socialización ofrecen -

pese a algunas dudas sobre la adecuada complejidad de sus instrumentos- suficientes puntos de referencia para descartar el rol presupuesto hasta ahora por los propios medios que, en todo caso, era secundario. Prueba: Chaffee, Ward y Tipton declararon que los supuestos hechos hasta ahora eran pobres en significado y que no se trata, en primer lugar, del cambio y de la conversión, sino de la cristalización de actitudes políticas en sí; tampoco sería sustancial el efecto de los medios en la disputa de las opiniones, sino en la adquisición de conocimientos políticos, en la concientización sobre temas públicas y su óptica. Esto lleva directamente a la cultura política.

11.- Según los resultados de este estudio, existiría una correlación entre el uso que se hace de los medios y los conocimientos políticos; a diferencia de una lectura de los diarios, la televisión conduciría hacia una menor actividad política y los medios serían las principales fuentes de información y opinión frente a cualquier otra agencia de socialización. Prueba: Precisamente con miras a este último diagnóstico, Chaffee, Ward y Tipton ironizan sobre aquellos investigadores que prefieren creer en sus propias suposiciones y no en las informaciones que les brindan las personas sobre sí.

12.- Hasta el momento, las afirmaciones de Chaffee y los otros se vieron confirmadas en varias oportunidades. Diferentes estudios revelan que los niños y jóvenes forman sus conceptos e imágenes cognoscitivas de la política, en gran medida, a través de los medios y que estos influyen, sustancialmente, sobre los procesos de aprendizaje. En tal sentido, la descripción de la política jugaría un papel que no responde a la complejidad de la concienciación política. Cabe suponer, entonces, que el diferente uso que se hace de la televisión y de otras fuentes de información a través de medios e interpersonal conduce también a diferentes grados de conocimiento del proceso político con distinta acentuación y estructuración de este. Es probable que ello también rija para las actitudes y posturas fundamentales frente a la política.

13.- Al menos, ese es el resultado al que llega un estudio norteamericano que estableció una relación positiva entre el uso que se hace de la oferta de programas políticos en la televisión y las actitudes políticas y el grado de información política. Conclusión: La televisión puede tener consecuencias sociales positivas para el aprendizaje político. De todos modos, paree ser cierto que el uso de la oferta de información política en los medios repercute sobre la percepción del sistema político y sobre una interpretación diferenciada del proceso político.

14.- La síntesis de Heinz Bonfadelli de la investigación, precisamente no muy profusa, revela en todas partes la importancia que tienen para la cultura política las interrogantes aun pendientes de respuesta. También revela las omisiones. Se necesita saber más acerca de cómo se forman las concepciones cognoscitivas del sistema político y del proceso político, así como sobre la diferenciación y reestructuración de orientaciones políticas fundamentales en los valores y las actitudes. Implícitamente, lo que se quiere decir es que se necesita hacer planteos que lleguen más allá de la mera transmisión de conocimientos políticos.

15.- Sobre todo, parece importante que la investigación política de la socialización sea sacada de su estrecha limitación generacional, ya que el rápido cambio político y social hace que el adulto también se transforme en un individuo en permanente socialización política, y que los medios tapan con informaciones e interpretaciones, contra lo que cada vez puede movilizar menos preconceptos.

CONSECUENCIAS: Para Oberrauter, el tema planteado interesa a las ciencias políticas sobre todo bajo el aspecto de la legitimidad; porque no es otra cosa que legitimidad lo que se obtiene si se logra asegurar la identidad de la cultura política en su proceso de desarrollo histórico y -a su juicio-, en este campo hay tres problemas por dilucidar:

B) CONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD

Se ha convertido casi en un lugar común decir que la realidad social se forma a través de los procesos de comunicación. No obstante este conocimiento, la idea casi no se ha traducido en modelos de planteo e investigación para la ciencia política. Si se prescinde de la reformulación hecha por Karl W. Deutch de las categorías centrales de las ciencias políticas en función de la teoría de la comunicación, las características de la realidad arrojan estas posibilidades:

1.- Una tendencia reciente indica que con la ampliación del espacio vital dominado por la comunicación, la experiencia propia que hace el individuo de la realidad se ve más y más sustituida por la transmisión de la realidad. Los medios disponen de un mayor número de informaciones y, más allá de la experiencia directa con el entorno, son la única fuente de visión de la realidad y necesariamente le imprimen su sello.

2.- Aun cuando la teoría del "agenda-setting" espera una formulación generalmente aceptable, no se puede negar que las generaciones que crecieron en la década del cincuenta y del sesenta estuvieron expuestas a un proceso de socialización muy diferente a sus antecesores en cuanto a la actuación de los medios. Estos determinan, en forma sustancial, la estructura de relevancia que ofrece la realidad política y social.

Según el diagnóstico más reciente, la estructura temática de los medios y la de la generación joven parecen muy similares en el campo de la política.

3.- Un estudio de más antigua data -hecho también en Alemania- demostró que los medios igualan estructuras temáticas eventualmente discrepantes, mediante la simple metodología de imponer las suyas. Ejemplo: Desde Walter Lippmann se sabe, además que los informes sobre la realidad son efectivamente estructuras de características que, en parte, se proyectan hacia la realidad. Se hace evidente la posición clave que tienen los transmisores de la realidad.

4.- Tomando como ejemplo la situación económica percibida, Helmith Klages describe la diferencia entre saber (por propia experiencia) y opinar/creer que es verdad (en función de los mensajes que irradian los medios). A lo largo de diez años (1976.83), se siguió juzgando (nivel de opinión) la situación económica general como empeorando y fluctuante, en tanto que se calificó a la situación económica propia (nivel de conocimientos) de próspera y estable. La explicación reside en dos formas diferentes de vivir la realidad. En este caso, se podría poner en duda la legitimidad de la actual conducción política en un ámbito altamente sensible para el sistema político.

5.- Seguramente esta discrepancia entre conocimientos y opiniones, por un lado, y los posibles efectos de los medios que de ello se desprenden también, es transferible a la óptica básica de la política, a problemas de un cambio en los valores y a desafíos que enfrentan las instituciones, todos ámbitos claves de la cultura política. Las discrepancias que allí se observan, llevan más bien a dudar de la legitimidad que a afianzarla.

C) PERCEPCIÓN DE LO POLÍTICO

Las investigaciones hechas sobre socialización no solo constataron que los contenidos transmitidos por los medios surten algún efecto. También destacaron, tempranamente, que los medios describen los acontecimientos políticos en forma mucho menos compleja, confusa y conflictiva que lo que son en la realidad. Además, los noticieros destacan algunos acontecimientos y personas en tanto que dejan de lado estructuras y procesos más prolongados.

Parecería que solo existe un verdadero incremento de información, educación y participación cuando no se hace uso de la oferta de programas políticos de la televisión o al menos no en forma exclusiva, y en cambio, se profesa la lectura de los diarios.

Datos: La fuente principal de información es la televisión (60%) y no el diario (solo 30%). El 74% de los jóvenes adultos (25-29 años) mira a menudo o regularmente los noticieros en la televisión; de los jóvenes entre 16 y 19 años el porcentaje llega al 50%.

CONSECUENCIAS:

1.- Una socialización política influida sustancialmente por la televisión tiene que generar la misma crítica que la información misma que brinda esta última. La televisión logró despertar mayor interés por la política pero le ha restado seriedad: política como programa de entretenimiento.

2.- Se dan por conocidas las simplificaciones que hace la televisión de la información y los problemas que ello implica. Cabe mencionar, por separado, el uso que se ha hecho de las emociones como oportunidad para despertar la atención, porque genera posiciones críticas tan cáusticas como inútiles. ejemplo: Schwartzenberg se queja de que

"se privilegian formas de escaso contenido intelectual, se favorece una personalización extrema..., resumiendo, se somete la capacidad de juicio racional bajo nuevas emociones.

3.- También habría que tomar en serio a Neil Postman, allí donde lamenta la decadencia de la formación de un juicio racional. Mientras que la elaboración de problemas políticos exige cada vez más racionalidad y competencia, sus formas descriptivas y su percepción en los electores sugieren más bien lo opuesto. La consecuencia es una brecha entre la actuación de los políticos en la toma de decisiones y su aparición ante la sociedad, es decir, en el proceso de legitimación. Sin embargo, parece ser que ahora las formas de descripción de la política que hacen los medios también repercuten sobre la conducción política misma (el showbusiness); la participación del espectador o sencillamente la disposición puntual en el plano de lo emotivo, así como la tendencia general a restar racionalidad, nada de esto se compadece con la imagen ideal de una cultura política democrática que tiene por condición previa procesos racionales de decisión, información y participación. Las dudas en cuanto a legitimación son concretas, al menos entre algunas minorías pensantes.

D) EL CAMBIO EN LOS VALORES

Para los medios, los únicos elementos dignos de ser considerados noticias son aquellos que indican cambios; pero Otto Roegele planteó la tesis de que la imagen artificialmente dinamizada de un mundo en permanente cambio también incluye valores y normas. El receptor se irrita y duda cuando aquello que se desvía de la norma permanentemente tiene mayores posibilidades de despertar la atención pública.

CARACTERÍSTICAS

1.- Los nuevos mensajes no se adoptan a través de la inteligencia racional, sino por la sensación de que los valores tradicionales se transformaron en la excepción. Claro que se trata de un argumento "blando", no demostrado con métodos propios de la investigación empírica.

2.- En tal sentido, Klages (cuyos méritos en torno a la investigación empírica del cambio de los valores son realmente innegables) llega a afirmaciones muy similares en lo que se refiere a la evolución desde fines de la década de los sesenta. Ejemplo: Klages habla de la deslegitimación de las convecciones y de la pérdida de identidad que no le permite al ciudadano ir generando actitudes y orientaciones de conductas estables, y en diferentes oportunidades sindica los medios de coautores; claro que sin suministrar pruebas. Si Klages apunta más al individuo, Roegele mira más al individuo, Roegele mira más al sistema político. Una desestabilización del sistema informativo, por supuesto, que afecta a un orden valorativo en su esencia misma: la desintegración del consenso en estos temas, lo que toca a la cultura política en sus raíces mismas.

3.- Las instituciones libran una lucha perdida de antemano ante estos embates, en tanto que su función sería esencialmente conservar el consenso de los valores en el cambio o al menos orientar el cambio social en atención de los valores. Un cuadro similar describe Franz Ronneberger, que considera que conservar el consenso social es un permanente proceso de comunicación, que depende del apoyo que brinden los medios y los periodistas. Pero precisamente sobre este punto es que existen dudas.

4.- Repercusiones: Razones similares se indican en tanto a la decreciente autoridad de las instituciones. El periodismo no solo es una instancia hipercrítica frente a ellas. Las debilita allí donde deben servir a una mejor ponderación del cambio, porque el periodismo se arroga la libertad de anticipar el futuro, es decir, de decidir de antemano qué es lo que sirve al sistema.

5.- Se preocupa de la "salud" del sistema en virtud de normas que él mismo fija, con tendencia a preferir -fundamentalmente- siempre lo nuevo a lo viejo.

E) CONSECUENCIAS PARA LOS PROCESOS

Para Oberrauter las consecuencias son las siguientes: 1.- Cortar viejas trenzas puede hacer rodar toda la cabeza y la destrucción de tabúes desencadenar el colapso de todo el orden.

2.- Un desafío reside en la mala interpretación de las instituciones de la autoridad pública. Allí donde el sistema político y los medios de comunicación comparten los mismos valores, la relación entre instituciones y medios debería ser más bien de socios y no de adversarios.

3.- Otro desafío se desarrolla en el nivel de los procesos en los que las formas no convencionales de acciones y las protestas de minorías activas gozan de elevada atención y grandes posibilidades de ser difundidas por los medios.

4.- Quien desea alcanzar ciertos objetivos tiene que llegar a la conclusión de que esto no debe intentarse dentro o con las instituciones, sino contra y fuera de ellas. Pareciera ser que fundamentalmente alejan la atención pública.

5.- De todos modos, estos son los procedimientos

democráticos que la constitución construye y ofrece artísticamente y en forma de elemento importante de la cultura política. quienes la desafían buscan aprovechar las leyes inherentes a los medios, desde agotar todos los límites que ofrece la constitución hasta la propaganda terrorista del hecho. (1)

COMENTARIO:

Según Oberrauter: "Mis tesis no dicen que los medios amenazan la cultura política.

Simplemente dicen que si los resultados de la investigación sobre socialización hechos hasta ahora demuestran que los medios son fuentes principales de información y opinión, se debe admitir también su influencia sobre las orientaciones valorativas y de conducta frente a la política y que tiene que estar permitido nombrar con métodos

"blancos" (esto es, saber de antemano que se debe medir y cuantificar, antes de hacerlo) los problemas relevantes para la cultura política y sería función de la investigación empírica dispersar las dudas o confirmarlas".(2) 2.- COMUNICACIÓN POLÍTICA Y LEGITIMIDAD PARLAMENTARIA En 1991 Heinrich Oberrauter analiza también la interrelación de la comunicación política, a la luz de un problema que se presenta en cadena y que cada vez más preocupa a los cientistas políticos: la representatividad y la legitimidad; y la gobernabilidad y el consenso. De su extenso trabajo se extraen los aspectos más significativos del aporte al tema, con la advertencia de la diferencia entre un sistema presidencialista (caso de Costa Rica) y un sistema parlamentario (situación alemana), para poder extrapolar -

correctamente- los hallazgos de esta investigación, que -de paso- es de particular interés para la propia Asamblea Legislativa (no obstante su diferente rol en nuestro sistema presidencialista) en la formulación de su propia política de comunicación, de la cual carece, según lo revelan varios estudios elaborados por el Departamento de Servicios Parlamentarios. (3)