Comunicación Politica Y Sus Repercusiones Sociales by Jorge Poveda - HTML preview

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I) TEST DE DISCURSOS

Como las reuniones políticas son siempre organizadas con gran despliegue de energía en las campañas electorales, siempre es necesario contar con informaciones acerca de la forma como estas reuniones influyen en los participantes en ellas. ¿Qué es, por ejemplo, lo que retiene a los participantes en estas reuniones políticas? ¿Cómo incluyen en ellos los oradores? ¿Han entendido sus discursos? Estas y otras preguntas similares son formuladas retrospectivamente a los asistentes de estas reuniones, a fin de obtener un cuadro acerca del efecto que tienen este tipo de reuniones. Es interesante tratar de comprobar si a las reuniones de "plaza pública" asisten no solo los afiliados del partido, sino también electores que aún están indecisos o abiertos a propuestas políticas.

J) INVESTIGACIONES POSTELECTORALES

Una importante complementación de los resultados electorales son las investigaciones postelectorales, que procuran descubrir la manera cómo los electores han vivido la campaña electoral. Por lo general, las investigaciones postelectorales proporcionan información acerca de cuáles partidos -de acuerdo con la opinión de los electores- han llevado a cabo una campaña especialmente activa y cuáles partidos han participado de manera especialmente intensa. Pero también puede preguntarse quién es -según la opinión de los electores- el que realmente ha ganado la lucha electoral (1).

2.- COMBINACIÓN: POLÍTICA-COMUNICACIÓN

Los análisis de la situación general y del comportamiento de los electores son el punto de partida para un concepto partidista-electoral que coordina la forma de dirigirse a los electores a través de las organizaciones partidistas sectoriales, territoriales y funcionales, los conductores de la opinión y los medios de comunicación de masas. La labor permanente de los partidos se fundamenta en conceptos claros de la comunicación; pero la lucha electoral, en todo momento, pero más en las campañas, es comunicación política. Para conducir una lucha electoral tienen que conocerse ambos procesos; debe saberse combinar política y comunicación. No basta que se haga llegar a los electores, tiene también que saberse qué quiere decírseles y cómo decirlo.

Para cumplir ese cometido se debe planificar cuando se requiere conocer, entonces, además de política y comunicación, más propiamente comunicación social y, dentro de ésta, discernir entre los aspectos filosóficos-sociales-culturales-tecnológicos de la comunicación; pero también deben conocerse los aspectos instrumentales de que se valen los comunicadores, solos o en compañía de otros especialistas, para llevar adelante su trabajo como especialistas en áreas concretas: periodismo, relaciones públicas, publicidad, mercadotecnia, captación de opinión pública; por citar las áreas de profesión con las cuales la disciplina de la comunicación Social suele ser más relacionada.

Sobre el área de la comunicación social se ha escrito literatura en abundancia, de manera que, para los alcances de este capítulo, se han seleccionado, más propiamente, aspectos tanto de la teoría como de las posiciones políticas en torno a su dimensión social y su repercusión, en vez de entrar en los detalles tecnológicos y en las modalidades que asume el comunicador en sus diversos ejercicios profesionales, porque ese aspecto instrumental se examina más adelante.(2) Es conveniente contrastar diversos criterios acerca de la dimensión social y las repercusiones de la comunicación social, y, por ende, los aspectos éticos encerrados en intentos de darle a los medios de información y a la comunicación tareas de desarrollo, o de denuncia de alternativismo, según han ido variando los contextos internacionales.

Diversos sectores políticos, intelectuales, populares, se han pronunciado acerca de la situación de la comunicación social en América Latina. Quizá por su pureza de intenciones, el criterio y la posición de la Iglesia Católica en este campo es útil, para conocer lo que este conglomerado piensa sobre la Comunicación Social.

3. EL CRITERIO DE LA IGLESIA

La Iglesia Católica en América Latina no ha soslayado -como otros sectores- su obligación de pronunciarse debidamente respecto del papel que juegan los medios de información social en la construcción de la sociedad y, a manera de ejemplo, el Departamento de Comunicación Social (DECOS) del SELAM, en la obra

"Evangelización y Comunicación Social en América Latina", publicada en 1979, hace estas observaciones:

A) La comunicación social es uno de los factores en juego en la situación de conflicto social que vive América Latina. Los grupos de poder, político y económico, que dominan los medios, obstaculizan la comunicación de los sectores marginados y crean dificultades a la expresión de los comunicadores responsables. Esto se manifiesta en la constante violación de los derechos humanos, la aplicación de la censura, las arbitrariedades y los abusos económicos a los que se viene sometiendo tanto a las instituciones como a los profesionales de la comunicación social más comprometidos con la causa de la justicia.

El manejo de la información constituye un indudable elemento de poder en la sociedad actual. Por esto, los sectores que aspiraran a regir el curso de los acontecimientos, pretenden controlarla.

B) El monopolio de la información, tanto de parte de los gobiernos como de parte de intereses privados, permite el uso arbitrario de los medios de información y da lugar a la manipulación de mensajes de acuerdo con intereses sectoriales. En América Latina es particularmente grave el manejo de la información que sobre nuestros países, o con destino a ellos, hacen empresas e intereses internacionales.

C) La estructura de los medios de comunicación masiva les impone condiciones de orden económico para mantenerse y progresar, lo que conlleva servidumbres forzosas.

Con mucha frecuencia los medios son utilizados para transmitir antivalores, que son presentados como normas de comportamiento válidas para nuestro pueblo. En términos generales, los medios sirven para apoyar y mantener situaciones de pecado personal y social, lo que se traduce en temas que destacan la violencia, la perversidad, el erotismo y el consumismo. La misma estructura comercial y la situación económica del continente no facilitaba una producción latinoamericana suficiente. Todo esto obliga a la utilización de materiales foráneos que introducen tendencias y expectativas ajenas a la cultura y al estilo de vida de nuestros pueblos y que contradicen las actitudes evangélicas fundamentales que orientan la vida cristiana. Además, existen algunas producciones latinoamericanas que concurren a agudizar este problema..

D) Todo lo anterior se agrava críticamente por carencia de políticas adecuadas de comunicación, en el nivel nacional y continental, que rijan -justamente- el uso de los medios de comunicación social como aporte a la preservación y promoción de la cultura y al proceso de liberación de nuestros pueblos, equiparando, además, las posibilidades de expresión de los distintos sectores de la sociedad. Algunos gobiernos y entidades internacionales han realizado esfuerzos en este sentido, pero han tropezado con la resistencia de intereses privados y de muchos otros gobiernos, que se interesan más por mantener un estricto control sobre los medios, que por promover incentivos a una política de la comunicación entendida como servicio.

E) América Latina carece de estudios suficientes que determinen la incidencia y el aporte que la comunicación puede hacer a nuestro continente, fijando competencias, responsabilidades y limitaciones. La gran mayoría de las investigaciones realizadas hasta el momento se reducen a aspectos históricos y jurídicos de la comunicación, y la generalidad de los estudios no han podido responder, conceptual, ni metodológicamente, a la realidad latinoamericana.(3) COMENTARIO:

Podría entenderse que esos enfrentamientos en la década de los setenta obedecerían al influjo que ejerció el Informe Mac Bride y su teoría de creación de un nuevo Orden Internacional de la Comunicación, que llegó a conocerse como NOMIC; pero no, tan presentes son esos planteamientos, que el propio Juan Pablo II, en su viaje a Denver, Colorado, a mediados de 1993, según la agencia AFP, denuncia los excesos de la cultura y el papel en la formación de valores por parte de los medios de información.

Dice el cable: "El jerarca católico puso en tela de juicio la responsabilidad de los

"creadores de opinión" en cuanto a la deformación de los valores en la sociedad actual, donde ya no hay nada considerado "intrínsecamente bueno"... "Vastas capas de la población se sienten confundidas sobre lo que es falso y están a merced de quienes tienen el "poder de crear la opinión e imponerla a otros".

4.- LA OPINIÓN DE LOS COMUNICADORES PROFESIONALES

Respecto a la objetividad de la prensa, es un tema largamente debatido, en el que las opiniones circulan de uno a otro lado, y en donde es necesario discernir si las críticas provienen de los sectores conservadores, de los sectores progresistas, de los gremios de periodistas o de los dueños de las empresas de información, o de los políticos. Y en esa línea es pertinente discernir a qué se refiere el concepto de "objetividad" cuando son los políticos los que entran en el debate.

Quizá por ello sea útil mencionar alguna referencia al tema que, desde el ángulo, estrictamente profesional, se aborda según la óptica de la ética, y aunque este pareciera ser un tema unívoco, resulta no ser así, toda vez que en la década de los sesenta, la brusca extensión de la comunicación fue objeto de análisis de los efectos "del impacto"

de la influencia discreta de unos estímulos cada vez más numerosos sobre los individuos y los grupos, y se llegó -incluso- a hablar de una "acción educativa de los medios de comunicación social" con respecto al desarrollo cognoscitivo o al comportamiento, calificado en términos mecanicistas como estímulo-respuesta.

Un análisis menos rígido y más aquilatado, propio de la década de los noventa, incita a considerar que la comunicación forma parte de un conjunto más amplio de transformaciones debidas a las modificaciones progresivas del medio ambiente, y que la influencia de las tecnologías se diferencia por las condiciones psicológicas, intelectuales, sociales y culturales de las personas que están expuestas a ellas.

Esto significa que el concepto ético debe ser tomado no en su valor genérico, casi abstracto, sino ubicado en una "dimensión situada", esto es, concreta. De allí que la pugna acerca de si los medios afectan total o parcialmente el comportamiento social, y si así fuese, en qué grado y en dónde se ubicaría la responsabilidad, es un tema no dirimido aún.

A) POSICIÓN DE JEAN FRANCOIS REVEL

Por ejemplo, el escritor francés Jean Francois Revel, en su obra "El Conocimiento Inútil" señala que: "Hubo un tiempo en que la derecha, vista como fenómeno intelectual, ostentó un enorme control sobre los medios, y la información (ejemplo, el caso Dreyfus en la Francia del siglo pasado), pero ese dominio es cosa de niños en comparación con el virtual monopolio que ejercen en los actuales momentos las copiosas ideologías de la izquierda sobre la estructura comunicacional de Occidente. Un trabajo que ha permitido que el más grande acontecimiento de los tiempos modernos haya pasado desapercibido, subterráneo y clandestino: el derrumbe de las utopías marxistas y las perspectivas de que surja una sociedad más viable, y por si fuera poco, mejor informada." De frente a esta posición hay varios criterios útiles por examinar: A.1.- El periodista venezolano Manuel Malaver, del periódico El Nacional, expresa que el criterio conservador de Revel obedece a sus "cambiantes viajes de intelectual", "ora defensor de izquierdas, ora de derechas", por lo que: "Los disparos del ensayista no se hacen esperar, y éstos tienen un blanco, si no único, fundamental. Se trata del altar sacrosanto de la prensa norteamericana y europea, causante, según el "j'acusse" de este polemista intemperante y radical, de fraguar una estructura informativa absolutamente divorciada de la verdad. Entre otros medios, son colocados en el banquillo: Le Monde, de París; El País, de Madrid; The New York Times y Washington Post, de Nueva York.

O sea, que para Revel, ex director del periódico francés L'Express, el peligro no viene precisamente de la prensa de los países sujetos por una u otra vía a la censura, o al control de los medios por disposiciones estatales, sino -básica e irremisiblemente- de la llamada prensa democrática, de aquella que deriva su credibilidad de una supuesta objetividad y honestidad de sus periodistas.

A.2 Sucede, por lo general -expresa Malaver-, que: "Estos comunicadores están, a juicio de Revel: "ideologizados por las filosofías de la izquierda, de modo que su objetividad y honestidad se trastoca en la mayoría de los casos en una versión de la noticia pero no en la noticia".

A.3 Según el historiador argentino Enrique Aguilar: "...Para Revel, es la utilidad lo que mueve a elevar a categoría de verdad informaciones falsas de todo en todo y a buscar además el soporte de una ideología. Una ideología que hace las veces de dispensa intelectual, práctica y moral. Intelectual, porque retiene solo lo que le conviene; práctica, porque suprime el criterio de eficacia; moral, porque lo bueno y lo malo le son completamente ajenos. se comprende, pues, el manejo ideológico de la biología, de la psiquiatría, de la lingüística. Se comprende que en su momento haya prendido la justificación althusseriana del stalinismo, que aun entrada la década del 60 se ocultara a Tocqueville y en cambio se explicara la Revolución a través de Mathiez, y que el adoctrinamiento y la formación de una "personalidad base", todavía subsistan en ciertas escuelas y se vea como "reaccionario" el principio de la competencia. En fin, que militantes disfrazados de comunicadores nieguen al público el derecho a informarse con exactitud."

Lo dicho basta para forjarse una idea del contenido de conocimiento una idea del contenido de conocimiento inútil. Quedaría apenas una referencia al capítulo último, titulado "El fracaso de la cultura", donde Revel denuncia a esos intelectuales que, lejos de corregir, han acentuado los defectos de nuestra civilización y en quienes la ideología provocara verdaderos estragos. La sola sugerencia de someter sus ideas al cedazo de la prueba se consideraría un sacrilegio. Y, sin embargo, ahí estuvieron Russell, Bernard Shaw, Heidegger, y están Günter en su "métier", pero incoherentes y hasta falaces cuando incursionan en lo político. La advertencia que hace Revel mismo es: "...Nuestra civilización está condenada a ponerse de acuerdo consigo misma o bien a retroceder hacia una fase primitiva, en la que no habrá contradicción entre el conocimiento y el comportamiento, porque ya no existirá el conocimiento."

A.4.- A juicio del exreportero de la Casa Blanca, el periodista norteamericano James Deakin, al analizar el tema de la objetividad, pero en otro contexto, la realidad es distinta y afirma: "estudios académicos han demostrado la parcialidad de los medios; otros estudios no menos académicos lo han negado. Es claro que la idea que se hace el público dependerá de su disposición política. Así, los conservadores juzgan que los medios de comunicación tienen tendencias liberales, los liberales ven una disposición conservadora en la cual aquellos restringen el debate político a límites convencionales, excluyendo la opinión radical".

Y como demostración empírica para este criterio, Deakin agrega entonces: "Si los conservadores están en lo cierto los medios liberales han fallado de modo notorio al querer persuadir a los votantes de que elijan presidentes liberales...Si quienes critican son los liberales los medios de comunicación conservadores no han impedido a los demócratas controlar el senado durante 16 de los últimos 22 años, y la cámara de representantes, durante los 22 cabales".

A.5.- Para el profesor de periodismo de la Universidad de Richmond, Virginia, Ted.

J.Smith, asiste razón para las críticas de ambos bandos dado que "...Todo el mundo tiene razón en parte, y el debate acerca de las tendencias de los medios se mantendrá atascado..." Lo cierto es que, independientemente de que el público acepte el papel de

"gatekeeper" o de "perro guardián" de los periodistas respecto de los políticos, pero rechace el negativismo de las noticias", en 1985 una encuesta Gallup en el nivel nacional en Estados Unidos de América, revela que el 34% de los entrevistados consideraban que "las historias e informes de la prensa son, con frecuencia, inexactos".

Y en 1988 el porcentaje subió a 43%, y en 1989 a 50%. Por otra parte, las encuestas de otra naturaleza, más recientes, colocan a los periodistas en un nivel de ética muy bajo (apenas el 21%, más bajo que en la escala ética de los abogados, los comerciantes, los congresistas y los funcionarios de gobierno), según indica el profesor Smith.

A.6.- Estos hallazgos en Norteamérica coinciden con una encuesta efectuada por el Grupo Borges y Asociados a finales de 1992, contratada por el Programa Centroamericano de Periodismo, y publicada en la revista Rumbo, que en lo que interesa arroja estos porcentajes, externados por los mismos periodistas consultados:

...."Los medios informan con precisión y exactitud: siempre: 13.7, a veces 85.5

Los medios en Costa Rica son fuentes con credibilidad: Totalmente de acuerdo: 31.5; De acuerdo: 4.19

1.7.- Hay ocasiones en que se impide informar: Política: 35.2..."

1.8.- Ahora bien, como los medios no suelen censurar a los medios, -salvo, a veces, cuando se trata de otros- el 23 de setiembre de 1993 el periódico La Nación editorializa sobre el desencanto de los indecisos detectados en la actual campaña electoral y señala:

"Entre los motivos de la indecisión de este 23 por ciento de ciudadanos decididos a votar, pero aún sin candidato, sobresalen los siguientes: cansancio de las promesas falsas (39 por ciento), ausencia de respuestas concretas a los problemas nacionales (32

por ciento), falta de concreción (32 por ciento), insatisfacción de las ideas (29 por ciento), carencia de información para decidir (29 por ciento). si se pasa revista a estos porcentajes, se observa que los cuatro primeros criterios negativos expuestos por los indecisos tienen un denominador común: la desconfianza en la palabra de los políticos.

Nos referimos a los políticos y no solo a los actuales candidatos, por cuanto los indecisos posiblemente no estén enjuiciando solo a aquellos, sino a políticos y gobernantes. Sus críticas exhiben un peso o carga de sinsabores y desengaños acumulados a lo largo del tiempo. Desde este punto de vista, los indecisos brindan un importante contingente de experiencias e ideas al analista político."

COMENTARIO:

Surge entonces la inquietud acerca del llamado "doble standard", por parte de quienes critican a los medios, en este caso: enjuiciamiento solo para los políticos, y no hacer referencia al enjuiciamiento -a la propia prensa- por parte de los periodistas entrevistados en la encuesta de finales de 1992, aspecto que se potencia socialmente al aplicar un criterio de autoprotección, minimizando la crítica a la prensa, al publicar resultados de una encuesta que deja mal parados a los medios, en una revista de escasa circulación (Rumbo) y hacer públicas las inquietudes respecto a la desconfianza hacia los políticos, divulgando el tema por un medio de circulación muy penetrante. (La Nación).

Es justo reconocer que si bien este ejemplo se centra en la empresa periodística La Nación, S.A., el desequilibrio informativo y el "doble standard", no es privativo de esa empresa, pues la crítica se endereza también hacia otros medios, pero dada la importancia de la empresa periodística mencionada se la suele utilizar -como en este caso- como ejemplo ilustrativo.

Precisamente estas situaciones son las que alimentan -con razón- la duda respecto de la objetividad informativa; y para dirimir la querella solo la auditoría popular puede hacerlo, como bien lo señala el informe Mac Bride cuando expresa: "Si hay cientos de millones de hombres y de mujeres formadas de los instrumentos indispensables de la comunicación, ¿qué sentido tiene hablar del derecho a informar o a ser informado...? Es pues, indispensable acopiar todos los medios posibles -educativos, culturales y sociales-

, combatir con las diversas técnicas de comunicación y los medios de comunicación social, para eliminar esta tarea que empaña las perspectivas de todos los países del mundo. En este un aspecto importante de la comunicación que convendría replantear, debido a su repercusión en los planos social, cultural y político.

1.9.- Por otra parte, el Director de la Escuela de Ciencias de la comunicación de la Universidad de Costa Rica, en una salida a la prensa -al defender la rigurosidad científica y la ética profesional en la formación de comunicadores sociales-, recomienda acoger la propuesta de la Sociedad Internacional de Investigación Interdisciplinaria en Comunicación, que tipifica los hechos sobre los que informan los medios, en cuatro categorías que deben ser hechas de conocimiento de quienes están al lado de la recepción de noticias, para que -al verterlas a sus públicos- las tipifiquen de previo, evitando, al máximo, el subjetivismo: hechos irrefutables, hechos probables, hechos hipotéticos, hechos falsos.

Parafraseando a Mac Bride, podría afirmarse que, efectivamente, es conveniente replantear la objetividad que aplica el informador, debido a que la difusión de hechos, sin calificarlas a priori, apareja grandes y graves repercusiones en los planos social, cultural y político.

5.- LA POSICIÓN DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES

La actualidad de las nociones de acceso y de participación se basa no solamente en una crítica del modelo vertical dominante de la comunicación, que en la práctica es solo de

"información", sino también en la emergencia del "derecho a comunicar". Los modelos en boga en América Latina tienden a enfatizar el derecho a la información, definida en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así: "Todos tienen derecho a la libertad de opinión y a la expresión. Este derecho incluye la libertad de tener una opinión sin interferencia y de buscar, recibir e impartir información e ideas a través de cualquier medio y sin importar fronteras".

A) Sin embargo, a juicio de la Comisión Mac Bride, la extensión del derecho a la información lleva a una noción más completa el derecho a la comunicación. En el pasado, la comunicación en la sociedad humana se veía, esencialmente, como una forma para informar e influenciar a las personas. Ahora se propone que la comunicación debería ser comprendida como un proceso de interacción social a través de un intercambio de información y experiencia. Este cambio en la percepción de la realidad implica la preeminencia del diálogo sobre el monólogo. Pero implica también un sistema de comunicación horizontal basado en una distribución equitativa de los recursos y de las facilidades para permitir a todas las personas enviar y recibir mensajes.

B) Una redefinición de la comunicación tiene ciertas implicaciones no solo en el nivel internacional. En los últimos años, el cuestionamiento que se ha hecho sobre el intercambio desigual de la información entre los países desarrollados y países en vías de desarrollo, ha llevado a una evolución en la noción del "libre flujo de información". En la práctica lo que sucede, sin embargo, es que unos pocos países ricos y privilegiados en medios y tecnología transmiten grandes cantidades de información a los países pobres.

Y -en el nivel nacional- la situación se reduce a la concentración de la propiedad de los medios y unos pocos ciudadanos hacen llegar sus mensajes a las grandes mayorías.

C) Entonces, desde la década de los setenta, como una reacción a esta realidad, ha surgido una noción distinta: la de un flujo libre y balanceado de la información. Se hacen esfuerzos para oponerse a la unidireccionalidad de la información entre países ricos y países relativamente pobres, con la intención de alcanzar un acceso más equitativo y una mayor participación en el flujo mundial de la información, de los programas y en los medios. Esto enfatiza el papel significativo de la comunicación en la formación de un nuevo orden económico mundial.

6.- LA SALIDA: ¿NOMIC?

El debate internacional en torno a un Nuevo Orden Mundial de la Información y la Comunicación, conocido bajo las siglas NOMIC, si bien está fundamentado en un discurso político hoy ya obsoleto, persiste -sin embargo- en su visión de crear flujos equilibrados y ha tenido una gran resonancia en muchos países, particularmente en América Latina. Las formulaciones iniciales del NOMIC surgieron del movimiento de Países Alineados, como una reivindicación del derecho de los pueblos a defender su identidad cultural. Más tarde, la acumulación de datos empíricos demostró la existencia de desequilibrios y la denominación en la comunicaciones internacionales, situación que abarca desde la circulación de noticias hasta la distribución de frecuencias de radiodifusión, órbitas geoestacionarias, capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos, pasando por los flujos de programas para televisión, películas, libros y otros medios. El NOMIC, que pretendía resolver las desarmonías producto de los desequilibrios, incluía las siguientes propuestas:

A) La democratización de las comunicaciones y de los recursos de la información.

B) La creación y el fortalecimiento de la infraestructura necesaria para que los países del Tercer Mundo puedan participar en términos de igualdad en la comunicación internacional.

C) La integración entre los sistemas de comunicación y los objetivos de desarrollo integral, autónomo y autosostenido de los pueblos del Tercer Mundo.

D) La defensa de la identidad cultural de los pueblos y la apertura de espacios y recursos para el desarrollo autónomo de expresiones culturales, especialmente de carácter popular. Si las formulaciones iniciales del NOMIC surgieron del Movimiento de Países no Alineados, es justo reconocer que la UNESCO fue el gran impulsor de este proyecto. A mediados de las década pasada, la UNESCO formó una Comisión Internacional para estudiar los problemas de la comunicación, conocida como

"Comisión Mc Bride", en honor a su presidente, el periodista y político irlandés Sean Mac Bride. Esta Comisión recogió el consenso de la comunidad internacional y presentó su informe en la XXI Sesión de la Conferencia General de la UNESCO.

7. LOS CRITERIOS DEL INFORME MAC BRIDE

Entre las muchas ideas desarrolladas en el "Informe Mc Bride", hay cuatro básicas que mantienen su valor heurístico de frente a los cambios políticos, culturales y económicos: A) Democracia y Comunicación: La democracia es ante todo una actitud humana fundamental, que en la comunicación se expresa en la abolición de las formas autoritarias y se apoya en la acción consciente, organizada y solidaria de los oprimidos.

La participación pluralista de los sectores sociales (una lectura sociológica más reciente diría: de la Sociedad Civil) debe manifestarse en todos los niveles del proceso comunicativo, en particular en la producción, distribución y consumo de bienes culturales.

B) Derechos Humanos y Comunicación: La comunicación refleja, inevitablemente, la naturaleza de las relaciones sociales. Cuando estas se caracterizan por la desigualdad y por la falta de democracia, la lucha por el rescate, defensa, ampliación y profundización de los derechos humanos, está unida a la lucha por el rescate, defensa, ampliación y profundización de los derechos humanos, está unida a la lucha por la democratización de la comunicación, como parte de un proceso único.

C) Estado y Políticas Democráticas de comunicación: El Estado debe garantizar el acceso a la información para todos los sectores sociales y promover la creación de nuevos canales de comunicación, sin limitar la libertad de expresión. si bien el Estado tiene la responsabilidad de formular políticas nacionales de comunicación, estas, necesariamente, deben ser la expresión del máximo consenso posible. Una auténtica política nacional rechaza la censura autoritaria y el control de los medios. De ahí que se necesita un decidido esfuerzo para desarrollar la conciencia y la capacidad de la sociedad, sobre los procesos de la comunicación y de la información, a fin de lograr el acuerdo popular sobre el cual se sustenta toda política democrática de comunicación.

D) Acceso y Participación: El informe Mc Bride retoma unos conceptos que habían sido desarrollados en documentos anteriores de la UNESCO, en particular los conceptos de acceso y participación, y afirma que el proceso de democratización de la comunicación exige:

1.- Que la persona pase de ser un simple objeto de la comunicación a